Ivanka Trump no fabrica en EEUU como pide su padre: 25 toneladas de sus marcas llegaron de China desde las elecciones

Pese al lema de "comprar estadounidense y contratar estadounidense", al menos 1,600 billeteras de cuero, dos toneladas de blusas 100% poliéster y 23 toneladas de zapatos Ivanka "made in China" han cruzado el Pacífico desde el 8 de noviembre, casi un cargamento por día laborable.

Por:
Univision
Ivanka Trump, daughter of Republican presidential nominee Donald Trump, greets her father as he arrives in Cleveland on the third day of the Republican National Convention on July 20, 2016, in Cleveland, Ohio. / AFP / DOMINICK REUTER (Photo credit should read DOMINICK REUTER/AFP/Getty Images)
Ivanka Trump, daughter of Republican presidential nominee Donald Trump, greets her father as he arrives in Cleveland on the third day of the Republican National Convention on July 20, 2016, in Cleveland, Ohio. / AFP / DOMINICK REUTER (Photo credit should read DOMINICK REUTER/AFP/Getty Images)
Imagen DOMINICK REUTER/AFP/Getty Images

Donald Trump prometió "comprar estadounidense y contratar estadounidense", pero los productos de su hija Ivanka son una excepción y en los meses desde su llegada a la presidencia toneladas de zapatos, bolsos y ropa han salido de China dirección a Estados Unidos, según registros de aduana examinados por la AFP.

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Mientras que el nuevo presidente de Estados Unidos acusó en campaña a China de "robar" empleos estadounidenses produciendo más barato, los productos de su hija Ivanka se fabrican en ese país.

Una mercancía repartida en más de 80 cargamentos: prácticamente uno por cada día laborable ha pasado por la aduana estadounidense desde las elecciones del 8 de noviembre hasta finales de febrero. Y ello, a pesar de que Donald Trump atacara virulentamente a las multinacionales que deslocalizan su producción fuera de Estados Unidos.

Los pedidos siguen llegando, según las empresas chinas que fabrican estos productos.

Los negocios de la hija del presidente son objeto de polémica desde que el distribuidor Nordstrom decidiera, a principios de febrero, retirar la línea Ivanka Trump de sus estantes. Nordstrom negó que la decisión obedeciera a motivos políticos y se limitó a explicar que la marca ya no les reportaba beneficios, especialmente desde finales del año pasado.

El estratega republicano Jesse Manzano y la analista política demócrata Millie Herrera dan sus puntos de vista sobre la decisión de Nordstrom, tienda por departamentos que decidió que ya no venderá más la ropa de Ivanka Trump.
Video ¿Están haciendo en EEUU un boicot contra los productos de Ivanka por ser hija de Donald Trump?

1,200 cargamentos

La decisión de Nordstrom fue fuertemente criticada por el presidente estadounidense, que incluso animó a sus simpatizantes a comprar los productos de su hija, y por su círculo.

Ivanka Trump no ordena directamente que sus productos se fabriquen en China: esta decisión proviene de las empresas de confección como G-III, bolsos Mondani o calzados Mark Fisher, a quienes la hija del presidente confió su marca.

G-III vendió en 2015 29,4 millones de dólares (27,7 millones de euros) en productos con la marca Ivanka, según el informe anual del grupo, que no precisa los países en los que se fabricaron esas mercancías.

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Con todo, la de Ivanka no es la única línea de la marca Trump de fabricación china. En los últimos 10 años, más de 1,200 cargamentos de productos con el apellido Trump llegaron a Estados Unidos desde China continental o Hong Kong, según datos de las aduanas estadounidenses consultadas por el gabinete anti-Trump "Our Principles PAC".

Atacado durante su campaña, Donald Trump defendió que su familia hubiera cedido su apellido a empresas que producen en China por razones económicas bien estudiadas, al tiempo que criticaba a grupos como Ford o Nabisco por sus deslocalizaciones.

'Rapatriar empleos'

En su intervención ante el Congreso, Donald Trump se jactó de haber convencido a Ford y otras multinacionales de repatriar una parte de su producción. Pero no ha dicho una palabra sobre los negocios de su hija desde que fuera elegido.

Tanto Donald como Ivanka Trump aseguraron que ya no se ocupaban de sus intereses comerciales, confiados a sus allegados mientras el multimillonario siga en la Casa Blanca. Pero tampoco han vendido sus empresas, lo que los autorizaría a retomar las riendas de sus negocios una vez finalizado el mandato de Trump.

A finales de febrero, Ivanka asistió en la Casa Blanca a una reunión en presencia de una decena de representantes de la industria estadounidense en la que su padre prometió "hacer todo para repatriar empleos".

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Un portavoz de la marca Ivanka aseguró a la AFP que la empresa "compartía el interés de los jefes del sector para aumentar la presencia de la industria en Estados Unidos" y que "estaba ansiosa por participar en esta conversación".

Pero, al parecer, no inmediatamente: al menos una empresa del sur de China ya ha recibido un pedido de 10,000 zapatos para la próxima temporada, según el diario chino Global Times.

El 
<i>wrap dress</i>, o vestido cruzado, creado orginalmente por Diane Von Furstenberg en los años 70 para que las mujeres pudieran usar una prenda práctica a la hora de ir a trabajar, es otra de las siluetas que Ivanka Trump ha incluido en su nuevo clóset, hecho de colores serios y ejecutivos como el negro, el azul navy, o el camel, justo el tono que usó el 10 de febrero en la reunión que tuvo lugar en la Casa Blanca con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Su ropa es muy diferente desde que entró a caminar en el poder. A pesar de que no tiene ningún cargo oficial, Ivanka Trump es fiel compañera de su padre en diligencias de estado y reuniones y su estilo formal, estructurado, conservador no es más que el eco de la relevancia que ha cobrado al interior de la Casa Blanca. Con este abrigo de lana y estructura de terciopelo negro en la espalda la vimos caminar con paso altivo al lado de su padre el 2 de febrero para rendirle homenaje al primer militar caído en combate durante su mandato.
Lejos del colorido y de la ligereza protocolaria que se puede permitir una empresaria joven que gobierna negocios de moda, en su transición hacia la política, Ivanka Trump ha depurado su clóset abrazando siluetas clásicas emblemáticas de las mujeres cuando tienen que conquistar universos típicamente masculinos. Es caso del 
<i>power suit</i> o sastre pantalón que usó el 15 de febrero para la rueda de prensa con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Su apuesta no solo trajo a la mente a Hillary Clinton y su revolución estética, sino que invocó a todas esas mujeres que hicieron su paso al mundo laboral desde los años 30 usando este poderoso conjunto.
Aunque Ivanka Trump ha insistido en que no caminará en los zapatos del rol de primera dama, lo cierto es que la ausencia de Melania le ha abierto un camino que ella ha sabido aprovechar para consolidarse como la figura, blanda, cálida y empática junto a Donald Trump. Alejada de la formalidad propia de una mujer de 35 años, Ivanka ha elegido ropa más conservadora y seria que acentúa esa percepción de madurez y relevancia. Con este buzo de cuello tortuga azul y esta falda tipo lápiz de 
<i>raya tiza</i> la vimos acompañar a Alveda King, sobrina de Martin Luther King Jr., durante la alocución que hizo Trump en el Museo Smithsonian.
Las galas nocturnas, sin embargo, han sido su momento para delatar su pasión por las tendencias y el glamour. Mientras en su rutina diaria el conservadurismo parece ser la consigna, al momento de elegir sus trajes largos, Ivanka se da licencias como llevar sus hombros descubiertos, como en este modelo 
<i>off-shoulders</i> negro que usó en la casa de Mar-a-Lago, Florida, cuando el primer ministro japonés fue invitado de honor.
Su gusto por la ropa costosa, sin embargo, le jugó una mala pasada cuando esta foto que ella publicó en su Instagram coincidió con toda la crisis provocada por el veto migratorio impuesto por su padre a los refugiados sirios. Las redes ardían mientras compraban el plata intenso del vestido, de Carolina Herrera, con la manta térmica que le entregan a los sirios que logran llegar salvos a nuevas tierras.
Si durante ocho años la Casa Blanca fue el paisaje perfecto para acoger escenas de amor entre Michelle y Barack Obama, esa narrativa de romance parece ahora encarnarse en la figura de la joven pareja de Ivanka Trump y su esposo, Jared Kushner, quienes son asistentes infaltables a los eventos más importantes de gobierno. El 17 de febrero Ivanka eligió un abrigo blanco de doble abotonadura sobre su traje para visitar junto a su padre y esposo la planta de Boeing en Carolina del Sur.
Ivanka ha usado estratégicamente sus redes sociales para mostrar cómo ella parece combinar perfectamente su agitada vida en el poder con la de ser mamá. Mientras en la adminsitración anterior, la privacidad de las pequeñas Obama se cuidaba con celo, Ivanka atrae más seguidores publicando graciosas fotos de sus hijos compartiendo con ella en la Casa Blanca. En la noche del 12 de febrero antes de tomar el Air Force One para regresar de Floriada a Washington Ivanka dio lecciones de estilo llevando unos 
<i>sweatpants</i> (pantalones de corte sudadera) con unos 
<i>kitten heels</i> azules dejando claro que sus labores de madre no ponen en jaque su devoción por el estilo.
Ivanka Trump, cuando no era más que una empresaria 
<i>socialite</i>, solía llevar trajes vistosos y sus brazos muchas veces al descubierto. Su legitimación en el campo de la política ha pasado por desterrar los escotes. Ivanka ha echado mano de prendas neutras como la emblemática camisa blanca de la que Carolina Herrera, la diseñadora venezolana, siempre ha dicho "es el mejor secreto de la elegancia".
La neutralidad de sus atuendos no ha sido, sin embargo, obstáculo para que Ivanka empiece a crear un cierto hálito de ícono de estilo. Aunque en esa lides Melania parece mucho más evidente y atrevida, Ivanka ha sabido capitalizar sus apariciones públicas para crear imágenes memorables con su ropa y su familia para que el electorado cree así más empatía y cercanía con la familia Trump que gobierna en la Casa Blanca. Así, con gabán de solapa y gafas de sol la vimos aterrizar en Palm Beach, Florida, el 10 de febrero para pasar parte del fin de semana con su padre.
En esta sumatoria de piezas clásicas, el 
<i>little black dress, </i>o mini vestido negro que le heredó Chanel al armario femenino, ha sido un comodín para la contínua exposición de Melania Trump en el recinto oval. Poder hacer un registro de estilo casi diario de su ropa es la mejor evidencia de que casi día a día Ivanka se involucra con asuntos del poder. La gran cercanía con su padre es incluso mayor de lo que se podía sospechar.
Si bien su armario ha permanecido un poco huérfano de famosas marcas o diseñadores que reivindiquen la autoría de sus atuendos, para la noche de posesión el pasado 20 de enero, la hija mayor del presidente Trump sí que hizo gala de su pasión por la moda. Para toda la velada eligió nombres relevantes de la industria, que para sorpresa de muchos terminaron siendo los dos de origen latinoamericano. En el baile usó un vestido de escote tipo corazón con bordados de lentejuelas de la venezolana Carolina Herrera.
Durante la ceremonia de juramento, Ivanka sorprendió usando un traje de pantalón blanco con un semi-vestido encima creado por la casa Oscar de la Renta. Un traje que parecía más propio para Hillary Clinton en el caso de haber sido elegida como presidenta, una vez que los pantalones y el color blanco se convirtieron en eco de los movimientos sufragistas y, en tanto, en emblema del feminismo que apoyaba a la candidata demócrata. ¿Fue esa una decisión deliberada?
A diferencia de Melania, Ivanka parece cómoda en el nuevo rol en la que la puso la decisión de su padre de lanzarse como presidente. Mientras Melania siempre ha hablado de querer ser prioritariamente una madre, Ivanka desde el inicio del periodo presidencial se mostró dispuesta a llamar la atención con sus vestidos, como lo hizo con este traje blanco y negro, en la cena antesala de la posesión, el 19 de enero.
Desde los tiempos de la campaña presidencial, la figura de Melania Trump fue mucho más sujeta a escrutinio tras polémicas como el plagio de una parte del discurso de Michelle Obama en la Convención Republicana y el impertinente uso de una blusa de nombre 'pussy-bow' justo después de que su marido usara la grosera palabra para referirse a las mujeres. La figura de Ivanka Trump, por el contrairo, se mantuvo mucho más estable y seria en toda la campaña. El 8 de noviembre, día de la elección de Donald Trump, Ivanka llevó un mini vestido de corte señorial, en un ténue color 
<i>baby blue</i>.
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El wrap dress, o vestido cruzado, creado orginalmente por Diane Von Furstenberg en los años 70 para que las mujeres pudieran usar una prenda práctica a la hora de ir a trabajar, es otra de las siluetas que Ivanka Trump ha incluido en su nuevo clóset, hecho de colores serios y ejecutivos como el negro, el azul navy, o el camel, justo el tono que usó el 10 de febrero en la reunión que tuvo lugar en la Casa Blanca con el primer ministro japonés, Shinzo Abe.
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