La toma de posesión vista por una colombiana, joven y veterana de la campaña de Clinton: “Hay que decirle a Trump que otras voces importan”

Para jóvenes como Camila Montañez la inauguración del mandato del nuevo presidente es también el momento del reencuentro con sus compañeros de la campaña de Hillary Clinton en Washington.

María Ramírez
Por:
María Ramírez.
Camila Montañez en la oficina central de campaña de Hillary Clinton, en Brooklyn.
Camila Montañez en la oficina central de campaña de Hillary Clinton, en Brooklyn.
Imagen Eduardo Suárez

Washington.- Este viernes por la noche en Washington Camila Montañez, estudiante colombiana de 23 años y veterana de la campaña de Hillary Clinton, se encontrará con sus compañeros por primera vez desde el 9 de noviembre. La reunión no es en ningún baile presidencial, como habían imaginado, sino en un restaurante en Washington, ya con Donald Trump de presidente y unas horas antes de la marcha de las mujeres en la capital.

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Para Montañez, como para muchos de jóvenes de la campaña demócrata, la toma de posesión del republicano es el momento agridulce del reencuentro. Ella empezó a trabajar en la campaña en otoño de 2015 y durante un año muchos de los veinteañeros como ella fueron “como una familia” en la sede central de la campaña en Brooklyn.

Unas semanas antes de las elecciones, me contó su historia y me hizo un tour de las oficinas de Clinton. El portavoz para asuntos hispanos, Jorge Silva, la definía entonces como una “estrella”.

La despedida

La noche de las elecciones, me la encontré de madrugada entre miles de personas justo a la salida de la fiesta que no fue de Hillary Clinton en el centro de convenciones Javits junto al río Hudson. Mientras charlábamos, llegó la alerta al teléfono de que Trump iba a salir a dar su discurso en unos minutos, unas pocas manzanas al norte de donde estábamos. Ella hablaba despacio y sonaba incrédula, pero a diferencia de muchos allí no lloraba.

Cuando nos separamos ella se fue a un dinner a comer algo con otros colegas de campaña y después a esperar el autobús de vuelta a casa hacia New Jersey. Unas horas después estaba de regreso en Manhattan escuchando a Clinton en el hotel New Yorker. Fue la última vez que vio a su candidata.

La mayoría de los jóvenes de la campaña de Clinton estuvieron juntos por última vez aquel miércoles 9 de noviembre, en el hotel y después en la sede recogiendo cajas con pocas horas de sueño. “Fue uno de esos momentos en los que todo se te viene encima. Se derrumbó todo lo que se construyó durante un año”, recuerda ahora la ex empleada de la campaña, que era parte del equipo para movilizar el voto hispano.

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Cura de Twitter

Tras aquellos días, Montañez se centró en la Universidad y después se fue de vacaciones a México. Borró la aplicación de Twitter de su teléfono para desconectar de verdad y dice que tras unas semanas empezó a recuperarse.

Ahora está centrada en una maestría de Periodismo en español de la Universidad Pública de Nueva York (CUNY). Se ve más como reportera en los próximos años, aunque reconoce que aún le queda el gusto por las campañas. “Hay harto campo, hartas opciones”, explica.

Su parte favorita de la campaña fue conocer Estados Unidos en toda su diversidad. La variedad del país es lo que más la fascinó aunque hasta las elecciones no se dio cuenta de hasta qué punto esos contrastes significaban una división profunda. "Es un país hermoso por lo diverso que es... Fue chocante saber que este país está tan dividido".

Este sábado estará en la marcha contra Trump organizada por mujeres. Montañez dice que “hay que aceptar” el resultado y que ése fue el mensaje que transmitió al equipo de campaña Hillary Clinton el último día que la vio, en aquel salón del hotel donde quiso dar las gracias a empleados y voluntarios. Pero la joven también dice que hay que asegurarse de que el nuevo presidente oiga la voz de personas como ella.

Lo propuso la misma noche que supo que Donald Trump resultó electo como el nuevo presidente y la respuesta ha sido masiva: se prevé que unas 200,000 personas asistirán a la protesta. Con el hashtag #WhyImarch, mujeres de todas las edades explican sus razones para marchar en este 21 de enero en Washington DC.
Video La abuela que inició la convocatoria a la marcha de las mujeres con un post de Facebook

La marcha

Por eso está convencida de su participación en la marcha con otros colegas de la campaña. Su esperanza es el evento bata récords de asistencia con centenares de miles de personas desfilando en Washington.

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“La razón de la marcha es darle un mensaje a Trump de que hay otras voces que importan y que son críticas para estos cuatro años. La voz de la mujer, del inmigrante, del cristiano, del musulmán, del joven, del periodista…”, dice.

Por la mañana, antes de viajar a Washington, tiene una clase en la Universidad, pero verá el discurso de Trump. “Hay que ver qué dice… Hay que estar atentos. El ignorar no es una buena fórmula, hay que estar atentos a lo que él diga, a lo que haga”.


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