Siete cosas que me llamaron la atención del encuentro entre May y Trump

Los elogios de May a su anfitrión, la visita de Estado que se avecina o la distancia sobre Rusia anuncian una relación especial un poco distinta.

moeh.jpg
Por:
Eduardo Suárez.
Trump y May en la Casa Blanca.
Trump y May en la Casa Blanca.
Imagen Reuters

Theresa May y Donald Trump respondieron juntos a las preguntas de los periodistas después de un breve encuentro en el Despacho Oval. Era la primera visita de un líder extranjero desde la toma de posesión del nuevo presidente y un hito importante para la primera ministra británica, obligada a gestionar la salida del Reino Unido de la UE después del referendo de junio de 2016. A continuación explico algunos detalles que me han llamado la atención de la rueda de prensa de May y Trump.

PUBLICIDAD

1. Un honor especial para Trump

May anunció que Trump había recibido una invitación de la Reina para efectuar una visita de Estado al Reino Unido en los próximos meses. Es un honor que han recibido hasta cinco presidentes de Estados Unidos: todos desde 1970 menos Jimmy Carter y George H. W. Bush.

Ninguno recibió la invitación tan pronto como el millonario neoyorquino, que suele decir que su madre escocesa era una admiradora de Isabel II y ha construido en Escocia un polémico campo de golf. Sólo Reagan en 1982 y Obama en 2011 tuvieron el honor de dirigirse a los miembros del Parlamento en sendos discursos históricos. ¿Le hará ese ofrecimiento May a Trump?

2. May invoca a la OTAN

La premier británica explicó que Trump le había dicho que estaba “al 100% detrás de la OTAN” y que ambos coincidían en el reconocimiento del “lazo irrompible de esta alianza”. No es un asunto menor. Países europeos como Polonia o las repúblicas bálticas temen que el nuevo presidente cumpla su amenaza de retirar el apoyo militar a sus aliados europeos.

May dijo que haría lo posible por convencer a sus colegas europeos de que debían elevar hasta el 2% su presupuesto militar, la cifra que se acordó en la cumbre de la OTAN de 2014 y que por ahora no todos acaban de cumplir. El gasto militar de los países europeos se encuentra estancado en una media del 1,7%. Muy lejos del 3,1% de los últimos años de la Guerra Fría y por debajo de lo que pide Trump.

Algunos países, temerosos del avance de Putin, sí han subido su presupuesto militar. Letonia lo subió un 60%, Lituania un 35% y Polonia y Estonia un 9%. Países como Francia, España o Alemania por ahora no han cambiado el paso y May se ofreció este viernes como intermediaria para convencerles. ¿De verdad lo puede lograr?

PUBLICIDAD

3. May le sigue el juego

May transmitió al nuevo presidente la enhorabuena por su “sorprendente victoria electoral”. La felicitación es una costumbre habitual en el lenguaje diplomático. El adjetivo es una forma inteligente de adular a un líder vanidoso como Trump.

No fue el único gesto de astucia de la primera ministra. Antes de su encuentro, posó junto a su anfitrión delante del busto de Churchill en un símbolo que es bueno para los dos. En realidad no hay un busto de Churchill sino dos como explica muy bien este artículo, que también explica que no fue Obama quien tomó la decisión de sacarlo del Despacho Oval. Pero el símbolo era importante para muchos británicos y también una forma de complacer a Trump, que elogió al Reino Unido como “una bendición para el mundo” y “una señal para la prosperidad y el imperio de la ley”.

4. El mal gesto de Donald

Al menos en dos ocasiones, el presidente respondió preguntas dirigidas a su interlocutora sin esperar a que ella lo hiciera. Al escuchar la dura pregunta de Laura Kuenssberg, Trump le dice a May en broma: “¿Y esta es la pregunta que has elegido? Hasta aquí ha llegado esta relación”.

PUBLICIDAD

Ningún periodista preguntó a la primera ministra británica por el machismo de Trump ni por sus palabras sobre las mujeres. Pero la conducta del presidente durante la rueda de prensa es lo que se conoce en inglés como mansplaining: explicar cualquier cosa a una mujer o hablar por ella en un tono de superioridad.

May no fue muy explícita sobre sus diferencias pero no se dejó intimidar por Trump: “Habrá momentos en los que no estemos de acuerdo. Pero para eso está la relación especial: para propiciar una discusión franca y abierta”.

5. Muy lejos sobre Rusia

Las respuestas sobre Rusia dejaron en evidencia una división inédita entre los dos países. Al fin y al cabo, el término lo acuñó Churchill en su célebre discurso de Fulton, cuando advirtió sobre la emergencia del telón de acero y sobre la amenaza de Moscú.

May advirtió que el Reino Unido no levantaría por ahora las sanciones a Rusia y que seguía pendiente de la resolución del conflicto en Ucrania en lo que se conoce como el proceso de Minsk.

Trump fue mucho más equívoco que su interlocutora. No dijo si levantaría las sanciones a Rusia y volvió a explicar que quiere tener una gran relación con Putin: “No conozco al caballero pero espero que tengamos una fantástica relación. Yo representaré al pueblo de EEUU con una gran fuerza. Pero unirnos para derrotar al ISIS es algo bueno, no es algo malo”.

6. Dudas sobre la tortura

Muchos europeos perciben con alarma las palabras elogiosas de Trump sobre la tortura. Algunos habrán recibido con alivio esta repuesta a un periodista británico: “Tengo un gran secretario de Defensa [James Mattis] que ha dicho públicamente que no le gusta la tortura y que no cree que sea eficaz. Yo no estoy de acuerdo pero él es un general muy respetado y dejaré que en eso decida él”.

PUBLICIDAD

Una orden ejecutiva de Obama prohibió lo que durante el mandato de Bush se conocía como técnicas de interrogatorio reforzado”. El eufemismo incluía prácticas como el ahogamiento simulado y su prohibición fue recibida con alivio por la comunidad internacional.

Unos días después de ser elegido, Trump se reunió con Mattis y éste le explicó que no creía que la tortura sirviera para evitar atentados terroristas. “Dame un paquete de cigarrillos y un par de cervezas y lo conseguiré más que con torturas”, le dijo el general a Trump.

7. El populismo de May

May llegó al poder por la dimisión de su predecesor y nunca ha sido elegida en las urnas. Su ventaja en los sondeos y el respaldo de su partido apuntalan su legitimidad. Pero en los próximos meses debe negociar la salida del Reino Unido de la UE y afrontar los problemas económicos derivados de esa decisión.

La primera ministra comparte con Trump un discurso duro sobre la inmigración y un cierto desprecio por la clase dominante. Al contrario que David Cameron, May se crió en un hogar humilde y aspira a pescar votos entre los votantes desencantados del laborismo. Esa estrategia concuerda con el atractivo de Trump entre los obreros del Medio Oeste y con sus buenas relaciones con los líderes del UKIP, el partido derechista que abanderó la causa del Brexit y cuyos votantes May aspira a reconquistar.

"Algo que el presidente y yo tenemos en común es que ponemos en el centro los intereses de los trabajadores corrientes de nuestros países e intentamos trabajar para sus familias", dijo May al final de la rueda de prensa en unas palabras que recuerdan el discurso de Trump.

PUBLICIDAD

Así cabe comprender el tono amable de las palabras de May en la Casa Blanca. A medio plazo quiere un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. A corto plazo necesita un aliado que le ayude a construir su propio perfil.

En su estreno diplomático, Donald Trump se reunió con Theresa May en la Oficina Oval antes de ofrecer la primera -aunque breve- rueda de prensa de su presidencia.
El presidente Trump recibe a Theresa May a la salida del vehículo que la llevó a la Casa Blanca. Es la primera visita oficial de un mandatario extranjero al nuevo presidente de los EEUU.
Los predecesores de Trump y May, Barack Obama y James Cameron, se reunieron en la Casa Blanca en varias ocasiones, en los años 2012, 2013, 2015 y en la residencia presidencial de verano Camp David en 2010. Pese a que Cameron era conservador, siempre se mantuvo la buena comunicación entre Washington y Londres.
Obama también se reunió en la Casa Blanca con el anterior Primer Ministro Británico Gordon Browm quien desempeñó ese cargo entre 2007 y 2009, despúes de Tony Blair.
Brown también visitó la Casa Blanca en la era George W. Bush, en abril de 2008. Reino Unido y EEUU reforzaron su alianza despúes de los atentados del 2001, que los llevó a emprender aciones miloitares en Irak y Afganistán.
Tony Blair, primer Ministro británico entre 1997 y 2007, fue condecorado con la medalla de la libertad por el presidente George W. Bush en la Casa Blanca, en 2009. Como mandatario visitó la sede del Poder Ejecutivo de Estados Unidos en 2001, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007 durante la era Bush, y a finales de la administración Clinton en 1999 y 1998. Su asociación con Bush para iniciar la guerra en Irak le costó al laborista la gran popularidad de la que gozaba entre los británicos.
Bill Clinton recibe en la Casa Blanca a Tony Blair, en 1998. Muchos pensaban que después de la gran sintonía entre ambos líderes, sería difícil para Bush mantener el nivel de cercanía con el gobierno laborista en Londres.
El conservador John Major fue primer ministro británico entre 1990 y 1997. El 24 de febrero de 1993 el recién electo presidente Bill Clinton lo recibió en la Casa Blanca, un mes de tomar la presidencia de Estados Unidos.
Ya de salida, el presidente de Estados Unidos George W. Bush recibe en la Casa Blanca a John Major, en 1992. Eran los años del triunfo del "frente occidental capitalista" ante la Unión Soviética
En los años de Ronald Reagan como presidente de EEUU (entre1981 y1989) y los de Margaret Thatcher como primera ministra británica (entre1979 a 1990) los mandatarios se reunieron varias veces. Esta fotografía es de una de esas visitas a principios de los 80. Ambos compartían una visión conservadora de línea dura que implicó severos cambios en las economías de sus países con políticas de corte neoliberal.
El presidente Jimmy Carter recibió en la Casa Blanca a James Callaghan en 1977, Primer Ministro británico entre 1976 y 1979.
1 / 11
En su estreno diplomático, Donald Trump se reunió con Theresa May en la Oficina Oval antes de ofrecer la primera -aunque breve- rueda de prensa de su presidencia.
Imagen BRENDAN SMIALOWSKI/Getty Images
Una multitud se congregó en el National Mall de Washington DC para participar de la Marcha por la Vida, apenas seis días después de que ese mismo lugar fue inundado por miles de opositores del presidente Donald Trump, muchos de ellos defensores del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Algunos de los que participaron dijeron estar agradecidos porque tienen un presidente que se define provida al igual que ellos, según reportes de prensa. (Foto/Reuters)
El tema se ha encendido ante la promesa de Trump de designar a un juez antiabortista para llenar el puesto que quedó vacante tras la muerte de Antonin Scalia. El vicepresidente Mike Pence es también una voz fuerte dentro del movimiento que se opone a que las mujeres decidan sobre lo que hacen con sus cuerpos. "La vida está ganando nuevamente en Estados Unidos", dijo varias veces Pence a la concurrencia. Sin embargo, no mencionó que la tasa de abortos en EEUU alcanzó en 2014 un mínimo histórico: 14.6 abortos por cada mil mujeres (de 15 a 44 años) en 2014, la tasa más baja desde la aprobación de Roe vs. Wade. Expertos aseguran que la baja está relacionada con el aumento en los últimos años del acceso a los anticonceptivos, la educación sexual y la planificación familiar. Mientras más prevención, menos abortos (Foto/Reuters)
Como gobernador de Indiana, Pence firmó leyes de aborto que han sido consideradas por muchos como las más estrictas de EEUU. Ahora, como vicepresidente, también ha expresado su intención de retirar el financiamiento a Planned Parenthood, las clínicas que ofrecen todo tipo de servicios de salud reproductiva, sobre todo aquellas de bajos recursos. Una de cada cinco mujeres que asiste a PP es latina. Aunque las opiniones sobre este proveedor están divididas y politizadas, la evidencia indica que son cruciales para la salud de las estadounidenses (Foto/Reuters).
Los participantes llevaron pancartas en las que vincularon a Trump con la 'ley de Dios'. Aunque se ha definido como 'prolife' o en contra del aborto con excepciones, su posición no ha sido explicada claramente. El pasado mes de marzo, en plena campaña presidencial, el entonces candidato republicano aseguró que las mujeres que se realizaban abortos deberían ser castigadas. Su propuesta generó un fuerte rechazo e hizo que 
<a href="http://www.univision.com/noticias/abortos/yo-aborte-donald-trump-y-no-me-vas-a-castigar-wontbepunished">las mujeres respondieran con firmeza compartiendo sus testimonios</a>: "Yo aborté Donald Trump y no me vas a castigar #Won'tBePunished". (Foto/Reuters)
"Los bebés pueden sentir la alegría estando en el útero", se lee en una de las pancartas. Aunque los manifestantes aseguran estar a favor de la vida, la evidencia indica que el acceso a abortos seguros —que es legal en EEUU desde 1973— salva vidas, reduce la tasa de abortos y empodera a las mujeres a respetar y controlar sus cuerpos (Foto/Reuters).
Imitando el mantra de Trump "hacer que EEUU sea grandioso nuevamente", una de las pancartas reza "votamos para hacer que EEUU sea pro vida nuevamente". (Foto/Reuters)
En sus primeras medidas como presidente, Trump 
<a href="http://www.univision.com/noticias/abortos/trump-firma-ley-para-prohibir-la-financiacion-de-grupos-de-salud-proaborto-internacionales">reinstauró una política</a> que prohíbe la ayuda estadounidense a organizaciones no gubernamentales en el extranjero que faciliten o promuevan el aborto. Esta decisión de Trump de 
<b>restablecer la prohibición de esos fondos ha encendido las alarmas</b>, pues aunque se trata de un tema que siempre ha sido polémico en cada cambio de administración, este primer cambio marca de entrada la línea de manejo del nuevo presidente sobre los asuntos de la salud reproductiva de la mujer, la planificación familiar y por supuesto el aborto. (Foto/Reuters)
Lo participantes comenzaron a congregarse cerca de las 10:00 de la mañana y a la 1:00 de la tarde iniciaron su recorrido por la Avenida Constitución para llegar a la Corte Suprema, la máxima instancia judicial del país, justo una semana después de que se llevara a cabo una multitudinaria marcha a favor de la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres y su capacidad de decidir (Foto/Reuters).
1 / 8
Una multitud se congregó en el National Mall de Washington DC para participar de la Marcha por la Vida, apenas seis días después de que ese mismo lugar fue inundado por miles de opositores del presidente Donald Trump, muchos de ellos defensores del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Algunos de los que participaron dijeron estar agradecidos porque tienen un presidente que se define provida al igual que ellos, según reportes de prensa. (Foto/Reuters)
Imagen YURI GRIPAS/REUTERS
En alianza con
civicScienceLogo