Trump olvida sus ideas de campaña y anuncia más tropas para Afganistán

Sin dar datos precisos sobre aumento de fuerzas, ni una cronología de retiro, el presidente delineó una política que promete alargar la guerra más larga de la historia de EEUU.

Carlos Chirinos
Por:
Carlos Chirinos.
El presidente estadounidense anunció que hará cambios a su estrategia en Afganistán, porque retirar a las tropas del país tendría efectos "inaceptables" en la región. La decisión contradice su promesa electoral de retirada total, algo que reconoció al enfatizar que "las decisiones son más difíciles cuando uno está sentado en el Despacho Oval".
Video Los 3 puntos de Trump para que EEUU permanezca en Afganistán pese a su promesa de retirada

El presidente Donald Trump transitó la campaña de 2016 con un discurso antiintervencionista y aislacionista que parecía presagiar el fin de aventuras militares como la que empezó EEUU en Afganistán hace 16 años.

Este lunes, rodeado de soldados vestidos en uniformes de camuflaje en Fort Myer, en Arlington, Virginia, el presidente trató de mantener esas promesas anunciando un cambio de estrategia en la nación asiática, pero sin ofrecer datos sobre número de tropas o recursos, y sin especificar tiempos, dejando sin avizorar un fin para la que es la guerra más larga en la que se han visto involucrados los estadounidienses.

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“Un pilar fundamental de nuestra nueva estrategia es un cambio de una aproximación temporal a una basada en condiciones. He dicho muchas veces cuán improductivo es para EEUU anunciar por adelantado las fechas en las que pretendemos empezar o terminar operaciones militares. No hablaremos de número de tropas o nuestros planes para actividades militares adicionales”, dijo el presidente.

“Le pediremos a nuestros aliados de la OTAN y nuestros socios globales apoyar nuestra nueva estrategia, con tropas adicionales e incremento del financiamiento en línea con nosotros. Tenemos la confianza de que lo harán”.

Lo que no quedó bien especificado en el discurso presidencial es cuáles son esas condiciones, además de que no está claro hasta qué punto el Congreso permitirá al Ejecutivo comprometer recursos materiales y humanos en una guerra para la que aparentemente no hay final a la vista.

Según The New York Times la idea es aumentar en 4,500 soldados la actual fuerza de 8,500 desplegada en Afganistán.

Trump ofreció tres puntos para fundamentar su política en Asia y el sureste asiático: primero, la búsqueda de un resultado durarero y razonable; segundo, evitar las consecuencias de una retirada rápida que, dijo, son predecibles e inaceptables, y tercero, el reconocimiento de que las amenazas de seguridad que se enfrentan en Afganistán son inmensas.

“Mi instinto original era retirarnos, e históricamente me gusta seguir mis instintos, pero toda mi vida escuché que las decisiones son muy diferentes cuando te sientas tras el escritorio de la Oficina Oval. Así que estudié Afganistán en gran detalle desde cada ángulo” dijo Trump, quien aseguró compartir con el pueblo estadounidense la frustración de asistir a "una guerra que no se gana".

En una transmisión televisada desde Arlington, en Virginia, el presidente dijo que EEUU seguirá enviando tropas a Afganistán. El anuncio contradice su promesa electoral de una retirada total del país.
Video Discurso completo: Trump anuncia la estrategia de su gobierno en Afganistán


Trump escogió el tema de las operaciones militares en Afganistán para su primera comparecencia a la nación en horario estelar desde que llegó a la Casa Blanca hace siete meses.

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El mandatario empezó su disertación hablando sobre los sacrificios que han hecho los uniformados desde la fundación del país y se refirió a cómo su labor iba más allá de razas, color y credo para trabajar juntos por la nación, en lo que se interpreta como una referencia a la polémica sobre la ambigua respuesta que dio a la violencia racista que estalló en Charlettosville, Virginia dos semanas atrás.

“Cuando abres tú corazón al patriotismo no hay espacio para la intolerancia ni el odio”, dijo Trump, quien no se refirió directamente a los incidentes protaagonizados por supremacistas blancos y grupos nazis, pero repitiendo el mismo mensaje de conciliación que los principales jefes militares habían dado al evento y a la polémica posterior alimentada por las palabras del presidente.

Cambio de opinión

El fin de semana Trump estuvo reunido con sus asesores militares en la residencia vacacional de Camp David, dándole toques finales a la estrategia para Afganistán, una tarea que muchos habían destacado que el presidente no terminaba de asumir, en parte por ese debate entre Bannon y figuras claves de su gabinete de seguridad.

Aunque en realidad se mantiene un esfuerzo de guerra que empezó en 2001 en tiempos de George W. Bush y que profundizó Barack Obama, se trata de un importante ajuste en el pensamiento de Trump, quien siempre expresó su escepticismo respecto a los esfuerzos realizados por los gobiernos anteriores de seguir empeñados en mantener las operaciones en Afganistán, las que consideró en algún momento "fútiles".

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De hecho, el mandatario se permitió una crítica a lo que hizo Obama al ordenar el retiro de tropas de Irak en 2011, y aseguró que generó el vacío para la insurgencia del grupo extremista autodenominado Estado Islámico.

El grupo de los “aislacionistas” que encabezaba el recién despedido estratega jefe presidencial Steve Bannon, ha sido muy critico con el que Washington siga inmerso en costosas aventuras militares exteriores bajo la doctrina de la construcción de naciones.

"No estamos construyendo naciones de nuevo, estamos matando terroristas", el mensaje en Twitter de la portavoz presidencial Sarah Sanders que resume el cambio de filosofía anterrorista del presidente.

Pero el presidente se ve derrotado por la presión de la realidad en el terreno que, según los principales responsables del Pentágono, desaconseja reducir las fuerzas estadounidenses para impedir que grupos como el talibán recuperen espacios y puedan desestabilizar al gobierno de Kabul.

Sin embargo, Trump se ratificó en la idea expresada durante la campaña, y promovida por Bannon, de que Washington no debe ser un policía moral que acuda en la ayuda de Estados fallidos y que se involucre en conflictos extranjeros con el argumento moral de la defensa y promoción de la democracia.

No usaremos más el poderío militar de EEUU para edificar democracias en tierras lejanas, o para reconstruir otros países a nuestra imagen. Esos días ahora se han acabo. En cambio, trabajaremos con los socios y aliados para proteger nuestros intereses compartidos.

“No le pedimos a otros cambiar su manera de vivir, pero que persigan el objetivo común de permitir a nuestros niños vivir mejores vidas. Este realismo principista guiará nuestras decisiones en lo adelante”

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Este abandono, al menos retórico, de la política de promoción de la democracia que ha sido central para Washington desde hace varias décadas, puede no tener un buen recibimiento en el Congreso no solo porque abandona algo que buena parte de la clase politica estadounidense considera un deber moral con la humanidad, sino porque desdibuja la razón de esta y futuras intervenciones militares.

Cuando el presidente habla de "condiciones" y asegura que la misión de los uniformados es "matar terroristas" elimina uno de los argumentos que suele emplearse para justificar intervenciones en otros países.

La continuación de la presencia estadounidense en Afganistán es también una manera de influir en la vecina Pakistán, país al que Washington lleva años pidiendo que controle los focos del Talibán que existen en su territorio y que, según los analistas militares, reciben apoyo de tribus locales y de algunos factores dentro del gobierno pakistaní.

Antes y ahora

En enero de 2013, Trump criticó en un mensaje de Twitter la estrategia de Obama de “seguir gastando dinero” en vez de decidir un “rápido retiro” de una guerra que consideraba que nunca debió haberse iniciado.

Sin embargo, el ahora presidente había reconocido cuando era precandidato republicano en una entrevista con CNN en octubre de 2015 que dejaría tropas en Afganistán “a regañadientes” porque la situación en ese país era tan caótica que cualquier reducción de fuerzas generaría un colapso regional.

Barack Obama quiso poner fin a la guerra en Irak, por la que tanto criticó al gobierno de George W. Bush, e invertir esfuerzos en Afganistán, la guerra que el anterior presidente consideraba que era justo pelear para reducir la amenaza del terrorismo fundamentalista representado por Al Qaeda.

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Aunque Obama concebía el aumento de las operaciones en Afganistán con una fecha fija de terminación, no pudo cumplir con el plan de retirar las tropas estadounidenses, como se había planteado al inicio de su mandato y por el contrario dejó a su sucesor la responsabilidad de definir la ruta a seguir.

¿Y la opinión pública?

La ciudadanía no parece respaldar la continuación de la presencia en Afganistán, a juzgar por los sondeos de opinión.

Una encuesta de Politico/Morning Consult indica que solo un 20% de los estadounidenses considera que la guerra se está ganando (aunque los principales líderes militares reconocen que está "estancada") Pero más notable es el hecho de que un 40% no tenga opinión sobre el tema, lo que parece indicar que se trata de un asunto ajeno y lejano para muchos.

En noviembre de 2016, el 57% de los distritos afganos estaban bajo control del gobierno de Kabul, una reducción del 15% respecto al año anterior, de acuerdo con un informe presentado al Congreso por el Inspector Especial para la Reconstrucción de Afganistán.

En la actualidad hay unos 8,400 soldados estadounidenses destacados en Afganistán, la mayor parte del contingente de 13,000 tropas internacionales que respaldan y dan asesoría a las fuerzas de seguridad locales.

Aunque desde 2014, los estadounidenses no participan en operaciones de combate abiertas, unos 2,000 de esos soldados llevan a cabo misiones especiales junto a militares afganos contra militantes de grupos extremistas como el autodenominado Estado Islámico.

La Casa Blanca deberá buscar maneras de garantizar que el gobierno afgano haga un mejor trabajo en el control de la seguridad y en las mejoras de la administración de estado, así como el compromiso de que los socios de la OTAN participen en el esfuerzo por la estabilización regional.

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La clave del éxito de Trump para vender esta nueva estrategia a la opinión pública y no perder demasiados apoyos entre quienes compraron su original discurso aislacionista sería presentarla como un compromiso limitado, que no implica un regreso a operaciones militares abiertas que pongan en riesgo vidas de soldados estadounidenses, y que sirve para la lucha contra el terrorismo.

Sin embargo, el presidente ha hecho justo lo contrario, dejando un escenario abierto, sin límites de recursos a usar ni fecha de caducidad para la guerra más larga de la historia estadounidense.

Semanas después de que se determinara la responsabilidad de Al Qaeda en 
<a href="https://www.univision.com/noticias/politica/las-fotos-nunca-vistas-del-atentado-al-pentagono-del-11-de-septiembde-de-2001-fotos"><u>los ataques al Pentágono y las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001</u></a> (en la foto), el presidente George W. Bush anunció que las fuerzas estadounidenses estaban contraatacando a este grupo terrorista y al Talibán en Afganistán. Este grupo islámico fundamentalista tenía el poder en ese país y era acusado de proteger a los terroristas antiestadounidenses. 
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<br>"Estas acciones cuidadosamente dirigidas están diseñadas para interrumpir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas y atacar la capacidad militar del régimen Talibán", 
<a href="https://www.nytimes.com/article/afghanistan-war-us.html"><u>dijo entonces Bush</u></a>.
Tropas estadounidenses cruzando en helicóptero desde Tayikistán a Afganistán, el 15 de noviembre de 2001. Estados Unidos y sus aliados de la OTAN aplastaron al régimen Talibán y antes del final de 2001 ya estaba fuera del poder. 
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<br>Al principio la ocupación fue relativamente exitosa y se instaló un gobierno pro-occidental. Sin embargo, este nuevo régimen no pudo mantener la estabilidad y el Talibán reconstruyó su capacidad de combate.
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Aldeanos afganos observan a los soldados estadounidenses registrando una casa en busca de talibanes y fuerzas de Al-Qaeda. Era una de las etapas finales de la "Operación Viper" en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, en febrero de 2003.
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<br>Aunque en mayo de 2003 el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, había anunciado el fin de las principales operaciones militares estadounidenses en Afganistán, los combates seguían y la amenaza Talibán parecía perpetuarse. Entonces Estados Unidos decidió seguir trasladando recursos militares a ese país.
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Dos militares estadounidenses juegan con un grupo de niños en Kandahar, en el sur de Afganistán, en enero de 2010.
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<br>Con el tiempo el Talibán fue aumentando su poder de fuego y los combates contra las fuerzas estadounidenses se hicieron más cruentos. En 2010 el presidente Barack Obama ordenó un aumento del despliegue de tropas, llegando a casi 100,000 a mediados de ese año.
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En mayo de 2011, el equipo SEAL de la Marina mató a Osama bin Laden en Abbottabad, Pakistán, donde estuvo oculto varios años. En junio de ese año Obama anunció que comenzaría a traer a las fuerzas estadounidenses a casa y entregaría la responsabilidad de la seguridad a los afganos para 2014. 
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<br>Esta fotografía muestra el momento en el que el presidente y su equipo observan la operación desde la Casa Blanca, el 1 de mayo de 2011.
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Wyatt McCain, de 8 años, sentado junto a la tumba de su padre en el Cementerio Nacional de Arlington, el Día de los Caídos de 2012. El soldado Johnathan McCain murió por la explosión de una bomba al borde de una carretera en Afganistán, en noviembre de 2011.
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<br>Luego de diez años de combates algunos líderes militares estadounidenses habían llegado a la conclusión de que la guerra no se podía ganar militarmente y que solo un acuerdo negociado podía poner fin al conflicto.
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Claudia MacPherson, sosteniendo a su hijo Brayden, toca el ataúd de con los restos de su esposo muerto en combate en Afganistán. La familia recibió en el aeropuerto de Los Alamitos, California al sargento de ejército Thomas R. MacPherson, quien murió en un tiroteo con fuerzas del Talibán el 12 de octubre de 2012.
Hilda Ortiz Clayton, una soldado y fotógrafa de combate estadounidense, tomó esta fotografía del momento en que un tubo de mortero explotó durante un ejercicio de las tropas estadounidenses y las afganas, en julio de 2013. Cuatro soldados del ejército de Afganistán murieron con la explosión, y también Clayton.
Un grupo de soldados trasladó el ataúd con los restos de Christopher O Grant en la base aérea Dover, Delaware, el 23 de octubre de 2013. El militar, oriundo de Richwood, Louisiana, murió en un combate en la provincia de Helmand, en Afganistán.
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<br>Los combatientes afganos derrotaron al ejército británico en el siglo XIX y al ejército soviético en la década de 1980.
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Dos militares estadounidenses patrullan una aldea cerca de Kandahar, Afganistán, el 3 de marzo de 2014.
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<br>Con la guerra en un punto muerto, Obama puso fin a las principales operaciones de combate el 31 de diciembre de 2014. Desde entonces la prioridad sería impulsar el entrenamiento y las ayudas a las fuerzas afganas para retirar definitivamente las tropas estadounidenses.
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El Teniente Matthew Green (izquierda) y su hermana Amelia Green lloran sobre el ataúd de su padre, el General de División del Ejército Harold J. Greene. Fue durante su funeral en el Cementerio Nacional de Arlington, el 14 de agosto de 2014. 
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<br>Greene fue asesinado a tiros cuando visitaba la academia militar nacional de Afganistán en Kabul, Afganistán. Fue el oficial del Ejército de mayor rango muerto en combate desde la Guerra de Vietnam.
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Soldados estadounidenses en una instalación de distribución de equipos militares en Kandahar, Afganistán,el 8 de marzo de 2014. Allí se almacena el material que irá de regreso a Estados Unidos, luego de resultar dañado o quedar inutil en el terreno. 
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El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, expresa la gratitud de su país por el compromiso de Estados Unidos y los sacrificios militares durante un discurso en una sesión conjunta del Congreso, el 25 de marzo de 2015. 
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<br>Tres años después del anuncio de Obama en 2014, el presidente Donald Trump dijo que aunque su primer instinto había sido retirar todas las tropas, debían quedarse para mantener a raya al Talibán.
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Un helicóptero Black Hawk estadounidense sobrevuela el lugar de un ataque suicida Talibán en Kandahar, Afganistán, el 2 de agosto de 2017.
Britt K. Slabinski, miembro del grupo militar élite Navy Seal, recibe la Medalla de Honor de Donald Trump de manos de Donald Trump en la Casa Blanca, el 24 de mayo de 2018. Fue condecorado por sus acciones heroicas durante el conflicto con Afganistán.
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<br>Desde 2018 Estados Unidos había estado negociando con el Talibán, en busca de un acuerdo que garantizara la salida de Estados Unidos del conflicto y el fin del apoyo de los talibanes a los grupos terroristas.
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El veterano estadounidense Jordan Sisco, quien perdió sus piernas en combate en Afganistán, practica surf en un evento en Huntington Beach, California, en 2019. 
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<br>La larga presencia de Estados Unidos en Afganistán no dejó solo miles de muertos, muchos militares regresaron a casa con problemas físicos y psicológicos.
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El 29 de febrero de 2020 Estados Unidos y el Talibán 
<a href="https://www.univision.com/noticias/mundo/estados-unidos-y-el-taliban-firman-un-historico-acuerdo-que-busca-poner-fin-a-la-guerra-en-afganistan"><u>firmaron un acuerdo histórico con el fin de poner fin a la guerra</u></a>.
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<br>Estados Unidos comenzaría a retirar miles de tropas a cambio de que los talibanes eviten que Afganistán sea una plataforma de lanzamiento para ataques terroristas del grupo Estado Isllámico (ISIS), descendiente de Al Qaeda. También debía cesar la escalada de violencia en ese país.
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Soldados del ejército de Estados Unidos en Fort Drum, Nueva York, el 10 de diciembre de 2020. Regresaban luego de estar 10 meses en Afganistán. 
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<br>Luego de un acuerdo con el Talibán, la administración Trump tenía planeado que todas las fuerzas estadounidenses estuvieran fuera de ese país para el 1 de mayo de 2021.
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El 14 de abril de 2021 el presidente Joe Biden realizó un recorrido por el cementerio de Arlington, en Virginia. Allí han sido enterrados muchos de los militares caídos en el conflicto con Afganistán. 
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<br>Ese día anunció que extendía el tiempo de retirada total de tropas hasta septiembre de 2021, argumentando que la retirada debía garantizar que las fuerzas oficiales afganas mantuvieran a raya a los talibanes. 
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<br>"No podemos continuar el ciclo de extender o expandir nuestra presencia militar en Afganistán con la esperanza de crear las condiciones ideales para nuestra retirada, esperando un resultado diferente", declaró el mandatario.
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Soldados de Estados Unidos bajan la bandera durante una ceremonia de entrega al Ejército Nacional Afgano, en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, el domingo 2 de mayo de 2021.
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<br>La meta de la administración Biden es que todas las tropas de Estados Unidos serían retiradas de Afganistán para el 11 de septiembre, cuando se cumplen 20 años de los ataques terroristas a las Torres Gemelas y el Pentágono. 
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<br>Esto pondría fin a la guerra más larga en la que haya participado el país en toda su historia. 20 años de conflicto en Afganistán le costó a Estados Unidos más de 2,400 vidas y unos dos millones de millones de dólares (dos billones, 
<i>trillions</i> en inglés).
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Semanas después de que se determinara la responsabilidad de Al Qaeda en los ataques al Pentágono y las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 (en la foto), el presidente George W. Bush anunció que las fuerzas estadounidenses estaban contraatacando a este grupo terrorista y al Talibán en Afganistán. Este grupo islámico fundamentalista tenía el poder en ese país y era acusado de proteger a los terroristas antiestadounidenses.

"Estas acciones cuidadosamente dirigidas están diseñadas para interrumpir el uso de Afganistán como base de operaciones terroristas y atacar la capacidad militar del régimen Talibán", dijo entonces Bush.
Imagen KEITH MEYERS/AFP via Getty Images
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