Cómo la desigualdad erosiona los avances en la lucha contra el sida (y otras pandemias)

40 años después de que se reportaran los primeros casos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, el virus sigue representando una amenaza para el mundo. En el Día Mundial del Sida organizaciones hacen un llamado para que los líderes políticos atiendan las disparidades en el acceso a tratamientos y herramientas.

Por:
Univision
La epidemia aún no se ha logrado controlar, casi 37 millones de personas viven con VIH en todo el mundo.
Video La lucha contra el VIH/sida en números

Cuarenta años después de que se reportaran los primeros casos de sida en el mundo, la epidemia continúa pese a que hay tratamientos y herramientas para ponerle fin.

La razón: la desigualdad que hace que millones de personas, especialmente en países en vías de desarrollo, sigan sin acceso a ellas, algo que bien podría repetirse con el covid-19 y con cualquier otra pandemia que se presente si no se toman medidas.

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Esa es la advertencia de la Organización Mundial de la Salud y ONUSIDA, en el Día Mundial del Sida que este año se enfoca en la inequidad.

“Las desigualdades están impulsando la pandemia del sida, pero también la del covid-19. Si no se toman medidas transformadoras para atacarlas, el mundo seguirá atrapado en la crisis del coronavirus y seguirá peligrosamente poco preparado para las pandemias que vendrán”, advierte en un comunicado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima.

7 millones de muerte por sida en la próxima década

La advertencia forma parte de un nuevo informe de ONUSIDA, donde se proyecta que habrá más de 7 millones de muertes relacionadas con el sida en la próxima década si no se adoptan medidas drásticas. Especialmente ahora que la pandemia del covid-19 ha socavado la respuesta contra el VIH: en 2020 se redujo el ritmo de las pruebas de detección y menos personas con iniciaron tratamiento, alerta el reporte. Todo esto atenta contra la meta de la Organización de las Naciones Unidas de poner fin a la epidemia del VIH para 2030.

“Todavía es posible ponerle fin a la epidemia para 2030, sin embargo, eso nos exigirá una acción gradual y una mayor solidaridad. Para vencer al sida y crear resiliencia contra las pandemias del mañana, necesitamos más que nunca una acción colectiva”, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres.

Si bien todavía no existe una cura o una vacuna para el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), sí hay herramientas de prevención y tratamientos que permiten que el diagnóstico ya no sea una sentencia de muerte, como ocurría hace décadas.

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A la fecha, 36 millones de personas han muerto de sida y 38 millones viven actualmente con VIH en el mundo. Se estima que en 2020 hubo un millón y medio de nuevos contagios y más de 680mil muertes asociadas a la enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud.

Dos tercios de los casos en África

La mayoría de los pacientes VIH positivo viven en países de bajos y medianos ingresos. De los 38 millones de personas portadoras del virus en el mundo, más de dos tercios (25 millones) viven en África.

Una estadística que resuena con el desigual mapa de vacunación contra el coronavirus en el que África tiene el más lento índice de vacunación que cualquier otro continente; mientras que el 74% de las dosis van a países con medianos y altos ingresos.

“Si no tomamos las medidas necesarias para abordar las desigualdades que impulsan el VIH hoy en día, no solo no lograremos poner fin a la pandemia de sida, sino que también dejaremos nuestro mundo peligrosamente desprotegido para futuras pandemias”, recalca Helen Clark, copresidenta del Panel Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia, en el prólogo especial del informe de ONUSIDA.

Allí explica que “la pandemia encuentra espacio para crecer en las fracturas de sociedades divididas” y que los médicos y científicos que trabajan para acabar con ella “nunca podrán tener éxito a menos que los líderes mundiales adopten las medidas que les permitan lograrlo”.

“Los patógenos que van desde el VIH hasta el virus que se esconde detrás del covid-19 invaden las grietas y las fisuras de nuestra sociedad con un oportunismo incansable”, dice Paul Farmer, de Partners in Health, una organización sin ánimo de lucro que desde hace décadas se dedica a tratar el sida en entornos de pobreza.

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En EEUU las inequidades también persisten

Incluso en los países desarrollados, que disponen de suficientes pruebas diagnósticas y medicamentos antirretrovirales, las inequidades en el acceso a la salud se reflejan en las estadísticas del VIH/sida.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, en Estados Unidos, la mitad de los diagnósticos nuevos de VIH reportados en 2019 ocurrieron en los estados del sur y la prevalencia es mucho mayor en los hombres negros que, aunque representan el 13% de la población, constituyen el 42% de los nuevos diagnósticos de VIH en el país.

La pobreza, desempleo y falta de acceso a seguro médico contribuyen a estas inequidades.

Algo similar ocurre con el covid-19 que ha afectado desproporcionadamente a grupos minoritarios de la población como los negros y los hispanos.

Para expertos como Anthony Fauci, quien enfocó gran parte de su carrera en el VIH/sida, hay claros paralelismos entre la pandemia del SIDA y la del covid-19.

Entre los que enumera en un artículo publicado en la revista Nature están el “cómo la desinformación y negación pueden promover más enfermedad y muerte” y “cuánto pueden tardar las intervenciones en llegar a las poblaciones vulnerables”.

Allí recalca que la gran prioridad sigue siendo “asegurarse que todos tengan acceso a opciones de tratamiento y prevención”.

En una proclamación divulgada en el marco del Día Mundial del Sida, Biden reiteró su compromiso por atender las disparidades y anunció que esta semana revelarán una estrategia actualizada para reducir las inequidades en el acceso a la detección del VIH y a las herramientas de prevención.

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Dentro de su presupuesto, destinó 670 millones de dólares para apoyar al Departamento de Salud y Servicios Humanos a reducir los diagnósticos y muertes por sida en el país.

<b>Charlie Sheen, actor.</b> Reconoció públicamente su enfermedad en una entrevista para el programa “Today’ de la cadena NBC en 2015. “Estoy aquí para admitir que, de hecho, soy VIH positivo”. Su médico explicó que los medicamentos antirretrovirales han suprimido el virus de tal manera, que la carga viral ya es muy baja y no es detectable en su sangre.
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<b>Rock Hudson, actor</b>. Fue la primera celebridad en reconocer que padecía la enfermedad. En julio de 1985 sy publicista Yanou Collart confirmó los rumores de su padecimiento: “Nunca olvidaré la expresión de su rostro, muy pocas personas sabían que era gay. Estaba destruyendo su propia imagen y en sus ojos se veía esa resignación”, 
<a href="http://www.huffingtonpost.com/2013/07/25/rock-hudson-aids-announcement_n_3653755.html" target="_blank">recordó</a>. El actor falleció ese mismo año, el 2 de octubre de 1985.
<b>Earvin ‘Magic’ Johnson, basquetbolista</b>. Anunció en 1991 que era portador del VIH en una rueda de prensa. A sus 56 años, más de dos décadas después de su diagnóstico, ha logrado impedir la aparición del sida gracias a los tratamientos retrovirales. Su infección fue detectada a tiempo: se convirtió en pionero de los tratamientos y su caso ayudó a cambiar la percepción sobre lo que era el virus y cómo podía transmitirse.
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<b>Freddy Mercury, vocalista del grupo Queen</b>. Confirmó que era VIH positivo y había desarrollado sida en un comunicado dado a conocer un día antes de su muerte, el 24 de noviembre de 1991. Falleció por una neumonía consecuencia de la enfermedad.
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<b>Greg Louganis, atleta, doble campeón olímpico.</b> En 1995 hizo público que es VIH positivo: “No sabía cómo la gente lo iba a recibir. No soy Magic Johnson. No soy heterosexual, soy gay. Recibo muchas críticas, pero esto era lo que tenía que hacer”, dijo al momento del anuncio. Su revelación ocurrió siete años después de haber participado en los Juegos Olímpicos de Seúl, donde sufrió un accidente: se golpeó la cabeza contra la plataforma de salto y sangró abundantemente al caer en la piscina.
<b>Larry Kramer, escritor</b>. Descubrió que estaba infectado con VIH en 1988, tras una complicación en una cirugía de hernia congénita. Fue testigo de la extensión de la enfermedad entre sus amigos en la década de 1980 y escribió la pieza teatral 
<i>The Normal Heart</i>, sobre la apatía que existía en Estados Unidos en la época con respecto al sida. Es un activista de los derechos de la comunidad gay y ha dedicado su vida a concientizar sobre el VIH. 
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Charlie Sheen, actor. Reconoció públicamente su enfermedad en una entrevista para el programa “Today’ de la cadena NBC en 2015. “Estoy aquí para admitir que, de hecho, soy VIH positivo”. Su médico explicó que los medicamentos antirretrovirales han suprimido el virus de tal manera, que la carga viral ya es muy baja y no es detectable en su sangre.
Imagen Christopher Polk/Getty Images
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