Una ciudadana china entró ilegalmente este miércoles en el club Mar-a-Lago del presidente Donald Trump y fue arrestada cuando se negó a irse, según informó la policía, en lo que constituye la segunda ocasión en que una mujer de ese país es acusada de entrar ilegalmente al complejo de Florida este año.
Por segunda vez en el año una ciudadana china es arrestada por irrumpir en Mar-a-Lago
Jing Lu, de 56 años, fue arrestada por los oficiales del condado de Palm Beach, acusada de merodear y rondar una propiedad privada. Es la segunda ciudadana china que entra ilegalmente en el famoso club del presidente este año.

Jing Lu, de 56 años, fue confrontada por los oficiales de seguridad del club privado, quienes le pidieron que se fuera, pero la mujer regresó para tomar fotos, informó a la agencia AP el portavoz de la policía de Palm Beach, Michael Ogrodnick.
Al ser arrestada, los oficiales del condado de Palm Beach determinaron que tenía una visa vencida. Lu fue acusada de merodear y rondar y fue detenida este miércoles y trasladada a la cárcel del condado.
El presidente y su familia no se encontraban en el club el miércoles. Mientras en el Capitolio se le acusaba oficialmente por dos cargos que avalarían su destitución, convirtiéndose en el tercer presidente en ejercicio de la historia en ser juzgado, Trump estaba en un mitin en Michigan; pero se espera que la familia llegue a Mar-a-Lago el fin de semana para pasar las vacaciones allí.
El pasado mes de marzo otra ciudadana china, Yujing Zhang, una mujer de negocios de Shanghai de solo 33 años, también fue arrestada por acceder ilegalmente a la propiedad. En ese momento Zhang llevaba una computadora portátil, teléfonos y otros dispositivos, lo cual llevó a la especulación de que podría tratarse de una espía, pero luego nunca fue acusada de espionaje y salieron a la luz mensajes de texto que había intercambiado con otra persona en los que quedaba claro que la mujer era fanática del presidente y quería reunirse con él o su familia.
Zhang fue declarada culpable en septiembre de allanamiento y de mentir a agentes del Servicio Secreto y fue sentenciada el mes pasado a tiempo cumplido. Actualmente se encuentra detenida esperando su deportación.
En otro caso de violación de la seguridad en Mar-a-Lago, un estudiante de la Universidad de Wisconsin fue arrestado en noviembre de 2018 tras colarse en el club y mezclarse entre los invitados. Finalmente se declaró culpable en mayo y recibió libertad condicional.
En ambos casos, Trump y su familia se quedaron en el resort, pero no hubo ninguna amenaza contra su seguridad.
Las agencias federales gastaron alrededor de 3.4 millones por cada visita de Trump, gran parte en seguridad, según un análisis de cuatro viajes de 2017 realizados por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EEUU. El Servicio Secreto no decide quién es invitado o bienvenido en el resort, una responsabilidad que pertenece al club, si bien los agentes escanean a los invitados fuera del perímetro, y luego vuelven a ser revisados dentro.
Notas Relacionadas
Mar-a-Lago se encuentra en la isla barrera de Palm Beach y constituye un símbolo de opulencia y poderío que cuenta con 128 habitaciones y 62,500 pies cuadrados (5,8000 metros cuadrados). Tras Trump ser elegido presidente en 2016, la empresa familiar duplicó la tarifa de iniciación para la membresía a 200,000 dólares.
El presidente pasa muchos fines de semana entre noviembre y abril allí, mezclándose con los 500 miembros del club, que pagan además $14,000 anuales.
Trump le compró Mar-a-Lago a Marjorie Merriweather Post en 1985. Él y Melania celebraron su boda allí en 2005 en un salón de baile de 20,000 pies cuadrados (1,860 metros cuadrados).






