TAMPA, Florida - Un parque dedicado al prócer cubano José Martí ubicado en Ybor City, es un enclave del gobierno de Cuba en Estados Unidos. Por sorprendente que parezca, así lo confirmó una investigación llevada a cabo por estudiantes del Programa de Estudios Internacionales de la Universidad del Sur de Florida, quienes determinaron que existe evidencia de que el terreno donde se ubica el parque fue transferido a la República de Cuba en 1956.
Parque de José Martí en Tampa: ¿Es real que le pertenece a Cuba?
Aunque la ciudad de Tampa podría reclamar el parque, no hay evidencia de que haya iniciado acciones legales para transferir la propiedad.

En enero de 1976, el equipo de investigación de la Universidad del Sur de Florida fue formado para verificar o desmentir la historia de que el Gobierno de Cuba es el propietario del Parque José Martí.
La tarea del equipo era reemplazar el rumor con hechos concretos y presentarlos al público. El parque, situado en Ybor City, un sector cubano de Tampa, honra a José Martí, una figura clave en la independencia de Cuba.
Después de varias visitas a la Biblioteca de Registros del Palacio de Justicia del Condado de Hillsborough, el equipo descubrió una escritura que mostraba la transferencia de propiedad a la República de Cuba en 1956. Sin embargo, esta escritura por sí sola no era prueba concluyente de que el gobierno cubano todavía poseía el terreno.
El terreno en cuestión se describe legalmente como el lote cinco del bloque 29 en el mapa de Ybor City, Condado de Hillsborough, Florida.
Una breve cronología de la propiedad muestra que Ruperto y Paulina Pedroso, propietarios en la época de las visitas de Martí a principios de la década de 1890, vendieron el terreno a Hanna C. Crenshaw en marzo de 1905.
En abril de 1925, E. H. Robson y John C. Cardwell compraron el terreno a los herederos de Crenshaw y, en mayo de 1925, lo vendieron a Anne C. Chandler. Posteriormente, la propiedad volvió a manos de la familia Crenshaw, hasta que Sallie C. Crenshaw la vendió a Manuel Quevedo Jaureguizar y su esposa, Mercedes Carillo la Guardia, en junio de 1951.
Una propiedad donada a Cuba por patriotismo
Quevedo y su esposa, ciudadanos cubanos residentes en La Habana, compraron el terreno con la aparente intención de donarlo eventualmente al Estado Cubano para honrar a José Martí.
El 10 de septiembre de 1956, Manuel Quevedo y su esposa transfirieron la propiedad al "Estado Cubano" por amor y afecto a su país natal.
La escritura original está escrita en español y fue traducida al inglés el 2 de octubre de 1956 en La Habana. En la traducción, se menciona el propósito de la donación: "consideran la mencionada casa como una verdadera reliquia para la República y el pueblo de Cuba, que debe pasar a la propiedad y dominio pleno del Estado Cubano para su conservación y custodia como homenaje de eterno agradecimiento y recuerdo a nuestro Apóstol por parte de la República Cubana y de las generaciones presentes y futuras de cubanos".
El Estado Cubano aceptó oficialmente la donación y la transacción fue certificada por el Cónsul de Estados Unidos en La Habana, John H. Marvin, en noviembre de 1956, legalizando el documento en términos del Gobierno de Estados Unidos.
En diciembre de 1956, la escritura fue registrada en el Condado de Hillsborough y una corrección fue registrada en enero de 1957 debido a un error en la descripción legal del terreno.
Los registros de impuestos del Condado de Hillsborough enumeran al "Estado Cubano" como propietario del terreno, clasificado como exento de impuestos.
Según la investigación, algunos empleados de la oficina del Asesor de Impuestos dudaban de la propiedad cubana, sugiriendo que la ciudad de Tampa podría reclamar el terreno según una ley estatal. No obstante, no hay registro de que la ciudad haya hecho tal reclamo y solo una acción judicial podría efectuar una transferencia legal de la propiedad.
Aunque la investigación de los estudiantes y la evidencia documental indican que la República de Cuba posee el terreno del Parque José Martí, la posesión legal de esta propiedad sigue siendo incierta, pero la falta de un reclamo formal por parte de la ciudad de Tampa y la clasificación del terreno como exento de impuestos refuerzan la idea de que, hasta la fecha, el parque sigue siendo de propiedad cubana.
La pregunta sobre el futuro del parque y su propiedad queda abierta, pero por ahora, el legado de José Martí sigue siendo honrado en este pequeño rincón de Tampa.