Este lunes, la reina Isabel II fue sepultada en el Castillo de Windsor en medio de una ceremonia llena de varios simbolismos, como la remoción de la corona y el quiebre del bastón de mando. Al evento asistieron cerca de 2,000 invitados especiales y varias personas del común pudieron presenciar la procesión del ataúd hasta su destino final, lanzarle flores y aplaudirle. Además, algunas cámaras retrataron al rey Carlos III muy conmovido, así como a Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, llorando.
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