Salt Lake City, Utah. El pasado viernes 19 de agosto cientos de personas, entre activistas y víctimas de abuso sexual infantil, llegaron al Capitolio de Utah para exigirle al gobierno cambios en sus leyes.
Sobrevivientes de abuso sexual infantil piden a la Iglesia cambiar sus métodos y al gobierno sus leyes
En la entrada principal del Capitolio en Salt Lake City, sobrevivientes de abuso sexual infantil le pidieron al gobierno cambiar las leyes y obligar así a los religiosos a revelarle a la policía las confesiones de abuso sexual por parte de sus fieles.

¿Qué exigen? Buscan que el personal de las iglesias y sus líderes acudan a las autoridades y reporten los casos de abuso sexual infantil revelados por sus fieles en actividades o confesiones.
Lo que detonó esta situación es un reportaje de The Associated Press que revela un presunto método de miembros de la Iglesia de Jesucristo.
Se trata de un protocolo para llevar este tipo de confesiones por vías internas, lejos de una posible denuncia policial.
Un obispo acudió a una línea de ayuda interna y el personal le indicó que no debía ir a la policía
Alrededor de 12 mil páginas de una demanda contra la Iglesia de Jesucristo en Virginia señalan el caso de un miembro que le confesó a un obispo que abusaba sexualmente de una pequeña de tan solo siete años.
El obispo John Herrod acudió a una línea de ayuda interna y el personal le indicó que no debía ir a la policía ni a servicios de protección de menores.
Herrod le contó a otro obispo de su iglesia y después de consultar a otros funcionarios la respuesta era que no tenían que hacer una denuncia.
“Me dijeron que no podía hacer nada”
Además, que estaban protegidos por algunas leyes y normas sobre la relación entre clérigos y penitentes: El secreto de confesión.
“Me dijeron que no podía hacer nada”, contó el obispo Herrod en una entrevista grabada con las autoridades y que forma parte del reportaje de The Associated Press.

Las autoridades detuvieron al padre de la niña años después, debido a una denuncia fuera de la iglesia. En la cárcel se suicidó antes de ser juzgado.
Mediante un comunicado, la Iglesia de Jesucristo le señaló a Univision 32 que:
“La Iglesia cree que el abuso de un niño o de cualquier otro individuo es inexcusable”.
La respuesta también resalta que sus sistemas buscan encontrar y ofrecer los recursos necesarios para prevenir, abordar y así alcanzar una denuncia ante cualquier tipo de abuso sexual.

Mediante un segundo comunicado la Iglesia de Jesucristo señaló que buscan ayudar a las víctimas a recibir atención y consejo por parte de profesionales.
Sobre el reportaje de The Associated Press, indican que tiene fallos en los hechos y la cronología.
"El obispo trató repetidamente de intervenir y fomentar la denuncia"
“A finales de 2011, Paul Adams hizo una confesión a su obispo sobre un único incidente del abuso de un niño.”
“El obispo llamó a la línea de ayuda, donde le aconsejaron sobre cómo cumplir plenamente con las leyes para denunciar en el estado de Arizona”.
“A partir de ese momento, el obispo trató repetidamente de intervenir y fomentar la denuncia, incluyendo:
- Aconsejando a Paul Adams de que se arrepintiera y buscara ayuda profesional.
- Pedirle a Paul que hiciera la denuncia, a lo que se negó y también se negó a dar permiso al obispo para hacerla.
- Animar a la esposa de Paul a que denunciara, se negó y posteriormente cumplió condena en prisión por este caso”.
“La línea de ayuda no se utiliza para encubrir los abusos”
“No fue hasta casi cuatro años después que los líderes de la Iglesia se enteraron por los medios de comunicación de la magnitud del abuso y que implicaba a una segunda víctima”.
“La sugerencia de que la línea de ayuda se utiliza para encubrir los abusos es completamente falsa”.
“La línea de ayuda a los abusos de la Iglesia tiene todo que ver con la protección de los niños y no tiene nada que ver con el encubrimiento”.
“Si nosotros como seres humanos no estamos protegiendo a nuestros niños, estamos fracasando”
Lindsey Lundholm, organizadora de la marcha frente al Capitolio de Utah en Salt Lake City, contó parte de su experiencia como víctima de abuso sexual.
Lindsey era miembro de la Iglesia de Jesucristo en Idaho, ella le contó su historia a un obispo y en vez de reportarlo a la policía recomendó que el presunto abusador le pidiera perdón a Dios.
“Si nosotros como seres humanos, como iglesia, como estado, no estamos protegiendo a nuestros niños, entonces estamos fracasando”, comentó Lindsey durante la protesta.
La actividad se realizó a tan solo unas cuadras de la sede principal de la Iglesia de Jesucristo.
Otras participantes compartieron también sus historias y le exigieron al gobierno estatal cambiar las leyes para que los clérigos deban reportar los casos de abuso sexual infantiles escuchados durante las confesiones.
La actividad se realizó en la entrada del Capitolio, a tan solo unas cuadras de la sede principal y el templo de la Iglesia de Jesucristo en Salt Lake City.




