El caso del asesinato del poblano Carmelo Cruz-Marcos ha sido d ocumentado en una nueva plataforma de la Oficina en Washington para América Latina (WOLA) que enumera una inmensa lista de “eventos preocupantes” registrados en la frontera entre Estados Unidos y México.
Asesinato de Carmelo Cruz-Marcos es documentado en WOLA con más casos de supuestos abusos de la Patrulla Fronteriza
El mexicano originario de Puebla trató de escapar, pero un agente le disparó varias veces hasta matarlo.
Esto, como producto de una década de levantar y documentar testimonios sobre abusos perpetrados por agentes fronterizos estadounidenses en los tres mil kilómetros de frontera con México.
Se trata de la plataforma Bordersight, que recopila información y datos relacionados con la frontera Sur de Estados Unidos, una región donde 23 mil agentes fronterizos armados capturan en promedio 7 mil 800 migrantes cada día y cuya mayoría es deportada casi de inmediato a México bajo el Título 42.
Un reporte de Proceso indica que al navegar en los 300 reportes de “incidentes” incluidos en la base de datos —que remontan a 2020—, se observa, por ejemplo: mujeres y niños expulsados del otro lado de la frontera en Nogales, Sonora, en la madrugada; un migrante mexicano asesinado por un agente fronterizo estadounidense, o el encubrimiento de miles de agresiones sexuales de agentes de migración por parte de la institución encargada de vigilar las acciones de las autoridades.
Uno de los “eventos críticos” documentados por WOLA ocurrió apenas el pasado 19 de febrero, cuando un grupo de migrantes fue sorprendido mientras caminaba en un desierto a 50 kilómetros de Douglas, en Arizona.
Uno de los migrantes, Carmelo Cruz-Marcos, un hombre de 32 años originario de Puebla, trató de escapar, pero un agente le disparó varias veces hasta dejarlo muerto.
WOLA explicó que lanzó la iniciativa tras una década pasada en “escuchar sobre agentes y oficiales haciendo mal uso de la fuerza letal, llevando a cabo persecuciones vehiculares peligrosas, infligiendo sufrimiento a migrantes en detención, separando familias, exponiendo a personas vulnerables al peligro, confiscando dinero, credenciales y otras pertenencias, perpetrando ataques raciales, usando lenguaje abusivo, y mucho más”.
La organización denunció el maltrato en los centros de detención migratoria –donde se les niega comida, agua o atención médica, las prácticas de deportaciones “inapropiadas” y violatorias del derecho al asilo, pero también la instalación de una unidad especial antiterrorista en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que ha investigado a periodistas y defensores de derechos humanos.
Lo más grave, según WOLA, es que los agentes fronterizos que cometen delitos casi nunca responden por sus actos, debido al “muro de silencio” que los protege en la Patrulla Fronteriza (CBP) –la mayor corporación policiaca de Estados Unidos, que tiene 60 mil uniformados--, como suele ocurrir en las agencias de seguridad en el mundo.
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