FILADELFIA - "El crimen que cometieron contra mi hijo, no lo voy a dejar así", advierte desde el balcón de su casa Carmen Batista, madre puertorriqueña residente en Kensington, Filadelfia. Habla del asesinato a balazos de Mario Olivera, su hijo de 24 años, a manos de dos atacantes.
Madre puertorriqueña quiere arrestos por el ataque a balazos contra su hijo y su nieto en Filadelfia
Carmen Batista, puertorriqueña residente en Kensington, quiere justicia tras el asesinato a balazos de Mario Olivera, su hijo de 24 años, a manos de dos atacantes. Olivera cargaba en brazos a su hijo de 1 año, al cual protegió de las balas y así sobrevivió al ataque a balazos.
Batista asegura que, como no se haga justicia, "la voz mía se va a oir en todo Filadelfia". Con profundo dolor, destaca las cualidades que hacían de Mario Olivera un hombre especial, no solo para su familia.
"Fue un padre ejemplar. Dejó de ser él para ser padre", suelta la mujer antes de relatar que su hijo murió como un héroe: "Él pudo defender a su hijo de las balas".
Qué hizo Mario Olivera durante el ataque a tiros
El pasado miércoles 4 de septiembre, Mario Olivera salió un momento con su hijo de 1 año, y quien lleva su mismo nombre, a la bodega que queda frente a la casa de su mamá, en la cuadra 3200 de la calle D, en Kensington.
La investigación preliminar de las autoridades señala que mientras Olivera estaba en la bodega, cámaras de seguridad captaron a dos sospechosos pasando por el lugar, en una motocicleta roja.
Vecinos de Carmen Batista le contaron que a esos sospechosos los vieron recorriendo la calle al menos tres veces.
A las 6:20 de la tarde, cuando Mario Olivera salió del negocio de regreso a la casa de su mamá, a los ocupantes de la motocicleta roja no les importó que el puertorriqueño estuviera cargando en sus brazos a su hijo de 1 año para atacarlo a balazos. 20 en total.
En cuestión de segundos, el joven padre protegió a su hijo con su cuerpo hasta que logró colocarlo en la entrada de la casa de su madre y movió una silla, para que le sirviera de escudo.
Una vez aseguró al pequeño Mario, Olivera se desplomó.
"Si no hubiera hecho ese acto, yo hubiera tenido doble dolor", confiesa Carmen Batista, al agradecer que aún tiene a su nieto con vida.
Tanto Mario Olivera como su hijo fueron trasladados al Hospital Universitario de Temple. El niño de 1 año sufrió algunas cortaduras y recibió atención.
Su padre fue declarado muerto a las 6:46 p.m.
Un hombre nuevo, según su madre
Mientras la policía investiga el motivo del ataque mortal para Mario Olivera, su madre asegura que él "dejó atrás las calles".
Carmen Batista cuenta que hace unos años su hijo cumplió prisión por venta de drogas. Esa experiencia lo llevó a darle un giro radical a su vida.
Dice que Mario Olivera estudió, se convirtió en mecánico y actualmente trabajaba en un taller.
El miércoles había ido a su casa para ayudarla a pintar el interior.
La madre puertorriqueña lo veía dedicado a su esposa y sus hijos, compartiendo mucho con la familia. Por eso, insiste, no descansará hasta encontrar justicia.
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Esta contienda también ocurre en un estado que resultará clave en la elección presidencial de noviembre del próximo año.