Las últimas horas de Evo Morales en la presidencia tras 20 días de férreas protestas en Bolivia

Las horas previas a la renuncia fueron de alta tensión y comenzaron en la madrugada cuando el secretario general de la Organización de Estados Americanos tuiteó el informe preliminar sobre la auditoría realizada a los comicios del pasado 20 de octubre, que investigó con un equipo las denuncias de irregularidades en el cómputo de la votación general.

Javier Aliaga
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Javier Aliaga.
Morales defendió su triunfo en primera vuelta a pesar de las irregularidades denunciadas después de los comicios; sin embargo, las violentas protestas y el informe de la OEA que revela que hubo una manipulación de los resultados el pasado 20 de octubre habrían sido las principales razones que lo llevaron a dejar el cargo.
Video Evo Morales renuncia a la presidencia de Bolivia en medio de la violencia y las denuncias de fraude

LA PAZ, Bolivia.- “Aquí no termina la vida, la lucha sigue”, afirmó este domingo Evo Morales en el mensaje de renuncia a la presidencia de Bolivia, pronunciado desde la zona cocalera del Chapare al cabo de una jornada llena de tensiones y violencia en la crisis política que lleva veinte días, desde que el Tribunal Supremo Electoral declaró que fue reelegido en primera vuelta en los comicios del pasado 20 de octubre.

En un tono de denuncia y todavía desafiante, Morales también puso fin con esas palabras a la presidencia más longeva de Bolivia con 13 años, 9 meses y 18 días, un récord absoluto.

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La renuncia fue anunciada a las 16:53 hora local en un mensaje televisado que pronunció junto al vicepresidente, Álvaro García Linera, y de la ministra de Salud, Gabriela Montaño.

El mandatario dijo que fue víctima de un golpe de Estado, del que acusó al expresidente y candidato Carlos Mesa (2003-2005) y al presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, dos de los líderes de las manifestaciones que denunciaron un fraude en la votación y que han rechazado las acusaciones de golpismo.

La dimisión provocó un estallido de júbilo entre los contrarios al mandatario que salieron a las calles con sus banderas bolivianas y regionales gritando:

“¿Quién se cansa? Nadie se cansa”, ¿Quién se rinde? Nadie se rinde. “Evo de nuevo, huevo carajo”, que ha sido el cántico emblemático de los manifestantes.

“Sí se pudo, sí se pudo” y “lo sacamos, lo sacamos”, corearon Mesa y sus seguidores en una calle del centro de La Paz, que como otras ciudades del país ha sido el escenario de permanentes manifestaciones contra la reelección del mandatario que consideraron fraudulenta.

Morales gobernó Bolivia desde el 22 de enero del 2006 y actualmente cumplía su tercer mandato que debía terminar el 22 de enero del 2020, cuando pretendía comenzar un cuarto período consecutivo.

La Constitución boliviana solo permite dos periodos consecutivos, pero Morales logró habilitarse como candidato con resoluciones judiciales para ganar el tercer período y postular al cuarto. Además, ignoró que un referendo del 2016 ya había vetado su postulación a los comicios del pasado octubre.

Las últimas horas

Las horas previas a la renuncia fueron de alta tensión y comenzaron en la madrugada cuando el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, tuiteó el informe preliminar sobre la auditoría realizada a los comicios del pasado 20 de octubre, que investigó con un equipo las denuncias de irregularidades en el cómputo de la votación general.

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El informe estableció irregularidades “muy graves” y otras “indicativas” en el cómputo recomendando la realización de nuevas elecciones con nuevos miembros en el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Morales defendió durante tres semanas que había ganado un cuarto mandato en la primera vuelta gracias a que obtuvo más de 10% de diferencia respecto a Mesa, aunque el informe de la OEA puso en duda ese porcentaje debido a las irregularidades detectadas.

Manifestantes celebran en La Paz, Bolivia, al conocer la decisión de Evo Morales de abandonar el sillón presidencial. Esto tras una jornada en la que Morales llamó en la mañana a la realización de nuevas elecciones en medio de las persistentes protestas desatadas por el resultado de los comicios del pasado 20 de octubre, en los que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró "inconsistencias".
Morales había ganado las elecciones de octubre, pero el conteo de votos se detuvo inexplicablemente durante casi un día, lo que provocó acusaciones de fraude y disparó protestas de la oposición, huelgas y bloqueos de carreteras. En la foto, un manifestante participa de una de las protestas realizadas este 10 de noviembre en La Paz.
En medio de las manifestaciones, partidarios del renunciante mandatario bloquearon una calle en La Paz, el 10 de noviembre.
Luis Fernando Camacho -un líder civil de la ciudad oriental de Santa Cruz que se convirtió en un símbolo de la oposición- pidió junto a Carlos Mesa, el liberal que llegó segundo en los comicios del pasado octubre, reiteradamente la renuncia de Morales. En la imagen, Camacho ondea una bandera boliviana en una de las protestas en La Paz.
Este domingo, tanto Camacho como Mesa rechazaron el llamado a nuevos comicios de Morales y nuevamente le exigieron que dejara el cargo. 
<b>"El informe de la OEA nos ha demostrado que existió un fraude y además que el mismo estuvo a cargo del (partido oficialista) MAS, cuyo principal líder es Evo Morales, por lo tanto el señor Evo Morales ha fracturado el orden constitucional y debe renunciar"</b>, dijo Camacho durante el día.
Carlos Mesa también reiteró este domingo su pedido de renuncia a Morales. 
<b>"Si le queda un ápice de patriotismo (a Morales) debería dar un paso al costado"</b>, afirmó Mesa a periodistas. En la foto, Mesa a su llegada a la conferencia de prensa.
Una boliviana pasa frente a las instalaciones de la televisión estatal boliviana y la estación radial Radio Patria Nueva luego de que fueron cerradas por manifestantes que pedían la renuncia de Morales. Tras casi tres lustros en el gobierno, Morales llegó con la popularidad mermada a los comicios para optar por un cuarto mandato. Escándalos de corrupción, su afán de reelegirse a pesar de un referendo que le negó esa posibilidad y acusaciones de autoritarismo, debilitaron su capital político a pesar de su buena gestión económica que condujo al país andino hacia el crecimiento con baja inflación.
Con una pancarta que lee "Fuera Evo", una manifestante protesta en La Paz. Al final, tras el llamado de las Fuerzas Armadas para que el presidente renunciara, Morales anunció en una intervención televisada que dimitía, poniendo fin así a sus 13 años de presidencia. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, dijo que su exigencia buscaba 
<b>"la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad</b>, por el bien de nuestra Bolivia”.
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El opositor Camacho saluda a los manifestantes a borde de un vehículo en La Paz. La renuncia de Morales fue rápidamente catalogada como un "golpe de Estado" por sus aliados en América Latina, como el mandatario venezolano, Nicolás Maduro. 
<b>"Condenamos categóricamente el golpe de Estado consumado contra el hermano presidente <a href="https://twitter.com/evoespueblo">@evoespueblo</a>. Los movimientos sociales y políticos del mundo nos declaramos en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo"</b>, escribió Maduro en Twitter.
Arropada por una bandera, una boliviana reza frente a la Catedral de La Paz luego de que Morales informó su renuncia.
Un grupo de manifestantes celebra la salida de Morales de la presidencia en La Paz.
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Manifestantes celebran en La Paz, Bolivia, al conocer la decisión de Evo Morales de abandonar el sillón presidencial. Esto tras una jornada en la que Morales llamó en la mañana a la realización de nuevas elecciones en medio de las persistentes protestas desatadas por el resultado de los comicios del pasado 20 de octubre, en los que un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró "inconsistencias".
Imagen LUISA GONZALEZ/REUTERS

Sin mencionar el informe del organismo multilateral, Morales compareció con un aspecto muy demacrado ante los medios a primera hora del día para anunciar que convocaría a nuevas elecciones y el cambio de los vocales del TSE.

No obstante, para los dirigentes opositores ya no era suficiente porque consideraron que el informe de la OEA, aunque no hablaba de fraude, sí podía considerarse como un base de los indicios de delitos por los que tenían que ser juzgados los jueces electorales.

Un Morales cercado

La renuncia sobrevino después de que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, leyera un comunicado para sugerir al mandatario que dimita por la “pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”, ante la posibilidad de un choque entre sectores afines y contrarios al mandatario tras veinte días de férreas protestas en su contra.

La violencia había estallado en regiones como Potosí donde se quemó la casa del presidente de la Cámara de Diputados Víctor Borda y del ministro de Minería, César Navarro.

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Al pronunciamiento militar sobrevino el del Comandante de la Policía, Vladimir Calderón, con la misma sugerencia de renuncia y posiciones similares de empresarios como el de la Cámara de Industria y Comercio (CAINCO) de Santa Cruz, una de las patronales más importantes del país.

Antes de la renuncia de Morales ya habían dimitido los ministros de Hidrocarburos, Luis Sánchez; de Planificación, Mariana Prado; Economía y Finanzas, Luis Arce; de Medioambiente, Carlos Ortuño; Deportes, Tito Montaño, y la vicecanciller, Carmen Almendras, entre otros altos cargos que incluyeron a algunos gobernadores, legisladores oficialistas y viceministros.

En paralelo, el líder cívico Camacho y el dirigente del Comité Cívico de Potosí, Marco Pumari, ingresaron al antiguo Palacio de Gobierno, para dejar una carta de renuncia con el objetivo de que el mandatario la firmara, aunque sabían que él no se encontraba en el lugar desde el pasado viernes. Fue una escenificación del triunfo de las protestas realizadas.

La renuncia de Morales no ha desactivado las protestas porque los dirigentes de las movilizaciones exigen que la dimisión sea concretada con su carta a la Asamblea Legislativa, lo que tampoco baja la incertidumbre ya que además del presidente de los Diputados, Víctor Borda, también ha dimitido la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, también oficialista, y aún no se sabe cómo podrá sesionar esa entidad.

La oposición prevé reunirse en el Congreso este lunes para tratar el conflicto legal y político de la sucesión constitucional en Bolivia, pero lo hará bajo la sombra de las presiones se mantienen tanto de parte de los movilizados de la oposición, como de los seguidores de Morales.

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Bolivia está inmersa en la incertidumbre por las elecciones presidenciales del domingo que han sacado a miles de ciudadanos a las calles a defender su voto y un proceso limpio. Con cerca del 
<b><a href="https://computo.oep.org.bo/" target="_blank">97% de los votos escrutados</a></b>, el presidente Evo Morales cuenta con un 46.49% de los apoyos frente al 37.01% del candidato opositor más votado, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005).
Un parón de casi 24 horas en el conteo rápido entre la noche del domingo y la del lunes y el hallazgo de material electoral no resguardado en diferentes puntos del país sembraron la duda en parte de la población de un posible fraude electoral. En la imagen, del 21 de octubre, un hombre levanta una de las papeletas de votación que fueron encontrada dentro de unas cajas cerca de un edificio en La Paz.
El domingo, cuando se paró el conteo preliminar del órgano electoral al 83% de los votos escrutados, Morales era el candidato más votado, pero parecía difícil que se produjera una remontada que le hiciera evitar una segunda vuelta. Sin embargo, 20 horas más tarde, cuando el recuento se reactivó mostró un 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/protestas-masivas-y-denuncias-de-fraude-en-bolivia-tras-drastico-cambio-electoral-que-amplia-ventaja-de-morales" target="_blank">dramático avance a favor del presidente que le situaba como virtual ganador en la primera vuelta</a></b>, lo que despertó las sospechas de los opositores que salieron a las calles a protestar.
El presidente Evo Morales se mostró convencido desde el primer momento en que el voto rural (que generalmente es el que más tarde se escruta por provenir de zonas más remotas) le daría la victoria en una primera vuelta. Este miércoles, en una conferencia de prensa en el palacio de gobierno, insistió en defender su victoria en la primera vuelta y dijo que las protestas forman parte de un 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/evo-morales-dice-que-hay-un-golpe-de-estado-en-su-contra-en-medio-de-las-protestas-que-denuncian-fraude-electoral?hootPostID=fe1c042b89cb4e5c73b5c7e159d68a46" target="_blank">intento de golpe de Estado en su contra</a></b>.
Por su parte, el 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/carlos-mesa" target="_blank">candidato opositor Carlos Mesa</a></b> calificó de "fraude escandaloso" lo ocurrido con la difusión de los resultados y llamó a sus seguidores a defender el voto en las calles: “Confiamos en que la ciudadanía no va a aceptar esta votación, este resultado amañado”, aseguró.
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Como Mesa, Morales también ha llamado a sus seguidores a "organizarse para defender la democracia". La movilización de partidarios de ambos candidatos en las calles ha provocado algunos choques. En la imagen, una línea de policías separa a manifestantes afines a ambos contendientes a las afueras del Tribunal Supremo Electoral.
En la noche del lunes, poco después de que se reactivara el conteo rápido y comenzaran las manifestaciones, la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuestionó el giro en el recuento. En un comunicado, dijeron que el "cambio inexplicable de tendencia" modifica "drásticamente el destino de la elección y genera pérdida de confianza en el proceso electoral".
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Los responsables de ese organismo, que se reunieron con Morales el martes, recomendaron este miércoles que haya segunda vuelta en Bolivia, aunque la diferencia entre el primer y segundo candidato supere el 10% (que es lo que estipula la ley boliviana para evitar una segunda vuelta en caso de que el candidato más votado supere el 40%).
"En el caso de que, concluido el cómputo, el margen de diferencia sea superior al 10%, estadísticamente es razonable concluir que será por un porcentaje ínfimo. Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar una segunda vuelta”, dijo el jefe de la misión de la OEA, el costarricense Manuel González.
El lunes, en medio de manifestaciones en todo el país, la OEA también pidió a la población mantener la calma y abstenerse de la violencia para que los cómputos departamentales se desarrollaran "con normalidad y sin interrupciones y con garantías" para los observadores. Sin embargo, en los últimos días, los enfrentamientos entre manifestantes y agentes de la fuerza pública han sido comunes, como este sucedido en la ciudad oriental de Santa Cruz.
Durante las protestas, los manifestantes también han provocado incendios en varios tribunales departamentales. En la imagen, se pueden ver algunos destrozos en el Tribunal Electoral Departamental de Santa Cruz el 23 de octubre de 2019, después de las protestas por los resultados electorales.
Tras casi 14 años en la presidencia de Bolivia, Evo Morales llegó a las elecciones del domingo con la intención de ser reelegido nuevamente hasta 2025, lo que le situaría en 19 años consecutivos en el poder.
Pese a que llegaba a los comicios con el logro de haber conseguido lo que se ha llamado el 
<b><a href="https://www.univision.com/radio/nueva-york-wxny-fm/noticias/america-latina/los-cholets-los-edificios-extravagantes-que-simbolizan-el-milagro-economico-boliviano" target="_blank">'milagro económico' boliviano</a></b> por el crecimiento sostenido de las finanzas y la reducción de la pobreza extrema, a Morales se le ha cuestionado por su apego al poder.
En un referendo del 2016, el 51.3 % de la población vetó la modificación de la Constitución para su reelección. No obstante, el presidente se presentó a estos comicios gracias al polémico aval del Tribunal Constitucional que resolvió que los límites constitucionales no pueden estar por encima de los derechos políticos del mandatario establecidos en la Convención Americana de los Derechos Humanos. En la imagen, médicos y trabajadores de la salud protestan contra Evo Morales en La Paz el 22 de octubre.
Por eso, uno de los lemas que se han escuchado en los últimos días en las protestas es 'Bolivia dijo No', en referencia al rechazo de la población a reformar la Constitución para ampliar la reelección presidencial. En la imagen, partidarios de Mesa queman una bandera con una imagen de Morales.
Independientemente de si se celebra una segunda vuelta o no, los resultados de estos comicios son los 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/evo-morales-pierde-el-control-politico-absoluto-en-bolivia-mientras-la-segunda-vuelta-esta-por-decidirse" target="_blank">peores para el presidente en casi 14 años</a></b> comparados con las tres votaciones previas en las que Morales consiguió un 53.7 % (2005), un 64.2 % (2009) y un 61.3% (2014).
El mandatario, que llegó al poder desde los movimientos sociales y paradójicamente después de que Carlos Mesa renunciara a la presidencia en 2005 ante la presión de unas protestas encabezadas por el propio Morales, se enfrenta ahora a unas manifestaciones inéditas en la última década.
Y mientras Bolivia espera los resultados definitivos del conteo, el ambiente continúa tensándose con partidarios y detractores de Morales movilizados. En la imagen, movimientos sociales afines al presidente llegan en una marcha a La Paz.
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Imagen Manuel Claure/Reuters
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