Obispos rechazan que el gobierno de Trump niegue asilo a víctimas de violencia y separe familias

Para los religiosos, la decisión del fiscal general Jeff Sessions genera preocupación porque para las víctimas de la violencia doméstica el asilo es casi una forma de salvarles la vida. Critican también que separar a niños de sus padres en la frontera causa daños irreparables en los pequeños.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) entregó un video de Casa Padre en Brownsville a periodistas, quienes entraron a las instalaciones sin permiso para llevar sus cámaras. Este centro de detención de inmigración para menores, el más grande de EEUU, alberga a más de 1,400 niños y adolescentes de 10 a 17 años no acompañados o separados de sus padres.
Video Privados de libertad y separados de sus padres: así alberga el gobierno a menores migrantes en Texas

La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) rechazó la política de no conceder asilo a quienes huyen de sus países por ser víctimas de violencia doméstica anunciada esta semana por el fiscal general, Jeff Sessions, y exigió al gobierno de Donald Trump que ponga fin a la separación de padres e hijos en la frontera.

"En su esencia, el asilo es un instrumento para preservar el derecho a la vida", dijo el cardenal Daniel DiNardo en una carta en la que además pidió al gobierno fortalecer el sistema de asilo.

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DiNardo señaló además que “la reciente decisión de la Fiscalía despierta una profunda preocupación porque, potencialmente, le quita el asilo a muchas mujeres que carecen de protección adecuada”.

“Estas mujeres vulnerables ahora enfrentarán el retorno a los peligros extremos de la violencia doméstica en su país de origen”, subrayó el prelado.

El anuncio de Sessions

Sessions anunció el lunes nuevas limitaciones a los pedidos de asilo de personas que huyen por violencia doméstica o de pandillas, un paso que desató fuertes criticas entre jueces, exmagistrados, abogados de inmigración y organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes, políticos y grupos de derechos humanos.

“Esta decisión niega décadas de precedentes que han brindado protección a las mujeres que huyen de la violencia doméstica”, indicó DiNardo. “A menos que se anule, la decisión erosionará la capacidad del asilo para salvar vidas, particularmente en casos que involucren a peticionarios que son perseguidos por actores privados”, aseveró.

“Instamos a los tribunales y los legisladores a respetar y mejorar, no a erosionar, el potencial de nuestro sistema de asilo para preservar y proteger el derecho a la vida”, apuntó el religioso.

Advertencias de los jueces

El miércoles, un grupo de 15 exmagistrados de inmigración señalaron en un comunicado que “las consecuencias de vida o muerte que enfrentan los solicitantes de asilo hace que sea extremadamente importante mantener dicho análisis inmune a las consideraciones políticas a las que los miembros del gabinete están sujetas”.

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Señalan que el reconocimiento de que una víctima de violencia doméstica puede ser elegible para asilo "fue la culminación de un proceso de 15 años a través de los tribunales de inmigración y la Corte de Apelaciones”.

“El problema fue certificado por tres fiscales generales diferentes (un demócrata y dos republicanos), quienes finalmente eligieron dejar la determinación final a los jueces de inmigración y al BIA (Corte de Apelaciones de Inmigración)”, apuntaron.

Separación de familias

El cardenal DiNardo también cuestionó la política de ‘tolerancia cero’ en la frontera ordenada por el gobierno de Trump a comienzos de abril.

“Me uno al obispo Joe Vásquez, presidente del Comité de Migración de la USCCB, para condenar el uso continuado de la separación familiar en la frontera entre Estados Unidos y México”, escribió.

“Nuestro gobierno tiene la discreción legal para garantizar que los niños pequeños no sean separados de sus padres y expuestos a daños y traumas irreparables. Las familias son el elemento fundamental de nuestra sociedad y deben poder permanecer juntas”, demandó.

DiNardo dijo además que “aunque proteger nuestras fronteras es importante, podemos y debemos hacerlo mejor como gobierno y como sociedad para encontrar otras formas de garantizar esa seguridad”.

“Separar a los bebés de sus madres no es la respuesta y es inmoral”, subrayó.

En este sentido, los exmagistrados de inmigración dijeron estar "profundamente decepcionados" de que Estados Unidos “ya no ofrezca protección legal a las mujeres que buscan refugio de terribles formas de violencia doméstica de las cuales sus países de origen no pueden o no quieren protegerlos”.

En el campamento improvisado se establecieron una normas que van desde que todos tienen que trabajar, poner la basura en su lugar, respetarse entre sí y no meterse con los documentos ajenos.
Para el quinto día desde que llegaron a Tijuana ya habían pasado más de la mitad de la caravana de centroamericanos que piden asilo en la frontera.
Una de las reglas era asistir a todas las reuniones, que se realizan de manera improvisada en el campamento para anunciar cómo proceder hacia la garita donde exponen sus casos de solicitud de asilo.
Muchos de los migrantes llegan con pruebas en mano para argumentar por qué necesitan asilo en EEUU, pues vienen huyendo de la violencia en sus países, las pandillas o sus propias parejas.
A la caravana se sumaron grupos familiares de todo tipo, desde padres solteros hasta adolescentes menores de edad sin compañía de ningún adulto familiar.
A las afueras de la garita de San Ysidro se levantó un campamento donde han esperado durante la semana los migrantes.
Allí duermen en carpas y se arropan con cobijas que les han donado.
Madeleine Penman, investigadora de Amnistía Internacional y observadora de derechos humanos, asegura que las difíciles condiciones en las que están estas familias son el resultado de la dura política migratoria del gobierno de Trump.
Manuela Trujillo, de 77 años, miembro de una iglesia cristiana en San Diego, llegó al campamento de migrantes repartiendo dulces a niños, ropa y zapatillas deportivas.
A los migrantes les anotan en alguna parte del cuerpo los teléfonos ya sea de abogados o de algún familiar o persona que esté dispuesta a ayudarlos una vez estén en territorio estadounidense.
Con ese número, pueden contactar a alguien si necesitan ayuda legal o no tienen a quién acudir cuando pasen a custodia de autoridades migratorias.
Durante los días que han estado varados en Tijuana, los migrantes de la caravana han dormido en carpas.
El campamento ha recibido múltiples donaciones desde su llegada: desde comida hasta artículos de limpieza.
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En el campamento improvisado se establecieron una normas que van desde que todos tienen que trabajar, poner la basura en su lugar, respetarse entre sí y no meterse con los documentos ajenos.
Imagen Isaias Alvarado
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