Jordan Rodríguez: dando acceso político a los latinos de la ciudad

Los orígenes de Jordan Rodriguez nunca parecieron estar llevándolo a una carrera en el gobierno municipal de una ciudad en Indiana. Era hijo de un colombiano y una estadounidense y pasó su niñez en Guatemala, México y España. Siempre pensó que iba a ser médico y, al graduarse de la escuela secundaria, se lanzó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Indiana. “Nunca me imaginé quedarme aquí”, dice Rodríguez, riéndose.

Pero sí se quedó. Después de graduarse, le ofrecieron trabajo en el Departamento de Ciencias haciendo investigaciones y aceptó. Y ahí llegó a conocer el director ejecutivo de la universidad, quien se transformó en su mentor y un día le preguntó si antes había considerado hacer trabajo en comunicaciones o relaciones públicas. “Mientras más lo pensé, más me di cuenta de que me gustaba ese tipo de trabajo también. Y las puertas se empezaron a abrir para mí”, dice.

En febrero de 2016, Rodriguez fue escogido para el cargo de defensor de los vecinos en la oficina del alcalde de Indianápolis, enfocándose en abogar por las comunidades hispanas, ya que es latino y bilingüe. En enero de 2017, ascendió a una nueva posición, esta vez como director de Asuntos Latinos e Internacionales en el municipio. En este rol, Rodríguez aconseja el alcalde sobre lo que quieren las comunidades latinas y viaja a los vecindarios donde viven los latinos para hablar con la gente y descubrir cuáles son sus preocupaciones.

En la actualidad, como en el resto del país, esas preocupaciones tienen mucho que ver con Donald Trump, y la amenaza de deportaciones masivas. Indianápolis no es una ciudad santuario, porque las leyes de Indiana previenen que lo sea, dice Rodríguez. Por eso es aún más importante que la oficina del alcalde los hagan sentir seguros y apoyados.

“No tenemos relaciones oficiales con ICE. Hacemos talleres para que la gente conozca sus derechos cuando enfrentan a la policía migratoria. La posición del alcalde es que Indianápolis es una ciudad que aprecia a los inmigrantes”, dice Rodríguez. Para comunicar esas cosas, Rodriguez tiene que salir a la comunidad. Recientemente, fue a una escuela para hablar con estudiantes latinos preadolescentes, para darles información sobre los derechos de los inmigrantes que podrían pasar a sus padres. Los visitó junto a un policía de la ciudad, quien expresó la importancia de que la comunidad latina se sienta cómoda llamándolos si son víctimas de un crimen. “Estamos tratando de mitigar el miedo que tiene la gente”, dice Rodríguez.

Por ahora, el joven piensa quedarse en esta comunidad haciendo este trabajo. Ha llegado a amar lo que hace y a la gente que está ayudando. Siente que está involucrando a los latinos en el proceso político de la ciudad.

“Me he dado cuenta de que la única razón por la que quería ser médico era porque quería ayudar a la gente de una manera práctica, de una manera que cambia su vida diaria”, dice Rodríguez. “Por eso me siento tan satisfecho con este trabajo: puedo ser un agente del cambio de una manera tangible. Y viendo las luchas de la comunidad latina en los Estados Unidos, siento que puedo ser muy útil aquí”.