Sin comida y a punta de pistola: el secuestro de una guatemalteca y sus dos hijas en la frontera

El periplo de la mujer y sus hijas terminó cuando un policía encubierto negoció el pago de un rescate de 6,000 dólares y agentes federales lograron identificar el apartamento donde estaban cautivas. Una pareja de coyotes enfrenta cargos de tráfico de personas, secuestro y posesión de un arma de fuego.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Después de que la Casa Blanca anunciara su política de solo aceptar a 24 mil migrantes que cumplan con ciertos requisitos, miles de venezolanos se quedan a la mitad del camino en su intento de llegar a los Estados Unidos. El reportero de La Voz de la Mañana Pedro Ultreras acompañó a un grupo de estas personas desde las selvas de Panamá hasta territorio mexicano.

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Video Miles de venezolanos intentan llegar a los Estados Unidos tras nueva política migratoria

Una madre guatemalteca y sus dos hijas de 9 y 5 años fueron rescatadas de los coyotes que las llevaron a Nuevo México, quienes las amenazaron con una pistola mientras las tenían secuestradas en un apartamento en Albuquerque. Los coyotes pidieron a la familia un rescate de 6,000 dólares, sin saber que el dinero lo entregaría un policía encubierto, informaron las autoridades.

Las víctimas fueron liberadas el jueves al filo de la medianoche en un operativo en el que participaron agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y de la Policía de Albuquerque.

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Los agentes arrestaron a los líderes de esa organización de coyotes y encontraron a 58 inmigrantes, incluido un bebé, quienes vivían en condiciones insalubres en espera de ser llevados a sus destinos.

Un juez ordenó el martes que una pareja de coyotes detrás del secuestro siga bajo custodia sin derecho a fianza.

La mujer secuestrada declaró a los oficiales del HSI que el 30 de octubre, luego de cruzar la frontera sin autorización, fue llevada a un apartamento de dos recámaras en la cuadra 500 de la calle Palomas. Apenas ingresó le quitaron su celular y dinero, narró.

Allí llegaban tantos migrantes que en el cuarto donde ponían a las mujeres era imposible acostarse y dormían con las rodillas flexionadas. Solo recibían dos alimentos al día y nunca era suficiente.

La migrante escuchaba que los estómagos de sus hijas “gruñían por la falta de comida” y ella lavaba platos, doblaba colchas y servía comida a los otros migrantes para que le dieran “un poco de comida extra” para sus hijas, contó.

Eso no era lo peor que sucedía en esa vivienda. La mujer afirmó que el encargado de la casa, Marcelo Alonso Almaraz, de 32 años, solía amenazarlos con una pistola. Se hacía llamar “el jefe”.

Pistola que Marcelo Alonso Almaraz habría usado para amenazar a los migrantes que llegaban a su apartamento en Nuevo México, de acuerdo con una acusación federal.
Pistola que Marcelo Alonso Almaraz habría usado para amenazar a los migrantes que llegaban a su apartamento en Nuevo México, de acuerdo con una acusación federal.
Imagen Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE)


“Alonso Almaraz mostraba el arma, apuntaba a los migrantes en la residencia y les decía que era el jefe, amenazándolos con matarlos si no hacían lo que él les decía”, recordó.

El hombre “golpeó a alguien con la pistola por no responderle rápido”, describe una declaración jurada que redactó Sean Murphy, agente del HSI. El reporte fue sometido el 4 de noviembre a una corte del Distrito de Nuevo México.

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La mujer aseguró que durante su estancia en el apartamento otros migrantes fueron extorsionados. Sus hijas sabían que estaban en una situación peligrosa y lloraban a menudo.

Mientras negociaban por teléfono el pago del rescate, Alonso Almaraz la apuntó con su arma “para evitar que le dijera algo que él no quería”, según el HSI.

El sospechoso y su esposa, Eloisa Almaraz Vásquez, de 35 años, grabaron un video como “prueba de vida” que mandaron a la hermana de la víctima, pidiéndole un rescate de 6,000 dólares. Las raptaron a pesar de que habían pagado más de 30,000 dólares para que la madre y sus dos hijas fueran traídas a EEUU.

La investigación

Este caso llegó al HSI la noche del 2 de noviembre, a través de la Policía de Phoenix, Arizona, que recibió la denuncia de la hermana de la víctima.

Ella le envió al HSI un video grabado por los coyotes para confirmarle que las tenían cautivas. También entregó el audio de una conversión telefónica que tuvo con su hermana y con Alonso Almaraz.

Para localizar a los secuestradores, los investigadores federales buscaron los registros del número telefónico desde el cual se hizo la llamada, que la empresa AT&T tenía a nombre de Eloisa Almaraz.

Varios policías llegaron a un domicilio en ese registro, en la cuadra 300 de la calle Valencia, en Albuquerque, pero no detectaron ninguna actividad sospechosa.

Luego encontraron otro número telefónico de la sospechosa, que llevó a las autoridades a un apartamento en la cuadra 500 de la calle Palomas, en la misma ciudad. Allí estaban las víctimas.

En este complejo de apartamentos en Albuquerque, Nuevo México, estuvieron una madre guatemalteca y sus dos hijas, según documentos judiciales.
En este complejo de apartamentos en Albuquerque, Nuevo México, estuvieron una madre guatemalteca y sus dos hijas, según documentos judiciales.
Imagen Google Maps


En tanto, un policía encubierto comenzó a negociar el rescate. Después de varias llamadas se fijó el pago y un lugar para hacer la entrega del dinero y de las secuestradas: un estacionamiento.

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No pasó mucho tiempo para que los policías que vigilaban el apartamento vieran salir a una mujer y dos niñas, que entraron a una camioneta Dodge. Varias personas se fueron en otro vehículo.

A las 11:15 PM del 3 de noviembre, Alonso Almaraz y el agente encubierto se vieron en el lugar acordado, donde intercambiaron los 6,000 dólares por las tres secuestradas. Una vez que ellas estaban a salvo, los sospechosos fueron arrestados.

En la camioneta Dodge encontraron una pistola calibre .380, un cargador, el pago del rescate y 1,500 dólares en efectivo. En ese mismo operativo detuvieron a diez inmigrantes indocumentados.

Decenas de migrantes en un apartamento

Agentes federales ejecutaron una orden de allanamiento en el apartamento, donde localizaron a otras 48 personas y confiscaron casi 47,000 dólares en efectivo y libros de contabilidad. Había 40 migrantes de México, 14 de Guatemala y 4 de Ecuador.

“Los documentos judiciales muestran que había un suministro inadecuado de alimentos, falta de agua y hacinamiento severo en el apartamento”, señala el comunicado del HSI.

“Lo que comenzó como un esfuerzo conjunto de HSI y la Policía de Albuquerque para rescatar a las víctimas de secuestro reveló no solo el movimiento ilícito de personas, sino una red criminal involucrada en la extorsión”, declaró en un comunicado Francisco B. Burrola, encargado de la oficina del HSI en El Paso, Texas.

“El tráfico de personas es una empresa multimillonaria y las organizaciones criminales transnacionales consideran a las personas traficadas como carga y sus nefastas actividades confirman un desprecio total, tanto por nuestras leyes como por la vida humana”, agregó el funcionario.

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Alonso Almaraz y su esposa son indocumentados. Él es mexicano y ya había sido deportado. Ambos están siendo acusados de tráfico de personas y secuestro. Él también está imputado por posesión de un arma de fuego.

La pareja compareció el viernes pasado por primera vez en un tribunal federal de Nuevo México y este martes, en una audiencia preliminar, un juez ordenó que sigan bajo custodia sin derecho a fianza.

La peor tragedia en décadas relacionada con el transporte de indocumentados dentro de camiones de carga se registró en Texas el 27 de junio de 2022: más de 50 personas perdieron la vida.
En julio de 2017 ocurrió otra tragedia: diez migrantes fallecieron en un hospital luego de viajar dentro de un tráiler que se detuvo en una tienda Walmart en San Antonio, Texas.
El conductor, James Matthew Bradley, fue sentenciado en 2018 a cadena perpetua.
A pesar de lo sucedido, este método continuó detectándose sobre todo en retenes que la Patrulla Fronteriza instala en carreteras del sur de Texas.
En septiembre de 2020, cuando transcurría uno de los períodos más complicados de la pandemia, las autoridades notaron un “inquietante” incremento de 41% en este tipo de casos respecto al mismo período del año anterior. La mayoría de los incidentes ocurrieron en California y Texas.
La Patrulla Fronteriza advierte que los migrantes viajan hacinados, con poca ventilación, sin agua, bajo temperaturas elevadas y encerrados, lo que hace sus trayectos extremadamente peligrosos.
Los retenes han detectado a grupos grandes apretujados en las cajas, como los 117 indocumentados que aparecen en la foto y que fueron detenidos en un retén en Texas en octubre de 2020.
“Con la frontera más segura que nunca, los traficantes de personas sin escrúpulos encierran cada vez más a sus víctimas en remolques destinados para animales y objetos”, advierte esta agencia federal.
Incluso niños y adolescentes han viajado dentro de contenedores.
Elementos de la Patrulla Fronteriza en el sector Laredo descubrieron en julio de 2021 nuevas tácticas que están usando los coyotes para evitar que detecten a sus clientes.
A veces los bañan de cal (óxido de calcio) o rocían el contender con el oloroso limpiador ‘Fabuloso’, dos sustancias que pueden dañar la salud de los migrantes, advierten las autoridades.
En esta foto se observa a dos mujeres que tienen cal sobre sus cabellos, cuellos y blusas.
En otra imagen se puede ver un costal de cal, un elemento que irrita la piel, afecta al sistema respiratorio y si es ingerido puede provocar intoxicación y hasta la muerte, según advierten los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Los coyotes también tapan con sellantes de espuma los espacios más pequeños de las cajas para carga. Eso deja a los indocumentados literalmente sin oxígeno e inhalando las sustancias rociadas en la caja.
“El uso de estos químicos (cal y aromatizante) es otro indicativo de cómo los contrabandistas ven a los indocumentados como una simple mercancía”, señala un comunicado de la Patrulla Fronteriza.
Otra táctica de los traficantes es rociar condimentos de limón y pimienta en el contenedor.
En el caso reciente en que murieron más de 50 migrantes, las víctimas tenían sobre sí “una sustancia picante”, supuestamente para tratar de burlar los filtros de seguridad, dijeron las autoridades.
Los coyotes también les dan playeras blancas con letras y números para identificar a clientes de células distintas. Lo detectaron las autoridades en abril de 2020, al inicio de la pandemia.
Los indocumentados son escondidos hasta debajo de pisos falsos en los contenedores, que es todavía más peligroso.
Otra táctica común es ocultarlos al frente o detrás de paletas con productos, lo cual los pone en riesgo de ser aplastados.
También los encuentran en los camarotes de los camiones, detrás de los conductores.
Cientos de migrantes han sido detenidos dentro de cajas de tráileres en años recientes. Los choferes han sido acusados de tráfico de indocumentados y algunos fueron condenados a varios meses de prisión.
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La peor tragedia en décadas relacionada con el transporte de indocumentados dentro de camiones de carga se registró en Texas el 27 de junio de 2022: más de 50 personas perdieron la vida.
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