Enojado porque la directora general de Oracle colaborará con el gobierno de Donald Trump, un empleado de la compañía de software, renunció con una carta abierta.
Trabajadores de la industria tecnológica critican a sus líderes por su acercamiento con Trump
Un empleado de Oracle renunció con una carta pública y cientos en IBM firmaron una petición donde defienden los valores que el presidente electo atacó en su campaña.


En su cuenta de LinkedIn, George Polisner escribió que el presidente electo "alimenta las llamas del miedo, el odio y la violencia contra la gente de color, los musulmanes y los inmigrantes". La codirectora de Oracle Safra Catz anunció la semana pasada que se sumaba al equipo de transición de Trump.
Mientras tanto, cientos de trabajadores de otra gran tecnológica, IBM, están firmando una petición en internet en que defienden la postura de la empresa a favor de la "diversidad, la inclusión y la conducta ética en los negocios".
Dijeron estar "decepcionados" porque la directora general de IBM Ginni Rometty escribió una carta abierta a Trump en que prometió crear empleos, pero no reafirmó esos valores que la empresa dice defender.
Estos y otros empleados que han hecho gestos públicos contra el acercamiento de los líderes de Silicon Valley a Trump son una minoría numérica, pero un rostro más de la oposición mayoritaria de la industria tecno a las políticas que el próximo presidente prometió en su campaña.
Estos pronunciamientos desde la fuerza laboral también parecen dejar descolocados a los líderes de las mayores empresas de tecnología, que peregrinaron a la Trump Tower la semana pasada para un encuentro con el presidente electo, sus hijos y asesores. Varias de estas empresas suelen decir –palabras más, palabras menos– que su misión es hacer un mundo mejor con diversidad y sin fronteras, al contrario de la retórica de campaña de Trump.
Mientras ejecutivos como Tim Cook, de Apple, Jeff Bezos, de Amazon, Elon Musk, de Tesla, y Sheryl Sandberg, de Facebook, asistían al encuentro, crecía otra petición online en que hasta la publicación de esta nota más de 2,600 empleados de empresas tecnológicas prometían negarse a colaborar con la creación de registros de inmigrantes o de musulmanes en línea con las promesas de Trump.
"Elegimos ser solidarios con los estadounidenses musulmanes, los inmigrantes y toda la gente cuya vida y trabajo son amenazados por las políticas de recolección de datos propuestas por la nueva administración", dijeron.
De hecho, sentado a la mesa con Trump estaba su principal asesor y simpatizante en la industria tecno, el inversionista en Facebook y fundador de PayPal Peter Thiel, que fundó una empresa de análisis de datos que participaría en una iniciativa de deportaciones masivas como la que prometió Trump. Alex Karp, el director de la empresa, también participó, pese a que es una figura de muy bajo perfil que no suele aparecer en muchos eventos de la industria.
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La empresa, Palantir, es una de las startups que más financiamiento recibió de inversionistas y también una de las que opera en mayor secreto, pese a que ocupa gran parte del espacio de oficinas del centro de Palo Alto. (En septiembre, el gobierno federal la demandó por discriminación racial en sus contrataciones).
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Un nuevo reporte del sitio especializado The Verge dijo este miércoles que Palantir sería clave para la construcción de un sistema de "verificación extrema" de los antecedentes de inmigrantes como el que quiere Trump.
Del otro lado del espectro están los empleados que se están organizando para resistir estas iniciativas de recolección y análisis de datos.
Los trabajadores de IBM que firmaron la petición exigieron a la empresa que aumente sus programas de reclutamiento de trabajadores de minorías y reafirmaron su derecho "a negarnos a participar en cualquier contrato con el gobierno de Estados Unidos que violen las libertades civiles que protege la Constitución".