¿Es el juicio político a Trump "inválido" si el presidente no cometió un acto criminal?

Los abogados del presidente Trump dicen que no se ha probado ningún crimen específico en su contra, pero los demócratas afirman que no es necesario. ¿Quién tiene la razón?

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Por:
David C Adams.
Trump es el tercer presidente que va a juicio político, pero es poco probable que sea destituido.
Trump es el tercer presidente que va a juicio político, pero es poco probable que sea destituido.
Imagen Alex Brandon/AP

El argumento principal de los abogados del presidente Trump en su defensa en el juicio político se basa en una afirmación de que las dos acusaciones en su contra son "constitucionalmente inválidas" porque "no alegan ningún delito o violación de la ley y mucho menos 'delitos graves y delitos menores' como lo exige la Constitución".

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El comité judicial de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas y que redactó los artículos del juicio político, responde que la Constitución no exige un delito legalmente definido y, en cambio, es lo que el Congreso decida que es.

Ninguna de las interpretaciones es correcta, argumenta Rob Natelson, exprofesor de derecho y experto en derecho constitucional en el Instituto de la Independencia, un grupo de expertos libertario, que argumenta que la verdad se encuentra en algún punto intermedio.

¿Qué dice la Constitución?

En el Artículo II, sección 4, se establece que el presidente y "todos los funcionarios civiles de Estados Unidos" están sujetos a ser destituidos si son condenados por un juicio en el Senado por "traición, soborno u otros crímines graves y delitos menores".

Sin embargo, los estudiosos del derecho han luchado durante siglos para definir qué son los delitos aplicables. "Es cierto que ningún fundador de la nación se puso de pie durante los debates constitucionales y explicó los estándares en detalle", dice Natelson, y agrega que no existe una definición universalmente aceptada de "crímines graves y delitos menores" o un catálogo de delitos que sean aplicables.

Pero, agrega, "como en otras partes de la Constitución, se deben hacer inferencias a partir de los datos disponibles", por ejemplo, declaraciones de los fundadores de EEUU, las ofensas por las cuales los funcionarios fueron acusados en el pasado y "la creencia casi universal de los esos fundadores de que el gobierno se construye sobre la base de la confianza pública y que los funcionarios están sujetos a deberes fiduciarios".

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Uno de los fundadores, Alexander Hamilton, escribió en los Documentos Federalistas en 1788 que la jurisdicción del juicio político cubría "aquellos delitos que proceden de la mala conducta de los hombres públicos, o, en otras palabras, del abuso o violación de alguna confianza pública".

De hecho, dos juicios penales exitosos: el juez Robert Archbald (1913) y el juez Halsted Ritter (1936), ambos involucraron una mala conducta que no infringió ninguna ley penal.

Si los Fundadores entendieron que la frase "delitos graves y delitos menores" se limita a violaciones criminales, Natelson argumenta que podrían haber omitido las palabras "delitos menores" y hubieran terminado la frase con "Crímines".

La intención de los Fundadores

"No existe una regla clara de que debe haber un delito o delito específico", concuerda Donald Jones, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Miami. "Hay que tener en cuenta la intención de los redactores (de la Constitución) para comprender cuál era el mal que estaban tratando de abordar con el concepto de juicio político", agregó.

Jones argumenta que los redactores pretendían que el juicio político fuera "una defensa contra el despotismo". Si bien los redactores no querían revocar las elecciones, la máxima expresión de la 'voluntad del pueblo', también entendieron que la democracia requería controles y equilibrios para garantizar que los gobernantes no traicionaran la confianza pública y se comportaran como servidores del pueblo, no como déspotas.

El uso corrupto de la oficina del presidente para beneficio personal en el caso de Ucrania, como alegan los demócratas, podría encajar en esa definición, dijo Jones.

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"La regla clara en el proceso de juicio político es el propio juicio del Senado", agregó.

En otras palabras, el Congreso tendrá que decidir si los artículos de juicio político -obstrucción al Congreso y abuso de poder- son válidos. De hecho, el tema de la validez legal es ahora poco relevante, ya que la Constitución otorga a la Cámara Baja el derecho exclusivo de iniciar un juicio político. Ahora que el proceso de juicio político ha pasado a la fase penal en el Senado, el tema debe ser estrictamente una cuestión de culpabilidad o inocencia.

"La pregunta aquí no es de derecho, sino de hecho", dijo Jones.

Al final, dependerá de los miembros del Senado honrar el juramento que hicieron al comienzo del juicio de "hacer justicia imparcial de acuerdo con la Constitución y las leyes".

Jones dice que hay que tener fe en el proceso. “La democracia es sagrada. Tenemos que tener fe en que estarán a la altura de las circunstancias”, dijo.

Y si al público no le gusta el resultado, los votantes tendrán la última palabra en noviembre.

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<b>Pat Cipollone, abogado de la Casa Blanca</b>. Lidera el equipo de defensa del presidente en el juicio político. Fue asistente de 
<a href="https://www.univision.com/temas/william-barr">William Barr</a> entre 1992 y 1993, cuando éste fue Fiscal General en la administración de George W. H. Bush. También trabajó para firmas privadas y uno de sus clientes fue el propio 
<a href="https://www.univision.com/temas/donald-trump">Donald Trump</a>, entre otros empresarios.
<b>Jay Sekulow, abogado personal de Donald Trump</b>. Es un personaje mediático, invitado regularmente a comentar en la cadena Fox News y en la cadena de televisión cristiana CBN. Es el director del Centro Estadounidense de Derecho y Justicia, una organización conservadora.
<b>Ken Starr, el fiscal especial que entre 1994 y 1998 encabezó el equipo que investigó a Bill Clinton</b>. Su trabajo logró que Clinton fuera sometido a juicio político por el caso de Monica Lewinsky. También tiene presencia mediática, es invitado frecuentemente a Fox News, donde ha expresado sus críticas a la manera como la Cámara de Representantes condujo las investigaciones del ‘impeachment’ de Trump. En 2017 
<a href="https://www.univision.com/noticias/politica/el-hombre-que-persiguio-a-clinton-en-el-caso-lewinsky-pide-a-trump-que-no-use-a-sessions-como-pinata-y-que-no-tuitee-tanto">había criticado duramente al presidente</a>, cuando consideró como "escandalosa y profundamente equivocada" su conducta contra Jeff Sessions, entonces Fiscal General.
<b>Alan Derhowitz, profesor retirado de la Universidad de Harvard y experto en derecho constitucional.</b> Es el autor de un libro titulado: ‘El caso contra el 
<i>impeachment</i> de Trump’, publicado en 2018. Participó en la defensa de O.J. Simpson y ha representado a otras celebridades, entre ellas el excampeón de boxeo Mike Tyson. En 1998 estuvo contra el juicio político que se le siguió a 
<a href="https://www.univision.com/temas/bill-clinton">Bill Clinton.</a>
<b>Pam Bondi, exfiscal general de Florida.</b> En septiembre de 2016, Trump y Bondi fueron señalados de posible 'quid pro quo' por una contribución de 25,000 dólares que Trump hizo al comité político de Bondi en 2013, poco antes de que la fiscal decidiera no investigar denuncias de fraude en la Universidad Trump. Bondi dijo que la contribución de Trump no tenía nada que ver con su decisión de no investigar las denuncias.
<b>Consejero legal de la Casa Blanca, Patrick Philbin.</b> Es el segundo de Cipollone. Se desempeñó como fiscal general adjunto en el gobierno de George W. Bush y antes de eso fue socio de una importante firma de abogados de Washington DC para luego unirse a la Casa Blanca.
<b>Consejero legal de la Casa Blanca, Michael Purpura. </b>Purpura llegó a la Casa Blanca poco después de que los demócratas ganaron la mayoría de la Cámara de Representantes. Esta no es la primera vez que Purpura defiende a un presidente republicano ya que trabajó para defender a George W. Bush. Antes fue fiscal federal.
<b>Jane Raskin, abogada privada de Donald Trump. </b>
<i>The New York Times </i>informó que el presidente la contrató a ella poco después de que el FBI allanó la oficina de Michael Cohen, quien era el abogado y 'fixer' (solucionador de problemas) de Trump.
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Pat Cipollone, abogado de la Casa Blanca. Lidera el equipo de defensa del presidente en el juicio político. Fue asistente de William Barr entre 1992 y 1993, cuando éste fue Fiscal General en la administración de George W. H. Bush. También trabajó para firmas privadas y uno de sus clientes fue el propio Donald Trump, entre otros empresarios.
Imagen Julio Cortez/AP
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