Preocupación y confusión ante el cambio de política de EEUU sobre remesas a Cuba

Muchos cubanos y sus familias en EEUU se apresuraron a enviar dinero a sus familias en la isla, asumiendo que las remesas estaban a punto de ser bloqueadas en medio de una de las crisis económicas más profundas de las últimas décadas en Cuba.

Por:
Univision y AP
Varias personas permanecen afuera de una oficina de Western Union, el viernes 12 de junio de 2020, en el vecindario Vedado de La Habana, Cuba.
Varias personas permanecen afuera de una oficina de Western Union, el viernes 12 de junio de 2020, en el vecindario Vedado de La Habana, Cuba.
Imagen Ismael Francisco/AP

Hace semana y media, el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo emitió un anuncio de que el gobierno de Donald Trump prohibiría hacer negocios con Fincimex, una empresa estatal cubana que trabaja con empresas extranjeras de tarjetas de crédito y transferencia de divisas, entre otros.

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Muchos cubanos fueron presa del pánico.

Fincimex maneja cientos de millones de dólares en remesas enviadas a Cuba a través de Western Union por familias en comunidades cubano-estadounidenses del sur de Florida y en todo EEUU. ¿Una prohibición a hacer negocios con la compañía operada por las fuerzas armadas significaría el fin de las remesas de las que tantas familias cubanas dependen para comer?

El 4 de junio, Pompeo, informó que Fincimex es una de las empresas que “benefician desproporcionadamente a la dictadura de Castro”.

Sin embargo, hoy el Departamento de Estado y el del Tesoro no dijeron nada al respecto. Mientras tanto, miles de familias se apresuraron a enviar dinero antes de que la prohibición entrara en vigor el viernes.


Lo que sucedió después permite vislumbrar un poco el caos detrás de la forma en que Washington ejecuta una de sus máximas prioridades en política exterior: debilitar al gobierno comunista cubano y su añeja alianza con el mandatario venezolano Nicolás Maduro.

Como se preveía, el gobierno estadounidense publicó una norma el viernes en el Registro Federal, la gaceta oficial. La nueva regla sanciona a cualquiera que haga negocios con empresas operadas por las fuerzas armadas de Cuba, entre las que están tres hoteles, dos centros de buceo y un centro de nado con delfines en un complejo turístico en el oriente de Cuba.

Pero no menciona a Fincimex. Eso hizo que los observadores de la situación en la isla conjeturaran el viernes por la mañana que el gobierno de Trump simplemente se había retractado de su amenaza de interrumpir el flujo de remesas a Cuba. Unas horas después, el Departamento de Estado indicó que Fincimex no había sido mencionada debido a un error administrativo y sí sería sancionada.

La medida, ordenada por el Departamento de Estado, se convierte en un obstáculo para el procesamiento de las remesas de Western Union en Cuba, ya que la Financiera Cimex S.A. es el agente principal de esta compañía, con presencia en los 168 municipios de la isla.
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"La corrección será publicada en el Registro Federal en los próximos días", afirmó el Departamento de Estado.

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Sin embargo, la nueva norma no afectará realmente la capacidad de los estadounidenses de enviar remesas a familiares en Cuba, según una persona al tanto del proceso.

Se prevé que Western Union siga pudiendo enviar dinero a Cuba a través de Fincimex incluso después de que la nueva prohibición entre en vigor, indicó la persona, que pidió guardar el anonimato.

La compañía estadounidense declinó comentar acerca de cualquier regulación futura, y el viernes sólo dijo que "podemos confirmar que nuestros negocios y servicios de Estados Unidos a Cuba están operando normalmente y apegados a las leyes y normas federales estadounidenses".

Un banco estadounidense que trabaja con MasterCard para operar un número pequeño de tarjetas con las que es posible retirar dinero en efectivo de cajeros automáticos en Cuba suspendió la validez de esas tarjetas el jueves por la noche, pero fuera de eso se prevé que la prohibición a Fincimex tenga un impacto mínimo en la isla, dijo Collin Laverty, director de Cuba Educational Travel, una de las compañías más grandes especializadas en llevar viajeros estadounidenses a la isla. Laverty también hace consultoría para compañías de Estados Unidos que desean hacer negocios en Cuba.

"Es un poco simbólico del enfoque de Trump hacia Cuba, que es hacer mucho ruido, provocar mucha confusión", afirmó. "En ocasiones cumplen con las normas, en ocasiones no... la política ha sido extremadamente incongruente e incoherente".

A pesar de que Western Union ha intentado tranquilizarlos, muchos cubanos y sus familias en Estados Unidos pasaron la semana pasada asumiendo que las remesas estaban a punto de ser bloqueadas en medio de una de las crisis económicas más profundas de las últimas décadas en Cuba, generada en gran medida por la suspensión casi total del tráfico aéreo hacia y desde la isla debido a la pandemia de coronavirus.

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Yadamis Roque es un ama de casa de 47 años con una hija discapacitada de 20 y un hijo de 12. Vive de las remesas que le envía su madre desde Florida.

Mientras hacía fila frente a una oficina de Western Union en La Habana hace unos días, dijo que aún asumía de que le iban a cortar esa fuente de ingresos.

"A mí totalmente me afecta. Es mi madre la que me mantiene a mí y a mis hijos desde afuera. Todos los meses (le envía dinero), tengo una niña con problemas y no puedo trabajar", afirmó. "Esto ha sido para mí un golpe bastante fuerte y para ella también porque soy hija única y estos son sus nietos".

"Cuando estaban los viajes había personas que venían y te cobraban un por ciento. Ahora no hay nada de eso", agregó. "¡Qué culpa tenemos nosotros y justo en medio de esta pandemia!".

Los alrededores del teatro Manuel Artime de Miami, donde Trump anunció este viernes los cambios de la política estadounidense hacia Cuba, mostraron desde primera hora de la mañana la pasión con la que se vive en esta ciudad del sur de Florida cualquier decisión sobre la isla. De un lado estaban las personas que defendían los cambios propuestos por Trump.
Del otro, los que se oponían a que Trump revierta algunas de las medidas emprendidas por el expresidente Barack Obama en el proceso de deshielo con Cuba. El presidente mantiene la reapertura de la embajada de su embajada en La Habana, los viajes de cruceros a la isla y los vuelos comerciales regulares, pero prohíbe los negocios con los militares castristas y restringe más los viajes de los estadounidenses.
Del lado de los partidarios de Trump, cada frase del anuncio del presidente la celebraban como si de un gol se tratara.
Laura Vianello de la Vigilia Mambisa no se separó de sus folletos de 10 motivos para rechazar el socialismo. La mujer estaba contenta con los cambios emprendidos por Trump aunque le hubiera gustado que fueran más radicales y que volviera a incluir a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo. "En Cuba todo es del gobierno. Los generales de Raúl Castro, bajo la sombrilla de la compañía GAESA, son los dueños de todos los negocios en Cuba", afirmó. "Pero hubiéramos querido que por lo menos restringiera los viajes y las remesas un poco de restricción porque Cuba no es un país amigo. Cuba es una dictadura militar".
"No todos los cubanos somos Rubios", se podía leer en la camiseta de Bernardo Gutiérrez, un profesor retirado cubanoestadounidense de 70 años que lleva 40 en Miami. "Lo que sucede es que los de enfrente se han quedado en el pasado", afirmó en referencia a quienes se manifestaban a favor de las medidas de Trump. A su juicio, todo lo que hizo el presidente Obama "es un beneficio para el pueblo de Cuba y para el pueblo norteamericano". Pese a que creía que los cambios anunciados por Trump "iban a ser peores", considera que de una marcha atrás no beneficia a nadie.
Del lado de los partidarios de Trump se colocó un grupo de venezolanos que aprovechó la visita del presidente para recordarle la difícil situación que vive su país que está en medio de una crisis política y económica sin precedentes.
“Estamos apoyando la idea del proyecto del presidente Donald Trump. Está buscando la forma de fortalecer las acciones en contra del régimen de los militares castristas que tienen el control de la república de Cuba y que los turistas americanos que vienen a Cuba tengan dificultades con las restricciones”, defendía Miguel Saavedra (a la izquierda de la imagen). El dirigente de la Vigilia Mambisa, uno de los grupos más conocidos del núcleo duro del exilio, desde hace décadas no se pierde una sola manifestación en contra del gobierno castrista en Miami. En la foto posa con otro partidario del presidente que llegó hace 18 años a EEUU en balsa.
"Si en 50 años no ha funcionado ¿por qué va a funcionar ahora?", se pregunta.Rosa, una peruana que lleva 30 años viviendo en EEUU haciendo referencia a la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba que había hasta que, en diciembre de 2014, Cuba anunció el deshielo. "En estos años he visto el sufrimiento de los cubanos y he visto que el sistema anterior no funcionó. Me parecen muy buenos los cambios de Obama y creo que no se debe volver atrás. Es inútil", opina.
"Libertad para el pueblo cubano", se podía leer en la pancarta de este hombre.
Estos manifestantes parecieron pensar que cualquier atuendo es bueno para protestar contra las políticas del presidente Trump.
"Trump dice que se preocupa por los derechos humanos en Cuba pero él acaba de regresar de Arabia Saudita donde las mujeres no pueden manejar, donde a los homosexuales los meten en prisión y donde le cortan la cabeza a gente con espadas si se oponen al gobierno y es amigo del presidente de Filipinas aunque mata a quienes consumen drogas", afirmó Ernesto Medina, un cubano de 27 años que llegó a los 18 a Miami.
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Algunos curiosos se acercaron para ver pasar el auto del presidente a su salida del teatro Manuel Artiles
Michael Martínez, cubanoestadounidense de Miami llegó a la protesta con una camiseta en rechazo al embargo económico a la isla y un colgante del Che Guevara. "Estoy en contra de cualquier nueva restricción de viajes que imponga el régimen de Trump, cualquier restricción en el envío de paquetes y remesas a mi familia. Estoy aquí porque el embargo es una industria donde un grupo de cubanos que no tienen familias en Cuba se ganan el pan a costa de los otros", afirmó.
Walter, cubanoestadounidense nacido en Nueva York, estaba del lado de quienes estaban a favor de Trump. "¿Cómo podemos hacer negocios con un criminal asesino de Cuba, Raúl Castro?, se podía leer en su pancarta que era una especie de carta a Donald Trump en la que le pedía revertir el acercamiento emprendido por Obama.
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Los alrededores del teatro Manuel Artime de Miami, donde Trump anunció este viernes los cambios de la política estadounidense hacia Cuba, mostraron desde primera hora de la mañana la pasión con la que se vive en esta ciudad del sur de Florida cualquier decisión sobre la isla. De un lado estaban las personas que defendían los cambios propuestos por Trump.
Imagen Lorena Arroyo
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