El gobierno de Trump convierte la amenaza de separar familias en una política real en la frontera

A las crecientes separaciones por cruce ilegal, se suman ahora casos de padres y madres distanciados de sus hijos tras haber pedido asilo en un punto fronterizo oficial.

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Por:
Patricia Clarembaux.
El fiscal general viajó a la frontera para lanzar un discurso duro en inmigración justo días después de la llegada de la caravana de inmigrantes.
Video Sessions confirma que separarán a padres de sus hijos si cruzan la frontera ilegalmente

La separación de familias en la frontera ya no es retórica política. Centenares de casos llegan a manos de abogados en múltiples puntos de la frontera. Sin un patrón claro, los afectados son tanto indocumentados que cruzaron de forma ilegal como inmigrantes que pidieron asilo en los puertos oficiales de entrada.

Hasta ahora, el gobierno aseguró que la separación de padres e hijos ocurría cuando hay cargos criminales por haber entrado ilegalmente al país. Sin embargo, Univision Noticias conoció casos que demuestran que la “tolerancia cero” anunciada por el fiscal Jeff Sessions está en expansión.

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Hay madres contra quienes no se presentaron cargos criminales, como Mirian; otras que fueron separadas de sus hijos por haber cruzado el Río Grande, como Norma; y también hay algunas cuyos hijos ya fueron entregados a familias de acogida aunque ellas no han sido sentenciadas, como Sindy.

Encausar a estas personas y separarlas de sus hijos forma parte de la estrategia del gobierno de Donald Trump para disuadir la llegada de más indocumentados a la frontera con México. Las cifras escalan mes a mes y en abril las detenciones realizadas por la Patrulla Fronteriza fueron tres veces mayores a las del mismo periodo del año anterior.

El gobierno no presenta cifras para mostrar cuántas separaciones han ocurrido, pero grupos activistas aseguran que es ya una suerte de rutina.

La imagen fue tomada en abril en una corte federal en Pecos, Texas, por una persona que la filtró 
<a href="https://theintercept.com/2018/05/29/zero-tolerance-border-policy-immigration-mass-trials-children/">a la web The Intercept</a>.
La imagen fue tomada en abril en una corte federal en Pecos, Texas, por una persona que la filtró <a href="https://theintercept.com/2018/05/29/zero-tolerance-border-policy-immigration-mass-trials-children/">a la web The Intercept</a>.
Imagen Obtenida vía The Intercept


“La separación de familias por agentes federales en la frontera se ha convertido en la norma bajo la fiscalía general de Jefferson Sessions”, dijo este jueves Texas Civil Rights Project junto a tres organizaciones más de la zona.

El nuevo protocolo ha activado a centenares de funcionarios de un complejo entramado de instituciones públicas y pone a prueba la capacidad de procesar a centenares de inmigrantes cada día en la frontera.

Arrestados por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los adultos son transferidos al Departamento de Justicia para enfrentarse a sus acusaciones criminales. Abogados presencian ‘audiencias masivas’ en las que decenas de indocumentados vestidos de naranja comparecen al mismo tiempo ante el juez federal. Mientras, los menores alejados de sus padres son derivados al Departamento de Salud y Servicios Humanos que cuenta con una red de albergues y familias de acogida.

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“El sistema de inmigración ya está saturado y las nuevas políticas de tolerancia cero y de separación de familias solo generan un caos adicional y trabas en el sistema”, dijo Denise Gilman, directora de la Clínica de Inmigración de la Universidad de Texas, en Austin, a Univision Noticias.

William Carranza dice en una llamada desde el Centro de Detención Otay Mesa en California que lo separaron de su hija de 5 años, lo encerraron y desde ese momento no ha tenido noticias de ella. Grupos proinmigrantes manifiestan que la rutinaria práctica del gobierno federal de separar familias en la frontera es una violación a los derechos humanos.
Video "Cuando nos entregamos, me separaron de mi hija": hombre en centro de detención en California


Para la abogada, la decisión duplica los casos de inmigración –en un sistema que ya está colapsado– porque el del niño será visto por un juez independientemente del de la madre. “Los niños se verán forzados a presentar su petición de asilo por su cuenta y sin la ayuda o información que podría proveer el padre”, señala Gilman.

El gobierno no explica claramente por qué separa familias que entraron al país pidiendo asilo y se remite al protocolo de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). En el documento, se lee que las autoridades mantendrán unidas a las familias siempre que sea posible, a no ser que incumplan “un requerimiento legal” o haya “una preocupación de seguridad”. La agencia, sin embargo, no aclaró a Univision Noticias a qué situaciones concretas se refiere.

Como respuesta a esta política, distintas organizaciones y activistas de 30 ciudades de Estados Unidos protestarán este fin de semana para exigirle a Trump que ponga fin a la separación de las familias.

A continuación, tres casos que ejemplifican cómo se está aplicando la nueva política:

"¿Por qué llora?". La agente Marlene Castro pregunta a una mujer salvadoreña al ser encontrada por la Patrulla cerca de McAllen, Texas. Dice que llevaba con su hija una hora al sol, perdida y con un ataque nervioso. Tras unos minutos, explica que en México la agredieron físicamente e intentaron violarla.
Esta madre salvadoreña y su hijo cruzaron por balsa el Río Grande hace tan solo diez minutos, presumiblemente ayudados por coyotes. Muchas familias se entregan voluntariamente a los agentes cuando ven a la Patrulla Fronteriza: esperan, tras una detención de unos días, reunirse con familiares en otros puntos de Estados Unidos mientras esperan ir a corte.
Tres migrantes venidos de El Salvador caminan mientras se le acerca una furgoneta de la Patrulla Fronteriza. Son una madre y su hijo por un lado, y menor no acompañado por otro. Dicen que acaban de conocerse tras cruzar uno de los sitios más habituales para el cruce: delante de Reynosa, México, y a unas millas de McAllen, Estados Unidos.
Nelson, de 9 años, con su madre. Por este sector fronterizo, el Valle del Río Grande, pasaron casi 7 de cada 10 inmigrantes que fueron detenidos en octubre en la frontera sur por cruzar ilegalmente. Es este perfil, el de una madre o padre con algún hijo, es el que más crece: un 118% más de detenidos que un año atrás, según datos gubernamentales.
Este grupo de migrantes suma 7 personas. Al cabo de unos 15 minutos, llega una furgoneta para llevárselos a un centro de detención temporal. Los vehículos suelen esperar en fila cerca del río a que los agentes les avisen si encuentran más inmigrantes. A veces incluso mandan autobuses debido al alto número de migrantes centroamericanos.
La agente Marlene Castro encuentra a otro grupo, esta vez son 15. Por el radiotransmisor informan de 21 migrantes más encontrados en la misma zona al cabo de unos minutos. A los padres y madres, la agente de la Patrulla Fronteriza les pide los documentos que demuestran que son los progenitores.
La mayoría cita la multiplicidad de crisis en sus países para justificar su partida hacia Estados Unidos. Vienen principalmente de El Salvador, Guatemala y Honduras. Algunos dicen que buscarán asilo, aunque muchos otros muestran mucha confusión sobre los procesos migratorios y sus próximos pasos en Estados Unidos.
Arantza acaba de llegar a Texas con su madre y su hermana mayor desde El Salvador. Lleva en la mano una Blackberry destartalada que encontró en el camino y que no funciona. Mañana cumple años. Con los dedos de la mano indicado cuántos: 4.
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"¿Por qué llora?". La agente Marlene Castro pregunta a una mujer salvadoreña al ser encontrada por la Patrulla cerca de McAllen, Texas. Dice que llevaba con su hija una hora al sol, perdida y con un ataque nervioso. Tras unos minutos, explica que en México la agredieron físicamente e intentaron violarla.
Imagen Damià S. Bonmatí
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