“Pensamos que nos iban a matar”: migrantes relatan su experiencia luego de ser repelidos en la frontera

Leticia de la Cruz, guatemalteca, cayó desmayada al inhalar los gases disparados por autoridades estadounidenses para disuadir el intento de entrar a su territorio por la fuerza este domingo. Sin embargo, lo seguirá intentando: “No sabemos si vamos a entrar, pero no desistiremos”.

Manuel Ayala
Por:
Manuel Ayala.
Miles de centroamericanos, entre ellos decenas de niños, han desbordado la capacidad de la Unidad Deportiva Benito Juárez, un albergue improvisado que las autoridades de la ciudad fronteriza de Tijuana instalaron para hacerle frente a la masiva llegada de migrantes.
Video Entre el apoyo y el rechazo: así pasan sus días los migrantes de la caravana en Tijuana

TIJUANA, México.- “Cuando nos acercamos y escuchamos las primeras detonaciones pensamos que eran balas de verdad, incluso en el momento que nosotros salimos corriendo miramos que un helicóptero iba cerca de nosotros, yo pensé que ahí nos iban a acribillar a balazos”.

Es el relato de Leticia de la Cruz, originaria de Guatemala, luego de haber vivido la experiencia del domingo pasado, en la que una marcha pacífica derivó en el intento de entrar por la fuerza a Estados Unidos, desde donde lanzaron bombas de gas lacrimógeno y balas de goma a quienes se encontraban en territorio mexicano.

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Ese día, ella y su marido Daner Ramón López, originario de Honduras, salieron temprano para desayunar y “tomar un café” en el Enclave Caracol, un espacio multicultural ubicado en la calle Primera, en la Zona Centro de la ciudad, en donde también están albergados alrededor de 500 migrantes, la mayoría de la comunidad LGBTI.

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Así vivió el momento

Después de desayunar se unieron a la manifestación pacífica para apoyar a sus compañeros. Querían ser parte del contingente que le pusiera presión a Estados Unidos para que les facilitaran los procesos de asilo.

Cuando ellos alcanzaron al grupo, ya se había roto el cerco que la Policía Federal había montado a la entrada del Puente El Chaparral, para impedir el paso hacia la zona de las garitas.

Algunos cruzaron la valla fronteriza para internarse en territorio estadounidense. Entonces, los elementos de seguridad del país vecino “comenzaron a disparar (bombas lacrimógenas y balas de goma) sin que nosotros los hubiéramos molestado”.


Fue cuando toda la multitud comenzó a correr “unos sobre otros” y se generó el caos, además que se expandió todo: tanto las personas como el gas entre los niños pequeños, gente grande y mujeres, a quienes “les lloraban los ojos” de ardor por el mismo gas que había sido lanzado.

“Cuando nosotros nos dimos cuenta sentimos los bombazos y a nuestros pies cayó la bomba de gas, yo sentía ahogarme en ese momento y no hallaba ni para dónde correr y a final de cuentas me desmayé", relata.

Su esposo, que corría junto a ella para resguardarse, le pidió a dos de sus amigos que le “echaran la mano” para cargarla, y luego pensó en los niños que venían atrás y se regresó para ayudarlos.

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Tres personas de la misma caravana de los migrantes la ayudaron a recuperar la conciencia. "Cuando desperté ya los vi a todos ellos ahí a mi lado junto con mi esposo, ellos nos echaron leche en la cara para que pudiéramos respirar porque no podíamos”, compartió.

Centroamericanos que estuvieron presentes en el ataque de fuerzas de la patrulla fronteriza contra integrantes de la caravana de migrantes
Centroamericanos que estuvieron presentes en el ataque de fuerzas de la patrulla fronteriza contra integrantes de la caravana de migrantes
Imagen Joebeth Terriquez


Al recobrar el conocimiento se acordó de todo y se asustó, pero aclaró: “no fue tanto el susto lo del gas, sino de pensar que nos iban a matar ese momento”.

Después, se levantó y tomó del brazo a su marido, y junto con algunas mujeres y los niños que iban llorosos regresaron al albergue ubicado en la unidad deportiva Benito Juárez en la Zona Norte de Tijuana, donde se encuentra concentrada la caravana migrante de 5,700 personas en total.

“Venimos huyendo de nuestros países”

Leticia y Daner, junto con sus amigos salvadoreños Marlene y Juan, llegaron a Tijuana con el segundo grupo de la caravana que arribó el día martes 13 de noviembre a la ciudad. Llegaron “con la ilusión” de poder entrar a Estados Unidos, debido a la violencia que impera en sus países.

Ella ya había emigrado en alguna ocasión a Chiapas, México, cuando era más pequeña, donde hizo parte de su vida debido a la falta de oportunidades en su país. Dice que en Guatemala “está todo muy difícil” y que si en Honduras hay pobreza, en su país está todavía “mucho peor”, por eso la huida a México.

La secretaria de Seguridad Nacional aseguró a través de un comunicado que han confirmado más de 600 criminales convictos viajando en las caravanas, sin dar datos específicos al respecto. También dijo que "nuestros agentes y oficiales de la Patrulla Fronteriza respondieron de forma admirable y responsable" durante los hechos del fin de semana en la frontera con Tijuana.
Video Kirstjen Nielsen dice que migrantes de la caravana utilizan a mujeres y niños como escudos humanos


Para Dener Ramón, la respuesta de las autoridades de Estados Unidos para replegarlos fue “como una guerra”, debido a que los estadunidenses tiraron gases lacrimógenos invadiendo territorio mexicano violentando la soberanía “del pueblo mexicano”.

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“Pero nosotros no venimos en son de guerra, venimos en son de paz… y todo esto está mal también porque nosotros venimos huyendo de nuestros países, buscando refugio en otros lugares, y el país a donde queremos llegar nos quiere matar también, creo que no es justo”, resaltó.

Por su parte, Leticia no entiende por qué las autoridades llegaron “a ese grado de cinismo” de recibirlos de tal manera, pues asegura que no estaban molestando y eso resultó algo “muy peligroso y riesgoso” porque iban muchos niños, además que iban muchas mujeres con bebés.

“Le digo a mi marido que, si uno de grande termina valiendo madre, pues ni modo, pero los niños no, los niños son los más afectados, y eso me pareció un momento muy triste”, manifestó.

“No sabemos si vamos a entrar, pero no desistiremos”

Después de los hechos que dieron la vuelta al mundo, Leticia tiene presente que no saben si les pueda afectar y si van a poder entrar al país de las barras y las estrellas, sobre todo “porque se está poniendo duro todo esto”.

Luego de que la mayoría de los manifestantes regresara al albergue, la mayoría estuvieron comentando que no se iban a dar por vencidos y que “sea lo que sea, y como sea, Estados Unidos nos va a abrir las puertas”.

Con gesto decidido, Leticia dice que aunque sea por Nogales u otro cruce fronterizo, pero pasarían la frontera para cumplir su sueño de hacer una vida mejor.

“Aunque esta mañana (lunes) hubo varias personas que se rindieron y solicitaron su regreso al país, habemos muchas personas que no nos vamos a dar por vencidos y vamos a seguir luchando para intentar pasar”, dijo.

Dicen temer que vuelva a ocurrir otra reyerta como la del domingo, en la que varios migrantes resultaron lesionados o afectados por el gas lacrimógeno que lanzaron las autoridades para dispersarlos, por lo que prefieren regresar a sus países. Otros aseguran que se quedarán en suelo mexicano en busca de oportunidades y un mejor futuro.
Video Tras incidentes en la frontera, algunos migrantes se entregan a las autoridades para ser deportados


De acuerdo con el Grupo BETA, son más de 70 las personas que este día firmaron su carta de retorno asistido, manifestando incertidumbre, miedo y desaliento tras encontrarse con un panorama difícil en la ciudad.

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Tanto Leticia como Dener, y sus amigos Marlene y Juan, están convencidos que regresar a sus países sería “un error, riesgoso y además peligros”, por el tema de la Mara Salvatrucha y el crimen organizado que impera en esa región de Centroamérica, así que intentarán cruzar a estados Unidos, y si no lo logran, buscarán la opción de Canadá o de plano Tijuana.

“Pero antes de hacer o decidir algo, lo debemos tomar con calma”, puntualizó Leticia, quien agregó que es lo único que le dice constantemente a todos sus compañeros de la caravana, que lo hagan todo con calma: "Si lo agarramos y hacemos todos a la carrera no se podrá hacer nada después”.

Un grupo de migrantes centroamericanos rompió la valla de seguridad en la garita de El Chaparral y comenzó a correr hacia el canal del río de Tijuana, muy cerca a la garita de San Ysidro, en la frontera entre México y EEUU. Las autoridades impidieron su paso hacia el norte utilizando gas lacrimógeno y balas de goma.
Reporteros de Univision Noticias, constataron que las autoridades estadounidenses lanzaron gases lacrimógenos desde el otro lado de la valla fronteriza contra los migrantes, lo que obligó a la mayoría de ellos a replegarse.
Esta familia migrante huye de los gases lacrimógenos que lanzaron las autoridades estadounidenses. Los niños gritaban y tosían en el caos que se desató.
Ana Zúñiga, una migrante hondureña de 23 años, dijo a la agencia AP que vio a los migrantes abrir un pequeño agujero en el alambre de púas del lado mexicano, ante lo cual los agentes arrojaron el gas.
“Corrimos, pero cuando uno corre más le asfixia el humo”, le dijo Zúñiga a la AP mientras cargaba a su hija Valery de 3 años.
Los funcionarios estadounidenses en la garita de San Ysidro están procesando menos de 100 peticiones de asilo diarias.
El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete Prida, dijo en entrevista con el diario 
<a href="http://www.milenio.com/politica/mexico-deportara-violentos-caravana-migrante-segob"><u>mexicano Milenio</u></a>, que los integrantes de la caravana migrante que rompieron el cerco de seguridad en Tijuana e intentaron ingresar a territorio estadounidense serán deportados.
Los migrantes portaban banderas estadounidenses y hondureñas pintadas a mano
Esta madre corre junto a su hijo descalzo, que lleva tomado de la mano, al escapar de los gases lacrimógenos.
Ireneo Mújica, activista del grupo Pueblo Sin Fronteras que ha acompañado a los migrantes durante semanas, dijo que el objetivo de las protestas era visibilizar la situación de los migrantes.
La policía mexicana había advertido a los migrantes que no cruzaran los puntos de control sin autorización.
Oficiales de la Patrulla Fronteriza estadounidense del otro lado de la valla limítrofe en Tijuana.
Algunos intentaban calmar al grupo, mientras que otros lanzaban consignas contra las autoridades estadounidenses.
El puerto fronterizo de San Ysidro, entre San Diego y Tijuana, permanece cerrado.
La policía de Tijuana anunció luego a través de un comunicado, que 
<b>fueron detenidos 39 integrantes de la caravana migrante por causar disturbios, riñas, alterar el orden público y agredir a ciudadanos</b>.
Los gases también afectaron a los periodista que cubrían la marcha de centroamericanos.
Todo el tránsito en ambos sentidos de la frontera entre México y EEUU dejó de fluir en este punto a las 11:30 AM hora del pacífico.
Helicópteros de la Patrulla Fronteriza estadounidense sobrevolaron la zona, mientras que agentes de EEUU vigilaban detrás de la cerca.
La Secretaría de Gobernación de México informó el domingo que el país ha enviado a 11,000 centroamericanos de vuelta a sus países de origen desde el 19 de octubre. En la fototografía, migrantes y periodistas huyendo de los gases.
Esto hizo que las autoridades reforzarán la seguridad y mantuvieran por casi 4 horas cerrado el cruce fronterizo de San Ysidro.
Horas antes algunos migrantes centroamericanos superaron a una línea de policías mexicanos apostados cerca del cruce internacional.
Una segunda línea de policías antimotines esperaba más adelante. Habían instalado elevados paneles de acero tras ellos frente al cruce El Chaparral, aún en el lado mexicano de la frontera.
La policía federal mexicana pidió a los migrantes que no intentaran cruzar el límite a la fuerza.
La Policía Federal de México cerca de la garita El Chaparral. Más de 5,000 migrantes han estado acampando en el interior y en los alrededores de un complejo deportivo en Tijuana durante los últimos días.
Juan Manuel Gastélum, alcalde de Tijuana, declaró el viernes una crisis humanitaria en esta ciudad fronteriza de 1,6 millones de habitantes.
El grupo de migrantes al momento de sobrepasar la valla fronteriza.
El momento en que el grupo decidió pasar a la fuerza.
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Un total de 73 centroamericanos fueron detenidos, esposados y llevados en camionetas por elementos de la Patrulla Fronteriza.
Uno de los migrantes que cruzó sin permiso al momento de ser arrestado.
Las autoridades mexicanas explicaron que los manifestantes que pasaron los puntos de control ilegalmente serán deportados.
Un grupo de migrantes centroamericanos trepó la valla fronteriza entre México y Estados Unidos, cerca del cruce fronterizo de El Chaparral, en Tijuana, estado de Baja California, México.
La Patrulla Fronteriza dijo en un comunicado que un grupo de migrantes se separo de la manifestación pacífica en Tijuana e intentó cruzar de manera ilegal.
Cientos de migrantes se encuentran en albergues en Tijuana, esperando llegar a Estados Unidos.
Un grupo de migrantes centroamericanos, la mayoría de Honduras, cruza una valla en un intento por llegar a Estados Unidos.
Migrantes junto al alambrado de púas en la frontera entre Tijuana y San Diego, mientras agentes de la Patrulla Fronteriza mantienen vigilancia desde el lado estadounidense.
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Un grupo de migrantes centroamericanos rompió la valla de seguridad en la garita de El Chaparral y comenzó a correr hacia el canal del río de Tijuana, muy cerca a la garita de San Ysidro, en la frontera entre México y EEUU. Las autoridades impidieron su paso hacia el norte utilizando gas lacrimógeno y balas de goma.
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