Nivel de dióxido de carbono en la Tierra batió un récord y es el más alto en cuatro millones de años

La cantidad de dióxido de carbono registrada en mayo es considerablemente mayor que el promedio de la era preindustrial y en al menos cuatro millones de años en la historia del planeta.

Por:
Univision
El Observatorio Atmosférico de Mauna Loa se encuentra en lo alto de una de las mayores montañas de Hawaii, sobre el volcán del mismo nombre, para medir el dióxido de carbono en la atmósfera. Para mayo, aseguraban que el nivel de dióxido de carbono era 50% superior al del inicio de la era industrial y seguía subiendo.
El Observatorio Atmosférico de Mauna Loa se encuentra en lo alto de una de las mayores montañas de Hawaii, sobre el volcán del mismo nombre, para medir el dióxido de carbono en la atmósfera. Para mayo, aseguraban que el nivel de dióxido de carbono era 50% superior al del inicio de la era industrial y seguía subiendo.
Imagen Susan Cobb/AP

Nunca antes se habían registrado unos niveles de dióxido de carbono en la atmósfera tan altos como los reportados en mayo, concluyeron científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). La cantidad es mayor a la que se ha visto en millones de años.

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La concentración del gas alcanzó cerca de 420.99 partes por millón en promedio durante mayo, un incremento de 1.8 partes por millón en relación con 2021. Y las emisiones llegaron a 36,300 millones de toneladas en 2021, el nivel más alto de la historia.

"La ciencia es irrefutable (...) Podemos ver el impacto del cambio climático en nuestras vidas cada día. El imparable aumento del dióxido de carbono medido por Mauna Loa es un duro recordatorio de que necesitamos tomar medidas urgentes, debemos dar pasos serios para convertirnos en una nación más preparada para el clima", dijo el administrador de la NOAA, Rick Spinrad, en un comunicado.

El aumento en el nivel de este gas es una muestra del débil avance de los países para honrar los compromisos del Acuerdo de París, que en 2015 estableció como meta que las naciones limitarían el calentamiento global a 1.5 grados Celsius.

En su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el presidente de Estados Unidos se refirió a las relaciones polarizadas entre las naciones más poderosas, el cambio climático y la pandemia del coronavirus. Por su parte, el presidente de Colombia, Iván Duque, habló sobre la desigualdad que ha habido en la distribución de la vacuna contra el covid-19. Más información aquí.
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La contaminación por dióxido de carbono, explica la NOAA, se genera por la quema de combustibles fósiles para el transporte y la generación eléctrica, por la fabricación de cemento, la deforestación, la agricultura y muchas otras prácticas. Junto con otros gases de efecto invernadero, el CO2 atrapa el calor que irradia la superficie del planeta que, de otro modo, escaparía al espacio, lo que hace que la atmósfera del planeta se caliente constantemente, desencadenando una cascada de efectos climáticos, que pasan por el calor extremo, la sequía y peores incendios forestales, así como lluvias más intensas, inundaciones y más tormentas tropicales.

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Antes de la Revolución Industrial, dice NOAA, los niveles de CO2 en el planeta se mantuvieron consistentemente cerca de las 280 partes por millón durante casi seis mil años. Desde entonces, los humanos hemos generado un estimado de 1.5 trillones de toneladas de contaminación por este gas. Y pese a la caída de los niveles durante los años más fuertes de la pandemia, el efecto a largo plazo ha sido mínimo por el impacto en los años posteriores.

Las mediciones en el observatorio de la NOAA en Hawaii comenzaron en 1958. Uno de los científicos más experimentados de este centro, Pieter Tans, lamenta que el dióxido de carbono que se registra está en un nivel que "nuestras especies jamás han experimentado". Asegura que las advertencias sobre el aumento de este gas se han hecho desde hace medio siglo y aún así es poco lo que se ha avanzado en frenarlo: "¿Qué es necesario para que despertemos y actuemos?", reclama.

Los niveles de oxígeno en los océanos a nivel mundial han disminuido un 2% entre 1960 y 2010 y se prevé que para el año 2100 esa cantidad se reduzca entre un 3% y un 4% adicional a causa del calentamiento global. Esto traería consecuencias dramáticas para la vida humana y el entorno natural.
Estos datos forman parte de un alarmante informe titulado "La desoxigenación de los océanos: un problema de todos" que fue presentado este sábado en la XXV Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en Madrid (COP25).
El informe, presentado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), asegura que el oxígeno en los océanos se está perdiendo a un ritmo sin precedentes, con la proliferación de "zonas muertas" y cientos de áreas en peligro.
La pérdida de oxígeno oceánico está estrechamente relacionada con el calentamiento y la acidificación de los océanos causados por el aumento de dióxido de carbono (CO2), derivado a su vez de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de la llamada fertilización de los océanos.
En un planeta cada vez más caliente también se calientan las aguas. El agua más cálida retiene menos oxígeno y el calentamiento causa estratificación, por lo que hay menos mezcla vital de las capas ricas y pobres en oxígeno.
Pero la agricultura intensiva también juega un papel importante. Cuando el exceso de fertilizantes artificiales de los cultivos o el estiércol de la industria cárnica pasan de la tierra hacia los ríos y mares, alimentan a las algas y estas florecen, provocando luego el agotamiento del oxígeno a medida que se descomponen.
La sobrepesca, así como la creciente marea de plásticos, microplásticos y otros contaminantes, ya afecta severamente a los océanos, que son aproximadamente un 26% más ácidos que en épocas preindustriales, debido a la absorción del exceso de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los tiburones, el atún, el pez espada y otras especies de peces grandes corren un riesgo mayor, dijeron los científicos, ya que necesitan más oxígeno para sobrevivir. La evidencia muestra que los bajos niveles de oxígeno los obligan a moverse hacia la superficie y hacia áreas menos profundas, donde son más vulnerables a la pesca.
Según el informe, el promedio mundial de desoxigenación esconde cambios locales que podrían ser más severos en latitudes medias o altas. De esta forma, algunas simulaciones de modelos océanicos proyectan para el año 2100 una disminución de hasta un 7% en los niveles de oxígeno en un escenario sin cambios.
El estudio presentado en la Cumbre del Clima en Madrid identificó más de 900 zonas costeras y mares semicerrados en todo el mundo que son objeto de los efectos de la eutrofización (enriquecimiento excesivo de las aguas con nutrientes o materia orgánica). De ellas, más de 700 tienen problemas de hipoxia (falta de oxígeno).
El volumen de aguas completamente agotadas de oxígeno se ha cuadruplicado en las últimas décadas, según el informe.
Los investigadores señalan que la combinación de la hipoxia inducida por la eutrofización se puede revertir si se adoptan las medidas necesarias, pero la hipoxia causada por el calentamiento global es más difícil de combatir.
El Mar Báltico y el Mar Negro son los mayores ecosistemas marinos semicerrados cuyo contenido de oxígeno es bajo. Entre los últimos 50 y 100 años la desoxigenación también se ha expandido en la mayor parte del Atlántico e incluso en los mares conectados, como el Mediterráneo.
Proteger la vida marina podría ayudar a que los océanos funcionen mejor, absorbiendo más carbono y proporcionando barreras contra el aumento del nivel del mar y las marejadas ciclónicas, como son los manglares y los arrecifes coralinos.
Para la experta Lisa Levin, "sí existen soluciones", pero estas pasan necesariamente por una "mayor ambición" en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, un objetivo que está en manos de los gobiernos "a través de múltiples vías". Levin también apuntó a la necesidad de reducir los vertidos procedentes de la agricultura, la industria o las aguas residuales y evitar "otras fuentes de estrés para los océanos", como la contaminación y la sobrepesca.
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Los niveles de oxígeno en los océanos a nivel mundial han disminuido un 2% entre 1960 y 2010 y se prevé que para el año 2100 esa cantidad se reduzca entre un 3% y un 4% adicional a causa del calentamiento global. Esto traería consecuencias dramáticas para la vida humana y el entorno natural.
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