Cómo una armería de Texas vendió más de 500 rifles al Cartel del Noreste, que las usó en una masacre en la frontera

Al momento las autoridades mexicanas han recuperado más de 60 armas de fuego que una banda de traficantes compró en una tienda de Houston para el cartel. Un fusil de francotirador fue utilizado en una serie de tiroteos que cobraron la vida de más de 20 personas hace tres años.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Desde gente forrada con pastillas hasta cuadros de la Virgen de Guadalupe, los narcotraficantes usan todo tipo de estrategias para cruzar drogas hacia Estados Unidos, por lo que las autoridades fronterizas trabajan para descifrar las próximas estrategias de los criminales.
Video El ingenio del narcotráfico: así cruzan el fentanilo y otras drogas por la frontera de Arizona

A finales de 2019, los pobladores de Villa Unión, una comunidad fronteriza de Coahuila, México, vivieron momentos de pánico por múltiples balaceras entre las fuerzas de seguridad y gatilleros del Cartel del Noreste, que dejaron un saldo de más de veinte muertos.

Se informó que más de 50 sicarios con uniformes de tipo militar y equipo táctico llegaron a Villa Unión a bordo de ocho vehículos blindados que tenían las iniciales del cartel, ‘CDN’. La refriega desencadenó una serie de operaciones contra esa organización criminal y le decomisaron varias armas de fuego.

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Los narcotraficantes ni siquiera les habían quitado los números de serie a los rifles, lo que facilitó el rastreo hasta su compra. Por ejemplo, un fusil de francotirador calibre .50 tenía el registro 27080. Con esa información, la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) detectó que lo habían comprado 13 días antes de la masacre en una armería en Texas.

Investigaciones posteriores revelaron que Israel Chapa Jr, miembro de una banda de traficantes, compró 153 armas a un costo estimado de 248,000 dólares a Khalid Abdulaziz, el único propietario y operador de la tienda Zeroed In Armory (ZIA), localizada al sur de la ciudad de Houston.

Más adelante se confirmó que Abdulaziz vendió alrededor de 500 armas, incluyendo rifles AK-47 y fusiles Barrett calibre .50, que llegaron a las manos del Cartel del Noreste. Al menos nueve personas fueron identificadas como compradores falsos, describen documentos judiciales.

Esta banda de traficantes de armas era liderada por Gustavo Gómez Valenzuela, de 49 años, quien se declaró culpable de ocho cargos relacionados con el contrabando de dicho arsenal y miles de balas, así como por la venta de metanfetamina. Los carteles suelen intercambiar droga por armamento.

La célula criminal estaba integrada por 18 personas, incluyendo el hijo del jefe, Guillermo Gómez Lazcano, un mexicano de 26 años, quien el viernes fue condenado a más de 11 años de prisión. En abril se declaró culpable de ser un extranjero en posesión de un arma de fuego, portar una ametralladora y tráfico de drogas. Él se encuentra en el Centro Federal de Detención de Houston y al cumplir su condena será deportado. Su padre está en el penal federal FTC Oklahoma City en espera de su sentencia.

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Hasta la fecha, las autoridades mexicanas han recuperado más de 60 armas de fuego que esta banda compró en la tienda ZIA, la mayoría de las cuales fueron utilizadas en actos de violencia.

Las compras en la armería

Abdulaziz, de 34 años, está bajo custodia federal en una instalación penitenciaria no revelada.

Dos agentes de la ATF lo entrevistaron el 7 de enero de 2020 y le advirtieron que uno de los rifles que le vendió a Israel Chapa Jr había sido recuperado después de un tiroteo en México. Le pidieron que les avisara si Chapa o sus cómplices volvían al negocio, pero él les siguió vendiendo armas.

Según la acusación, el 24 de marzo de 2020, Mario Reyna fue a la armería para “recoger cuatro (fusiles) Barrett para Israel” y Abdulaziz le dijo que estaban listos. En ese momento, Chapa llegó y lo recibió este comentario de Abdulaziz: " La ATF te asustó".

El dueño de ZIA llenó el formulario de la ATF sabiendo que Reyna no era el comprador de los fusiles y Abdulaziz no llamó a dicha agencia para notificar que Chapa lo había visitado, señalan los fiscales.

“De manera similar, en el caso en cuestión, Abdulaziz vendió más de 500 armas de fuego a compradores falsos en el transcurso de 50 transacciones, que las transfirieron a otros involucrados en el esquema de tráfico de armas, que luego las enviaron a miembros del cartel en México”, alega la Fiscalía federal.

Todos los compradores pagaron en efectivo y muchos ni siquiera sabían qué cantidad o tipo de armas recogían. Al llegar a la tienda de Abdulaziz ya estaban listas para que se las llevaran.

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Cartel del Noreste es una escisión de los sanguinarios Zetas y su área de dominio son los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Zacatecas, Morelos y Veracruz. Entre sus principales actividades criminales están el narcotráfico, secuestro, extorsión, trata de personas y el lavado de dinero.

Es una reacción de los carteles mexicanos que se ha vuelto cotidiana ante operativos militares. Apenas se enteran de que soldados tratan de capturar a capos importantes, sus pistoleros salen a las calles a quemar todo lo que pueden.
Los sanguinarios Zetas, pistoleros de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, sicarios del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y hasta un grupo delictivo que operaba en la Ciudad de México, usaron esa táctica a lo largo de 12 años.
Pero la estrategia de los narcos se fue tornando cada vez más dañina para la población: ahora también balean a civiles y les prenden fuego a tiendas de autoservicio, en un aparente intento por desatar el mayor caos posible en la ciudad, desviar la atención del gobierno y advertir que están dispuestos a todo.
El viernes 12 de agosto de 2022 se vivió una jornada de terror en distintas ciudades de Baja California, incluyendo Tijuana y Mexicali, donde narcotraficantes incendiaron más de 20 vehículos y negocios. No se reportaron heridos.
Se cree que detrás de estos hechos violentos está un jefe regional del Cartel de Jalisco, una organización que lleva años tratando de arrebatarle la “plaza” al Cartel de Sinaloa.
Se tiene documentado que el 8 de marzo de 2010 miembros del crimen organizado realizaron el primer narcobloqueo en la ciudad fronteriza de Reynosa, en Tamaulipas.
Ese año, los carteles realizaron 120 bloqueos de calles, según un análisis de la revista Nexos.
El mismo medio informa que esa práctica siguió repitiéndose: en 2011 se registraron 79 narcobloqueos; en 2012 hubo 91; en 2013, 21; en 2014, 9; en 2015, 88; en 2016, 11; y en 2017, 107.
La estrategia de los criminales es tan sencilla como efectiva: interrumpir el tránsito vial para evitar que lleguen las fuerzas de seguridad a lugares donde se realiza un operativo de captura.
Otro objetivo es formar un cerco que les permita perpetrar ataques a grupos rivales.
Hasta ahora, la reacción más furiosa se registró en agosto de 2012, cuando miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) realizaron 28 narcobloqueos, quemando 35 vehículos en Guadalajara y otros municipios, para evitar la captura de su jefe Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’.
Tres años más tarde, en mayo de 2015, los gatilleros de ‘El Mencho’ volverían a incendiar más de una docena de automóviles en Guadalajara tras un enfrentamiento con las autoridades.
Los incidentes sucedieron una escalada de violencia en Jalisco tras dos emboscadas en marzo y abril de ese año que cobraron la vida de 20 policías. El 1 de mayo de ese mismo año, el cartel derribó con un lanzagranadas un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana, matando a 8 soldados y un policía federal.
En la historia de México también quedó grabado con sangre otro episodio: ‘El Culiacanazo’. Así le dicen a la oleada de ataques para rescatar en 2019 a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, quien era líder de una facción del Cartel de Sinaloa.
Guzmán López fue capturado en Culiacán por militares, pero las balaceras, bloqueos y secuestros de soldados doblegaron al gobierno. El presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó que liberaran de inmediato al hijo de ‘El Chapo’ y solo así volvió la paz a la capital de Sinaloa.
El hijo de 'El Chapo' tiene una orden de arresto con fines de extradición emitida por una corte de Estados Unidos. Es considerado uno de los herederos del imperio criminal que dejó su padre, quien purga una condena a cadena perpetua en una prisión de Colorado.
Aquella tarde del 17 de octubre de 2019, había militares retenidos, sicarios se colocaron afuera de un complejo habitacional donde vivían familiares de soldados, varias personas murieron por intensas balaceras y múltiples autos fueron incendiados por todos lados.
López Obrador dijo que él mismo pidió ponerle fin a la operación de captura de Ovidio Guzmán “para no poner en riesgo a la población, para que no se afectara civiles, porque iban a perder la vida -si no suspendíamos ese operativo- más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa”.
Otro narcobloqueo que preocupó a las autoridades fue el ocurrido el 20 de julio de 2017 en la alcaldía Tláhuac, en la Ciudad de México, como reacción al arresto del líder del Cartel de Tláhuac, Felipe de Jesús ‘N’, mejor conocido como ‘El Ojos’.
"La rápida y masiva militarización del país es una amenaza para la joven y vulnerable democracia mexicana y para el control civil del país".
La reacción de los traficantes fue incluso más agresiva el 9 de agosto de 2022 en Jalisco y Guanajuato: además de los vehículos incendiados, pistoleros del CJNG le prendieron fuego a más de 25 tiendas de autoservicio OXXO.
Fue por un operativo militar que interrumpió una reunión entre jefes del cartel en Ixtlahuacán del Río. Se trata de Ricardo Ruiz Velasco, alias ‘RR’ o ‘Doble R’, fundador del brazo armado más letal del cartel, el ‘Grupo Élite’; y Gerardo González Ramírez, apodado ‘El Apá’ y ‘El Güero’.
Los soldados capturaron a 16 integrantes del cartel, abatieron a un delincuente y les decomisaron varios vehículos y arsenal. Pero ninguno de los capos que estaban en esa cumbre fue detenido.
Ambos lograron huir en medio del caos que sus pistoleros generaron en el área metropolitana de Guadalajara. A punta de pistola bajaron a conductores y pasajeros de camiones y autos particulares que rociaron con gasolina para hacerlos arder. En Ixtlahuacán bloquearon los accesos al municipio y lanzaron “ponchallantas” en las carreteras.
El gobierno decomisó varios autos, un camión “monstruo” de blindaje artesanal, más de 30 rifles, ametralladoras, pistolas, explosivos y chalecos antibalas con las siglas 'CJNG'.
Dos días después, el 11 de agosto de 2022, los narcos volvieron a salir a las calles, esta vez en la fronteriza Ciudad Juárez. Todo se inició con un motín en una cárcel donde se enfrentaron miembros de la facción del Cartel de Sinaloa liderada por los hijos de ‘El Chapo’ Guzmán y ‘Los Mexicles’.
El resultado fue fatal: al menos 11 personas murieron y 20 más resultaron heridas.
"Los Mexicles empezaron a emprender acciones de disturbio y agresiones contra la población civil, dando como resultado 9 personas fallecidas, 4 afuera de un local", informó el subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Ricardo Mejía Berdeja.
Esos cuatro muertos, todos empleados de una empresa radiofónica local, fueron asesinados en el exterior de un negocio de pizzas ubicado en una plaza comercial.
Antes, los delincuentes le prendieron fuego a una tienda de autoservicios ubicada al norte de la ciudad.
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Es una reacción de los carteles mexicanos que se ha vuelto cotidiana ante operativos militares. Apenas se enteran de que soldados tratan de capturar a capos importantes, sus pistoleros salen a las calles a quemar todo lo que pueden.
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