El jefe californiano de Los Zetas que sembró el terror en Guatemala y fue condenado a 40 años de cárcel

José María Guízar Valencia, originario de California, era un capo de alto nivel en el cartel de Los Zetas y operó ordenó varios actos violentos en su bastión, la frontera entre México y Guatemala. El gobierno dice que su grupo asesinó a un número incalculable de personas en esa región.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
La noticia del "Museo del Narco" que el presidente municipal de Badiraguato quiere abrir para atraer el turismo a la localidad ya desató varias reacciones en todo México, incluyendo la del gobernador del estado mexicano de Sinaloa quien no está de acuerdo en dicha propuesta.
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Video Propuesta para crear el "Museo del Narco" desata controversia en México

Un narcotraficante nacido en California, que formó una facción independiente dentro del sanguinario cartel de Los Zetas, fue sentenciado el miércoles en una corte federal de Texas a 40 años de prisión por cargos de conspiración para traficar cocaína y lavado de dinero, informó el Departamento de Justicia.

José María Guízar Valencia, quien nació en 1979 en Tulare, tuvo su mayor auge en el mundo criminal tras la muerte y el arresto de los fundadores de Los Zetas en 2012 y 2013.

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“Ha asumido el mando y control total de su propia facción de Los Zetas en la región sur de México”, advertía el Departamento de Estado cuando ofrecía una recompensa de $5 millones por su captura .

José María Guízar Valencia fue jefe del cartel de Los Zetas y su bastión estaba en la frontera entre México y Guatemala.
José María Guízar Valencia fue jefe del cartel de Los Zetas y su bastión estaba en la frontera entre México y Guatemala.
Imagen Departamento de Estado de EEUU


Guízar Valencia se instaló en la frontera entre México y Guatemala para controlar desde allí el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. Lo hacía de manera independiente al grupo más grande de Los Zetas, que entonces dirigía Omar Treviño Morales, alias ‘El Z-40’.

La facción de Guízar Valencia, a quien apodan ‘Z-43’, sembró el terror en Guatemala. En esos años ocurrió una de las peores matanzas atribuida a Los Zetas: sicarios decapitaron a 29 campesinos en una finca de cocos en el departamento de Petén, en la frontera con México, en junio de 2017.

Unos 200 pistoleros con uniformes tipo militar llegaron al lugar a bordo de camionetas, mataron a los agricultores, los desmembraron y con su sangre escribieron un mensaje en una pared “firmado” por un traficante apodado ‘Z-200’, según reportes de medios locales.

“Los Zetas, bajo el mando de Guízar Valencia, han asesinado a un número incalculable de civiles guatemaltecos durante la toma sistemática de la región fronteriza de Guatemala con México durante los últimos años”, señalaba el Departamento de Estado.

La caída del ‘Z-43’

El gobierno estadounidense señala que este capo californiano era responsable de supervisar la distribución de drogas, el tráfico de armas y el trasiego de dinero en efectivo. Al tiempo que aprobó los crímenes perpetrados por pistoleros del cartel.

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Desde su bastión en Guatemala, este criminal coordinó el envío de varias toneladas de cocaína, pasando por el sur de México y hasta llegar a Coahuila. Posteriormente cruzaban la droga por la frontera y la llevaban a casas de seguridad en Texas, Virginia y otros estados de EEUU.

“Guízar Valencia también gestionó la recepción de millones de dólares obtenidos por la venta de cocaína en Estados Unidos, que se utilizaron para comprar armas de fuego” y más droga, según la Fiscalía.

Dos medallas del cartel de Los Zetas exhibidas en un museo de México.
Dos medallas del cartel de Los Zetas exhibidas en un museo de México.
Imagen Getty Images


Las autoridades mexicanas arrestaron a este narco en febrero de 2018 en la colonia Roma de la Ciudad de México y, más tarde, lo extraditaron a EEUU por acusaciones que fueron interpuestas en los Distritos Este y Sur de Texas y en el Este de Virginia.

En México lo consideraban uno de los principales generadores de violencia.

Dos de sus principales asociados también fueron atrapados en operativos separados. Se trata de William de Jesús Torres Solórzano, alias ‘Mario Ruiz Castillo’, ‘Comandante W’ y ‘Comandante William’; así como de Horst Walther Overdick Mejía. Ambos le ayudaban en el tráfico de cocaína desde Guatemala.

Torres Solorzano ya fue sentenciado a 40 años de prisión en EEUU.

Este miércoles, en la misma corte texana donde condenaron a Guízar Valencia, otro exjefe de Los Zetas, Francisco Hernández García, un mexicano de 53 años y apodado ‘El 2000’, recibió un castigo similar.

La acusación afirma que Hernández García fue durante un tiempo guardaespaldas de los hermanos Beltrán Leyva, quienes se separaron del Cartel de Sinaloa para fundar su propio grupo criminal.

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Cuando los Beltrán Leyva se aliaron estratégicamente a Los Zetas, ‘El 2000’ cambió de bando. Fue detenido por policías mexicanos en enero de 2016 en su casa en Guasave, Sinaloa.

Los Zetas surgieron en 1999 como un grupo de militares desertores contratados para proteger al líder del Cartel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén. Una década después se constituyó como un cartel separado que operaba en los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Durango, San Luis Potosí y Zacatecas.

Fueron los primeros en diversificar sus actividades criminales, incursionando en la extorsión a comerciantes, el robo de combustible, el tráfico de personas, los secuestros y otros delitos. Actualmente se dividió en células enfrascadas en luchas territoriales con el Cartel del Noreste y del Golfo.

Los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa, están ahora entre los criminales más buscados por Estados Unidos. Por información que lleva a su captura y condena se ofrece una recompensa individual de 5 millones de dólares.
<b>En video: Departamento de Estado ofrece recompensa de $5 millones por información que permita el arresto de los hijos de 'El Chapo'</b>
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Con esa cifra, que fue establecida el 15 de diciembre de 2021 por el Departamento de Estado, ellos alcanzan el nivel de relevancia en el mundo del tráfico de drogas que una vez ocupó su padre, quien durante tres décadas fue uno de los jefes del también llamado Cartel del Pacífico.
‘Los Chapitos’, como les dicen, crecieron entre rifles, fajos de dinero ilícito y tabiques de droga. Tres de ellos nacieron en Sinaloa, la cuna del narcotráfico mexicano; y uno más en Jalisco.
Ovidio Guzmán López, el menor de la dinastía, dio sus primeros pasos en el crimen organizado a la edad de 18 años, tras el asesinato de su hermano mayor Edgar, quien fue abatido en un fuerte tiroteo en el estacionamiento de un centro comercial de Culiacán en 2008, según el Departamento de Estado.
Una versión no confirmada es que Edgar Guzmán fue confundido por los propios pistoleros del cartel. Se dice que ‘El Chapo’ compró miles de rosas, todas las que se vendían en esa ciudad, para adornar su funeral. Un altar en honor a su hijo se erigió en el sitio donde lo acribillaron.
Este hecho marcó las vidas de Ovidio Guzmán, entonces un adolescente, y su hermano mayor Joaquín, quien tenía 22 años. El gobierno estadounidense señala que en esa época ellos "heredaron gran parte de las ganancias de los narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de dinero en efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia”.
Ahora son los líderes de un grupo dentro del cartel y supervisan alrededor de 11 laboratorios en Sinaloa que producen entre tres y cinco toneladas de metanfetamina cada mes, que distribuyen en Estados Unidos con la colaboración de traficantes de ese país y Canadá.
La influencia de Ovidio Guzmán subió después de que sus pistoleros lograron rescatarlo de un operativo militar que lo detuvo brevemente en Culiacán en octubre de 2019. Quemaron vehículos, secuestraron efectivos del Ejército y se apostaron afuera de una unidad habitacional de familiares de soldados.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó la liberación de Ovidio Guzman para, según dijo, “no poner en riesgo a la población, para que no se afectara civiles, porque iban a perder la vida -si no suspendíamos ese operativo- más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa”.
El menor de ‘Los Chapitos’ no aprendió la lección y aprovechó el llamado ‘Culiacanazo’ para subir de nivel en el cartel. Una fuente de Univision Noticias dijo que él y su hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar estuvieron a finales de 2021 en una propiedad de Mazatlán protegidos por unos 50 pistoleros.
EEUU afirma que Ovidio Guzmán ordenó el asesinato de un “popular cantante mexicano” que no quiso ir a su boda, así como informantes del gobierno y un narcotraficante no identificado.
En esta foto inédita proporcionada por el Departamento de Justicia (DOJ) aparecen Joaquín Guzmán López, identificado allí con el apodo de ‘El Güero’; sus hermanos Edgar, sobre la frase “Tu ángel” por su muerte; Alejandrina Guzmán Salazar; la madre de ella Alejandrina Salazar; otro hijo de ‘El Chapo’ que no se alcanza a distinguir y tres niñas pequeñas.
De esa postal, que fue encontrada en febrero de 2014 por marinos mexicanos y agentes de la DEA en una casa de seguridad de ‘El Chapo’ en Culiacán, se tomó el retrato de Joaquín Guzmán López que ahora difunden las autoridades de EEUU ofreciendo una recompensa de $5 millones.
En la parte superior aparece otra fotografía difuminada de ‘El Chapo’ con sus hijos y la frase: “Para el hombre más importante de nuestras vidas en este día tan especial. Feliz día del esposo, padre y abuelo. TE AMAMOS!! Que dios te bendiga. 16 junio 2013”.
Además de ese recuerdo familiar, los militares encontraron un arsenal, incluyendo un lanzagranadas, y droga, según relató el agente antinarcóticos Víctor Vázquez en el juicio de Guzmán en una corte de Brooklyn.
Unos días después del hallazgo, ‘El Chapo’ fue capturado en un condominio de Mazatlán, aunque se escapó del penal del Altiplano, en el centro de México, un año después gracias a la ayuda de su esposa Emma Coronel Aispuro, sus hijos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar y su compadre Dámaso López Núñez, alias ‘El Licenciado’.
Alejandrina Guzmán Salazar, quien también aparece en aquella foto familiar, lanzó en el verano de 2019 una línea de ropa inspirada en su infame padre llamada ‘El Chapo 701’, por el lugar que le otorgó hace unos años la revista Forbes en la lista de las personas más ricas del mundo.
En octubre de 2012, Alejandrina Guzmán fue detenida por agentes migratorios en la garita de San Ysidro, California, porque presentó documentos migratorios falsos. Ella confesó ser la hija de ‘El Chapo’ y que su plan era reunirse con el padre de sus dos hijos en Los Ángeles y dar a luz a su tercer hijo en EEUU. Tenía siete meses de embarazo.
Esta joven le permitió a Univision Noticias publicar cuatro fotos inéditas de su padre. En dos él posa con dos niños que sostienen globos en forma de conejo durante unas vacaciones en alguna ciudad costera.
Fueron tomadas en 1989, cuando el capo recién había fundado el Cartel de Sinaloa. La pequeña con el traje de baño naranja es Alejandrina Guzmán. Su padre viste unos pantaloncillos cortos y una playera blanca.
En otra imagen, ‘El Chapo’ sonríe sin ver directamente hacia la cámara. Viste un traje oscuro y una camisa blanca desabotonada que deja ver una cadena en su pecho. “Boda”, la tituló su hija. Aparentemente son las nupcias con su madre.
En la cuarta foto, el exjefe del cartel de Sinaloa aparece sentado en una cama con tres niños. Alejandrina Guzmán posa de pie, levantando los olanes de su vestido blanco. Sus hermanos menores también aparecen en ese recuerdo. El narcotraficante lleva un pantalón gris y una camisa blanca de manga larga.
Las madres de ‘Los Chapitos’, Alejandrina Salazar y Griselda López, fueron agregadas en 2012 a la lista negra de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
La primera fue fichada junto con su hijo Jesús Alfredo en junio de ese año “por sus roles en las operaciones de la organización de narcotráfico de Guzmán Loera y el Cartel de Sinaloa”.
La segunda fue designada tres meses después por su papel en las operaciones del cartel, “incluyendo sus esfuerzos para ayudar a Guzmán Loera a evadir la justicia” y brindar “apoyo material a las actividades de narcotráfico de su esposo”.
Son los hijos de Alejandrina, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, quienes tienen más poder en su facción del cartel. El primero lleva años en la lista de los fugitivos más buscados del FBI.
Ellos participaron en el plan que en 2015 logró liberar a su padre del penal El Altiplano, en el centro de México, construyendo un túnel que llegó hasta su celda. Desembolsaron una fortuna ilícita para sobornar oficiales y comprar un terreno adyacente a la prisión.
Después del último arresto de su padre y su extradición, 'Los Chapitos' han tenido que defender su organización delictiva a capa y espada. Primero enfrentaron una guerra interna contra 'El Licenciado' y su hijo Dámaso López Serrano, 'El Mini Lic', la cual ganaron con el respaldo de Ismael 'El Mayo' Zambada, quien era el principal socio de su padre.
En agosto de 2016, un comando del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) irrumpió en el lujoso restaurante La Leche Almacén Gourmet en la zona turística de Puerto Vallarta, en Jalisco, y secuestró a Jesús Alfredo Guzmán y a cinco asociados del cartel que lo acompañaban.
Alias 'Alfredillo' permaneció en cautiverio aproximadamente una semana y luego lo liberaron sin explicaciones. Se cree que el jefe del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, apodado 'El Mencho', cedió a las amenazas de Guzmán Loera, quien le advirtió desde su celda en El Altiplano que atacaría a las familias de los líderes de su grupo criminal.
Ahora ellos están enfrascados en un pleito contra la facción de ‘El Mayo Zambada’, algo que aún no ha minado la influencia en México y el mundo del cartel, según expertos.
En una extraña entrevista que concedió en 2018 a la revista belga Knack, Iván Archivaldo Guzmán habló sobre una supuesta traición que el gobierno de México le hizo a su padre, se deslindó de la muerte de seis militares y aseguró que no está ávido de poder.
“Mi padre había depositado su confianza en las manos del gobierno mexicano y lo entregó a los estadounidenses como un trofeo. Nunca los perdonaré por eso”, dijo al mismo medio y calificó a los políticos como “la mafia más legítima”.
'Alfredillo', a quien también apodan 'JAGS' (por las iniciales de su nombre), ha sido mencionado en una acusación federal que en 2009 se interpuso en una corte de Chicago, en el estado de Illinois. Su padre y 'El Mayo' encabezan ese caso. Los fiscales federales alegan que entre 2005 y 2014, ellos y otros seis implicados enviaron múltiples cargamentos de droga desde Sudamérica hacia EEUU.
"El hijo de Guzmán Loera actuó como un coordinador de logística, en nombre del acusado Guzmán Loera y miembros y asociados del cartel de Sinaloa, causando que múltiples kilos de cocaína, heroína y marihuana fuesen transportados a la frontera entre México y Estados Unidos, y hacia el interior de EEUU para distribuirlos", señalan documentos judiciales.
A Guzmán Salazar, quien nació en Jalisco en 1983, también lo involucran en la compra de armamento, el pago de sobornos a funcionarios corruptos y en actos violentos contra policías, rivales y miembros de su propio cartel.
Según el testimonio de un cooperante del gobierno, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán estuvieron presentes durante la tortura y el interrogatorio en 2010 de Israel Rincón Martínez, alias 'El Guacho', quien era un lugarteniente del clan de los hermanos Beltrán Leyva. La víctima habría asesinado a tiros al hijo de un aliado de 'El Chapo' creyendo que era Iván Archivaldo y los Beltrán Leyva lo entregaron para evitar que su guerra escalara aún más. El video se mostró en el juicio de Guzmán.
Otro testigo afirmó que "trabajadores" de los hermanos Guzmán Salazar secuestraron a toda su familia porque creían que se había vuelto un informante de la DEA.
Los hijos mayores de 'El Chapo' fueron entrevistados por un "productor colombiano" que escribía un libro y el guion de una película sobre la vida de su padre. Ambos tomaron control de ese proyecto, que jamás se realizó. Así lo reveló el capo Alex Cifuentes en el juicio contra Guzmán.
<i>"Ya tengo el pie en el estribo/ ya no pueden cambiar nada/ ya no puedo renunciar/ al puesto que mi padre me ha dado/ y que con mucho empeño él todo lo ha logrado",</i> dice el corrido 'Dos Jóvenes Muchachos' del Grupo 360, que habla sobre estos capos treintañeros.
De acuerdo con EEUU, los hermanos Guzmán Salazar “han aumentado su poder dentro del Cartel de Sinaloa” desde el arresto y extradición de su padre.
“Han ampliado su empresa con sofisticados laboratorios de fentanilo en Culiacán, México, y han ampliado sus operaciones de transporte utilizando transporte marítimo y aéreo, además de túneles y cruces fronterizos”, agrega la ficha informativa que ofrece recompensas por ellos.
“Para proteger su organización, sus tácticas han incluido obtener pistolas y otras armas, sobornar a funcionarios públicos corruptos, participar en actos de violencia y amenazas de violencia, secuestrar e intimidar a miembros de las fuerzas del orden, narcotraficantes rivales y miembros de sus propias organizaciones de narcotráfico”, describe el gobierno sobre ellos.
Unos días después de que el gobierno de EEUU anunciara las recompensas para capturarlos, la prensa mexicana difundió imágenes de una narcoposada en Culiacán en la que ellos regalaron ocho autos nuevos, juguetes y electrodomésticos. Pero un funcionario de Sinaloa afirmó que ese evento se realizó en diciembre de 2020 y que fue interrumpido por un operativo militar.
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Los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa, están ahora entre los criminales más buscados por Estados Unidos. Por información que lleva a su captura y condena se ofrece una recompensa individual de 5 millones de dólares.
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