“¿De verdad?”: una acogida fría para Trump en un país dividido y una ciudad muy demócrata

El presidente es recibido con una multitud más pequeña que las de Obama en una ceremonia modesta. En contraste con las protestas, sus partidarios y detractores conviven tranquilos en el 'mall' frente al Capitolio.

María Ramírez
Por:
María Ramírez.
Dave Bojanowski con su pancarta en el mall de Washington unos minutos antes de que Donald Trump tome posesión.
Dave Bojanowski con su pancarta en el mall de Washington unos minutos antes de que Donald Trump tome posesión.
Imagen María Ramírez

Washington.- En mitad del mall frente al Capitolio, Dave Bojanowski sujeta una de las pancartas más fotografiadas esta mañana. Él ha venido desde Perry, un pueblo en el oeste del estado de Nueva York donde se dedica a la conservación de tierras. Él no grita y está dando vueltas por la explanada, solo y rodeado de miles de seguidores de Donald Trump. Una empleada del Museo Smithsonian le ha pedido la señal para guardarla después de la toma de posesión para documentar este día. “Me dijo que era representativa”, cuenta él.

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La pancarta que muestra por delante y por detrás a modo de hombre-anuncio es blanca y lleva una sola palabra escrita con rotulador azul: “ Really?” (“¿de verdad?”).

La idea del mensaje fue de su hija, Julie, graduada en Inglés. “Nos sentamos la semana pasada e intentamos encontrar la manera más simple de expresar el desconcierto que sentimos por haber elegido a Donald Trump como presidente sin ser agresivo o despectivo... No creo que Donald Trump sea una persona viable para ser presidente de Estados Unidos”, explica.

Los seguidores de Trump le ofrecen frases como “sí, de verdad o “sí, está pasando”. Los anti-Trump le animan a “mantener la fe”. “Como es una pregunta, todo el mundo quiere dar una respuesta”, dice. Le han hecho cientos de fotos.

Él se define como independiente y dice que ha votado a candidatos demócratas y republicanos. En noviembre, votó por Hillary Clinton, que considera hubiera sido “una presidenta aceptable”.

Para Bojanowski ésta es la primera toma de posesión, aunque ha venido en otras ocasiones a protestar a Washington. Recuerda su letrero en una de las concentraciones aquí contra la guerra de Irak: “no te conviertas en el mal que tanto deploramos”, una frase que le escuchó a un pastor en una ceremonia después del 11-S.

Los huecos blancos

Alrededor, hay decenas de miles de personas con gorras rojas con el lema de la campaña de Trump. Se mezclan con los que muestran señales con mensajes críticos con el nuevo presidente pero los grupos a favor y en contra no interactúan. Cuando empieza la ceremonia, algunos corean el nombre de Trump a ratos. A diferencia de lo que sucede fuera de la zona oficial de la ceremonia, aquí reina la tranquilidad, incluso el silencio.

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Sólo llueve al principio de la mañana y durante el discurso de Trump. Hace más calor que hace cuatro u ocho años, varios grados por encima del nivel de congelación.

Es fácil entrar en el perímetro de seguridad, con pocas colas que avanzan deprisa. La mitad de la explanada entre el Capitolio y el monumento a Lincoln está vacía. Los huecos destacan más por el suelo de plástico blanco colocado a lo largo del recorrido para evitar charlos y deslizamientos en la hierba.

Las últimas dos tomas de posesión han sido más multitudinarias. Hace cuatro años, cerca de un millón de personas asistieron a la segunda de Obama. Hace ocho, 1.8 millones. Las primeras estimaciones de la multitud este viernes apuntan a unos pocos centenares de miles de personas.

La ciudad del 4%

La temperatura es suave para Washington en enero, pero el ambiente es frío. En esta ciudad sólo el 4% de los votantes apoyaron a Trump en noviembre. El 91% votó por Hillary Clinton (el resto lo hicieron por candidatos de terceros partidos).

El programa de fiestas es más modesto que el de hace cuatro años con música enlatada y pocas bandas de música conocidas. No hay discursos elaborados o lectura de poemas.

Muchos de los seguidores de Trump son hombres mayores, pero también han venido algunos jóvenes, sobre todo de la zona e interesados en el proceso.

Bridget, una chica de 16 años que, como muchos aquí, sólo quiere dar su nombre de pila, ha llegado desde McLean, en el norte de Virginia, con sus amigos del internado. Pertenece al club republicano de su colegio y dice que es una de las pocas estudiantes que estaba contenta el día de las elecciones. “Tuve que contenerme, porque muchos estaban muy tristes. Fue muy emotivo para ellos”, cuenta.

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No tiene la edad legal para votar y explica su apoyo a Trump por la influencia de sus padres. “Nací en esto”, dice. Lo que más le gusta de la toma de posesión es “ser parte de la experiencia”.

Una seguidora de Donald Trump durante la toma de posesión en el mall de Washington.
Una seguidora de Donald Trump durante la toma de posesión en el mall de Washington.
Imagen Reuters

Contra el gobierno global

Los seguidores de Trump suelen repetir el eslogan de campaña del republicano para explicar por qué les gusta el nuevo presidente (“porque va a hacer América grande de nuevo” es una respuesta muy popular aquí).

El mensaje proteccionista de su discurso es uno de los que mejor suena a oídos de quienes votaron por Trump. Los más elocuentes lo suelen destacar.

“Creo que necesitamos un poco de nacionalismo, de soberanía nacional, para que podamos tomar nuestras propias decisiones y la gente global no nos diga qué hacer. Los bancos alemanes no deberían gestionar nuestro gobierno”, dice Matt, un treinteañero de una pequeña ciudad de Connecticut que él define como “obrera”. “Es como una segunda revolución sin tener que coger las armas”.

“Trump ni siquiera es republicano personalmente. Los republicanos del establishment son exactamente iguales a los demócratas. Son la misma gente”, dice.

Muchos cuentan que apoyarán al presidente diga lo que diga. “Estoy deseando escuchar cualquier cosa que diga. Nada en particular”, dice Hayley, que ha venido de Indiana con su marido.

Pero después de hablar un rato a algunos sí se les ocurre que tal vez el mayor problema ahora del país sea la división.

“Estas elecciones han sido sobre la separación y es bonito ver a la gente unida como un país”, dice Catherine, una estudiante de Empresariales de Washington y 19 años. Ella no votó las pasadas elecciones, pero dice que ahora está “contenta” de que el presidente sea Trump aunque dice que no sabe explicar por qué.

Una experiencia educativa

La toma de posesión no es sólo el destino de los partidarios del presidente o de sus detractores, sino también de colegios que aprovechan el momento para explicar a los alumnos cómo funciona el proceso electoral. Hay varios que han venido de excursión para ver el rito de la transición de poder.

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“Es una buena experiencia educativa”, explica José Luis Ramírez, que ha venido como padre y acompañante de alumnos de primaria y secundaria de una escuela del condado de Los Ángeles. También cuenta que él y otros padres tienen miedo de las protestas y de la posible violencia que pueda cruzarse en el camino de los escolares de visita.

Ramírez prefería a Hillary Clinton, pero espera que ahora Trump también haga algún cambio positivo. Lo que le gustaría es que al nuevo presidente “se le quitara la arrogancia, que no fuera tan prepotente”. Relata que hay “preocupación” en su escuela, sobre todo entre los estudiantes que no tienen documentos de residencia y están ahora protegidos de la deportación por una orden ejecutiva del presidente Obama.

Los jóvenes hacen “muchas preguntas”. “Es difícil explicarles a ellos la magnitud de lo que puede ocurrir aquí. Esperamos explicárselo de la manera más suave posible”, dice Ramírez.

Los críticos de Trump en el mall suelen guardar silencio. La violencia en otras calles de Washington no se ve por aquí. Los críticos expresan más tristeza que enojo. Muchos reconocen que no saben cómo serán los próximos cuatro años para el país.

Dave Bojanowski, el de la pancarta de “ really?”, cuenta esa incertidumbre. “¿Qué hacemos? ¿Nos enfadamos y nos ponemos a gritar? ¿Colaboramos para que este presidente sea más eficaz? ¿O escondemos la cabeza en la tierra durante cuatro años? O todo lo anterior”.

Donald y Melania Trump suben las escaleras de la Casa Blanca para tomar el té con los Obama antes de los actos de toma de posesión. Melania llevó un regalo a Michelle, una caja que se asemeja mucho a las de la joyería Tyffany de Nueva York y que Michelle no supo donde colocar protagonizando 
<a href="http://www.univision.com/noticias/el-momento-incomodo-en-el-que-melania-trump-le-entrega-un-regalo-a-michelle-obama-video">el momento raro del encuentro</a>.
Horas antes de la toma de posesión de Donald Trump como 45° presidente de Estados Unidos el presidente saliente, Barack Obama, y la primera dama, Michelle Obama, recibieron en la Casa Blanca a Donald y Melania Trump.
El encuentro entre los Obama y los Trump fue distendido, lejos de la solemnidad de los actos de la toma de posesión.
Melania Trump entregó un regalo a Michelle Obama. Michelle Obama se mostró sorprendida, aunque 
<a href="http://www.univision.com/noticias/el-regalo-las-escaleras-y-el-saludo-mira-las-diferencias-de-protocolo-entre-los-obama-y-los-trump-video">ella también llevó un obsequio a Laura Bush</a> en la primera toma de posesión de Barack Obama como presidente, en 2009.
Al ser preguntado momentos antes por los periodistas si tenía un último mensaje para los estadonidenses, Barack Obama contestó "gracias".
Uno de los últimos momentos en el Despacho Oval del presidente Obama captado a través de la ventana.
El vicepresidente saliente, Joe Biden, y su esposa, Jill, también han recibido al matrimonio Pence.
Hillary Clinton, oponente demócrata de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, y su marido, el ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton. Hillary Clinton acudió con un traje pantalón blanco, un estilo y color que ya utilizó en campaña por su simbolismo: es el color de las sufragistas y el que escogieron 
<a href="http://www.univision.com/estilo-de-vida/trending/por-que-hay-mujeres-que-votan-vestidas-de-blanco">muchas mujeres que votaron por ella el 8 de noviembre</a>.
Bernie Sanders, oponente de Hillary Clinton en las primarias del Partido Demócrata, acudió a la inauguración.
El 43° presidente de Estados, George W. Bush, y su esposa, Laura Bush, a la llegada al acto.
Bernie Sanders y John McCain en un divertido momento juntos. Los dos veteranos senadores demuestran tener una buena relación a pesar de sus diferencias políticas.
Dick Cheney, el que fuera vicepresidente entre 2011 y 2009 bajo el mandato de George W. Bush, en un momento de la toma de posesión.
Bernie Sanders y John McCain bromean con el senador Cory Gardner durante la inauguración.
Primer plano de Hillary Clinton, con un gesto tenso, antes de salir junto a Bill Clinton a la fachada oeste del Capitolio, donde juró como presidente Donald Trump.
Vista del mall de Washington D.C. a primera hora de la mañana a la espera de los asistentes a la toma de posesión.
Se espera que las calles de la capital se llenen tanto de simpatizantes del presidente electo como de manifestantes.
El asesor del presidente, Steve Bannon, y el futuro Jefe de Staff de la Casa Blanca, Reince Priebus.
Dos de los hijos del presidente, Donald Trump Jr. e Ivanka Trump, a su llegada a los actos de toma de posesión.
A través de un hueco de la fachada se ve como Donald y Melania Trump caminan hacia el escenario en medio de la multitud.
Jared Kushner, Donald Trump III y Vanessa Trump a su llegada a a la fachada oeste del Capitolio.
Barron, Eric y Tiffany Trump, tres de los hijos de Donald Trump, en los actos oficiales de toma de posesión.
Los asesores de Donald Trump, Kellyanne Conway y Steve Bannon.
Jared Kushner, Donald Trump III y Vanessa Trump.
Barron Trump, en el tunel de salida a la explanada.
Michelle Obama saluda sonriente a Ivanka Trump.
El presidente electo Trump, con el puño cerrado ante los asistentes a la inauguración.
El presidente electo Donald Trump entra en el escenario donde fue proclamado presidente de los Estados Unidos.
El presidente electo Trump saluda al presidente saliente Obama momentos antes de que comience la ceremonia de toma de posesión.
Una multitud presencia la ceremonia de inauguración en la explanada del Capitolio.
Donald Trump escucha los discursos de la ceremonia con su esposa Melania y su hijo Barron a sus espaldas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, jura el cargo frente al jefe de la Corte Suprema, John Roberts, observado por su mujer Melania y sus hijos Barron, Donald, Ivanka y Tiffany.
Vista general del Capitolio durante la ceremonia.
Vista del Mall de Washington D.C. donde los asistentes presencian los actos de toma de posesión.
El presidente Donald Trump se abraza con su familia tras ser proclamado presidente.
Vista del Capitolio donde tuvo lugar la ceremonia de toma de posesión.
Mientras la ceremonia transcurría en el Capitolio, en otras partes de la capital se producían protestas contra el nuevo presidente, Donald Trump. Estas son imágenes tomadas por nuestros enviados especiales en Columbus Circle.
Numerosas pancartas contra el racismo, la homofobia, el sexismo y la guerra.
Los manifestantes acusan a Trump de autoritarismo.
Protestas en Union Station.
Un grupo de manifestantes rompió los cristales de esta sucursal bancaria en 13St NW, nos informó sobre el terreno nuestra enviada especial Olivia Liendo.
Esta limusina también sufrió la rotura de sus cristales.
Un momento del discurso de investidura del presidente Trump. El discurso estuvo plagado de los mensajes populistas y gestos que caracterizaron la campaña del republicano.
El ex presidente Obama observa el discurso de Trump.
Los gestos del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fueron duros en algunos momentos de su discurso.
Mientras los simpatizantes de Trump celebraban a su nuevo presidente...
...las protestas se sucedían en el resto de la ciudad. En la imagen, unos activistas corren tras ser alcanzados por una granada antidisturbios.
En las protestas también se produjeron enfrentamientos con la policía.
Un exultante presidente Trump saluda a sus simpatizantes.
El presidente Trump acompaña al ex presidente Obama hacia el helicóptero en el que abandonará el Capitolio.
El Marine One despega con Barack y Michelle Obama desde los alrededores del Capitolio.
El presidente Trump y el vicepresidente Pence despiden a los Obama.
Comparativa de las asistencias a las inauguraciones de Trump en 2017 (izquierda) y Obama en 2009 (derecha).
Los incidentes han proseguido en toda la ciudad en paralelo a los actos oficiales.
Una manifestante moja en leche el rostro de otra activista para mitigar los efectos de los gases lacrimógenos.
Vista del salón donde se realizó el almuerzo inaugural.
El presidente Trump saluda a su rival en las pasadas elecciones, Hillary Clinton.
Detalle del plato con la tarjeta que señala el lugar del presidente en el almuerzo.
Donald y Melania Trump en un momento del almuerzo que tuvo lugar tras el juramento del 45° presidente de Estados Unidos.
Hillary Clinton responde a las palabras elegiosas que le dedica en su discurso Donald Trump.
Trump usó palabras de admiración hacia Hillary Clinton, la que fue su encarnizada rival durante el pasado año.
El matrimonio Trump pasa revista a las tropas.
El Cuerpo de Pífano y Tambor del Viejo Ejército Estados Unidos marcha durante el desfile inaugural.
El vehículo blindado bautizado como 'La Bestia' transporta al presidente durante el desfile inaugural.
La comitiva presidencial se desplaza camino a la Casa Blanca.
Barron Trump mira por la ventana de la limusina presidencial.
Donald y Melania Trump saludan a pie a los espectadores durante el desfile.
Donald Trump saluda a los simpatizantes durante el desfile con la primera dama Melania Trump y su hijo Barron Trump.
Los Trump frente a la tribuna donde contemplarán el paso del desfile inaugural.
El presidente de Estados Unidos saluda a los participantes en el desfile Junto a su hijo Barron.
El escenario del tradicional baile inaugural.
El evento contó con un variado repertorio de música y baile.
El matrimonio Trump aparece en escena para su primer baile como presidente y primera dama de Estados Unidos.
Los Trump eligieron bailar 'My way', una canción que, según el periodista Anderson Cooper, representa a la perfección la personalidad del presidente.
Al baile del matrimonio presidencial unieron Mike Pence y su mujer y los hijos con pareja de Donald Trump.
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Donald y Melania Trump suben las escaleras de la Casa Blanca para tomar el té con los Obama antes de los actos de toma de posesión. Melania llevó un regalo a Michelle, una caja que se asemeja mucho a las de la joyería Tyffany de Nueva York y que Michelle no supo donde colocar protagonizando el momento raro del encuentro.
Imagen Mark Wilson/Getty Images
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