El exdirector de la campaña de Donald Trump, Paul Manafort, presentó una demanda este miércoles contra el fiscal especial a cargo de la investigación del llamdo ' Rusiagate', Robert Mueller, alegando que en las pesquisas sobre el caso se estaba excediendo en sus funciones.
Manafort acusa de "excederse" al fiscal Mueller por procesarlo por delitos fiscales no vinculados al ‘Rusiagate’
Los abogados del ex jefe de campaña de Trump afirman que el Departamento de Justicia se excedió al realizar pesquisas en las finanzas de Manafort, de donde salió la mayor parte de los delitos de los que se le acusa.
La demanda civil de Manafort, presentada ante un tribunal federal en Washington DC, señala también al vice fiscal general, Rod Rosenstein, que fue quien nombró a Mueller en mayo para encabezar la investigación y quien supervisa su trabajo.
Los defensores de Manafort aseguran en el texto de unas 17 páginas que Rosenstein excedió su autoridad legal al otorgarle 'vía libre' a Mueller para que investigue e imponga cargos penales sobre datos surgidos de la investigación principal que busca determinar si hubo o no colusión entre emisarios del gobierno ruso y la campaña presidencial de Trump en 2016.
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"(La orden) pretende otorgarle carta blanca a Mueller para investigar y presentar cargos penales en relación con cualquier cosa que encuentre mientras investiga sin importar cuán lejos de su acusación original estén", aseguran los defensores de Manafort.
"Las acciones del Departamento de Justicia y Rosenstein al emitir la orden de nombramiento, y las acciones del señor Mueller en virtud de la autoridad que le otorgó dicha orden fueron arbitrarias, caprichosas y no de conformidad con la ley", alegaron.
De esa investigación de Mueller surgieron cargos contra Manafort por conspirar contra Estados Unidos, lavado de dinero, actuar como agente de un gobierno extranjero y varios otros delitos relacionados con no reportar cuentas bancarias en el extranjero.
La demanda de este miércoles solicita a la corte que se desestime el caso contra Manafort.
Daño colateral
En agosto de 2016 Manafort dejó la dirección de la campaña republicana que había asumido apenas cuatro meses antes luego de que se descubrieran datos ocultos sobre su trabajo como lobista del gobierno prorruso de Ucrania entre 2012 y 2014.
El equipo entró en proceso de rápida reestructuración para enfrentar la recta final hacia las elecciones de noviembre y trató de reducir lo más posible el ruido que generaba la salida del hombre que los republicanos esperaban que pusiera orden en lo que entonces lucía como una campaña caótica.
Manafort salió de la escena política, pero quedó en el radar de los investigadores federales por su papel como uno de los jefes de una campaña, cuyas posibles conexiones con Rusia para influir en las elecciones ya investigaba el FBI desde mediados de 2016.
Por su trabajo con el gobierno ucraniano, Manafort es una persona con conexiones con Moscú y con funcionarios del gobierno de Vladimir Putin, a quien precisamente los servicios de inteligencia acusan de haber tratado de influenciar las elecciones presidenciales del 2016, algo que genera sospechas en algunos.
Manafort fue uno de los asistentes a la reunión en la que el hijo del presidente Donald Trump Jr. recibió a una abogada rusa en Nueva York que supuestamente le presentaría información dañina sobre la campaña de Hillary Clinton que tenía disponible el gobierno de Moscú, otra pista que investiga el fiscal Mueller.







