Qué ha pasado con los grupos supremacistas blancos a un año de las protestas en Charlottesville

Este fin de semana se cumple un año de la manifestación de ultranacionalistas y supremacistas blancos que sacudió al país por la violencia que se vivió en la pequeña ciudad universitaria de Virginia, donde una manifestante y dos policías murieron.

Carlos Chirinos
Por:
Carlos Chirinos.
Tras Charlottesville, y pese al golpe que sufrieron, organizaciones de supremacistas y nacionalistas blancos han seguido realizando manifestaciones, sobre todo en la costa oeste del país.
Tras Charlottesville, y pese al golpe que sufrieron, organizaciones de supremacistas y nacionalistas blancos han seguido realizando manifestaciones, sobre todo en la costa oeste del país.
Imagen Spencer Platt/Getty Images

12 de agosto de 2017. EEUU parecía haber llegado a un punto de inflexión que presagiaba un futuro de choques violentos entre grupos supremacistas blancos y promotores de derechos civiles, al estilo de los que se vivieron ese día en Charlottesville, Virginia.

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Aquel día una concentración de extremistas blancos, que fue descrita como la mayor de su tiempo en 20 años, terminó disuelta por la policía luego de que se produjeran varios choques callejeros con grupos antirracistas y que un simpatizante nazi atropellara a personas del bando contrario que marchaban por una calle de la tradicionalmente tranquila ciudad universitaria.

La muerte de la joven Heather Heyer, de 32 años, y la de dos policías que supervisaban el desarrollo de las protestas aquel fin de semana, marcaron lo que para muchos ha sido el punto más bajo en la convivencia entre estadounidenses de los últimos años. Y también el punto más bajo de la presidencia de Donald Trump.


El episodio de Charlottesville se agravó con las desafortunadas declaraciones del presidente asegurando que la culpa estaba en ambos lados y que había “buenas personas” en los dos bandos, equiparando grupos supremacistas con defensores de derechos ciudadanos.

La posibilidad de que nuevas manifestaciones de los ahora reactivados supremacistas y nacionalistas llevaran a otros choques, sumado a la súbita comprensión colectiva de que la Casa Blanca no tuviera más la autoridad moral para defender a la ciudadanía de las peores pasiones de la sociedad, hicieron temer a muchos de que las cosas iban a empeorar.

Sin embargo, los temores de violencia y el aumento de la presencia de estos grupos no se han verificado. ¿Significa que ese movimiento ultranacionalista y supremacista está en retroceso?

Unite the Right

, un año despúes

Cuando han pasado 12 meses, una marcha similar a la de Charlottesville ha sido convocada, esta vez en Washington DC el domingo 12, con el nombre “Unite the Right 2” y en defensa de los "derechos civiles de los blancos".

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La intención original era regresar a Virginia, pero la ciudad no les concedió el permiso. Por eso se fueron a la capital del país para su protesta en contra de lo que el organizador Jason Kessler describe como “abusos contra los derechos civiles” supuestamente cometidos en la ciudad de Virginia.

En una muy polémica entrevista con NPR difundida este viernes, Kessler se quejaba de la supuesta imposibilidad que tiene la mayoría blanca del país para organizarse y expresarse, aunque no aclaró de qué manera eso estaría ocurriendo.


En Charlottesville, el movimiento sufrió un duro revés por la violencia del año pasado. Los organizadores de la trágica manifestación, que fue precedida por una marcha de antorchas en las que se entonaron cánticos antijudíos, están arrinconados por una demanda por daños entablada por varios afectados contra algunos de sus integrantes. También padecen la reducción de su capacidad de recaudar fondos tras la decisión de empresas como PayPal de impedirles que usen sus servicios y el retiro de sus materiales de páginas de Facebook y YouTube.

“Ellos no vieron la luz, pero decidieron no seguir manifestándose en público. No están mostrando sus caras, pero no es que desaparecieron”, advirtió en conversación con Univision Noticias Heidi Beirich, directora del Proyecto de Inteligencia del Southern Poverty Law Center (SPLC), una organización que se dedica a monitorear a los que define como “grupos de odio” en todo el país.

“Aunque los grupos de Charlottesville se han visto impactados severamente, otras partes del movimiento (supremacista y nacionalista blanco) están funcionando muy bien, al menos en lo que se refiere a las manifestaciones callejeras”, afirma Beirich en referencia a la reciente concentración de activistas blancos radicales en Portland, Oregon, a principios de agosto.

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El SPLC indica que desde Charlottesville ha habido "decenas" de eventos, grandes y pequeños, organizados por grupos extremistas blancos, lo que indicaría que la actividad del sector no ha disminuido aunque hayan logrado que el foco no se centre tanto en ellos.

Largas horas de violencia tomaron las calles de esta ciudad en Virginia por una marcha de supremacistas blancos que terminó cancelada por enfrentamientos con activistas, defensores de los derechos civiles y miembros de Black Lives Matter. El presidente Trump condenó los enfrentamientos pero no culpó a nadie en particular, sino a ambas partes.
Video Marcha de supremacistas blancos en Charlottesville culmina en graves disturbios y un atropellamiento


Sin embargo, algunos prominentes activistas blancos han dicho que no irán a la concentración convocada en la plaza Lafayette, ubicada frente a la Casa Blanca, y que los mismos organizadores presagian que será de escasa asistencia: en el permiso solicitado a las autoridades estiman que unas 500 personas acudirán al llamado.

“Creo que estamos mejor evitando a esa gente. He dicho que no creo que debamos involucrarnos más con los Antifa”, escribió en su sitio web Brad Griffin, del grupo Disidencia Occidental haciendo referencia a los llamado grupos antifascistas que suelen enfrentársele en contrademostraciones.

Oficialmente, el grupo no promueve –ni rechaza– el evento que se realizará en Washington y ha dicho a sus seguidores que “si ustedes van a ‘Unite the Right 2’, estén seguros”.

“Al organizar estos eventos públicos tan volátiles, estamos apostando a que la policía se presente y haga su trabajo. En Portland y en Berkeley, la policía fue más allá de sus límites para prevenir otro Charlottesville. Sospecho que veremos una respuesta policial igual de agresiva en Unite the Right 2”.

Según datos del SPLC, entre 2016-2017 hubo un crecimiento en el número de grupos, pero Beirich indica que la oficina no tiene datos de este año y por tanto no tienen indicios de que el movimiento esté decayendo.


Paralelo a la existencia de un sector de extremistas cada vez más vociferante, corre el problema de los "crímenes de odio", aquellos que se cometen por prejuicio racial, sexual o de género.

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Aunque los datos oficiales que recoge el FBI solo llegan hasta 2016, un equipo del Centro de Estudios sobre Odio y Extremismo de la Universidad Estatal de California asegura que los crímenes de odio (relacionados con raza, género, preferencia sexual u origen nacional) crecieron durante 2017 en las principales ciudades de EEUU.

En su reporte, publicado en mayo de 2018, indican que han recogido datos de diferentes departamentos de policía antes que el FBI para presentar el reporte, en el que aseguran que este tipo de incidentes creció en un 12.5%, un incremento que ilustran “el cuarto aumento anual consecutivo en línea y el mayor en más de una década”.

Importantes voces que alimentan el fenómeno

Desde sus tiempos de candidato, Trump ha tenido problemas por lo que parecen ser guiños hechos al sector supremacista blanco. En 2016, le tomó varias semanas distanciarse con claridad del exlíder del Ku Klux Klan David Duke, quien aspiraba a un puesto en el Senado por Lousiana y decía compartir la agenda del candidato republicano. Esa impresión se agravó con sus comentarios sobre Charlottesville.

Más allá de las negadas simpatías del mandatario, muchas de las políticas adoptadas por la Casa Blanca son del agrado de esos grupos que propugnan un mayor control de la inmigración para preservar la sociedad blanca y cristiana que lamentan estar perdiendo, como la separación de familias en la frontera, las redadas de ICE, el veto migratorio musulmán y, en general, la restricción impuesta a la política migratoria.

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“Trump sigue haciendo comentarios racistas, como el que acaba de hacer contra el basquetbolista LeBron James y el presentador de CNN Don Lemon, llamó a países africanos y latinoamericanos, al igual que a Haití, "huecos de mierda". Él no ha moderado su retórica racista una pizca en el último año. Trump suena tan mal como el primer día que presentó su postulación, cuando llamó a los mexicanos violadores”, indica Beirich.

La llegada del magnate inmobiliario al poder, con su estilo políticamente incorrecto, parece haber relajado los controles que había sobre cierto tipo de discurso público, incluso en medio de comunicación tradicionales.

Este jueves, la presentadora de F ox News, Laura Ingraham, una de las voces más estimadas de los conservadores estadounidenses, se lamentaba en su programa de que "el EEUU que todos conocemos y amamos ya no existe" y culpaba de ello a la inmigración, legal e indocumentada.

Laura Ingraham, una de las estrellas del canal de línea conservadora y que apoya abiertamente al presidente Donald Trump, dejó estupefacta a la audiencia con un discurso repleto de connotaciones racistas donde culpaba a los inmigrantes por destruir el país que conocen y aman.
Video Presentadora de Fox culpa a los inmigrantes de que “el EEUU que conocemos y amamos ya no existe”


No fue sorprendente que el mismo David Duke la felicitara en un mensaje en su cuenta Twitter, ante lo que Ingraham trató de "explicar" su comentario distanciándose de los supremacistas blancos. Pero sus palabras reflejaban exactamente la queja de ese sector: que la variedad racial está haciendo desaparecer al país mayoritariamente blanco y anglosajón que tanto estiman y añoran.

El problema es que, como están las cosas en EEUU, el discurso presidencial y desde un canal masivo como Fox News, es un aliciente a los elementos más extremos de la sociedad que ven ahora la posibilida de ocupar su espacio bajo el sol.

El vehículo embistió contra la multitud -intencionalmente, según los testigos- que se oponían a una marcha de la derecha radical estadounidense, integrada por supremacistas blancos, y varios viandantes salieron despedidos, con un balance de una mujer muerta y una veintena de heridos.
Algunos sectores del Ku Klux Klan (KKK) y la derecha alternativa o Alt Right, expresaron su apoyo al presidente Trump durante la campaña electoral. El mandatario fue criticado por su respuesta, considerada tibia por algunos legisladores.
El Fiscal general Jeff Sessions rechazó estos "hechos de intolerancia racial y odio", que consideró traicionan valores fundamentales de Estados Unidos y aseguró que el peso de la justicia caerá contra los responsables de la violencia.
Trum fue criticado por condenar 
<b><a href="http://www.univision.com/noticias/incidentes-de-odio/donald-trump-condena-la-violencia-de-todos-los-lados-y-evita-senalar-directamente-a-los-grupos-supremacistas"> la "violencia de todos los lados"</a></b> y evitar rechazar directamente a los grupos de la ultra-derecha. Incluso miembros de su Partido republicano consideraron que su respuesta fue insuficiente y debería condenar a los supremacistas.
El veterano senador Orrin Hatch de Utah, twiteó "Debemos llamar al diablo por su nombre. Mi hermano no dio su vida luchando contra Hitler por sus ideas nazis para que sean aceptadas aquí en casa".
A última hora de la noche del sábado las autoridades estadounidenses acusaron formalmente de asesinato en segundo grado a James Alex Fields Jr., de 20 años y natural de Ohio, como presunto autor del atropello.
El senador republicano Ted Cruz, que fue rival de Donald Trump en las primarias del partido las pasadas elecciones, llamó a investigar el hecho como un "acto de terrorismo doméstico".
Las autoridades habían preparado un dispositivo de seguridad ante la posible llegada de entre 2,000 y 6,000 personas para participar en las protestas.
Centenares de personas llegaron a Charlottesville para participar o protestar contra la marcha "Unir a la derecha", ya un día antes estallando los primeros enfrenamientos cuando un grupo de supremacistas atravesó el campus de la universidad de Virginia portando antorchas.
Los manifestantes anti-racistas llevaban banderas del movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) y cantabn consignas contra el racismo :"No Nazis, no KKK, no fascist USA", según recoge AFP.
Entre los supremacistas se veían banderas Confederadas, consideradas símbolo de racismo por muchos estadounidenses, mientras que otros levantaban sus brazos haciendo el saludo nazi.
"Marchábamos por la calle cuando un automóvil, una berlina negra o gris, se nos lanzó encima, golpeó a todo el mundo. Luego retrocedió y nos volvió a embestir", relató a AFP un testigo.
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El vehículo embistió contra la multitud -intencionalmente, según los testigos- que se oponían a una marcha de la derecha radical estadounidense, integrada por supremacistas blancos, y varios viandantes salieron despedidos, con un balance de una mujer muerta y una veintena de heridos.
Imagen AP Photo
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