Por qué estos científicos insisten en que siempre hay que quitarse los zapatos al entrar a casa

Dos investigadores que han estudiado los peligrosos contaminantes que llegan al interior de nuestro hogar mediante la suela de los zapatos, están convencidos de que lo mejor es dejarlos sin excepción en la puerta de entrada. Aquí explican sus argumentos.

Por:
Mark Patrick Taylor .
Científicos de la Universidad Libre de Ámsterdam detectaron por primera vez rastros de microplásticos en muestras de sangre de seres humanos. Según los investigadores, esto demuestra que hay tanta contaminación de plástico en el planeta que ya se encuentra dentro de nuestro organismo. Te explicamos qué son los microplásticos y por qué es importante este hallazgo. Más información aquí.
Video Hallan por primera vez microplásticos en la sangre de los humanos: qué son y por qué preocupan

Probablemente te limpias los zapatos si pisas algo embarrado o repugnante. Pero cuando llegas a casa, ¿te quitas siempre los zapatos en la puerta?

Mucha gente no. El sucio que arrastran en sus zapatos ni les pasa por la mente al llegar a su hogar.

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Somos un grupo de científicos químicos ambientales que hemos pasado una década examinando el ambiente interior y los contaminantes a los que las personas están expuestas dentro de sus propios hogares. Y, aunque nuestro estudio del ambiente interior, a través de nuestro programa DustSafe todavía no ha terminado, la ciencia ya tiene algunas respuestas sobre el dilema de si debemos andar o no descalzos en el hogar.

Lo mejor, definitivamente, es dejar la suciedad de los zapatos en la puerta.

¿Qué contaminantes llegan a tu casa a través de los zapatos?

Las personas pasan hasta el 90% de su tiempo en espacios interiores, por lo que el dilema de si usar o no zapatos en la casa no es trivial.

El enfoque de la política suele estar en el entorno exterior para el suelo, la calidad del aire y los riesgos ambientales para la salud pública. Sin embargo, existe un creciente interés regulatorio en la calidad del aire interior.

La materia que se acumula dentro de su hogar incluye no solo el polvo y la suciedad de las personas y las mascotas que mudan el pelo y la piel. Alrededor de un tercio proviene del exterior, ya sea soplado o pisoteado en las suelas de zapatos.

Algunos de los microorganismos presentes en los zapatos y los pisos son patógenos resistentes a los medicamentos, incluidos los agentes infecciosos (gérmenes) asociados a los hospitales que son difíciles de tratar.

Súmale a eso las toxinas cancerígenas de los residuos de las carreteras de asfalto y los productos químicos para el césped que alteran el sistema endocrino, y es posible que veas la suciedad de tus zapatos bajo una nueva luz.

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Los zapatos pueden albergar una larga lista de patógenos

Nuestro trabajo ha involucrado la medición y evaluación de la exposición a una variedad de sustancias nocivas que se encuentran dentro de los hogares, que incluyen:

  • Productos químicos desinfectantes en el entorno doméstico.
  • Productos químicos perfluorados (también conocidos como PFAS o ‘químicos para siempre’, debido a su tendencia a permanecer en el cuerpo y no descomponerse) que se utilizan de forma ubicua en una multitud de productos industriales, domésticos y de envasado de alimentos.

Un enfoque fuerte de nuestro trabajo ha consistido en evaluar los niveles de metales potencialmente tóxicos (como arsénico, cadmio y plomo) dentro de los hogares en 35 países.

Estos contaminantes y, lo que es más importante, la peligrosa neurotoxina plomo, son inodoros e incoloros. Por lo tanto, no hay forma de saber si los peligros de la exposición al plomo están solo en la tierra o en las tuberías de agua, o si también están en el piso de la sala de estar.

La ciencia sugiere una conexión muy fuerte entre el plomo dentro del hogar y el del suelo de su jardín.

La razón más probable de esta conexión es la suciedad arrastrada desde tu jardín o pisoteada en tus zapatos y en las patas peludas de tus adorables mascotas.

Esta conexión habla de la importancia de asegurarse de que la materia del entorno exterior permanezca exactamente allí.

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La bacteria E.coli está presente en casi todas las suelas de zapatos

Un artículo del Wall Street Journal argumentó que los zapatos en el hogar no son tan malos. El autor señaló que la E. coli, una bacteria peligrosa que se desarrolla en los intestinos de muchos mamíferos, incluidos los humanos, está tan ampliamente distribuida que está prácticamente en todas partes.

Por lo tanto, no debería sorprender que se detecte en el 96% de las suelas de los zapatos, como señala el reportaje.

Pero seamos claros. Aunque es bueno ser científico y ceñirse al término E. coli, esto es, en pocas palabras, la bacteria asociada con los excrementos.

Ya sean nuestros o de Fido -la mascota-, tienen el potencial de enfermarnos gravemente si estamos expuestos a niveles altos. Y seamos realistas: simplemente es asqueroso.

¿Por qué invitar a esta bacteria a casa si tienes una alternativa muy simple como lo es quitarte los zapatos en la puerta?

En conclusión: lo mejor es andar descalzo dentro de casa

Más allá del ocasional golpe en el dedo del pie, desde el punto de vista de la salud ambiental, no hay muchas desventajas en quitarse los zapatos antes de entrar a casa.

Al dejar los zapatos en la alfombra de entrada también estás dejando allí afuera patógenos potencialmente dañinos.

Todos sabemos que la prevención es mucho mejor que el tratamiento, y quitarse los zapatos en la puerta es una actividad de prevención básica y fácil para muchos de nosotros.

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¿Necesitas zapatos para el apoyo de los pies? Fácil: ten a mano un par de zapatos caseros que nunca uses para salir.

¿Y la teoría de que la suciedad ayuda desarrollar el sistema inmunológico?

Queda el problema del ‘ síndrome de la casa estéril’, que se refiere al aumento de las tasas de alergias entre los niños. Algunos argumentan que está relacionado con hogares excesivamente estériles.

Es cierto que un poco de suciedad probablemente sea beneficiosa, ya que estudios han indicado que ayuda a desarrollar el sistema inmunológico y reduce el riesgo de alergias.

Pero hay maneras mejores y menos asquerosas de hacerlo que andar por la casa con los zapatos sucios puestos. Salgan, den una caminata, disfruten del aire libre.

Simplemente no traigas las partes más sucias a tu hogar, donde se acumularán y terminarán contaminándolo.

Mark Patrick Taylor es científico ambiental en jefe de la Autoridad de Protección Ambiental de Victoria en Australia y profesor honorario en la Universidad Macquarie.

Gabriel Filippelli es profesor rector de ciencias de la tierra en la Universidad de Indiana-Universidad de Purdue en Indianápolis y director ejecutivo del Instituto de Resiliencia Ambiental de la Universidad de Indiana. Taylor recibió financiación a través de una subvención de ciencia ciudadana del gobierno australiano. Filippelli no trabaja, consulta, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que se beneficiaría de este artículo, y no ha revelado afiliaciones relevantes más allá de su cargo académico.

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Este artículo fue publicado en The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Read the original article.

<b>¿La regla de los cinco segundos?</b>
<br>Estás comiendo algo y, de repente, se cae al piso, pero lo recoges rápidamente creyendo que de esa forma no se habrá contaminado. El profesor Dawson asegura que el tiempo no es la única variable a considerar. La superficie y el tipo de comida también inciden. Por ejemplo, una sandía o embutido absorben más bacterias que un alimento seco como un cereal. Sorprendentemente,
<b> hay menos transferencia de bacterias si la comida se cae en alfombra, en vez de un piso sólido</b>. En todo caso, lo mejor será no recogerlo y evitar riesgos.
<b>El <i>double dip</i></b>
<br>Sumerges una parte del bocadillo en el dip para untar, lo muerdes y vuelves a mojar el pedazo restante. A muchas personas les da asco esta práctica porque creen que las bacterias que hay en la boca terminan dentro del plato. ¿Tienen razón? Depende del alimento, responden Dawson y su equipo. Encontraron que el contagio disminuye con el espesor. Si la salsa es muy líquida, no se adhiere bien al bocadillo y es más probable que las bacterias caigan en el dip.
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<b>Cumpleaños feliz</b>
<br>Dawson encontró que hay 
<a href="http://www.ccsenet.org/journal/index.php/jfr/article/view/67217/37099">14 veces más bacterias</a> en el pastel después de que alguien sopla las velitas.
<b>Pong de la cerveza</b>
<br>En este clásico juego universitario los contrincantes lanzan una pelota de ping pong en uno de los diez vasos colocados al otro extremo de una mesa larga. Si aciertan, el adversario bebe el contenido. Jugar una sola ronda basta para notar que la pelotita toca todo tipo de superficies: la mesa, el piso o tierra, las manos de los jugadores y la cerveza. Dawson 
<a href="http://www.inderscienceonline.com/doi/pdf/10.1504/IJFSNPH.2015.067568">descubrió</a> que cada una de esas superficies es fuente de bacterias y que las pelotas transfirieron a la cerveza la mayoría de las bacterias que recolectaron.
<b>Compartir las palomitas</b>
<br>Dawson y sus estudiantes condujeron experimentos en los cuales untaron una cepa no infecciosa de la 
<a href="http://www.univision.com/noticias/e-coli/retiran-del-mercado-mezcla-para-pancakes-por-riesgo-de-contaminacion-con-e-coli">bacteria <i>E. coli </i></a>en las manos de voluntarios y midieron 
<a href="https://www.researchgate.net/publication/283760972_Bacterial_Transfer_from_Hands_While_Eating_Popcorn">qué tanto las transferían a las palomitas</a>. Demostraron que aunque hubo transferencia, fue únicamente el 0.02% de las bacterias presentes.
<b>Limón en la bebida</b>
<br>Por más refrescante que suene pedirle a tu mesero una rodaja de limón para tu bebida, quizás no sea una buena idea, ya que muchas veces el personal 
<a href="http://uni.vi/DtFX30dbOOF">no tiene las manos muy limpias</a> o no refrigeran los limones. Los investigadores untaron las manos de voluntarios con bacterias no infecciosas y 
<a href="https://www.researchgate.net/publication/317982006_Transfer_of_Escherichia_Coli_to_Lemons_Slices_and_Ice_during_Handling">midieron la transferencia a limones secos o mojados</a>. Encontraron que 
<b>100% de los limones mojados mostraron rastros de bacterias</b>, en comparación con 30% de los limones secos.
<b>El menú de un restaurante</b>
<br>Si uno se pone a pensar cuántos cientos de personas manejan cada menú en un restaurante, las siguientes preguntas lógicas son ¿cada cuánto tiempo los limpian? y ¿qué tantas bacterias podrían transferirse de los menús a nuestras manos? Los 
<a href="http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jfs.12212/abstract">investigadores descubrieron</a> que hubo 11% de transferencia de bacterias del menú a ambas manos. También encontraron que 
<b>algunas bacterias pudieron sobrevivir sobre los menús entre uno o dos días.</b>
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¿La regla de los cinco segundos?
Estás comiendo algo y, de repente, se cae al piso, pero lo recoges rápidamente creyendo que de esa forma no se habrá contaminado. El profesor Dawson asegura que el tiempo no es la única variable a considerar. La superficie y el tipo de comida también inciden. Por ejemplo, una sandía o embutido absorben más bacterias que un alimento seco como un cereal. Sorprendentemente, hay menos transferencia de bacterias si la comida se cae en alfombra, en vez de un piso sólido. En todo caso, lo mejor será no recogerlo y evitar riesgos.
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