¿Por qué ha sido tan difícil desarrollar una vacuna contra el sida?

Dos expertos explican las dificultades biológicas y logísticas que ha enfrentado la ciencia médica para poder desarrollar una vacuna eficaz contra el sida, pero también explican que hay razones para tener esperanzas.

Por:
José Alcamí Pertejo y Josep Mallolas Masferrer para The Conversation.
El 1 de diciembre es el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, un día que, de acuerdo con Will Ramírez, gerente de políticas públicas de Southern AIDS Coalition, es una oportunidad para que la comunidad cree consciencia sobre el VIH. A su vez, con respecto a los avances de la ciencia, Ramírez señala que ha habido un gran progreso, pero la lucha no acaba con eliminar el virus, ya que los problemas sociales causados por el virus seguirán en la sociedad. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video Prevención y avances de una cura definitiva: lo que debes saber sobre el sida en su día mundial

Cuando damos una charla sobre la vacuna del sida, la pregunta más frecuente es: ¿cómo ha sido posible fabricar una vacuna contra el coronavirus en menos de un año y que después de cuatro décadas no tengamos aún ninguna para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)? Además de sentirnos algo torpes, intentamos explicar que no pueden compararse ambos virus y que el VIH representa un desafío completamente nuevo en el campo de las vacunas.

Antes que nada, dejemos claro qué es una vacuna: hablamos de un simulacro biológico en el que enfrentamos a nuestro sistema inmunitario al falso ataque de un microbio. Gracias a este simulacro, nuestro sistema se activa y almacena en su memoria el germen con el que hemos vacunado. Cuando posteriormente nos enfrentemos a la infección real, el sistema ya entrenado recuerda, reconoce y elimina el microbio.

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Una sucesión de fracasos

En el caso de las vacunas que se han desarrollado contra al VIH, podemos distinguir tres etapas.

Inicialmente se utilizaron prototipos similares a los de vacunas clásicas frente a otros virus como el de la polio y la hepatitis B. Estas inmunizaciones inducen anticuerpos, misiles biológicos que bloquean los virus antes de que entren en nuestras células. Ante su fracaso, en una segunda etapa se buscó inducir respuestas denominadas celulares, la infantería que destruye las células infectadas. También estos prototipos fallaron.

En la tercera etapa se combinaron ambas estrategias: vacunas que inducían anticuerpos y respuestas celulares. Únicamente en uno de estos ensayos, el RV144 (realizado en Tailandia), se alcanzó un resultado positivo. Pero fue insuficiente: apenas un 30% de los sujetos vacunados alcanzaron la protección, cuando el mínimo requerido es del 50%. Además, no fue replicado cuando se realizó un ensayo similar en Sudáfrica.

Podemos decir que el VIH ha dejado la historia de las vacunas sembrada de ensayos clínicos fracasados. El último de ellos fue el estudio Mosaico de la compañía Janssen, recientemente suspendido por falta de eficacia. No hay más ensayos previstos de la tercera etapa.

Etapas en el desarrollo de vacunas contra el VIH.
Etapas en el desarrollo de vacunas contra el VIH.
Imagen Provista por el autor

¿Por qué hemos fracasado?

La mayor limitación para conseguir la vacuna es que nuestro sistema inmunitario no está preparado para enfrentarse al VIH. Es fácil de entender con un ejemplo. ¿Qué ocurre cuando nos infectamos de covid-19? Si no nos encontramos entre el 1% de fallecidos, en el 99% de los afectados nos curaremos porque nuestro sistema inmune elimina el virus en pocos días. En cambio, de 100 personas infectadas por el VIH, ninguna es capaz de eliminar el virus. En ausencia de tratamiento, 99 de esos 100 morirán del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, sida.

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Nos enfrentamos, pues, a un desafío nuevo: enseñar al sistema inmune a hacer algo que no sabe hacer naturalmente. No basta despertar la respuesta como hacen las vacunas tradicionales, porque esa reacción no funciona. Hay que instruir al sistema inmunitario para que haga algo nuevo que sea eficaz.

¿Qué hace al VIH tan resistente a la respuesta inmune?

La evolución ha proporcionado al VIH una envoltura diabólica. Las proteínas de dicha cobertura se encuentran en la superficie de los virus y les permiten infectar las células mediante su unión a los receptores celulares. Una vacuna es eficaz sólo si induce anticuerpos que bloquean estas proteínas, impidiendo la entrada del virus. Son los denominados anticuerpos neutralizantes. El envoltorio del VIH escapa a estos anticuerpos mediante cuatro mecanismos.

Diferencias entre las envolturas de los virus VIH y SARS-CoV-2.
Diferencias entre las envolturas de los virus VIH y SARS-CoV-2.
Imagen The Conversation
  1. Forma una estructura cerrada e inaccesible. Imaginemos que los anticuerpos van dirigidos a los dedos de una mano. La envoltura del SARS-CoV-2 es una mano abierta cuyos dedos son fáciles de alcanzar, mientras que la del VIH es un puño cerrado que sólo se abre cuando toca la membrana celular. Demasiado tarde para que los anticuerpos den en el blanco.
  2. Como un escudo de las naves de la guerra de las galaxias, el VIH recubre su cobertura de azúcares que bloquean la llegada de anticuerpos a su superficie. Es como una chupeta que protege en su interior el núcleo de chocolate.
  3. En las zonas exteriores, accesibles a los anticuerpos, la proteína de la envoltura es altamente variable, muta y escapa a su ataque.
  4. A estas limitaciones se suma que nuestro sistema inmune es lento frente al VIH. Necesita dos años para generar anticuerpos potentes, y en ese tiempo el virus genera variantes resistentes. En la carrera entre los anticuerpos y la envoltura, el VIH corre mucho más rápido.
El virus VIH tiene un escudo de azúcares del que, por ejemplo, carece el SARS-CoV-2.
El virus VIH tiene un escudo de azúcares del que, por ejemplo, carece el SARS-CoV-2.
Imagen Provista por el autor

Las dificultades en la vida real para ensayar las vacunas.

A la dificultad técnica de conseguir un prototipo de vacuna con posibilidad de éxito se le añade la dificultad de investigar en la práctica clínica la eficacia de esos prototipos. Esto se debe básicamente a tres motivos:

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  1. La tasa de ataque (nuevas infecciones) es baja, por lo que se requieren cohortes de miles de pacientes que deben ser seguidos durante años para encontrar diferencias significativas entre el grupo vacunado y el placebo.
  2. Las vacunas se deben evaluar en las poblaciones con mayor posibilidad de infección, como las del África subsahariana, lugares con frágiles estructuras sanitarias.
  3. Desde el punto de vista ético hay que ofrecer y recordar a los participantes que tienen que utilizar medidas de protección, preservativos… Así se reduce el número de infecciones y resulta más difícil obtener diferencias entre los grupos.

¿Hay alguna buena noticia o directamente debemos abandonar?

Aunque parezca difícil de creer, sí hay buenas noticias.

En primer lugar, a pesar de su hermetismo, hemos encontrado pequeñas grietas en la envoltura del VIH. Algunos anticuerpos muy especiales, que denominamos “ampliamente neutralizantes”, pueden alcanzar esos talones de Aquiles del virus y bloquearlo.

Aunque muy minoritarios, estos anticuerpos existen y son producidos por algunos pacientes. Como conocemos a qué zona precisa de la envoltura del VIH van dirigidos, podemos modificarla y afinarla para generar vacunas que induzcan estos anticuerpos.

El último desafío es producir esos anticuerpos de manera rápida. Es posible hacerlo inmunizando secuencialmente con distintas variantes de la proteína de la envoltura. Mediante esta estrategia aceleramos la maduración de los anticuerpos producidos por el sistema inmune.

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¿Misión imposible?

Necesitamos vacunas capaces de activar las escasas células que producen esos anticuerpos excepcionales capaces de atravesar las barreras del virus y alcanzar sus talones de Aquiles. Anticuerpos potentes, capaces de neutralizar cientos de variantes y que deben ser producidos en semanas en lugar de tardar años en generarse. Son vacunas completamente nuevas frente a un problema nuevo, de alto diseño tecnológico. La vacuna contra el SARS-CoV-2 es un paseo comparada con la del VIH, una cumbre de enorme dificultad.

En 2020, 1.5 millones de personas se infectaron de VIH y 680,000 murieron de sida. El virus está ahí y sigue matando. Desarrollar una vacuna es la única forma de acabar con él. Por difícil que sea hemos de seguir intentándolo. En su libro El arte de la guerra, Yun-Tzu dice: “Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no deberías temer el resultado de mil batallas. Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, perderás todas las batallas”.

Ahora, gracias a nuestros fracasos conocemos nuestras debilidades y las fortalezas del enemigo. Quizás por primera vez tenemos una posibilidad de vencer con las nuevas generaciones de vacunas de diseño en las que trabajamos.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el artículo original.
* José Alcamí Pertejo es profesor de Investigación. Director Unidad de Inmunopatología del SIDA. Virología-Inmunologia, Instituto de Salud Carlos III.
* Josep Mallolas Masferrer es jefe de la Unidad VIH-SIDA. Hospital Clínic-Barcelona, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi Sunyer - Hospital Clínic Barcelona / IDIBAPS

Datos recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre la propagación de 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/fda-autoriza-la-primera-prenda-interior-que-protege-durante-el-sexo-oral">enfermedades de transmisión sexual</a> (ETS) en Estados Unidos revelan una preocupante tendencia: 
<b>están en aumento y <a href="https://www.univision.com/noticias/salud/enfermedades-transmision-sexual-pandemia-fotos">ni siquiera el distanciamiento social de la pandemia detuvo su propagación</a> en 2020.</b>
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Para finales de ese año, los casos de
<b> <a href="https://www.univision.com/noticias/estados-unidos/enfermedades-venereas-alcanzan-un-nuevo-record">gonorrea</a> y <a href="https://www.univision.com/noticias/salud/por-que-hay-un-dramatico-aumento-de-casos-de-sifilis-en-eeuu">sífilis</a> subieron en 7% y 10% respectivamente con respecto al año anterior</b>, un incremento que Hilary Reno, directora médica de la Clínica de Salud Sexual del Condado de San Louis describe al 
<i>New York Times</i> como “impactante”. Se teme que las cifras de contagios sean incluso mayores que las reportadas pues la pandemia entorpeció importantes iniciativas de despistaje y detección de casos.
<br>
Las enfermedades de transmisión sexual son aquellas que se transmiten a través del sexo vaginal, oral o anal. Suelen ser asintomáticas o presentar síntomas leves en su fase inicial, lo que dificulta su detección y tratamiento oportuno. 
<b>Cualquiera puede padecerlas y contagiar a otros sin siquiera saberlo. </b>
<br>
Son muy comunes: se reportan unos 
<b>20 millones de ETS en el país cada año</b>, de las cuales 
<b>la mitad ocurren en jóvenes entre 15 y 24 años. </b>Las enfermedades de transmisión sexual pueden causar daños irreversibles en el sistema reproductivo si no se tratan a tiempo, de ahí la importancia de que las personas sexualmente activas tomen medidas para prevenirlas y detectarlas. 
<br>
<br>Estas son algunas de las más comunes. 
<br>
<b>Vaginosis bacteriana. </b>Es una infección causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que cambian el equilibrio normal de la vagina. Es 
<b>más frecuente en mujeres de 15 a 44 años</b>. Aunque no suele tener síntomas, algunas pacientes notan una secreción vaginal blanca o gris y poco espesa, dolor, picazón o ardor en la vagina, así como un olor fuerte. 
<br>
Algunas veces la vaginosis bacteriana desaparece sin tratamiento, pero lo común es que se requiera de un curso de antibióticos y esta puede reaparecer incluso después de terminada la medicación. Si no se trata, puede aumentar las probabilidades de contraer VIH y otras ETS como la clamidia y la gonorrea. 
<br>
<br>Las mujeres con vaginosis bacteriana tienen mayor probabilidad de sufrir un parto prematuro y también pueden desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica que está asociada a infertilidad. 
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<b>Clamidia</b>. No tiene síntomas y es una de las más frecuentes en el país. Toda persona sexualmente activa menor de 25 años debe hacerse un despistaje de clamidia al menos una vez al año. El tratamiento consiste en un curso de antibióticos y es fundamental seguirlo pues, de no tratarse, la clamidia
<b> </b>puede causar infertilidad. 
<br>
<b>Herpes genital</b>. Es una ETS causada por dos tipos de virus y sumamente común: se estima que más de 
<b>1 de cada 6 personas entre 14 y 49 años la tiene</b>. La mayoría no presenta síntomas o estos son muy leves, aunque hay quienes presentan llagas. 
<br>
Las llagas del herpes por lo general se ven como una o más ampollas en los genitales, el recto o la boca, o a su alrededor. A estos síntomas a veces se les conoce como “tener un brote”. 
<b>No existe una cura</b> para el herpes. Sin embargo, hay 
<b>medicamentos que pueden prevenirlos o disminuir su duración</b>. Uno de estos medicamentos puede tomarse todos los días y reduce la probabilidad de pasar la infección a la pareja.
<br>
<b>Gonorrea</b>. Afecta a hombres y mujeres y causa infecciones en genitales, recto y garganta. Es bastante común en personas entre 14 y 19 años. En 2020, de acuerdo con los CDC se reportaron más de 600,000 casos, un 45% más que en 2016. Aunque puede no haber síntomas, estos incluyen: ardor al orinar, aumento de secreciones en genitales, inflamación de testículos en hombres, sangramiento anormal en mujeres y molestias en el ano si la infección afecta esta zona. Se cura con antibióticos, aunque hay cepas que muestran resistencia a estos medicamentos. 
<br>
<b>Sífilis</b>. En el año 2000 estaba prácticamente erradicada en EEUU, pero desde entonces ha vuelto a reaparecer. En 2020 se reportaron aproximadamente 130,000 casos, 52% más que en 2016. Se le llama la 
<b>‘gran imitadora’ porque tiene muchísimos síntomas</b> que se dividen en fases y se parecen a los de otras enfermedades. 
<br>
<br>La llaga de sífilis que aparece justo después de infectarse por primera vez no produce dolor y puede confundirse con un pelo encarnado, una cortadura con un cierre u otro golpe que no parece dañino.
La sífilis se contagia mediante el contacto directo con la llaga durante las relaciones y esta enfermedad puede pasar de madre a bebé en gestación. En este caso se habla de 
<b>sífilis congénita</b> y estos se han disparado en 235% con respecto al 2016, según los CDC. Puede tener complicaciones muy graves cuando se deja sin tratar, pero por suerte sí es curable mediante un tratamiento con antibióticos.
<b>Tricomoniasis</b>. La causa el parásito 
<i>trichomonas vaginalis</i>. Se estima que 3,7 millones de personas la padece, de las cuales un 70% no presenta síntomas. Se diagnostica mediante una prueba de laboratorio y el tratamiento consiste en una sola dosis de antibiótico. Quienes la adquieren corren el riesgo de reinfección: 1 de cada 5 vuelve a contraerla en los tres meses siguientes al tratamiento.
<b>Virus del papiloma humano genital (VPH)</b>. Es tan común que casi todos los hombres y mujeres sexualmente activos lo contraen en algún momento de su vida. Hay muchos tipos y algunos pueden causar problemas de salud como verrugas genitales y cánceres. El VPH se transmite con mayor frecuencia durante las relaciones sexuales vaginales o anales.
No hay una única prueba para determinar si una persona tiene o no el VPH. Los CDC recomiendan que los niños de 11 a 12 años de edad reciban dos dosis de la 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/vacuna-vph-protege-contra-cancer-cervical" target="_blank">vacuna contra el VPH</a> para proteger contra los cánceres causados por este virus.
<b>VIH/sida</b>. Las personas que tienen enfermedades de transmisión sexual tienen 
<a href="https://www.cdc.gov/std/spanish/vih/stdfact-hiv-and-stds-s.htm">más probabilidades de contraer VIH</a>, el virus que 
<a href="https://www.univision.com/noticias/vih-y-sida/lo-que-debes-saber-del-vih-el-virus-que-causa-el-sida-video">causa el sida</a>. Esto se debe a que las mismas conductas y circunstancias que te pueden poner en riesgo de contraer una ETS también te pueden poner en mayor riesgo de contraer el VIH. Además, si tienes una llaga o herida en la piel causada por una ETS, el VIH podría entrar con más facilidad al cuerpo. 
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La única manera de prevenir por completo las ETS es la abstinencia de sexo oral, vaginal o anal. Pero otras medidas pueden reducir el riesgo de contraerlas: hablar con la pareja sobre métodos de prevención como el uso del preservativo, vacunarse para aquellas que hay vacunas disponibles como en es el caso del VPH, uso del condón siempre que haya sexo oral, anal o vaginal, ser monógamo y evitar el uso de drogas o alcohol durante el sexo.
Si bien muchas personas no se hacen pruebas de despistaje de ETS por vergüenza o miedo, la realidad es que son una herramienta fundamental para todo aquel que es sexualmente activo. Muchos centros las hacen de forma gratuita o a costo reducido.
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Datos recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en Estados Unidos revelan una preocupante tendencia: están en aumento y ni siquiera el distanciamiento social de la pandemia detuvo su propagación en 2020.
Imagen FREDERIC J. BROWN/AFP via Getty Images
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