Vacuna contra el coronavirus acelera el desarrollo de una contra el VIH, pero el camino es difícil

Los avances en la inmunización contra el coronavirus, en concreto el de las dosis que contienen el ARN mensajero, ha dado un impulso inusitado a la lucha contra el SIDA, pero los especialistas advierten que aún hay varios obstáculos.

Por:
Univision
Autoridades de salud están en alerta tras confirmarse nueve casos de la viruela del mono y, según se informó, no todos los pacientes salieron del país, lo cual indica que el contagio se produjo en territorio estadounidense. Nueva York, Virginia, Florida, California y Washington son algunos de los estados en que se han reportado las infecciones. Al respecto, expertos pidieron a la comunidad permanecer atenta a síntomas como fiebre, dolor de cabeza, fatiga y sarpullido, entre otros. Más información en Univision Noticias.
Video No todos los contagiados salieron del país: crece la alerta en EEUU por aumento de casos de la viruela del mono

La tecnología que ha funcionado para desarrollar la vacuna contra el coronavirus ha abierto un prometedor panorama para la investigación rumbo a la inmunización contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que provoca el sida.

Las vacunas de ARN mensajero se han desarrollado a una velocidad mucho mayor de lo esperado. Hasta ahora, ninguna vacuna contra el VIH ha conseguido que el sistema inmunitario humano produzca los anticuerpos necesarios para combatir el virus, pero las vacunas que tienen esta tecnología son las que han mostrado mayores avances.

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“La pandemia aceleró el desarrollo de la vacuna contra el VIH al menos unos cinco o 10 años”, indicó Jesse Clark, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de California a National Public Radio, (NPR).

Una dosis de la vacuna de Moderna contra covid-19.
Una dosis de la vacuna de Moderna contra covid-19.
Imagen Jenny Kane/AP

Pero se trata de una tarea compleja. De acuerdo con especialistas consultados por el diairo The Washington Post, una eventual vacuna contra el VIH requeriría –como la vacuna contra el covid-19– de varias dosis, esto para dirigir el sistema inmune en la dirección correcta. Los estudios desarrollados hasta ahora requieren entre siete y nueve dosis.

Pero aun cuando los intentos, hasta ahora, no han tenido el éxito deseado, el avance existe.

“Hace tan solo cinco años, había muchas personas que decían que esta es una hermosa idea científica en el papel, pero ridícula de imaginar en la vida real”, dijo Stephenson, describiendo el potencial de las vacunas de ARNm. "Yo era una de esas personas. El mundo cambió”.

Las esperanzas son reservadas, no obstante. Los especialistas coinciden en que el VIH es un virus mucho más agresivo y complejo que el coronavirus. El VIH desarrolla tantas variantes en un solo paciente que los especialistas no pueden ni contarlas –calculan que son cientos de miles, cuando las del coronavirus son decenas– y mientras el sistema inmunitario humano ha podido crear defensas contra el coronavirus, esto no ha sido posible en el caso del virus responsable del sida.

Además, a diferencia de la vacuna contra el coronavirus, que se considera un éxito si la persona receptora consigue desarrollar una enfermedad leve, la vacuna contra el sida debe bloquear la enfermedad por entero.

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“El VIH es el virus por antonomasia. Tiene muchos más trucos que cualquier otro virus”, señaló Dennis Burton, jefe del Departamento de Inmunología y Microbiología del Instituto de Investigación Scripps.

La vacuna contra el VIH ha recibido un decidido empujón por la pandemia del coronavirus, pero una cura a largo plazo “llevará años”, subraya Dagna Laufer, vicepresidenta de la Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida (International AIDS Vaccine Initiative, IAVI) al medio especializado BioPharma Reporter.

Si bien la tarea se antoja imposible, el trabajo continúa hacia lo que especialistas definen como “la vacuna más sofisticada que se ha intentado hacer en la historia”.

Tras casi 40 años de intentos, los investigadores se muestran optimistas sobre el desarrollo de una vacuna contra el sida en el futuro. “La tecnología ha avanzado muchísimo”, explicó Derseree Archary, investigadora en Durban, Sudáfrica. “Sé que estas vacunas experimentales suenan como ciencia ficción, pero creo que en cinco, seis años, podríamos tener una cierta protección contra el VIH”.

Datos recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre la propagación de 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/fda-autoriza-la-primera-prenda-interior-que-protege-durante-el-sexo-oral">enfermedades de transmisión sexual</a> (ETS) en Estados Unidos revelan una preocupante tendencia: 
<b>están en aumento y <a href="https://www.univision.com/noticias/salud/enfermedades-transmision-sexual-pandemia-fotos">ni siquiera el distanciamiento social de la pandemia detuvo su propagación</a> en 2020.</b>
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Para finales de ese año, los casos de
<b> <a href="https://www.univision.com/noticias/estados-unidos/enfermedades-venereas-alcanzan-un-nuevo-record">gonorrea</a> y <a href="https://www.univision.com/noticias/salud/por-que-hay-un-dramatico-aumento-de-casos-de-sifilis-en-eeuu">sífilis</a> subieron en 7% y 10% respectivamente con respecto al año anterior</b>, un incremento que Hilary Reno, directora médica de la Clínica de Salud Sexual del Condado de San Louis describe al 
<i>New York Times</i> como “impactante”. Se teme que las cifras de contagios sean incluso mayores que las reportadas pues la pandemia entorpeció importantes iniciativas de despistaje y detección de casos.
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Las enfermedades de transmisión sexual son aquellas que se transmiten a través del sexo vaginal, oral o anal. Suelen ser asintomáticas o presentar síntomas leves en su fase inicial, lo que dificulta su detección y tratamiento oportuno. 
<b>Cualquiera puede padecerlas y contagiar a otros sin siquiera saberlo. </b>
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Son muy comunes: se reportan unos 
<b>20 millones de ETS en el país cada año</b>, de las cuales 
<b>la mitad ocurren en jóvenes entre 15 y 24 años. </b>Las enfermedades de transmisión sexual pueden causar daños irreversibles en el sistema reproductivo si no se tratan a tiempo, de ahí la importancia de que las personas sexualmente activas tomen medidas para prevenirlas y detectarlas. 
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<br>Estas son algunas de las más comunes. 
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<b>Vaginosis bacteriana. </b>Es una infección causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que cambian el equilibrio normal de la vagina. Es 
<b>más frecuente en mujeres de 15 a 44 años</b>. Aunque no suele tener síntomas, algunas pacientes notan una secreción vaginal blanca o gris y poco espesa, dolor, picazón o ardor en la vagina, así como un olor fuerte. 
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Algunas veces la vaginosis bacteriana desaparece sin tratamiento, pero lo común es que se requiera de un curso de antibióticos y esta puede reaparecer incluso después de terminada la medicación. Si no se trata, puede aumentar las probabilidades de contraer VIH y otras ETS como la clamidia y la gonorrea. 
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<br>Las mujeres con vaginosis bacteriana tienen mayor probabilidad de sufrir un parto prematuro y también pueden desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica que está asociada a infertilidad. 
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<b>Clamidia</b>. No tiene síntomas y es una de las más frecuentes en el país. Toda persona sexualmente activa menor de 25 años debe hacerse un despistaje de clamidia al menos una vez al año. El tratamiento consiste en un curso de antibióticos y es fundamental seguirlo pues, de no tratarse, la clamidia
<b> </b>puede causar infertilidad. 
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<b>Herpes genital</b>. Es una ETS causada por dos tipos de virus y sumamente común: se estima que más de 
<b>1 de cada 6 personas entre 14 y 49 años la tiene</b>. La mayoría no presenta síntomas o estos son muy leves, aunque hay quienes presentan llagas. 
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Las llagas del herpes por lo general se ven como una o más ampollas en los genitales, el recto o la boca, o a su alrededor. A estos síntomas a veces se les conoce como “tener un brote”. 
<b>No existe una cura</b> para el herpes. Sin embargo, hay 
<b>medicamentos que pueden prevenirlos o disminuir su duración</b>. Uno de estos medicamentos puede tomarse todos los días y reduce la probabilidad de pasar la infección a la pareja.
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<b>Gonorrea</b>. Afecta a hombres y mujeres y causa infecciones en genitales, recto y garganta. Es bastante común en personas entre 14 y 19 años. En 2020, de acuerdo con los CDC se reportaron más de 600,000 casos, un 45% más que en 2016. Aunque puede no haber síntomas, estos incluyen: ardor al orinar, aumento de secreciones en genitales, inflamación de testículos en hombres, sangramiento anormal en mujeres y molestias en el ano si la infección afecta esta zona. Se cura con antibióticos, aunque hay cepas que muestran resistencia a estos medicamentos. 
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<b>Sífilis</b>. En el año 2000 estaba prácticamente erradicada en EEUU, pero desde entonces ha vuelto a reaparecer. En 2020 se reportaron aproximadamente 130,000 casos, 52% más que en 2016. Se le llama la 
<b>‘gran imitadora’ porque tiene muchísimos síntomas</b> que se dividen en fases y se parecen a los de otras enfermedades. 
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<br>La llaga de sífilis que aparece justo después de infectarse por primera vez no produce dolor y puede confundirse con un pelo encarnado, una cortadura con un cierre u otro golpe que no parece dañino.
La sífilis se contagia mediante el contacto directo con la llaga durante las relaciones y esta enfermedad puede pasar de madre a bebé en gestación. En este caso se habla de 
<b>sífilis congénita</b> y estos se han disparado en 235% con respecto al 2016, según los CDC. Puede tener complicaciones muy graves cuando se deja sin tratar, pero por suerte sí es curable mediante un tratamiento con antibióticos.
<b>Tricomoniasis</b>. La causa el parásito 
<i>trichomonas vaginalis</i>. Se estima que 3,7 millones de personas la padece, de las cuales un 70% no presenta síntomas. Se diagnostica mediante una prueba de laboratorio y el tratamiento consiste en una sola dosis de antibiótico. Quienes la adquieren corren el riesgo de reinfección: 1 de cada 5 vuelve a contraerla en los tres meses siguientes al tratamiento.
<b>Virus del papiloma humano genital (VPH)</b>. Es tan común que casi todos los hombres y mujeres sexualmente activos lo contraen en algún momento de su vida. Hay muchos tipos y algunos pueden causar problemas de salud como verrugas genitales y cánceres. El VPH se transmite con mayor frecuencia durante las relaciones sexuales vaginales o anales.
No hay una única prueba para determinar si una persona tiene o no el VPH. Los CDC recomiendan que los niños de 11 a 12 años de edad reciban dos dosis de la 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/vacuna-vph-protege-contra-cancer-cervical" target="_blank">vacuna contra el VPH</a> para proteger contra los cánceres causados por este virus.
<b>VIH/sida</b>. Las personas que tienen enfermedades de transmisión sexual tienen 
<a href="https://www.cdc.gov/std/spanish/vih/stdfact-hiv-and-stds-s.htm">más probabilidades de contraer VIH</a>, el virus que 
<a href="https://www.univision.com/noticias/vih-y-sida/lo-que-debes-saber-del-vih-el-virus-que-causa-el-sida-video">causa el sida</a>. Esto se debe a que las mismas conductas y circunstancias que te pueden poner en riesgo de contraer una ETS también te pueden poner en mayor riesgo de contraer el VIH. Además, si tienes una llaga o herida en la piel causada por una ETS, el VIH podría entrar con más facilidad al cuerpo. 
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La única manera de prevenir por completo las ETS es la abstinencia de sexo oral, vaginal o anal. Pero otras medidas pueden reducir el riesgo de contraerlas: hablar con la pareja sobre métodos de prevención como el uso del preservativo, vacunarse para aquellas que hay vacunas disponibles como en es el caso del VPH, uso del condón siempre que haya sexo oral, anal o vaginal, ser monógamo y evitar el uso de drogas o alcohol durante el sexo.
Si bien muchas personas no se hacen pruebas de despistaje de ETS por vergüenza o miedo, la realidad es que son una herramienta fundamental para todo aquel que es sexualmente activo. Muchos centros las hacen de forma gratuita o a costo reducido.
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Datos recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades sobre la propagación de enfermedades de transmisión sexual (ETS) en Estados Unidos revelan una preocupante tendencia: están en aumento y ni siquiera el distanciamiento social de la pandemia detuvo su propagación en 2020.
Imagen FREDERIC J. BROWN/AFP via Getty Images
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