Redes 5G y 6G: implicaciones sociales y ambientales de la hiperconectividad que se avecina

Se espera que el despliegue de las redes 5G y 6G se complete en unos años en todo su potencial. Esto supondrá un avance de hiperconectividad en varios campos, pero también un desafío en materia ambiental.

Por:
Cristina Cano Bastidas.
ATLANTA, GEORGIA - AUGUST 26: Fans use their phones to record Rory McIlroy of Northern Ireland on the first hole during the second round of the TOUR Championship at East Lake Golf Club on August 26, 2022 in Atlanta, Georgia. (Photo by Sam Greenwood/Getty Images)
ATLANTA, GEORGIA - AUGUST 26: Fans use their phones to record Rory McIlroy of Northern Ireland on the first hole during the second round of the TOUR Championship at East Lake Golf Club on August 26, 2022 in Atlanta, Georgia. (Photo by Sam Greenwood/Getty Images)
Imagen Sam Greenwood/Getty Images

En los últimos dos años se ha trabajado intensamente en desplegar las redes 5G (o redes de 5ª generación) en varios países del mundo. De momento se han implementado versiones limitadas de esta tecnología de red móvil, pero se espera que pronto alcance todo su potencial. Y aunque los operadores de telefonía móvil todavía están desplegándola, ya se empieza a plantear cómo deberían ser las redes 6G. Esta nueva generación podría estar operativa en 10 años, relevando a 5G, de la misma forma que han ido haciendo las generaciones predecesoras.

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La visión tecno-optimista

Tanto 5G como 6G suponen un salto tecnológico orientado a aumentar la hiperconectividad mundial, no solo de las personas, sino también de los objetos que nos rodean.

Estas redes permitirán avances tecnológicos para que tengamos una experiencia más profunda de nuestra vida online: que podamos, por ejemplo, transmitir el tacto, o representaciones de nuestro cuerpo mediante holografías o incluso los impulsos de nuestro cerebro. Y harán posible que prácticamente todo nuestro alrededor esté interconectado.

El objetivo: hacer más eficientes nuestras industrias, la agricultura, la producción de energía, la logística o el transporte, facilitar la vida en los hogares, así como abrir nuevos modelos de negocio.

En los imaginarios más tecno-optimistas se habla del efecto positivo que tendrá la hiperconectividad, contando con la digitalización y la inteligencia artificial, en la búsqueda de soluciones (tecnológicas) a las múltiples crisis ambientales que vivimos a través, sobre todo, de un uso más eficiente de los recursos.

El coste medioambiental de la hiperconectividad

Pero esta visión tecno-optimista está pasando algo por alto.

Cuando pensamos en la hiperconectividad y el crecimiento exponencial de transmisión y procesado de datos que promueve esta visión, es difícil ver el impacto material que supone.

Por un lado, el impacto en distintas escalas geográficas (alejadas de los puntos donde se implementan estas tecnologías y se benefician de ellas) y por otro lado en distintas temporalidades (por ejemplo, las generaciones futuras).

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La cuestión energética y de emisiones es central en este aspecto. La creciente implementación de nuevas tecnologías va de la mano de un incremento en el consumo total de energía.

En un contexto de emergencia climática y crisis energética

Es urgente tener en cuenta el consumo energético que supone mantener la infraestructura necesaria de redes de telecomunicaciones y centros de datos operativa y dando servicio a un consumo cada vez más exacerbado. Esto es si cabe más importante en un contexto de emergencia climática, cuando estamos inmersos en un convulso mercado energético y con una geopolítica de la energía cada vez más conflictiva.

Desde el sector tecnológico, la confianza está puesta en que nuevas técnicas de eficiencia energética consigan reducir el consumo aunque la demanda de datos aumente. Aún está por ver si estas técnicas serán capaces de compensar el incremento de demanda que se espera.

Pero el impacto no se reduce a una cuestión puramente energética o de emisiones directas de gases de efecto invernadero.

Más antenas, más móviles, más interfaces suponen más demanda de tierras raras y minerales y más desechos.

Cada vez se van a necesitar más estaciones base, más antenas y más equipos de procesado de datos. Además, las aplicaciones que guían el desarrollo de estas tecnologías promueven la adquisición de nuevos dispositivos de usuario, como teléfonos móviles compatibles con las nuevas generaciones de red, gafas de realidad virtual, interfaces cerebro-máquina y extensiones hápticas, entre otras.

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Fabricar todas estas nuevas infraestructuras implica mayor presión en la extracción de materiales, incluyendo tierras raras y otros minerales, más producción, más transporte y un mayor número de desechos para los que es complicado el reciclaje. Además de las consecuencias geopolíticas, conflictos locales y reparto desigual de la riqueza y los costes que esto conlleva.

El necesario debate democrático

Ante la frágil situación socioecológica global, a punto de sobrepasar o habiendo sobrepasado ya algunos de los límites planetarios, necesitamos replantearnos críticamente la necesidad del crecimiento ilimitado en el consumo de datos.

¿Podemos pensar, como sociedad, alternativas a la demanda de más conexión (digital) y velocidad (de datos)? Quizá podamos empezar por acabar con la brecha digital, sin crear nuevas exigencias que impliquen cada vez un mayor consumo y más velocidad.

Evidentemente, esto requiere un debate democrático que no venga dominado por las imposiciones del mercado. A su vez, frente a los discursos más tecno-optimistas, se hace necesario evaluar el impacto de las propias soluciones tecnológicas enfocadas a mitigar las crisis medioambientales, teniendo en cuenta el incremento de demanda de datos y la necesidad de equipamiento y nuevas infraestructuras digitales que requiere su implementación.

Necesitamos empezar a considerar el equipamiento y las infraestructuras digitales como un bien escaso, con importantes implicaciones materiales y energéticas.

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Para aliviar la creciente presión en la extracción, producción, distribución de los materiales y equipos, así como en la gestión del desecho tecnológico, hay que reducir la obsolescencia programada, aumentar la modularidad y la extensibilidad del hardware, así como el diseño compatible a futuro.

Estas direcciones de cambio no son únicamente tecnológicas, sino que implican intervenciones políticas y sociales. Es importante democratizar los debates sobre digitalización, y concretamente sobre el 5G/6G, para evitar que el desarrollo tecnológico solo venga dictado por las lógicas del mercado.

Es tarea de la sociedad civil, la academia y la ciudadanía en general imaginar otros futuros posibles que no pasen por el imperativo del crecimiento ilimitado del consumo digital.


*Cristina Cano Bastidas es profesora agregada e investigadora en redes inalámbricas de la Universitat Oberta de Catalunya.
Hug March Corbella es profesor agregado e investigador en ecología política de la Universitat Oberta de Catalunya.


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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El iPhone 14 trae
<b> una pantalla de 6.1 y 6.7 pulgadas</b> y que, igual que su hermano Plus, contará con un procesador A15 Bionic —que ya usaba la versión 13—, pero “mejorado”. La compañía ya ha utilizado versiones mejoradas de procesadores existentes en algunos de sus modelos de iPad. La nueva versión usará el sistema operativo iOs 16.
Tim Cook, gerente ejecutivo de Apple, fue el encargado de mostrar
<b> la nueva generación de teléfonos y otros productos de su gama tecnológica</b> en un evento que se llevó a cabo desde el campus de Cupertino, en California, a través de un video que estuvo basado en una serie de experiencias personales de uso de los equipos.
El iPhone 14 estará disponible en cinco colores, medianoche, blanco estrella, azul, morado y rojo. Cuenta con un protector de pantalla que evita que el display se dañe.
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<br>La cámara del equipo cuenta con cambios sustanciales: 12 MP con un mejor sensor y autofocus. La cámara frontal es híbrida y se añadió una función de 'action mode', al estilo de las cámaras GoPro.
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<br>El iPhone 14 y el Plus tendrán un costo de $799 y $899, respectivamente. Estarán disponibles para preordenar a partir del 9 de septiembre.
La joya de la empresa: 
<b>el iPhone 14 Pro.</b> Con un tamaño de 6.1 y 6.7 pulgadas. Esta versión de alta gama incluye la última versión del procesador, la A16 Bionic, con 4 nanometros es el chip más rápido que existe.
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<br>En materia de hardware, los iPhone 14 de Apple también tendrán capacidad de comunicarse con satélites en caso de emergencia.
El iPhone 14 Pro tiene más lentes en la cámara que los modelos básicos y que sí eliminan la controvertida muesca. La cámara frontal es híbrida y se añadió una misma función de 'action mode'.
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<br>Tendrán un costo de $999 en la versión Pro y $1099 en la Pro Max.
Además de teléfonos, la compañía de la manzana dio a conocer los 
<b>nuevos Apple Watch Serie 8</b>. Este equipo, que será lanzado en cuatro colores, cuenta con una pantalla más grande, termómetro corporal.
Además, en la nueva versión del Apple Watch se incluyó un sistema de seguimiento 
<b>de ciclo menstrual y ovulación para mujeres</b>. Además, una función para realizar de 
<b>llamadas de emergencia en caso de accidentes</b> o choque automovilístico a contactos de emergencia.
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<br>Su precio va de los $399 y los $ 499. Igualmente se lanzó una versión más económica SE, de gama más baja a $249.
Apple lanzó adicionalmente su versión
<b> Utra con la intención de competir con relojes deportivos inteligentes</b> de seguimiento de actividad física de alta resistencia. El reloj permite tener un entrenamiento mucho más preciso. Un botón adicional del lado izquierdo del reloj fue añadido en esta versión llamado "botón de acción".
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<br>El costo de esta versión es de 
<b>$799</b> y estarán disponibles el 23 de septiembre.
Igualmente, se dieron a conocer la 
<b>nueva generación de AirPods Pro H2</b>, la nueva generación de auriculares inalámbricos que, a diferencia de otras versiones, cuentan con un estuche que los carga más rápido y un altavoz que emite un sonido de alerta si el usuario los extravía.
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<br>H2 es un procesador que mejora la experiencia auditiva y un amplificador más claro con un rango más amplio de sonidos. Perfil espacial del oído del usuario para mejorar la experiencia. Cancelación de sonido del exterior para mejorar el sonido de la música o voz.
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<br>Su precio será de $249 y estará disponible el 23 de septiembre.
Apple presentó este miércoles el iPhone 14, el cual luce más delgado y con una pantalla más grande. Además, será la primera versión con capacidad de conectarse a satélites en caso de emergencia y con una batería más duradera, entre otras novedades. Se espera que el teléfono celular esté a la venta el próximo 16 de septiembre y el más económico costará $800. El gigante tecnológico también dio a conocer nuevos relojes inteligentes y los audífonos AirPods Pro actualizados. 
<b>Lee aquí <a href="https://www.univision.com/noticias/tecnologia/apple-presenta-nuevo-iphone-14-fotos-fotos">más información sobre el lanzamiento del iPhone 14</a>. </b>
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El iPhone 14 trae una pantalla de 6.1 y 6.7 pulgadas y que, igual que su hermano Plus, contará con un procesador A15 Bionic —que ya usaba la versión 13—, pero “mejorado”. La compañía ya ha utilizado versiones mejoradas de procesadores existentes en algunos de sus modelos de iPad. La nueva versión usará el sistema operativo iOs 16.
Imagen Apple.
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