Quitobaquito, la ruta de la muerte para los migrantes que cruzan la frontera por el desierto de Arizona

“Este lugar fue donde una niña de 6 años murió”, señala una cruz de madera uno de los voluntarios del Batallón San Patricio. Cada año, más de 350 inmigrantes desaparecen en esta inmensidad, de su travesía solo quedan sus pertenencias. Hicimos el recorrido.

Héctor Lagunas
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Héctor Lagunas.
Quienes se aventuran a cruzar la frontera por el desierto se enfrentan a animales venenosos, terrenos complicados y temperaturas extremas, poniendo en riesgo su vida e incluso perdiéndola en busca del sueño americano. Dos reporteros de Univision Arizona vivieron de primera mano lo que padecen miles de migrantes.
Video Perdidos pero no olvidados: los riesgos que se corren en el desierto por el sueño americano

TUCSON, Arizona. - El flujo de inmigrantes indocumentados continúa en aumento en Lukeville, Arizona, un área al suroeste de Tucson, donde la Patrulla Fronteriza no se da abasto, según la oficina forense del condado Pima.

Un grupo de rescatistas señalan que la política migratoria está deshumanizando a los más vulnerables, los está haciendo de menos para normalizar las muertes en trayectos escabrosos. Solo aquellos que cargan el morral -reza el dicho- saben lo que lleva dentro.

“Perdidos pero no olvidados” es una serie especial en la que dos reporteros de Univision Arizona se ponen en los zapatos de los migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos por el desierto y documentar tan sólo algunos de los peligros a los que se enfrentan.
Video “Perdidos pero no olvidados" documenta cómo es cruzar la frontera por el desierto


Decidimos seguir los caminos que recorren los migrantes en la topografía del área de Quitobaquito, una de las rutas migratorias del sur de Arizona, como única manera de comprender la magnitud del anhelo por llegar al país de la barras y las estrellas.

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Algunos mueren en el intento al atravesar el desierto, otros prefieren no arriesgarse y se entregan a las autoridades.

Así inició el recorrido por el desierto de Arizona

Emprendimos el viaje desde Phoenix, Arizona, eran las 4:00 de la mañana. Descansamos poco pues el tiempo nos jugaba en contra. En cuestión de tres horas, arribamos a la región llamada Quitobaquito, a 16 millas de distancia del puerto fronterizo Lukeville, Arizona.

“Estamos buscando a gente que esta pérdida o que ha fallecido. Si encontramos a alguien herido, los apoyamos con comida o agua. Si quieren entregarse a la migra, nos quedamos con ellos hasta que los rescaten”, explicó Jared Ornelas, brigadista del Batallón de San Patricio.

Tan pronto nos bajamos de las camioneta, nos unimos en oración con la brigada Batallón de San Patricio, antes de iniciar la travesía por el desierto, un lugar inhóspito que durante las últimas dos décadas le ha arrebatado la vida a 4,500 migrantes, según confirmó la oficina forense del condado Pima.

A tan solo dos millas de recorrido ya sentíamos la debilidad en el cuerpo, consecuencia de las temperaturas que suelen alcanzar los 120° Fahrenheit durante el día, descendiendo al punto de congelación en la noche. Era solo el comienzo de las 10 millas que faltaban por recorrer.

Al menos 350 inmigrantes desaparecen cada año en el desierto y de su travesía, sólo quedan pertenencias esparcidas en el suelo árido. Tras cinco horas de recorrido, los reporteros de Univision Arizona regresan con la brigada que los acompañó e investigan qué pasa con los restos que se encuentran en la frontera sur de Arizona.
Video Perdidos pero no olvidados: cuando la lucha por una mejor vida se queda para siempre en el desierto


Para el recorrido los rescatistas pidieron usar colores claros, porque cada uno está a su propia suerte. De esta manera, podríamos ser identificados desde el cielo si llegáramos a perdernos. Por ejemplo, los migrantes cruzan con botellas oscuras para que no brillen y no puedan ser detectados por la Patrulla Fronteriza.

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“Los coyotes al revés, pasan a su gente con ropa de camuflaje para no ser vistos por la migra o por los drones, y es más fácil para ellos pasar así”, dijo Nesa ‘el super inmigrante’ rescatista.

A paso apresurado, escalamos zonas montañosas, puntos claves a los que los coyotes se refieren como el cerro de la Aguja y la Muela coordenadas que guían su camino.

En el trayecto pudimos haber encontrado serpientes de cascabel, escorpiones, entre otras especies salvajes. Las chollas, una especie de planta desértica, hicieron de las suyas- clavando sus filosas espinas en la ropa, incrustándose incluso en la piel.

Se rompieron los cordones de los zapatos

En la caminata se nos rompieron los cordones, el terreno es muy áspero, es muy difícil esta topografía. Al rescate salió la brigada, nos reemplazó la cinta de los zapatos, suerte con la que evidentemente no corren los inmigrantes a su paso.

Después de cinco horas de caminar, agotados y a punto de tirar la toalla, nos detuvimos frente a un altar improvisado.

“Este lugar fue donde una niña de 6 años, de la India, murió”, dijo James Holmes, uno de los voluntarios del Batallón San Patricio.

Una cruz de madera, símbolo de la muerte de una pequeña de tan solo 6 años, en el 2019, explicó el líder de la brigada, un soldado retirado de la marina estadounidense quien considera que el sistema migratorio ha fallado.

“Esto me hace sentir horrible, nuestro sistema migratorio no funciona”, agregó Holmes.

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Cada año, al menos 350 inmigrantes indocumentados desaparecen en esta inmensidad, de su travesía solo quedan sus pertenencias esparcidas en algunos sectores.

A dos millas del muro fronterizo que divide a Arizona y Sonora se encuentran unas prendas que dejó una migrante para no ser sorprendida por las autoridades.

“A veces nada más se cambian por el frío o se hicieron del baño”, sostuvo Nesa.

Para el Batallón de San Patricio el recorrido fue un éxito porque no encontraron migrantes en estado de angustia, de emergencia o muertos, pero entre los hallazgos registraron posibles restos humanos.

“Tomamos fotos con una regla y la mandamos al médico forense para que ellos digan si es de un ser humano o no. Hacemos una oración. Es donde alguien perdió su vida”, mencionó Jarett.

Los restos humanos encontrados son reportados a las autoridades para que hagan el levantamiento y los lleven a la oficina forense donde son puestos en los congeladores mientras extraen las pruebas de ADN para su identificación.

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"Solo aquellos que cargan el morral saben lo que lleva dentro", reza un dicho. Por ello, qué mejor manera de conocer todo lo que viven los migrantes en su camino a Estados Unidos.
Univision Arizona recorrió Quitobaquito, una zona remota a 16 millas del puerto fronterizo Lukeville. El punto es un desafío para quienes llegan a él, por lo que muchos inmigrantes no logran su meta de internarse en Estados Unidos para hacer una nueva vida. Lo que encontramos es escalofriante.
La zona, está a unas 16 millas de distancia del puerto fronterizo de Lukeville, Arizona.
Lo primero al llegar al punto es unirse en oración.
Hay que encomendarse a Dios antes de iniciar la travesía por el desierto.
La oficina del forense del condado Pima confirma que precisamente en el desierto han muerto unos 4,500 migrantes en las últimas dos décadas.
La temperatura en el suelo alcanza los 120 grados Fahrenheit durante el día; en la noche descienden hasta el punto de congelación.
Los rescatistas indican que vestir de colores claros es clave para identificar y rescatar a quien lo necesite.
Quienes se aventuran a cruzar la frontera por el desierto se enfrentan a animales venenosos, terrenos complicados y temperaturas extremas, poniendo en riesgo su vida e incluso perdiéndola en busca del sueño americano.
Al contrario, los migrantes usan colores oscuros por consejo de los traficantes de personas, para evitar ser identificados por la Patrulla Fronteriza.
Pero eso puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Prueba de ello, las cruces halladas en el camino, muestra de batallas no ganadas.
La morgue de Tucson recibe cada semana cuerpos o restos de migrantes que perdieron la vida en la frontera, allí permanecen hasta ser identificados, este proceso puede tomar semanas o años.
<b><a href="https://www.univision.com/local/arizona-ktvw/quitobaquito-frontera-arizona-migrantes" target="_blank">“Perdidos pero no olvidados”</a></b> es una serie especial en la que dos reporteros de Univision Arizona se ponen en los zapatos de los migrantes que intentan cruzar a Estados Unidos por el desierto y documentar tan sólo algunos de los peligros a los que se enfrentan.
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"Solo aquellos que cargan el morral saben lo que lleva dentro", reza un dicho. Por ello, qué mejor manera de conocer todo lo que viven los migrantes en su camino a Estados Unidos.
Imagen Univision Arizona.