YUMA, Arizona – El aumento desbordado de inmigrantes que llegan a la frontera de Yuma, en Arizona, ha motivado a residentes de esa zona a brindarles un poco de comida. Y quienes no alcanzan el beneficio, piden a un mexicano que cruce el río a comprar algo para comer y beber en su país.
Los rostros de la inmigración en Yuma, Arizona, tras el paso por México
El aumento desbordado de inmigrantes que llegan a la frontera de Yuma, en Arizona, ha motivado a residentes de la zona a brindarles un poco de comida. Esos son algunos de los rostros de la inmigración en ese punto del límite entre México y Estados Unidos.
Los muy diversos rostros de la inmigración de la frontera en Yuma, Arizona
Personas como José van a México a comprar jugos, sodas y galletas para llevarlas hasta los inmigrantes que están del otro lado de la frontera. Ayudado por su bicicleta, José lleva hasta ellos provisiones, y en algunas ocasiones recibe propina, más allá del pago de los productos.
Antes, José cruzaba a territorio estadounidense para recoger la ropa o zapatos que dejaban allí los inmigrantes. Sin embargo, ha cambiado de actividad.
“ Lo hago de corazón. La otra vez lo hice y no me dieron nada”, declara el hombre ante las cámaras de Univision Arizona. A veces, los inmigrantes desesperados le arrebatan los productos de las manos, ante lo cual él solo dice que irá por más.
Larga travesía hacia y desde México
En otro punto de la frontera, mientras tanto, hay un inmigrante cubano que todavía no asimila que llegó al país gracias a que construyó una balsa con sus propias manos, que le tomó $850 dólares y en la que viajaron 11 personas hacia Isla Mujeres, en el Caribe mexicano.
“Soy mecánico, tenía noción de lo que tenía que hacer”, dice Geraldi Pérez, el hombre que hizo la embarcación. Admitió que esta es la segunda vez que construye una balsa; asegura que la primera fue destruida por simpatizantes del régimen.
Pérez contó a Univision Arizona que tuvieron que hacerle frente al mal tiempo, pero corrieron con suerte de que un barco pesquero los encontrara y los llevara a tierra mexicana. Y desde ahí, consiguió llegar a la frontera de Yuma en Arizona, para pedir asilo.
“Estamos cerca, pero creo que está logrado”, dice optimista de que podrá llegar a Kentucky, antes de que, junto a una de sus compañeras, fuera recogido por inmigración.
Te recomendamos




