Un caso de adopción sin precedentes en EEUU trata de rectificar una injusticia en México

Sus padres adoptivos se negaron a pagar un soborno en México. Los niños Polinske llevan 37 años esperando a que se reconozca su adopción mexicana. (Read this article in English)

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Por:
David C Adams.
Michael Polensky nació en México pero fue adoptado junto con su dos hermanas por una pareja de EEUU. Sin embargo, los padres no lograron regularizar la situación de sus hijos y este joven lo descubrió a los 17 años de la peor manera.
Video Luego de creer toda su vida que había sido adoptado legalmente, un hispano descubre que es indocumentado

Adoptados al nacer, Michael y Amanda Polinske casi habían perdido la esperanza de reunirse alguna vez, o de convertirse en ciudadanos estadounidenses.

Pero eso podría cambiar después de que una abogada de Texas leyera un artículo sobre su caso en el sitio web de Univision Noticias en 2018 y decidiera asumirlo probono.

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Cuatro años después, Verónica de la Fuente ha perseguido sin descanso su caso en Estados Unidos y México, buscando restaurar sus derechos... y sus identidades legales.

"Vi la nota de Univision. Me dio impotencia y frustración", dice de la Fuente, una abogada de inmigración en San Antonio.

Los niños, nacidos con días de diferencia, fueron traídos a Estados Unidos desde México cuando eran pequeños junto con otro niño, y crecieron en Midland, Texas. Ahora tienen 37 años y creían que eran estadounidenses hasta que terminaron la escuela y descubrieron que no podían conseguir trabajo porque no tenían tarjeta de la seguridad social. Resulta que sus papeles de adopción en México nunca se habían formalizado.

Michael fue detenido en 2007, a los 21 años, tras declararse culpable de un cargo menor por posesión de drogas, aunque dice que las drogas no eran suyas y sólo intentaba proteger a un amigo. Fue deportado cuando el ICE descubrió que no era residente legal.

Amanda formó una familia en Texas con el temor constante de correr la misma suerte que su hermano, mientras vivía en la sombra y trabajaba como camarera en un restaurante mexicano. La otra hermana adoptada junto con ellos obtuvo la residencia con una visa especial debido al abuso físico de su pareja.

Maria Antonieta 'Toni' Polinske con sus bebes en tiempos felices. En 1985, viajo con su marido a México para visitar orfanatos en busca de un bebé para adoptar, pero como ambos tenían más de 40 años, fueron rechazados. Entonces, buscaron otras opciones, pasando por una iglesia en Torreón, Coahuila. Aunque su idea originalmente era tener dos hijos, terminaron adoptando a tres, Michelle, Amanda y Michael, todos nacidos con pocas semanas de diferencia de madres distintas.
Maria Antonieta 'Toni' Polinske con sus bebes en tiempos felices. En 1985, viajo con su marido a México para visitar orfanatos en busca de un bebé para adoptar, pero como ambos tenían más de 40 años, fueron rechazados. Entonces, buscaron otras opciones, pasando por una iglesia en Torreón, Coahuila. Aunque su idea originalmente era tener dos hijos, terminaron adoptando a tres, Michelle, Amanda y Michael, todos nacidos con pocas semanas de diferencia de madres distintas.
Imagen Cortesía de la familia Polinske.


No está claro por qué el gobierno estadounidense negó su naturalizaron. Univision presentó varias solicitudes a las autoridades de inmigración bajo la Ley de Libertad de Información (FOIA) sobre su caso, pero sólo recibió un resumen de dos páginas de su proceso de deportación.

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El problema legal se deriva de una decisión imprudente de los padres tejanos que adoptaron a los tres niños, nacidos de madres diferentes en la región de Torreón. María Polinske, dice que ella y su difunto marido se negaron a pagar al abogado de Torreón cuando éste les cobró 10,000 dólares, además de la cantidad acordada por finalizar la adopción. En lugar de pagar el soborno, se llevaron a los tres niños en su coche. "Cuando llegamos a la frontera, nadie nos pidió los papeles. En aquel entonces era distinto", explica.

Aunque un juez de Texas reconoció la adopción años más tarde, la Administración de la Seguridad Social no lo hizo, en parte porque no tenían los documentos de entrada en la frontera estadounidense, conocidos como formulario I-95. Como resultado, no tienen registro de entrada legal al país.

Amanda Polinske, con su madre adoptiva, Maria Polinske, de 82 años, en Midland, Texas.
Amanda Polinske, con su madre adoptiva, Maria Polinske, de 82 años, en Midland, Texas.
Imagen Cortesía de Amanda Polinske.

Se violaron sus derechos constitucionales como menores en México

De la Fuente afirma que se violaron sus derechos constitucionales como menores en virtud de la legislación mexicana al no reconocerse su adopción. Según la ley mexicana de identidad, "el interés principal del menor, como derecho constitucional, es un derecho fundamental", dice de la Fuente.

"Tenemos un argumento legal muy válido. Se ha negado su derecho de identidad. La jurisprudencia mexicana toma en cuenta la edad de cuando eran los menores, no su edad ahora", añadió.

De la Fuente, mexicana-estadounidense de 40 años, tiene una doble perspectiva del derecho difícil de encontrar. Creció y se licenció en derecho en México, antes de trasladarse a Estados Unidos.

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"Es una injusticia. Estos pobres muchachos no tienen identidad, no tienen nombre, no tienen documentos, no tienen nada. Nunca se hizo bien, ni aquí ni allá, y simplemente me molestaba que estuvieran atrapados en esta situación legal", dijo de la Fuente.

La abogada Verónica de la Fuente creció y se licenció como abogada en México, antes de trasladarse a San Antonio, Texas.
La abogada Verónica de la Fuente creció y se licenció como abogada en México, antes de trasladarse a San Antonio, Texas.
Imagen Facebook/MexUsa Law Firm, PLLC

Un caso de adopción sin precendentes

Trabajando con un colega en Monterrey, de la Fuente pudo reabrir el caso en Torreón, Coahuila, donde los tres bebes nacieron y fueron adoptados. "Ha sido tremendo. Es un caso sin precendentes", dijo de la Fuente. Tardaron tres meses en localizar el 'archivo muerto' en un almacén. "Al principio dijeron que no estaba allí porque hubo un incendio", dijo de la Fuente.

Pero ella insistió en que siguieran buscando hasta que un funcionario encontró el expediente. Hicieron falta diez vistas judiciales. De la Fuente viajó desde San Antonio para asistir a cuatro de ellas.

Al principio la corte de Torreón dictaminó que los padres biologicos tendrían que firmar su consentimiento antes de que se pudiera reconocer formalmente la adopción. Pero los seis padres estaban muertos o no localizables.

De la Fuente apeló señalando que los seis padres habían firmado los documentos originales de adopción. Después de que el tribunal le exigiera publicar un anuncio en septiembre en el periódico local buscando su paradero, se permitió que el caso siguiera adelante.

Michael y su madre, Maria Polinske, durante una reunión en la ciudad fronteriza de Ciudad Acuña, México.
Michael y su madre, Maria Polinske, durante una reunión en la ciudad fronteriza de Ciudad Acuña, México.
Imagen Cortesía de la familia Polinske

Siguiente paso: cambiar retroactivamente sus partidas de nacimiento

Ahora la abogada está apelando el caso ante el tribunal del estado de Coahuila en Saltillo para que se reconozca oficialmente la adopción de los niños y se corrija retroactivamente su certificado de nacimiento mexicano con sus nuevos nombres y padres adoptivos. "Luego, tendré que solicitar un certificado de ciudadanía estadounidense para que puedan solicitar un pasaporte estadounidense," añadió la abogada.

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Michael ahora vive en Tabasco en el sur de México donde es gerente de un restaurante en el pueblo pesquero de Emiliano Zapata. Las autoridades mexicanas lo consideran huérfano y le dieron un nuevo certificado de nacimiento, bajo su nombre de nacimiento: Michael Vito Martínez Caldera.

Echa de menos a sus hijos y a su madre, que le visita de vez en cuando. Pero dice que ha perdido prácticamente toda esperanza de poder regresar a Estados Unidos.

"Me alejé de todo esto. Se acabó para mí" dijo a Univision por teléfono. "Si alguien, algún día dice 'Puedes volver a casa', lo haré. Pero Per no me hago muchas esperanzas", añadió.

Su hermana, Amanda, por otro lado, no ha perdido la esperanza y pone su fe en su abogada de la Fuente.

"Confiamos en Verónica. Es nuestro último recurso. Lo intentaremos todo hasta que no podamos más", dijo.

Maria 'Toni' Polinske con sus bebes en tiempos felices. En 1985, viajo con su marido a México para visitar orfanatos en busca de un bebé para adoptar, pero como ambos tenían más de 40 años, fueron rechazados. Entonces, buscaron otras opciones, pasando por una iglesia en Torreón, Coahuila. Aunque su idea originalmente era tener dos hijos, terminaron adoptando a tres, Michelle, Amanda y Michael, todos nacidos con pocas semanas de diferencia de madres distintas.
Toni Polinske sentada afuera de su casa en Midland, Texas.
Michael Martínez nació en México y fue adoptado por la familia Polinske en Texas con dos días de edad. Fue deportado a México en 2011, a los 26 años.
Maria Polinske, (l) con sus padres y los tres hijos adoptados, Michael, Michelle y Amanda, poco después de su nacimiento en Torreón, Coahuila.
Su madre adoptiva recordó que Michael era un bebé inquieto, que necesitaba atención. "Mi madre me decía:" Acércalo a tu cara, dile que tu madre está aquí, tu madre está aquí ... eso es lo que más recuerdo, aunque ahora es hace mucho tiempo ", dijo.
Hora del baño para los niños de Polinske en Texas.
Los niños disfrutaron de una educación relativamente normal en en Midland, Texas, aunque los padres estaban preocupados por su situación legal no resuelta.
A pesar de seis meses de papeleo y $8,000 en costos legales, los Polinskes nunca recibieron documentos oficiales de adopción ni pasaportes mexicanos.
Estas fotos enmarcadas tamaño pasaporte de Michael, Michelle y Amanda, se sientan en una mesa en la sala de estar de Toni Polinske en Midland, Texas.
El certificado de nacimiento de Michael Polinske de Texas.
John Polinske nació en Milwaukee, Wisconsin, en 1927, de polaco, alemán, irlandés, italiano y francés. Sirvió en el ejército estadounidense durante 19 meses durante la Segunda Guerra Mundial.
Toni conoció a su esposo, John Polinske, en un baile en 1976. Salieron durante un año antes de casarse en Dakota del Sur en 1977. Se mudaron a Midland en busca de trabajo tras el auge del petróleo de esquisto en la Cuenca Permiana del oeste de Texas, una de las más grandes depósitos de petróleo y gas en el país.
Toni recuerda haberle dado a su esposo una condición importante. "Dos niños, eso es lo que quiero", le dijo ella. "No me interesan las riquezas, la felicidad, sí", agregó.
John Polinske era 17 años mayor que Toni, tenía tres hijos de un matrimonio anterior y se había sometido a una vasectomía. "Entonces, dijimos, adoptemos", dijo Toni.
Retrato de la familia Polinske.
Un anuario escolar muestra a Michael, en la segunda fila, segunda de la derecha.
La orden de deportación de Michael en 2007 señaló que cuando ingresó a los Estados Unidos en 1986 "no fue admitido ni condenado a libertad condicional después de ser inspeccionado por un funcionario de inmigración".
Michael jugo con el equipo de fútbol en Goddard Junior High. "Jugué en todas las posiciones, lo que sea. Prácticamente nunca salí del campo", dijo Michael, quien ahora tiene 33. (En la última fila de la foto, segundo desde la derecha)
La adopción de Michael Polinske finalmente fue aprobada por un juez de Texas en 2003.
La Corte del condado de Ector en Odessa, Texas, donde finalmente se reconoció la adopción de Michael en 2003.
Michael con su hijo más pequeño, Michael Jr.
El certificado de nacimiento mexicano de Michael a nombre de Michael Vito Martínez Caldera, fechado el 28 de agosto de 1985, un mes después de su nacimiento.
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Maria 'Toni' Polinske con sus bebes en tiempos felices. En 1985, viajo con su marido a México para visitar orfanatos en busca de un bebé para adoptar, pero como ambos tenían más de 40 años, fueron rechazados. Entonces, buscaron otras opciones, pasando por una iglesia en Torreón, Coahuila. Aunque su idea originalmente era tener dos hijos, terminaron adoptando a tres, Michelle, Amanda y Michael, todos nacidos con pocas semanas de diferencia de madres distintas.
Imagen Cortesía de la familia Polinske.
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