HOUSTON, Texas. – Texas ejecutó al exmarino John Henry Ramírez quien fue condenado a recibir la inyección letal por el asesinato a puñaladas de Pablo Castro en 2004. El hispano revisó los bolsillos de la víctima para robarle y huyó con sus cómplices con $1.25.
Texas ejecuta a John Henry Ramírez, exmarine que pidió que su guía espiritual lo acompañara al recibir la inyección letal
Después de una batalla legal y de varias suspensiones de la pena de muerte, John Henry Ramírez fue ejecutado en la prisión de Huntsville este miércoles 5 de octubre por el asesinato de un hombre en 2004, a quien apuñaló 29 veces y le robó $1.25.

Castro, tenía 9 hijos, trabajaba en una tienda de conveniencia y había salido para tirar la basura, según testimonio una compañera de trabajo. Nunca regresó. Fue declarado muerto en el lugar de los hechos.
La ejecución de Ramírez estaba programada para el miércoles 8 de septiembre de 2021, pero fue detenida cuando el veterano pidió que su pastor, Dana Moore, guía espiritual de la Segunda Iglesia Bautista de Corpus Chirsti, lo tomara de la mano en su último momento.
Originalmente el Departamento de Justicia Criminal negó la solicitud y Ramírez apeló la decisión ante la Corte Suprema, donde se decidió postergar la muerte del reo hasta tener una decisión.
Ramírez supo que no iba a ser ejecutado minutos antes de entrar a la cámara de la muerte. Jason Clark, portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas, fue el encargado de darle la noticia.
La batalla legal entre Ramírez y el estado de Texas duró varios años
Ramírez alegaba que se le violaban sus derechos, según establece la Primera Enmienda y la Ley de Uso Religioso de la Tierra y Personas Institucionalizadas del año 2000.
En julio de 2021, Ramírez solicitó la presencia de su pastor y que este le hiciera la imposición de manos. Nuevamente, Texas le negó la petición y el reo elevó la demanda a la Corte Suprema, quienes detuvieron la ejecución para estudiar el caso.
Ramírez estaba listo para la ejecución desde hacía varios años
"Yo creo en Dios, tengo mi fe… he aprendido mucho estudiando mi Biblia y yo sé que Dios le dio a todos su día", dijo Ramírez en una entrevista exclusiva con Univision 45 en 2017.
Ramírez señaló que sabía que ese momento parecía ‘su inevitable final’. No quería morir, pero aceptaba su realidad.
En esa oportunidad la ejecución se detuvo porque la jueza de distrito, Nelva González, quiso revisar de manera apropiada la solicitud del condenado.
El exmarino aceptaba que había matado a un hombre, pero negaba que haya sido durante un robo. Tenía 20 años cuando ocurrió el crimen.
El hombre había pedido que le dieran la oportunidad de conseguir un nuevo abogado para que presentara una solicitud de indulto e investigara las denuncias de que su anterior abogado nunca sometió una petición de clemencia.
Tras conocerse la noticia del indulto temporal, la Oficina del Procurador General de Texas presentó, una apelación ante el El 5to. Tribunal de Apelaciones del Circuito de Estados Unidos para que se revocara la decisión de la jueza González.
En suspenso por horas, temiendo lo peor
El Tribunal de Apelaciones rechazó la apelación de la Procuraduría y el indulto temporal siguió en pie.
“Estamos bien felices [porque conseguimos] lo que estábamos esperando. Nunca perdimos la fe”, dijo una familiar de Ramírez, que pidió no ser identificada.
“Estamos muy contentos de que John puede pelear por lo que no hicieron por él y de que le están dando la oportunidad”, añadió.
Ramírez era uno de 15 exmilitares detenidos en el pabellón de la muerte en Texas.
En EEUU hay un total de 300 veteranos sentenciados a la pena capital.
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