A finales del año 2000, Robin James McPherson fue declarado culpable de fraude y evasión fiscal en un tribunal de San Diego, California. Estaba libre porque pagó una fianza y prometió presentarse a su audiencia condenatoria en marzo de 2001. Pero jamás se presentó a la corte y le perdieron el rastro.
Fugitivo vivió 21 años en Costa Rica como un “empresario canadiense”: así lo atrapó el FBI
Más de 30 personas le depositaron 1.2 millones de dólares a este defraudador creyendo que invertían en un complejo de villas con vistas al mar en ese país centroamericano. En realidad, ellos estuvieron financiando a un delincuente convicto que se escondía de las autoridades estadounidenses.

Hasta que el Buró Federal de Investigación (FBI) se enfocó en otro caso de fraude en 2019, se descubrió que McPherson vivió durante 21 años en Costa Rica y hasta tuvo una cuenta de Facebook.
Todo ese tiempo se hizo pasar por un empresario canadiense llamado “Raymond James” que ofrecía jugosas ganancias a quienes invirtieran en un desarrollo inmobiliario en ese país centroamericano.
Algunas de sus víctimas se enteraron del falso proyecto llamado “Carara” a través de Facebook y un portal de internet. Varios defraudados viajaron hasta Costa Rica para ver la montaña en la que se construiría el complejo. Le dieron miles de dólares porque les prometió retornos de hasta el 50% y parte de una residencia de dos niveles, con vistas al mar, tres recámaras y tres baños. Todo fue mentira.
De 2015 a 2019, una cuenta bancaria en U.S. Bank a nombre de “Carara Park Eco-Resort LLC”, administrada por McPherson, recibió alrededor de 1.2 millones de dólares de más de 30 personas, “consistentes exclusivamente de fondos de inversionistas”, afirma una declaración jurada de Miguel A. Pérez, el agente del FBI que localizó a este fugitivo.
El agente Pérez habló con seis víctimas, lo cual lo llevó a concluir que ese defraudador era el mismo fugitivo buscado por las autoridades en el sur de California desde 2001. “A finales de febrero de 2020 yo descubrí que Robin James McPherson era la verdadera identidad de ‘Raymond James’”, señala el investigador en su declaración.
Los denunciantes le dijeron que también se hacía pasar como “Raymond Cruz” y que llegó a mostrarles un pasaporte y una licencia de manejo de Canadá, aparentemente falsas. El FBI solicitó información bajo esos nombres a los gobiernos canadiense y de Costa Rica, y estos no encontraron nada.
Otro agente del FBI, quien desde la oficina de San Diego esta tratando de localizar a McPherson, le dijo a su compañero Pérez que sabía que una hija del fugitivo vivía en Costa Rica. Cuando Pérez se preparaba para entrevistar a las hijas de este, descubrió en registros de la Embajada de EEUU en Costa Rica que un aviso de que en 2004 o 2005 McPherson estaría usando el alias de “Raymond James Cruz”.
Para determinar que se trataba de la misma persona, el agente del FBI comparó las fotos de “Raymond James” y una licencia de manejo de McPherson emitida en el año 2000. También obtuvo una imagen de su boda en 1983 y notó que su esposa “Nidia” no había cambiado su nombre. Ella sí fue localizada en la base de datos del gobierno de Costa Rica. Tampoco ocultó su verdadera identidad la hija de la pareja, “Dominique”, quien trabajaba en el proyecto “Carara”, de acuerdo con las denuncias.
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Las víctimas de “Raymond”
Las seis víctimas que lo denunciaron ante el FBI aseguran haberle entregado entre 15,000 y más de 48,000 dólares, pero jamás recibieron un centavo de vuelta. Les decía que la construcción se había retrasado y les pedía que se armaran de paciencia.
Uno de los denunciantes narró que primero le envió dos transferencias de 23,770 dólares en marzo de 2016 y viajó a Costa Rica con su esposa para conversar en persona con “Raymond James”. Este les mostró “toda una montaña” y los “750 acres” en los que construirían el desarrollo inmobiliario.
La pareja se quedó dos noches en ese país y los acompañó “Raymond James”, quien les dejó “una muy buena impresión”, declararon al FBI. Regresaron a su casa con la promesa de recibir ganancias de 30% a 50%. Esta familia, incluyendo sus hijos adultos, le depositó 48,276 dólares.
Pero en abril de 2020 la situación había cambiado. El proyecto seguía en el papel y “Raymond James” se había vuelto un tanto hostil en el intercambio de correos electrónicos. “Han pasado más de seis años. Te lo dije, solo devuélvenos nuestros 50,000 dólares y nos saldremos de esta miseria en la que nos metiste y no querremos saber más de ti, ni de Costa Rica”, le escribió víctima a su página de Facebook.
McPherson, quien seguía fingiendo ser un empresario canadiense, respondió: “Han pasado poco más de 3.5 año, no 6, pero yo entiendo tu punto”. Luego prometió regresarles su inversión, pero jamás lo hizo.
Otra de sus víctimas, un residente de Houston, Texas, cayó en su trampa por publicidad en Facebook. Después de visitar Costa Rica en octubre de 2016 para escuchar más sobre la “propuesta financiera”, él y su esposa invirtieron 15,000 dólares. McPherson les dijo que haría un complejo de 20 villas y al rentarlas obtendría las ganancias para los inversionistas. Creían que habían puesto dinero en seis unidades “con vistas al mar” y se hacían del 2% de las acciones de todo el resort.
Uno de los defraudados, quien le envió 28,000 dólares en enero de 2019, grabó una conversación con McPherson. El audio ahora es parte de la evidencia. En esa charla le afirmó que lo estaban presionando los inversionistas que querían ver el complejo en pie y tenía que pagarle al dueño del terreno.
La acusación alega que McPherson usó una variedad de técnicas publicitarias, incluidas llamadas, promocionales en sitios de internet y anuncios de Facebook, para encontrar posibles inversionistas. Él usó los fondos para varios gastos personales, incluida pagar una hipoteca en Costa Rica.
El FBI notó que en marzo de 2015 este fugitivo tenía una cuenta de Facebook bajo el nombre de “Raymond James” y que usó la plataforma para anunciar la apertura de su falso proyecto inmobiliario. En abril de 2020, “él todavía estaba tratando de encontrar nuevos inversionistas”, prometiendo el 10% de una villa valorada en 450,000 dólares depositando $27,500, señala la agencia.
Finalmente, este hombre fue detenido por la Policía de Costa Rica y lo extraditaron en mayo pasado. Compareció inicialmente en una corte de Texas y se esperaba que lo trasladaran al sur de California para sentenciarlo por el caso de 2000. Luego responderá a las recientes acusaciones de fraude.
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