En estas escuelas, los estudiantes aprenden haciendo proyectos basados en la 'vida real'

El aprendizaje por medio de proyectos está revolucionando la educación en un número creciente de escuelas en el país. Bajo este modelo, los niños identifican los temas que les interesan, los problemas que quieren solucionar, y junto con su maestra y sus compañeros, arman proyectos basados en sus comunidades.

Juliana Jiménez
Por:
Juliana Jiménez.
Cuando los estudiantes aprenden simulando situaciones de la vida real, eso los deja mejor preparados para enfrentar los retos de la vida adulta.
Cuando los estudiantes aprenden simulando situaciones de la vida real, eso los deja mejor preparados para enfrentar los retos de la vida adulta.
Imagen Cortesía Irene Narváez / Highland Park High School

En muchos casos, no hay mejor escuela que la vida misma. Para un creciente número de educadores, ya no es suficiente esperar a ver si los niños triunfan o fracasan una vez salen al 'mundo real' a aplicar lo que aprendieron en la escuela. La mejor manera de aprender, para ellos, es aprender al hacer.

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Esta idea se está cocinando en una red de escuelas alrededor del país que se guían por el 'aprendizaje más profundo', o Deeper Learning, en inglés . Este método se refiere a las habilidades y conocimientos académicos que los estudiantes deben dominar para ser exitosos en los trabajos y la vida del Siglo XXI. Para esto, cultivan la comunicación, la empatía, el pensamiento crítico y la colaboración, guiados por su curiosidad y sus propios intereses.

Dentro de los conceptos básicos del Deeper Learning está siempre de primero el dominio del contenido académico, pero no se queda allí como ocurre en muchas escuelas.


“La mayoría de los currículos allá afuera llegan solo hasta el ‘Yo puedo’: el ‘Yo puedo hacer esto como estudiante, yo soy capaz de hacer estas cosas’”, dijo Brian Pick, director de Enseñanza y Aprendizaje para las Escuelas Públicas del Distrito de Columbia en Washington, DC.

En todo el país “estamos tratando... de crear experiencias curriculares que se enlacen con el siguiente paso, que es 'Yo soy’: incorporar un sentido del ser”, continuó Pick durante su presentación en la conferencia de este marzo de Deeper Learning en San Diego, California. “Y luego está el ‘Yo pertenezco’, el pertenecer a una comunidad”.

Este último paso, el 'Yo pertenezco', se trata de incorporar al estudiante en el mundo que lo rodea y que se eduque en un contexto ‘real’, lo que requiere aprender a un nivel más exigente. Docenas de escuelas alrededor del país están implementando esto a través del Project-Based Learning (PBL) o el ‘Aprendizaje Basado en Proyectos’.

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¿Cómo luce esto en la ‘vida real’?

María Martínez tiene 17 años y cursa su último año en Highland Park High School en Los Ángeles, California, una escuela donde más del 95% de los estudiantes son hispanos. María llegó allí hace un año y antes de eso estudiaba en una secundaria tradicional a unas cuadras, Franklin High School, donde no se enseña a través de proyectos.


En su primer año en Highland, María participó en un proyecto de Case-Based Learning, o ‘aprendizaje por medio de casos’, donde la meta era decidir un caso legal en un juicio dramatizado.

“Fue divertido porque aprendimos muchas cosas”, le dijo María a Univision Noticias, “pero sí fue un poco duro porque no sabíamos qué hacer y todo lo hicimos nosotros solos, y en mi otra escuela no lo tenían. Y cuando necesitabamos ayuda le preguntabamos a los maestros y ahí estaban ellos”.

El aula, explicó María, se divide en dos grupos, los abogados de defensa y los de la fiscalía. El crimen: un caso real de dos mujeres asesinadas en un restaurante, donde el novio de una de ellas fue encontrado culpable.

María dijo que aprendió lo que realmente hace un abogado día a día, aprendió sobre la experiencia, tiempo y dedicación que se necesitan para presentar un caso, y a encontrar evidencia para sustentarlo. Esta habilidad es útil no solo en la forénsica, también lo es al argumentar cualquier tipo de caso, ya sea en un ensayo escrito, en un artículo periodístico, o al defenderse en su puesto de trabajo, entre muchas otras aplicaciones a la vida diaria.

La mejor manera de aprender no es en el aula sino el parque, según la Asociación Americana de Pediatría (APP), que difundió un comunicado hace unos días titulado 
<a href="http://pediatrics.aappublications.org/content/early/2018/08/16/peds.2018-2058">El poder del juego: el papel de los pediatras para mejorar el desarrollo de los niños pequeños.</a>
Los pediatras recuerdan que el juego es la herramienta por excelencia para ayudar a los niños a lidiar con el estrés tóxico, construir buenas relaciones con los padres y mejorar las habilidades necesarias para manejarse en el mundo de hoy.
Los expertos muestran su preocupación por 
<b>la falta de juego en nuestra sociedad </b>y se refieren en su informe a las numerosas investigaciones sobre los beneficios, a todos los niveles, del juego.
“Recomendamos que los doctores receten juegos" a los pacientes más pequeños, dijo el pediatra Michel Yogman, principal autor del informe de la AAP.
A pesar del gran número de estudios que prueban sus ventajas, el tiempo de juego se redujo un 25% entre 1981 y 1997. Por otra parte, el 30% de los niños que van a la guardería ya no tienen recreo. El tiempo ha sido reemplazado por clases, según las investigaciones de Advances in Life Course Research citadas por la APP.
Una investigación nacional entre cerca de 9,000 padres de niños en edad preescolar encontró que 
<b>solamente la mitad salía fuera a jugar o pasear diariamente con el padre o la madre</b>.
<b>Los preescolares ven 4,5 horas de televisión al día como media,</b> indican los pediatras. Esto a pesar de que numerosas investigaciones relacionan el consumo de televisión con una vida sedentaria y mayores riesgos de obesidad, entre otros problemas.
“El uso de medios como televisión, videojuegos, teléfonos móviles o tabletas está disminuyendo el tiempo de juego entre los niños. 
<b>Es preocupante que la inmersión en medios electrónicos capture el tiempo para el juego real, tanto dentro como fuera de casa</b>”, dijo el pediatra Jeffrey Hutchinson, coautor del informe.
Alicia Banderas, psicóloga española autora del libro 
<a href="http://www.aliciabanderas.es/libros/" target="_blank">Niños sobreestimulados </a>señala que en la etapa infantil (de 3 a 6 años) la tecnología es innecesaria. “A esas edades, 
<b>los niños aprenden a través de las sensaciones</b>. Cuando deslizan el dedo índice por la pantalla no se produce ningún aprendizaje”.
"Tu hijo va a ser más inteligente cuanto más juego libre tenga, cuanto más explore por sí mismo", dice Banderas. “Cuando estás frente a una pantalla, con gran estímulo visual, 
<b>terminas por perder el interés ante las cosas naturales, mucho más sutiles</b>. Para seguir teniendo interés necesitas cada vez más y más dosis de estimulación”.
El 
<b>aburrimiento</b>, sostiene Banderas, es algo que tiene que suceder: “Generas estrategias para salir de él, e imaginación. La creatividad surge porque eres capaz de generar soluciones alternativas a un problema”.
La AAP sostiene que
<b> facilitar el impulso natural del niño a jugar </b>contribuye en mayor medida al aprendizaje que las motivaciones externas como las notas.
“La próxima vez que tu hijo te diga que quiere jugar contigo, di que sí”, señala Yogman, coator del estudio.
<a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pieter_Bruegel_the_Elder_-_Children%E2%80%99s_Games_-_Google_Art_Project.jpg">Juegos de niños</a> es un cuadro de 1560 de Peter Bruegel que muestra niños de todas las edades (246, según los expertos) entretenidos con todo tipo de juegos. En el mismo cuadro pintado hoy, muchos niños seguramente aparecerían sentados frente a sus pantallas.
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La mejor manera de aprender no es en el aula sino el parque, según la Asociación Americana de Pediatría (APP), que difundió un comunicado hace unos días titulado El poder del juego: el papel de los pediatras para mejorar el desarrollo de los niños pequeños.
Imagen Sasha_Suzi/Getty Images/iStockphoto

Las habilidades sociales también se trabajan y fortalecen, ya que son necesarias para llevar cualquier proyecto a cabo. “Aprendimos cómo trabajar juntos”, añadió María. “Yo era nueva en la escuela así que no conocía a nadie, pude conocer gente nueva”. Además, les enseñan técnicas de respiración y meditación, conocidas como mindfulness en inglés, para aprender a modular sus emociones.

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María habló de cómo pudo conectar lo que aprendió sobre el sistema criminal en su proyecto como abogada de defensa con este nuevo proyecto sobre el sistema carcelario. Hacer conexiones entre proyectos y disciplinas es una habilidad esencial que también aprenden los estudiantes, ya que ese cruce de ideas ocurre naturalmente en la vida a diario.

Su maestra, Victoria Munguía, asiente y sonríe a su lado. Munguía es maestra de historia en Highland Park y se enfoca en enseñar a través de proyectos basados en la comunidad. Este año Munguía está guiando a María en una investigación sobre la ruta directa que se forma entre las escuelas y las prisiones en las comunidades hispanas y negras, el llamado ‘school to prison pipeline’, en inglés, enfocándose en California. María escogió el tema personalmente. Después de graduarse, ella quiere ser una oficial de libertad condicional.

“Los estudiantes al principio del año hacen un brainstorming (una lluvia de ideas) de todos los problemas que ven en la comunidad”, le explicó Munguía a Univision Noticias. “Y de los problemas que sugieren, escogemos cuáles son los que queremos aplicar para el semestre. Ellos empiezan a hacer el research (investigación), a hacer llamadas, a hacer contactos en la comunidad, mientras están aprendiendo sobre el problema que identificaron”.

Notas Relacionadas

Para los maestros este enfoque también es un reto. El apoyarse en el libro puede ser reconfortante tanto para estudiantes como maestros porque es algo seguro, pero no siempre dará los resultados que se buscan, o los más interesantes.

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“Lo que yo noto es que cuando los estudiantes pueden ver que todos estamos aprendiendo algo a la vez y que no hay una persona que tiene todas las respuestas, el tema y el aprendizaje es más interesante para todos”, dijo Munguía. “A veces hay un alumno que entiende algo mejor que yo y todos aprendemos de ese alumno, (eso) les da poder a los estudiantes porque ellos ven que tienen la capacidad de ser maestros y de dirigir su aprendizaje, de dirigir a los demás”.

Así, el aprendizaje más profundo ocurre cuando los estudiantes nuevos como María pueden tomar un proyecto y hacerlo suyo, conectarlo con su experiencia pasada y conectar con otros, y crear algo que no sabían que era posible.

“Ese es el enfoque y la meta del aprendizaje centrado en los estudiantes”, dijo Munguía. “Es la meta que tenemos de hacer a los estudiantes los maestros de su propio destino y de su educación”.

<b>Es activa y no pasiva</b>
<br>El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de 
<b>ser un guía</b> que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Surge a partir de los intereses del alumno</b>
<br>Una de las claves del éxito del 
<i>Deeper Learning</i> es seguir las pasiones del estudiante y crear proyectos interdisciplinarios que entusiasmen al chico, donde se conecten no solamente sus intereses sino que también 
<b>se fortalece su conexión con su comunidad. </b>Aquí los chicos no duermen en clase ni están obsesionados con encontrar maneras de faltar a clase.
<b>Aprenden a comunicarse</b>
<br>Este método se trata de crear conexiones genuinas con los demás. Los estudiantes aprenden y practican el escuchar activamente, escribir con claridad, y hacer presentaciones persuasivas.
<b>La colaboración es clave</b>
<br>Los estudiantes trabajan de la mano con sus compañeros, y para esto es necesario fomentar la empatía y la compasión. Ellos asumen posiciones de liderazgo, resuelven conflictos y manejan proyectos.
<b>Los conecta con sus comunidades</b>
<br>Los niños también aprenden de manera práctica: en pasantías que empiezan desde la secundaria. Allí, y en las aulas, crean conexiones interdisciplinarias donde se puede mezclar el arte con la matemática, la historia con la ciencia, o la física y el baile, por nombrar algunos.
<b>Enseña a pensar críticamente</b>
<br>Aprenden a cuestionar y a resolver problemas por sí mismos, a considerar una variedad de enfoques y caminos para producir soluciones innovadoras que se adapten a cada situación, tal como ellos deberán hacerlo en su futuro.
<b>Los niños descubren y aprenden a través de proyectos</b>
<br>Los alumnos escogen y dirigen sus propios proyectos (
<i>student-led projects</i>). En el ‘aprendizaje más profundo’ no se trata de impartir conocimientos como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de actuar como guía para ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Enseñan su trabajo en exhibiciones</b>
<br>Ningún aprendizaje está completo si no se puede compartir. Los niños comparten sus logros y aprendizajes con sus compañeros y con adultos expertos en su campo. La maestra Kelly Odonne de South Plantation High School en Florida nos explica: “Hacen presentaciones (en mi caso hacen experimentos) y demuestran sus pasos y lo que quieren aprender mientras están haciendo la investigación por internet, con los libros, con los maestros, para ir entendiendo cuáles son sus preguntas, sus curiosidades”.
<b>Los niños aprenden a aprender</b>
<br>El aprendizaje ocurre durante toda la vida, así que los chicos usan el 
<i>‘feedback’ </i>(retroalimentación) que les dan los maestros para monitorear y dirigir su propio aprendizaje, dentro y fuera del aula. Así, aprenden a reaccionar rápidamente a los resultados y adaptarse adecuadamente.
<b>Los chicos mantienen su propio rigor académico</b>
<br>Al ser parte de proyectos, ser líderes, colaborar y crear juntos, los estudiantes constantemente están fortaleciendo un sentido de pertenencia, confianza en sí mismos y así mantener viva la motivación para persistir en su trabajo escolar. 
<b>“Ya no es aburrido, ya los chicos no duermen en clase</b>”, dijo Odonne, maestra de ciencias y consejera de secundaria.
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Es activa y no pasiva
El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de ser un guía que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
Imagen Cliff Owen/AP
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