Este elemento clave en el aprendizaje falta en muchas escuelas: enseñar a aprender

La mayoría de las escuelas se enfocan en darle a los estudiantes el contenido, pero no muchos maestros enseñan cómo aprenderlo. De hecho, muchas estrategias que usan los chicos no son muy efectivas. Pero lo más importante, según expertos, es enseñar la actitud de que la inteligencia se entrena y las destrezas se construyen con constancia, como un músculo.

Juliana Jiménez
Por:
Juliana Jiménez.
Una maestra le enseña un concepto nuevo de matemáticas a un grupo de niños de tercer grado.
Una maestra le enseña un concepto nuevo de matemáticas a un grupo de niños de tercer grado.
Imagen Allison Shelley / The Verbatim Agency for American Education: Images of Teachers and Students in Action

En teoría, en las escuelas los niños descubren el universo y aprenden sobre sus misterios de la mano de un maestro experto. En la práctica, muchos niños se gradúan con huecos en su aprendizaje, aunque a todos los chicos se les haya impartido el material por igual.

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¿Por qué ocurre esto? Hay muchos factores en juego. Los expertos apuntan a que todos aprendemos de manera distinta y las escuelas muchas veces ofrecen una sola manera de absorber el material. Otro factor es que no les enseñamos a los niños cómo aprender y muchas veces ellos aprenden esta habilidad fundamental por su lado, no siempre con los mejores resultados.

“Muchos estudiantes dependen de estrategias como resaltar, releer y estudiar todo lo requerido a último momento”, escribió John Dunlosky, profesor y director del Departamento de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Kent State en Ohio en un reporte publicado por la Federación Americana de Maestros, el sindicato nacional de docentes.

“Estas estrategias no son tan efectivas” continuó el profesor, “especialmente si los estudiantes quieren retener lo que aprendieron y entendieron del contenido mucho después de que el examen termina”.

Según Dunlosky, los métodos más efectivos son: hacer exámenes de práctica; repasar el material por periodos cortos de tiempo varias noches antes del examen; y mezclar diferentes tipos de problemas o diferentes tipos de material en una misma sesión de estudio.

La meta de esta maestra hispana en Austin, Texas, es que sus estudiantes aprendan a tener fe en sus propias preguntas y que se conecten con la comunidad y con sus familias. “Ellos se convierten en los líderes de ese proceso, no es que ellos escojan todo, pero tienen oportunidades: sus preguntas me hacen entender dónde vamos a ir y de esa manera poder crear un proyecto”, dice.
Video Al enseñar a través de proyectos, esta escuela imparte una habilidad clave: la confianza en sí mismo


Pero muchos estudiantes pasan toda su carrera escolar sin enterarse de esto, cuando hubieran podido haber invertido su tiempo estudiando más inteligentemente.

“El énfasis está en qué deben aprender los estudiantes, mientras muy poco (si algo) del énfasis se pone en entrenar a los estudiantes sobre cómo deben aprender el contenido y sobre qué habilidades promueven un estudio eficiente y apoyan un aprendizaje robusto. Sin embargo, enseñarle a los estudiantes cómo aprender es tan importante como enseñarles el contenido, porque adquirir tanto las estrategias de aprendizaje correctas como conocimiento de contexto es importante --sino esencial-- para promover el tipo de aprendizaje que deja frutos por toda la vida”.

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Quizá lo más importante que pueden aprender los chicos sobre cómo aprender es la idea de que la inteligencia y el talento se construyen con constancia y disciplina, tal como un atleta construye músculos o un músico desarrolla sus destrezas practicando a diario.

Antes que nada, inculcar una mentalidad de crecimiento

La clave para el aprendizaje, desde niños hasta que somos adultos, es cultivar una mentalidad de crecimiento en vez de una mentalidad fija (conocido en inglés como growth mentality vs. fixed mentality), según explica la psicóloga de Stanford Carol Dweck en su libro Mentalidad: La Nueva Psicología del Éxito.

Una "mentalidad fija", encontró Dweck en sus investigaciones, asume que nacimos con una cantidad limitada de inteligencia y creatividad y que nuestro carácter, talento e integridad son estáticos. Bajo esta filosofía, los retos que encontramos confirman esa cantidad fija de características que poseemos, sea poca o bastante.

Una ‘mentalidad de crecimiento’, por otro lado, asume que el intelecto, creatividad y carácter se construyen y se entrenan, como un músculo. El fracaso no se ve como evidencia de falta de inteligencia, sino como un trampolín para el crecimiento y para ampliar las capacidades y fortalezas que ya se tienen. Así, los estudiantes prosperan ante los desafíos, porque se convierten en oportunidades para aprender más.

Esta filosofía es la que la maestra Nancy Reid imparte en su salón de clase. Reid enseña ciencia computacional en la secundaria Lincoln High School en San José, California. Allí es la coordinadora de los programas de STEM, o Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés.

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“Busco que los estudiantes traten diferentes grupos para probar cosas diferentes”, le dijo Reid a Univision Noticias. “Muchas veces los estudiantes no quieren probar cosas nuevas. (...) Es importante darles la oportunidad de probar, de tratar… Yo los guío, o cuando otros se sienten cómodos de buscar la información solos, lo hacen”.

Imagen PHUONG KAGAN

De esta manera, ya que todos los estudiantes aprenden de formas distintas, siempre habrá algo para todos. Maestras como Reid le dan la oportunidad a sus estudiantes de aprender en grupos, rotando diferentes tareas y habilidades, enseñando a otros compañeros, llevando la teoría a la práctica y presentando lo aprendido.

Aprender en grupo

Cuando los estudiantes de la clase de robótica de Reid trabajan en grupos pueden aprender muchas cosas a la vez, dijo la maestra. Aprenden a ser flexibles, aprenden “cómo colaborar, comunicarse y resolver problemas”, continuó, habilidades necesarias para triunfar en el mercado laboral del Siglo XXI.

Los grupos de estudio pueden ser una alternativa prometedora sobre todo para los hispanos, dado el enfoque de nuestra comunidad en la colaboración y la familia. Así, los estudiantes aprenden el material al tiempo que aprenden a apoyarse unos a otros.

“Los estudiantes que terminan primero son tutores para los que necesitan más tiempo. Eso refuerza su entendimiento, y los niños que necesitan más apoyo lo reciben de manera individual”, comentó Reid. Eso es útil sobre todo en escuelas con aulas sobrepobladas, que son muchas actualmente.

En el trabajo en grupo los chicos además pueden rotar tareas, lo cual vuelve al concepto de usar diferentes métodos de aprendizaje para diferentes personas. En la clase de Reid, mientras unos estudiantes se enfocan en diseño, otros se enfocan en robótica y otros en planear los proyectos. Pero todos pueden explorar y estirarse y llevar al límite sus capacidades, fuera de la zona de comfort, donde ocurre el verdadero aprendizaje.

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Manos a la obra

Otra manera muy eficaz de aprender es llevar la teoría a la práctica de manera personal.

“No es solo un worksheet y se acabó”, explica Reid, “ debe ser más realista, más en la práctica. En clase de matemáticas, dibujabamos y usábamos herramientas de geometría. Ellos usaban sus manos y creo que eso fue muy beneficioso”.


Reid mezclaba diferentes métodos de aprendizaje para sus niños, ya que ellos diseñaban y además construían modelos en tercera dimensión.

Aprender presentando

Para Reid, existe otro nivel de aprendizaje incluso más allá de construir algo con tus propias manos: explicar a otros lo que has aprendido.

Para los niños y adolescentes, en particular, es muy importante cómo los ven sus compañeros. Esto puede utilizarse como otra herramienta de aprendizaje al incorporar las presentaciones en clase.

“Ellos son rigurosos y esmerados”, cuenta Reid. “Quieren verse bien. Va más allá del hands-on: tienes que explicar lo que estás haciendo, eso es una habilidad para toda la vida, para la secundaria, la universidad y el trabajo. Esas son habilidades del Siglo XXI que se necesitan en todas las industrias”.

Para los chicos y chicas latinos, que no se ven representados en muchas industrias, sobre todo en las áreas STEM, cultivar la confianza de hablar en público sobre lo que saben es esencial. De esta manera, perpetúan un ciclo virtuoso, ya que otros estudiantes latinos oirán sus voces y se sentirán representados.

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“Es importante que sobre todo los latinos tengan oportunidades de tomarse el escenario y hablen y construyan su confianza en sí mismos”, concluyó Reid.

Aprender presentando y enseñando a otros cumple multiples funciones: refuerza lo aprendido, se comparte con otros y además refuerza la seguridad en sí mismo — para poder repetir el ciclo y así continuar aprendiendo y enseñando a otros.

<b>Es activa y no pasiva</b>
<br>El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de 
<b>ser un guía</b> que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Surge a partir de los intereses del alumno</b>
<br>Una de las claves del éxito del 
<i>Deeper Learning</i> es seguir las pasiones del estudiante y crear proyectos interdisciplinarios que entusiasmen al chico, donde se conecten no solamente sus intereses sino que también 
<b>se fortalece su conexión con su comunidad. </b>Aquí los chicos no duermen en clase ni están obsesionados con encontrar maneras de faltar a clase.
<b>Aprenden a comunicarse</b>
<br>Este método se trata de crear conexiones genuinas con los demás. Los estudiantes aprenden y practican el escuchar activamente, escribir con claridad, y hacer presentaciones persuasivas.
<b>La colaboración es clave</b>
<br>Los estudiantes trabajan de la mano con sus compañeros, y para esto es necesario fomentar la empatía y la compasión. Ellos asumen posiciones de liderazgo, resuelven conflictos y manejan proyectos.
<b>Los conecta con sus comunidades</b>
<br>Los niños también aprenden de manera práctica: en pasantías que empiezan desde la secundaria. Allí, y en las aulas, crean conexiones interdisciplinarias donde se puede mezclar el arte con la matemática, la historia con la ciencia, o la física y el baile, por nombrar algunos.
<b>Enseña a pensar críticamente</b>
<br>Aprenden a cuestionar y a resolver problemas por sí mismos, a considerar una variedad de enfoques y caminos para producir soluciones innovadoras que se adapten a cada situación, tal como ellos deberán hacerlo en su futuro.
<b>Los niños descubren y aprenden a través de proyectos</b>
<br>Los alumnos escogen y dirigen sus propios proyectos (
<i>student-led projects</i>). En el ‘aprendizaje más profundo’ no se trata de impartir conocimientos como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de actuar como guía para ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
<b>Enseñan su trabajo en exhibiciones</b>
<br>Ningún aprendizaje está completo si no se puede compartir. Los niños comparten sus logros y aprendizajes con sus compañeros y con adultos expertos en su campo. La maestra Kelly Odonne de South Plantation High School en Florida nos explica: “Hacen presentaciones (en mi caso hacen experimentos) y demuestran sus pasos y lo que quieren aprender mientras están haciendo la investigación por internet, con los libros, con los maestros, para ir entendiendo cuáles son sus preguntas, sus curiosidades”.
<b>Los niños aprenden a aprender</b>
<br>El aprendizaje ocurre durante toda la vida, así que los chicos usan el 
<i>‘feedback’ </i>(retroalimentación) que les dan los maestros para monitorear y dirigir su propio aprendizaje, dentro y fuera del aula. Así, aprenden a reaccionar rápidamente a los resultados y adaptarse adecuadamente.
<b>Los chicos mantienen su propio rigor académico</b>
<br>Al ser parte de proyectos, ser líderes, colaborar y crear juntos, los estudiantes constantemente están fortaleciendo un sentido de pertenencia, confianza en sí mismos y así mantener viva la motivación para persistir en su trabajo escolar. 
<b>“Ya no es aburrido, ya los chicos no duermen en clase</b>”, dijo Odonne, maestra de ciencias y consejera de secundaria.
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Es activa y no pasiva
El rol del maestro en el aprendizaje profundo no se trata de impartir conocimientos, como si los estudiantes fueran recipientes vacíos por rellenar, sino de ser un guía que ayuda al chico a alcanzar su máximo potencial.
Imagen Cliff Owen/AP
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