Cómo una escuela inventada por ICE afectó a 600 alumnos extranjeros, según demanda

La universidad ‘Farmington’ era en realidad una operación encubierta que detectó una supuesta red de personas que reclutaban inmigrantes indocumentados, a los que ofrecían visas de estudiantes. Pero algunos de ellos piden les devuelvan lo que pagaron para inscribirse a la falsa institución.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Este viernes el gobierno mexicano presentó a 2,225 oficiales de migración, Guardia Nacional y personal de salud que estarán ubicados cerca del río Suchiate para atender la crisis del coronavirus y evitar el cruce de personas indocumentadas a través de 22 puntos de la frontera con Guatemala. Los agentes están exigiendo documentos a quienes están aprovechando que el nivel del río está muy bajo para ingresar a México. Más información aquí.
Video México despliega a cientos de agentes en la frontera con Guatemala para frenar el cruce de migrantes

El Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) montó en 2013 un operativo encubierto jamás visto buscando atrapar sospechosos de fraude migratorio: creó una universidad falsa que ofrecía cursos de ciencia y tecnología para estudiantes extranjeros. La llamó ‘Farmington University’.

El plan de ICE llegó tan lejos que incluso algunos agentes se hicieron pasar por funcionarios del plantel, diseñó una página de internet, y elaboró un lema y un escudo para esa institución. Hasta el año 2019 la dependencia dio a conocer que se trató de una farsa y que ya había arrestado a unas 250 personas que supuestamente intentaron quedarse en el país con visas de estudiantes.

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Los fiscales federales acusaron de conspiración a ocho personas que presuntamente trabajaron como “reclutadores” de al menos 600 alumnos, la mayoría originarios de India y China. Varios retornaron voluntariamente a sus países, ya que perdieron su estatus migratorio después de que ‘Farmington University’ “cerró” sus puertas en abril de 2016.

Pero algunos no se quedaron de brazos cruzados y ahora encabezan una demanda colectiva presentada en una corte federal en septiembre de 2020 alegando que el operativo de ICE le costó “millones de dólares” a más de 500 estudiantes que se inscribieron en la ‘Farmington’ y jamás recibieron clases.

Reclamando que las visas estudiantiles fueron canceladas injustamente, la querella pide les devuelvan los pagos de matriculación a quienes pensaban era una institución legítima. Otro objetivo, señala, es evitar que ICE “intente atrapar estudiantes inocentes” en una operación encubierta similar.

Bajo la administración Trump y ahora con la de Biden, el Departamento de Justicia (DOJ) ha luchado legalmente para desestimar la demanda, subrayando que fue un operativo “para descubrir actividades ilegales” relacionadas con una red criminal dedicada al fraude migratorio.

“Perdí mi trabajo, perdí mis ingresos”

Tanto los fiscales, como los abogados de los estudiantes, se han anotado triunfos en las cortes.

Primero, en octubre de 2017, un juez de Nueva Jersey tumbó el caso argumentando que se presentó antes de que ICE pudiera tomar medidas para reembolsar a los estudiantes.

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Por su parte, los demandantes ganaron la siguiente batalla legal en agosto de 2019, cuando un panel del Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito, con sede en Filadelfia, determinó que el caso sí procedía.

Entonces, el magistrado Theodore McKee opinó que las revocaciones de visas podían impugnarse en los tribunales y criticó el “giro” que dio el gobierno sobre si los alumnos eran víctimas o defraudadores.

En respuesta al nuevo proceso legal, la Fiscalía federal sometió en febrero pasado una moción en la cual resalta que las acciones de ICE se realizaron para “exponer el fraude de visas de estudiantes”. En este caso, un juez no ha emitido un veredicto.

La postura del DOJ no ha cambiado durante el nuevo gobierno, a pesar de que la vicepresidenta Kamala Harris ha tachado a ese operativo de ICE de “cruel” y “un desperdicio de dinero de los contribuyentes”.

Harris incluso ha exigido que funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) “deben rendir cuentas por esto”. Lo expresó en un tuit en noviembre de 2019, cuando ocupaba una curul en el Senado.


Desde que asumió su nuevo cargo, Harris no se ha pronunciado sobre este asunto.

De acuerdo con la demanda, el sitio web de la ‘Farmington University’ afirmaba que estaba certificada por la Comisión de Acreditación de Universidades y Escuelas Profesionales, que tenía registro en el estado de Michigan y que era parte del programa para estudiantes extranjeros de ICE.

Uno de los supuestos afectados por la falsa universidad, le dijo a la cadena ABC que pensó era una escuela legítima y que hasta trató de transferirse a otra institución para recibir los cursos que había pagado. Lo único que recibió fue una carta del gobierno informando que su visa estudiantil había sido cancelada y le dio un plazo de una semana para irse de Estados Unidos.

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"Perdí mi trabajo, perdí mis ingresos, perdí mi plan de salud", contó al mismo medio.

En abril se realizará la audiencia para analizar la moción de la Fiscalía pidiendo eliminar este caso.

A las 5:00 am un equipo de 14 agentes migratorios se reúnen para dar los últimos detalles de la operación en el Valle de San Fernando.
Casi todos los oficiales de ICE en este equipo son de origen hispano.
Cinco indocumentados con antecedentes penales estaban en la lista negra de ICE.
Carlos, el primer objetivo de la operación, había sido vigilado por ICE durante unos días.
Como lo planeaban, el arresto ocurrió cuando el migrante salió a cargar su camioneta pick-up afuera de un complejo de apartamentos en Northridge.
Un oficial revisa los tatuajes en la espalda de Carlos, a quien identifican como integrante de la pandilla ‘Sureños’.
Según ICE, este sujeto ha sido convicto por manejar ebrio en dos ocasiones y por dos delitos menores relacionados con las drogas.
Un agente conversó con un pariente del detenido, quien afirmó que este trabajaba en la construcción.
Carlos dijo a Univision Noticias que le dolió que lo hayan arrestado frente a su familia.
El inmigrante mencionó que sus botas usadas eran prueba de que ahora se gana la vida honestamente.
Desde enero, la oficina de ICE en Los Ángeles, cuya jurisdicción abarca siete condados del sur de California, ha detenido a más de 2,200 inmigrantes.
Agentes rodearon una casa en el barrio Reseda, domicilio de su segundo objetivo aquella mañana.
Uno de los agentes de ICE tocó la puerta y exclamó “¡Policía!”, a pesar de que funcionarios locales han criticado esa práctica.
Llamar a la puerta ya no es la primera opción para aproximarse a sus objetivos, pues se corre el riesgo de una reacción violenta y muchos migrantes ya saben que no están obligados a abrirles.
Dos agentes montaron guardia afuera de la vivienda, mientras otros verificaban si el hombre que buscan había escapado a pie.
Después se enteraron que el sujeto abrió la puerta y pidió tiempo para ponerse una playera, pero salió corriendo por el patio trasero.
La huida desató una persecución a pie y en vehículos, que circularon a alta velocidad en el vecindario.
A unas cuadras de su casa, los agentes de ICE detuvieron al inmigrante.
El arrestado, Eduardo, es acusado por venta de droga, manejar ebrio dos veces, resistirse a un arresto y falsificación.
Este mexicano de 48 años había sido deportado en dos ocasiones.
Desde el inicio del año fiscal, el 1 de octubre, ICE ha detenido a más de 5,400 personas en el sur de California.
La agencia reconocó que el 10% de los inmigrantes detenidos no tenían antecedentes penales.
Uno de cada dos agentes de ICE que se encargan de capturar fugitivos en el sur de California es de origen hispano.
Los antecedentes penales de uno de los buscados por ICE aquella mañana.
David Marín, director de operaciones de ICE en Los Ángeles, es uno de los agentes hispanos.
El agente Marín habla con los oficiales de ICE al finalizar las detenciones ese día.
Los inmigrantes fueron trasladados a un centro de detención de ICE en Camarillo, en el condado de Ventura.
Otro mexicano detenido, Eduardo, también fue llevado al centro migratorio en Camarillo.
Revisión de los migrantes detenidos antes de ser procesados.
Carlos se quita las agujetas de sus botas antes de ser llevado a una celda.
Eduardo se quedó sin sus huaraches de correa.
Solo tres de los cinco objetivos de ICE ese día lograron ser detenidos.
Toma de huellas digitales de uno de los inmigrantes bajo custodia.
Eduardo dijo que regresaría a su natal Guerrero y que jamás volvería a Estados Unidos.
Carlos dijo que buscará regresar a este país, al cual llegó cuando era un niño.
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A las 5:00 am un equipo de 14 agentes migratorios se reúnen para dar los últimos detalles de la operación en el Valle de San Fernando.
Imagen Isaias Alvarado
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