La crianza de gallos que pelean hasta la muerte y cómo EEUU se convirtió en el principal exportador

Las investigaciones de una organización que defiende a los animales descubrieron que múltiples criadores de gallos en Estados Unidos están haciendo fortunas enviando cada año a miles de aves para que luchen a navajazos en países donde permiten ese tipo de torneos, como México y Filipinas.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
En el operativo más grande del país en contra del llamado deporte de sangre, miles de gallos de pelea fueron encontrados y rescatados por alguaciles del condado de Los Ángeles en una propiedad del Valle de Santa Clarita, en la comunidad de Valverde. También habían varios muertos.
Video Miles de gallos de pelea fueron confiscados en uno de los operativos más grandes en la historia de EEUU

Le llamaron ‘Operación Amanecer’ por el canto de los gallos cuando sale el Sol. La investigación se inició para encarcelar a organizadores de peleas de gallos clandestinas en Carolina del Sur y concluyó la noche del 22 de junio con una redada federal que interrumpió un evento que se realizaba en un rancho de Georgia.

Arrestaron a 178 personas (la gran mayoría hispanos) que pagaron para ver a los gallos revoloteando para clavarse unos a otros las navajas amarradas a sus patas. El público estaba en una pequeña tribuna frente a un ruedo, similar a los palenques mexicanos. Casi 800 aves fueron rescatadas y la Policía decomisó armas, drogas y decenas de miles de dólares que se apostaron allí, informó la Fiscalía federal.

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Operativos policiales como este ocurren regularmente en Estados Unidos, logrando destruir un ruedo en Virginia con capacidad para 5,000 espectadores y poner tras las rejas a cientos de infractores.

Una imagen colectada como evidencia en el arresto de 178 personas que acudieron a una pelea de gallos en Georgia en junio de 2020.
Una imagen colectada como evidencia en el arresto de 178 personas que acudieron a una pelea de gallos en Georgia en junio de 2020.
Imagen Departamento de Recursos Naturales de Georgia


Desde 2002, la ley federal prohíbe poseer y transportar gallos para que se maten entre sí. Los 50 estados también castigan a quienes organizan y acuden a esas sangrientas batallas. Louisiana lo penalizó en 2018 tras un acalorado debate y 172 años después de que lo hicieron Massachusetts y Delaware en 1836. Lo cierto es que dichas normas no lograron detener ese maltrato animal.

Siete investigaciones que en meses recientes realizó la organización Animal Wellness Action revelan que ahora el principal problema es la exportación masiva de aves criadas en múltiples granjas localizadas en estados del sur. Sus principales clientes están en México y Filipinas, donde ese tipo de torneos son parte del entretenimiento en las ferias populares.

También detectó que enviaron 9,000 gallos durante casi dos años (de noviembre de 2017 a septiembre de 2019) a la isla de Guam, un territorio estadounidense en donde se prohíben esos eventos desde diciembre pasado. Esta medida aprobada por el Congreso en 2018 también afectó a Puerto Rico, que llegó a tener alrededor de 100 arenas (se cree que aún siguen operando ilegalmente unas 50).

La investigación de Animal Wellness Action descubrió que criadores de Kentucky, Tennessee y Alabama figuran entre los principales exportadores de esas aves a México. Algunos presumieron en las redes sociales cómo han ganado trofeos y mucho dinero en competencias en el extranjero.

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El granjero Chris Copas, de Kentucky, publicó una foto en la Internet afirmando que este año ganó el segundo lugar en el World Slasher Cup de Filipinas, considerado el Mundial de las peleas de gallos.

Otros reconocieron en entrevistas con un medio asiático que se han llenado los bolsillos criando y vendiendo gallos que luchan hasta la muerte en arenas de varios países, incluyendo Centroamérica.

Es el caso de Jerry Adkins, dueño de la granja Slick Lizard Farms en Alabama, quien afirmó en abril en un video producido por el medio filipino BNTV que cada año enviaba unas 6,000 aves de pelea a distintos destinos, incluyendo 700 ejemplares que le mandaba a un solo comprador en México.

Los de mejor casta llegan a valer hasta 2,000 dólares. Si Adkins vendió a ese precio cada uno de sus ejemplares, estaría ganando hasta 12 millones de dólares cada año.

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Enviando gallos por correo

Se sospecha que los criadores estadounidenses hacen trato con clientes en por lo menos 25 países, la mayoría están en Latinoamérica y Asia. A sus compradores en México se los hacen llegar por paquetería y a través de intermediarios que los llevan en auto a cualquier estado. También hacen negocios con galleros en Guatemala, Honduras, Vietnam y Tailandia.

“Nuestra conclusión es que Estados Unidos se ha convertido en el principal criador de gallos de pelea del mundo”, dijo a Univision Noticias Wayne Pacelle, presidente del Animal Wellness Action, con sede en Washington DC.

“Se trata de un grupo criminal de traficantes internacionales de animales de pelea (…) Estamos hablando de cientos de millones de dólares generados por la venta de estos gallos. Así es como ganan dinero. No lo hacen apostando en las peleas, sino ganando las peleas y vendiendo las crías de los campeones hasta en 2,000 dólares cada una”, describió Pacelle.

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Los estados donde más crían gallos de pelea son Oklahoma, Alabama, Kentucky, California, Georgia, Hawái, Carolina del Norte y Texas. Allí operan alrededor de 500 granjas grandes, que se suman a miles de instalaciones pequeñas que operan en las sombras.

El reporte del Animal Wellness Action se enfocó en siete granjeros de Kentucky, quienes fueron entrevistados por el medio BNTV como parte de una “gira” por los lugares donde crecen los mejores gallos de combate en EEUU. También revisó sus redes sociales y las revistas especializadas en las que ellos han exhibido sus “logros” en las arenas y sus mejores cruzas.

Cody Boone, quien es propietario de la granja Boone Farms en Kentucky, mostró a BNTV el terreno donde sus gallos se desarrollan, atados a una estructura triangular bajo la cual duermen. “Vendemos una gran cantidad de crías a Filipinas (…) Muchos están ganando (…) Fuimos al World Slashes (…) Me la pasé muy bien”, declaró Boone a dicho medio.

Cody Boone, quien es propietario de una granja en Kentucky, aparece en esta foto con sus gallos dentro de cajas blancas antes de enviarlos a sus clientes.
Cody Boone, quien es propietario de una granja en Kentucky, aparece en esta foto con sus gallos dentro de cajas blancas antes de enviarlos a sus clientes.
Imagen Cortersía Animal Wellness Action


En una fotografía que Boone publicó en su cuenta de Facebook el 7 de marzo se le ve afuera de una oficina postal con varias cajas blancas que tienen la figura de una paloma. Estaba enviando sus aves.

“Gracias a todos los clientes nuevos y habituales no tengo más gallos para vender (…) Hemos enviado todas las semanas desde octubre, siendo nuestro envío más grande de 73 aves a la vez”, afirmó.

“Enviamos a todo el mundo, incluidos Hawaii, Guam, Honduras, Filipinas, Kansas, Colorado, California, Alabama, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia, Tennessee, Nuevo México, México y muchos más”, enumeró el granjero.

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Pacelle dice que Boone y otros están aprovechando un hueco legal que les permite mandar gallos a través del servicio postal y por paquetería. “La ley federal prohíbe cualquier envío interestatal, pero no es ilegal enviar animales por correo, lo cual es una locura”, reclamó el activista. “Los ponen en cajas sin comida ni agua y los envían a Guam, un viaje que a veces toma dos o tres días”, lamentó.

El polémico grupo de criadores de gallos

Ninguno de los granjeros mencionados en este reportaje (Jerry Adkins, Chris Copas y Cody Boone) respondieron a los mensajes enviados por Univision Noticias pidiendo un comentario.

Este medio también se comunicó con la Asociación de Criadores de Aves de Caza ( United Gamefowl Breeders Association, UGBA), que agrupa a varios granjeros del país, pero una representante dijo que posiblemente ninguno de sus dirigentes aceptaría ser entrevistado.

“Van a México a pelear porque allá no hay problema”, dijo ella refiriéndose a la prohibición en este país. Mencionó que algunos paneaban viajar allá en noviembre para participar en una competencia. También contó que un criador del área de Los Ángeles, en California, incluso había preferido mudarse al sureste de México para establecer su negocio de cría de gallos de pelea sin meterse en líos.

Varios otros miembros de la UGBA abordados directamente por este medio declinaron opinar. “Yo no peleo gallos, ni vendo ni crío con el propósito de que peleen. Es un delito grave hacerlo en Oregon”, respondió un hombre que en Facebook afirma ser dueño de una granja de gallos.

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El michoacano José Rodríguez Alcántara, identificado como uno de los criadores de gallos más grandes de Georgia, dijo al blog Gente de Gallos que sus ejemplares pelean en otros lugares, incluido México, a donde no hizo envíos durante 2019 “porque ya se puso más difícil por la Policía”, citó el medio.

Rodríguez Alcántara, de 51 años, habló sobre los cuidados que ofrece a sus crías para que ganen los “shows”. Contó que ha tenido gallos que vencieron hasta en 15 peleas. Relató que tras ganar 27,000 dólares en un torneo en 1995 pudo comprar el rancho de diez acres donde ahora tiene unos 1,000 gallos, que vende hasta en 1,500 dólares.

Este mexicano dijo que a pesar de las leyes estrictas aún hay torneos clandestinos en esa región, a los cuales acuden aficionados blancos e hispanos. Aseguró que dan una cuota de hasta 50 dólares a la UGBA “para pagar a los abogados que nos defienden”. Univision Noticias no pudo localizar a este granjero.

Pelea de gallos
Pelea de gallos
Imagen Anupam Nath/AP

“Te llevas hasta 20,000 dólares”

La ley prohíbe patrocinar, exhibir y asistir a peleas de animales, y se considera un delito grave llevar a un menor. Tampoco se permite comprar, vender y transportar gallos con ese fin; ni instrumentos usados en los combates, como garfios y navajas que se atan en las patas. Por cada uno de esos delitos un juez puede imponer un castigo de hasta cinco años de prisión y una multa de 250,000 dólares.

En años recientes, las autoridades realizaron redadas contra organizadores que tienen instalaciones para las peleas de gallos, como el llamado Big Blue Sportsman’s Club, que durante más de 30 años fue sede de ese tipo de competencias en Virginia. En 2017, los dos dueños del lugar se declararon culpables y fueron sentenciados a un año de libertad condicional. También aceptaron entregar 100,000 dólares y destruir su arena ilegal, que tenía una capacidad máxima de 5,000 espectadores.

En el ruedo Big Blue Sportsman’s Club de Virginia se realizaron peleas de gallos durante varios años.
En el ruedo Big Blue Sportsman’s Club de Virginia se realizaron peleas de gallos durante varios años.
Imagen Departamento de Justicia (DOJ)

El Sheriff de Los Ángeles, California, le dio otro duro golpe a esa actividad ilícita, liberando más de 7,000 aves de pelea en una propiedad ubicado en un cañón en el norte de ese condado. Su valor era de hasta 10.5 millones de dólares, por lo que se considera el operativo policial más grande en su tipo. Arrestaron a los cuidadores y decomisaron armas, drogas y artefactos usados en los torneos.

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Los ‘derbys’, como le dicen a una serie de batallas una sola noche, a menudo involucran otros delitos, como el tráfico de drogas y de armas. Algunas veces, los apostadores se han liado a balazos. Eso ocurrió el 19 de abril de 2012 en un rancho cerca de Edcouch, Texas, donde un hombre abrió fuego dejando a tres personas muertas y otras ocho heridas.

Un inmigrante mexicano que ha estado en algunas peleas clandestinas en California sospecha que algunos asistentes están involucrados en el crimen organizado. “Si llevas tus gallos y ganas tres peleas te llevas hasta 20,000 dólares”, dijo este hombre, cuyo nombre se omite por su seguridad.

Explicó que ha estado en eventos donde hubo hasta 15 peleas continuas en propiedades ubicadas en parajes solitarios de Riverside, a dos horas de manejo al este de Los Ángeles y una región en la cual la DEA ha detectado varias guaridas de los carteles del narcotráfico. Por entrar se cobra hasta 30 dólares y la típica apuesta por pelea es de unos 1,500 dólares, aunque no hay límite. Solo se maneja efectivo.

“Va mucha gente. Van gabachos (estadounidenses), negros, chinos, de todo”, aseguró.

Este hombre, quien se describe como un apasionado de los gallos “desde que me acuerdo”, contó que, a diferencia del ambiente festivo en los palenques mexicanos, en California se trata de ocultar lo que está pasando. “No hay banda de música, nada. No más se oye el ruido de los gallos cuando pelean”.

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