"Pagas o te deportan": extraditan a 4 peruanos que extorsionaban a hispanos amenazándolos con ICE

Los supuestos defraudadores llamaban desde Perú fingiendo ser abogados y funcionarios del gobierno estadounidense. Les advertían a sus víctimas que si no pagaban por deudas inexistentes los meterían a la cárcel o denunciarían con inmigración. "Aquellos que extorsionan por teléfono a los consumidores de EEUU no pueden escapar de la justicia al hacer sus llamadas desde el extranjero", advirtió la Fiscalía.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Los centros de detención serían utilizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, mejor conocido como ICE.
Los centros de detención serían utilizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, mejor conocido como ICE.
Imagen ICE

Cuatro peruanos acusados de usar un centro de llamadas para extorsionar a por lo menos 15 hispanos en Florida, cobrándoles deudas inexistentes bajo la amenaza de encarcelarlos o incluso denunciarlos para que los deportaran, fueron extraditados a Estados Unidos, informó el Departamento de Justicia (DOJ).

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Este esquema fraudulento estuvo ligado a la empresa Fonomundo, con oficinas en la ciudad de Miami, que ofrecía celulares de baja calidad y productos naturales a sus víctimas, la mayoría de las cuales eran ancianos, según la acusación interpuesta en el Distrito Sur de Florida de la Fiscalía federal.

Después de que los clientes compraban estos productos, los defraudadores les llamaban por Internet desde un call center en Perú fingiendo ser abogados y funcionarios del gobierno. Les advertían que si no pagaban una "tarifa de liquidación" los demandarían, meterían a la cárcel o denunciarían ante el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) para que los expulsaran del país.

Ese modus operandi también se usó desde otro centro de llamadas en Perú para robar a varios migrantes con otra estafa común: a quienes habían comprado un programa para aprender inglés. Uno de los distribuidores de estos delincuentes, ABC Latina, tenía oficinas en Miami; mientras que otras dos agencias asociadas estaban en California.

En el caso relacionado con la compañía Fonomundo, los fiscales alegan que los sospechosos obtuvieron los nombres y la información de inmigrantes de habla hispana que habían comprado productos de otras empresas. Usaban guiones para convencer a sus víctimas de que les tenían que pagar cuanto antes.

Les decían que eran representantes legales, funcionarios de empresas dedicadas al cobro de deudas y oficiales del "departamento legal" de un estado o ciudad estadounidense.

Los acusados hicieron amenazas relacionadas "con marcas negativas en sus historiales de crédito, la deportación y otras consecuencias migratorias, arresto y encarcelamiento, cuando las víctimas se opusieron a hacer pagos", de acuerdo con los documentos judiciales.

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Los peruanos que fueron extraditados son Jesús Gerardo Gutiérrez Rojas, de 37 años; María de Guadalupe y Alexandra Podesta Bengoa, de 38; Virgilio Ignacio Polo Davila, de 43; y Omar Alfredo Portocarrero Cáceres, de 39.

Las autoridades peruanas los arrestaron a fines de 2017 en respuesta a la acusación interpuesta en una corte federal en Miami el 6 de diciembre de 2016. Ellos permanecieron encarcelados en el país suramericano hasta su traslado a EEUU, que se aprobó el pasado 18 de enero.

Estuvieron detrás del fraude telefónico al menos entre enero de 2012 y julio de 2015, según el DOJ. Contra ellos pesan 43 cargos penales. No se ha revelado cuánto dinero robaron a sus víctimas.

"El Departamento de Justicia perseguirá a los delincuentes que atacan y extorsionan a los consumidores estadounidenses, donde quiera que estén", dijo Jody Hunt, vicefiscal de la División Civil de la Fiscalía, en un comunicado. "Aquellos que extorsionan por teléfono a los consumidores de EEUU no pueden escapar de la justicia al hacer sus llamadas desde el extranjero", advirtió.

Podesta, Polo y Portocarrero supuestamente administraban y operaban el centro telefónico en Perú, desde el cual extorsionaron a los ancianos en varios lugares de EEUU. Mientras que Gutiérrez era el gerente general de Fonomundo y también supervisaba lo que hacían sus cómplices en Suramérica.

Los fiscales federales argumentan que socios de esta banda que operaban en Miami se encargaban de recolectar los pagos y, a veces, enviaban paquetes a las víctimas.

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"Este es un recordatorio para nuestra comunidad de desconfiar de aquellas personas que amenazan con el encarcelamiento, un puntaje de crédito negativo o un cambio en el estatus migratorio", alertó Ariana Fajardo Orshan, fiscal del Distrito del Sur de Florida del DOJ.

Este caso también fue investigado por el Servicio de Inspección Postal, la Fiscalía del Sur de Florida, el Servicio de Seguridad Diplomática de EEUU y la Policía Nacional del Perú.

Esta furgoneta Dodge Grand Caravan del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) lleva a dos inmigrantes detenidos durante una deportación que realiza ICE en San Diego todas las tardes después de que acuden a una corte de inmigración. Almudena Toral/Univision Digital
El carro tiene rejas por dentro y cristales polarizados. Si uno no se fija en la matrícula, que dice DHS, luce como un auto cualquiera. Toma el desvío de la última salida de Estados Unidos y se dirige a la frontera entre San Diego (EEUU) y Tijuana (México). Almudena Toral/Univision Digital
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Al llegar al Instituto Nacional de Migración mexicano, los dos agentes de ICE que acompañan a los dos detenidos abren y cierran tres rejas para acceder a la antesala de la puerta directa con México. La primera verja da acceso a una zona aislada por donde se alejan de una carretera comercial, la segunda da paso a un camino de tierra desde donde se ve una bandera mexicana gigante de fondo, y la tercera, la que se observa en esta fotografía, da acceso a un cuadrilátero vallado por los cuatro lados que tiene una puerta compartida con México. Almudena Toral/Univision Digital
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Dos policías de ICE vigilan a los dos detenidos mientras esperan que los oficiales mexicanos abran la puerta por donde se realizará la deportación. Ambos detenidos llevan cadenas que los amarran desde su cintura y terminan con unas esposas en sus manos. La espera dura unos quince minutos. Almudena Toral/Univision Digital
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La sombra de un policía de ICE se proyecta en el piso del lugar. La frontera de San Diego-Tijuana es una de las dos que realiza más deportaciones. Tamaulipas y Tijuana reciben a 70% de los deportados desde Estados Unidos. Almudena Toral/Univision Digital 
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Uno de los agentes de ICE desencadena al primer inmigrante que será deportado. Posteriormente lo escolta hasta la puerta de entrada a México, donde un agente de migración mexicano le hará preguntas sobre su salud e identidad. Almudena Toral/Univision Digital
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Cuando el primer inmigrante ha cruzado la puerta hacia México, el agente de ICE desencadena al segundo inmigrante. Almudena Toral/Univision Digital 
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El agente federal de migración de México, vestido de marrón, los recibe y les hace varias preguntas a los inmigrantes antes de dejarlos entrar al país: su nombre, edad, estado de salud, si son mexicanos y de qué parte del país. Anota las respuestas en una carpeta. Almudena Toral/Univision Digital
El detenido cruza de Estados Unidos a México. En el Instituto Nacional de Migración mexicano les entregan un sobre con una “constancia de recepción de mexicanos repatriados” y una póliza de seguros, que les provee asistencia y medicinas por los tres años siguientes a su repatriación. Almudena Toral/Univision Digital 
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Los agentes de ICE se retiran cerrando todas las verjas y puertas a su paso. Almudena Toral/Univision Digital
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Los deportados aparecen por el puerto fronterizo El Chaparral en Tijuana, México. Llevan puesta la ropa con la que les detuvieron y, en la mayoría de los casos, ninguna otra pertenencia ni dinero. Al llegar aquí deben averiguar dónde están y cómo encontrar medio de transporte para reunirse con sus familias. Almudena Toral/Univision Digital
Uno de los deportados, Antonio Martínez-Arreguín, muestra su “constancia de recepción de mexicanos repatriados” cerca de El Chaparral, antes de emprender la caminata de horas para intentar llegar a casa de un primo. La constancia le sirve, hasta que pueda tramitar sus documentos, para identificarse como ciudadano de México. No tiene dinero, teléfono ni documentos. Almudena Toral/Univision Digital
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Antonio Martínez-Arreguín, recién deportado, camina en Tijuana. “Ha cambiado mucho… 
<br> Acá hay un puente, se me hace…”, dice. Deambula intentando orientarse: “¡Aquí antes había un McDonalds!”. Para llegar a casa de su primo cruzará una autopista y un río. Tras un mes recuperándose y ahorrando algo de dinero en México, piensa cruzar de nuevo a Estados Unidos. Allí está parte de su familia –y puede ganar $1,000 por semana en vez de $60. Almudena Toral/Univision Digital
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Esta furgoneta Dodge Grand Caravan del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) lleva a dos inmigrantes detenidos durante una deportación que realiza ICE en San Diego todas las tardes después de que acuden a una corte de inmigración. Almudena Toral/Univision Digital
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