El juicio del enfermero que "inyectó aire a sus pacientes" para verlos morir

William George Davis enfrenta un proceso penal por la muerte de cuatro personas que se recuperaban en un hospital de Texas, pero inexplicablemente tuvieron síntomas similares a una embolia y fallecieron. La investigación descubrió que este trabajador de la salud les introdujo aire a sus sistemas circulatorios.

Por:
Univision
El sujeto compareció en un juzgado de Alemania este martes y confesó que administraba medicamentos contraindicados a sus pacientes.
Video Exenfermero de Alemania admite que mató a unos 100 pacientes "por aburrimiento"

Donna Thedford narró este martes al jurado en una corte de Texas la última conversación que tuvo con su esposo Chris Greenaway, quien se recuperaba de una cirugía en un hospital de Tyler. “Dijo que se sentía muy bien, que le dolía, pero que era normal”, relató ella, según informa el canal KLTV. “Te veré mañana por la mañana”, le prometió ella. Pero su marido falleció misteriosamente al día siguiente.

Greenaway es uno de los cuatro pacientes presuntamente asesinados por el enfermero William George Davis, de 37 años. La Fiscalía afirma que les inyectó aire en las arterias mientras estos esperaban ser dados de alta tras someterse a cirugías cardíacas en el centro médico Christus Trinity Mother Frances.

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El testimonio de Thedford se escuchó después de los argumentos iniciales de los fiscales y de la defensa en el inicio de un juicio que podría durar dos meses. El enfermero se ha declarado inocente. El gobierno, por su parte, considera la opción de pedirle al juez que lo condene a cadena perpetua o a muerte.

El enfermero William George Davis al ser detenido en abril de 2018.
El enfermero William George Davis al ser detenido en abril de 2018.
Imagen AP

“Resulta que un hospital es el lugar perfecto para que un asesino en serie se esconda”, dijo este martes en la corte el fiscal del condado de Smith, Jacob Putman, de acuerdo con KLTV.

El funcionario describió al jurado cómo Davis supuestamente se las ingenió para asesinar a estos pacientes. “De 2017 a 2018, entró en los cuartos de varios pacientes sin que nadie mirara, sin que nadie lo supiera, e inyectó aire en sus arterias para matarlos”, detalló Putman, según el mismo medio.

En su intervención en el tribunal, el abogado defensor de Davis, Phillip Hayes, reiteró que su cliente no es el responsable de esos fallecimientos. "Lo que pasa con las embolias es que no son infrecuentes en un entorno hospitalario", declaró Hayes, informó el canal ya mencionado.

“El problema de estar en la unidad cardiovascular de cuidados intensivos es que ellos estaban muy enfermos. No te someten a una cirugía de corazón cuando estás muy saludable. Estas personas tenían enfermedades”, agregó Hayes.

El modus operandi en el hospital

Este miércoles se reanudó el juicio. Ya testificaron Robert Campbell, quien trabaja en el departamento de informática de cardiología del hospital donde ocurrieron las muertes; y Elizabeth Melon, directora de recursos humanos del mismo centro médico.

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El acusado trabajó en el hospital Christus Mother Frances durante cinco años y fue despedido el 15 de febrero de 2018, unos días después de que sus superiores lo denunciaron a la policía. De 2011 a 2013, este enfermero estuvo en la nómina del centro médico Christus Good Shepherd en Longview, donde hasta ahora las autoridades no han encontrado posibles víctimas.

Su licencia profesional fue suspendida en marzo de 2018 por la Junta de Enfermería de Texas, afirmando que este hombre ingresó a los cuartos de al menos tres pacientes y “realizó una intervención” que los mató o lesionó gravemente.

Davis fue arrestado el 10 de abril de 2018 y desde entonces permanece en la cárcel del condado de Smith, porque no ha podido pagar una fianza de casi nueve millones de dólares.

Una de las presuntas víctimas, Chris Greenaway, tenía 47 años y se había sometido a una cirugía exitosa, pero inexplicablemente su salud fue empeorando. Desarrolló coágulos en el cerebro, bloqueando su flujo sanguíneo hasta alcanzar síntomas similares a los de una embolia. Al ser revisado en una tomografía computarizada se descubrió que su espacio arterial tenía “mucho” aire. Murió en agosto de 2017.

Otro paciente que pasó por algo similar es Joseph Kalina, de 58 años. Él perdió la vida el 25 de enero de 2018. En su caso, las autoridades pudieron analizar un video de seguridad en el que se observa a Davis entrar en su cuarto. Más tarde se le ve en el pasillo del hospital mientras las enfermeras corrían para ayudar a Kalina, señala la acusación.

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Fue el mismo modus operandi que Davis usó para matar a John Lafferty y Ronald Clark, afirman los fiscales.

El asesino serial Ted Bundy, un día antes de ser ejecutado en la silla eléctrica en Florida, el 23 de enero de 1989. Las autoridades lograron confirmar 
<a href="https://www.univision.com/noticias/asesinatos/en-fotos-la-mirada-de-los-asesinos-mas-crueles-del-ultimo-siglo-fotos">36 asesinatos cometidos por Bundy en los estados de Washington, Utah, Colorado y Florida, entre 1974 y 1979</a>.
Las víctimas de Bundy eran mujeres universitarias y madres jóvenes. Con algunas de ellas había entrado en confianza gracias a su personalidad extrovertida. Su método de agresión casi siempre consistía en golpear a sus víctimas con objetos contundentes en la cabeza, después de agredirlas sexualmente. La fotografía es de Margaret Bowman, una estudiante de la Universidad de Florida que asesinó en 1977.
Bundy comenzó su ola de asesinatos a principios de 1974 en el estado de Washington, cuando tenía 27 años. Allí cursó estudios de Psicología y Derecho y durante mucho tiempo logró burlar a las autoridades por su capacidad para ocultar su verdadera identidad. En la imagen, el asesino sonríe con una mujer de su equipo de defensa mientras era juzgado en Miami, en 1979.
Varias mujeres desaparecieron en el año 1974 en los alrededores de la ciudad de Seattle y en julio de ese año Bundy se mudó a Midvale, Utah, a unas 700 millas al sureste, para continuar su rutina violenta. El auto donde Bundy cometió varios de sus crímenes, un Volkswagen escarabajo, fue vendido en una subasta por 925 dólares y permaneció hasta 1997 en un estacionamiento de Salt Lake City.
Una víctimas logró zafarse del ataque y describió a Bundy a las autoridades. Su auto Volkswagen fue reconocido por testigos. La policía de Utah logró las primeras conexiones entre los asesinatos en su estado y los cometidos en Washington y lograron un primer retrato hablado del asesino. La fotografía fue tomada durante la búsqueda de Sue Curtis, quien desapareció el verano de 1975 en Utah. Bundy confesó que había cometido este crimen una hora antes de su ejecución el 24 de enero de 1989.
A principios de 1975 los asesinatos de Bundy comenzaron a suceder alrededor de Aspen, Colorado, unas 500 millas al este. Cerca de una decena de mujeres jóvenes desaparecieron o fueron encontradas muertas despues de ser violadas. La fotografía muestra a Bundy dirigiéndose al jurado en una corte de Miami, en 1979.
Bundy fue por primera vez reconocido en el retrato hablado por una exnovia de sus tiempos de Seattle y por algunas de sus víctimas de Colorado que sobrevivieron o se escaparon antes de ser asesinadas. En agosto de 1975 su Volkswagen fue reconocido. En el auto hallaron algunas evidencias que lo vincularon con los crímenes: una palanca de metal, esposas y cinta adhesiva. La fotografía es de Bundy bajo arresto en Aspen, Colorado, en junio 1977.
A principios de 1976 comenzó un juicio contra Bundy en Utah, cuando él tenía 29 años. Logró escaparse de la biblioteca de la prisión y eludió a las autoridades durante seis días. El juicio continuó, una de las sobrevivientes lo identificó y fue condenado por secuestro agravado. La imagen es de un cartel del FBI que describe a Bundy como “educado universitario, entusiasta del ejercicio físico”. El criminal se escapó otra vez de la cárcel al año siguiente.
Las evidencias encontradas en su Volkswagen revelaron a los investigadores que Bundy también había asesinado a por lo menos dos mujeres y la policía de Colorado levantó contra él cargos por asesinato a finales de 1976. El segundo escape, en enero de 1977, fue por el techo de la prisión. Bundy se mudó de estado de nuevo, sus próximos crímenes los cometería en Florida. En la fotografía se observa a policías y perros seguir el rastro del criminal luego de su segundo escape en Aspen, Colorado.
Bundy atacó a varias mujeres de la fraternidad Chi Omega de la Universidad de Florida, en Tallahassee. Las víctimas sufrieron el mismo patrón de las agresiones de Colorado y Utah. Una de las jóvenes murió, pero al menos dos sobrevivientes pudieron dar pistas del atacante.
En Tallahassee Bundy agredió a otra mujer, que también sobrevivió a pesar de las fracturas que le produjo en su cráneo, y en febrero de 1978 secuestró, violó y asesinó Kimberly Leach, una niña de 12 años de Lake City, Florida (en la fotografía). Su cuerpo fue encontrado ocho semanas después.
Después de este crimen Bundy regresó a su apartamento en Tallahassee, tomó sus pertenencias y escapó en un auto robado. Fue atrapado en Pensacola, al sureste de Florida, cuando las autoridades reconocieron el auto. Esta fotografía de Bundy fue tomada en 1979.
En junio de 1979 fue juzgado por los crímenes de la Universidad de Florida en Tallahassee en un tribunal de Miami. El juicio tuvo gran impacto en la opinión pública y calificaron a Bundy como uno de los asesinos más despiadados del país. En la fotografía un experto de la policía de Florida muestra una ropa interior de mujer como evidencia en el juicio, en julio de 1979.
Bundy ejerció como su propio abogado en algunas fases del juicio. El testimonio de Nit Jane Neary (en la fotografía), sobreviviente del ataque a las universitarias de la hermandad Chi Omega en la Universidad de Florida, fue clave en la acusación.
Los odontólogos forenses demostraron que las marcas de mordidas encontradas en los cuerpos de las víctimas pertenecían a Bundy. En la imagen el Dr Lowell J Levine, uno de los expertos en odontología, explica sus hallazgos al jurado.
La madre de Bundy, Maria Luisa Bundy, también fue llamada a testificar en la corte de Miami. La mujer lloró durante su presentación ante el jurado donde pidió clemencia para su hijo.
En julio de 1979 el jurado lo declaró culpable y el juez Edward Cowart lo condenó a la silla eléctrica. Cuando ya esperaba por el cumplimiento de la sentencia, el estado de Florida decidió juzgarlo por el asesinato de Kimberly Leach, la niña de 12 años de Lake City. La imagen es una de las evidencias del juicio, el cuerpo sin vida de una de las estudiantes de la Universidad de Florida.
Como su propio abogado, Bundy trató de retrasar la ejecución lo más posible y logró dilatar la pena de muerte, incluso a minutos de su ejecución: reveló los lugares donde se encontraban algunos de los cuerpos de sus víctimas y solicitó una prórroga para confesar otros asesinatos, algunos de los cuales no eran ciertos. La imagen es de una de las entrevistas que ofreció antes de la ejecución.
Finalmente fue electrocutado el 24 de enero de 1989. En la fotografía se observa el momento en que su cuerpo sin vida es transportado por las autoridades en Gainesville, Florida.
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El asesino serial Ted Bundy, un día antes de ser ejecutado en la silla eléctrica en Florida, el 23 de enero de 1989. Las autoridades lograron confirmar 36 asesinatos cometidos por Bundy en los estados de Washington, Utah, Colorado y Florida, entre 1974 y 1979.
Imagen Mark Foley/Ap
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