Pence suaviza las afirmaciones de Trump sobre amaño electoral y afirma que ambos aceptarán los resultados

El candidato republicano lanzó este fin de semana varios tuits en los que cuestiona la transparencia del proceso electoral, pero su propio compañero en la fórmula republicana recalcó en un programa de NBC que ambos "absolutamente" admitirán "la voluntad del pueblo estadounidense" el 8 de noviembre.

Por:
Univision
Tras la difusión de polémicas grabaciones del magnate republicano y acusaciones de diversas mujeres de abuso a manos de Donald Trump, éste ha comenzado a esparcir el rumor de una supuesta conspiración por parte de Hillary Clinton.
Video Donald Trump denuncia supuesto fraude electoral

El candidato republicano a vicepresidente Mike Pence dijo que él y Donald Trump "absolutamente" aceptarán el resultado de las elecciones y "la voluntad del pueblo estadounidense" el 8 de noviembre.

Trump ha sembrado entre sus electores la duda de que el proceso electoral en Estados Unidos pudiese estar amañado y conducir a su eventual derrota frente a su competidora demócrata Hillary Clinton.

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El exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, uno de los principales asesores de la campaña de Trump, también se ha hecho eco de las insinuaciones del candidato republicano al decir esta misma semana: "tendría que ser idiota para pensar que en algunas ciudades las elecciones no serán amañadas en favor del partido demócrata".

En un programa con la CNN, Giulani aseguró: "La gente muerta suele votar más por los demócratas que por los republicanos" y acusó al partido demócrata de pagarle "a gente para votar en nombre de esa gente muerta cuatro, cinco, seis, siete, ocho" veces.

Pero Pence, entrevistado en el programa "Meet the Press" de la NBC, marcó distancia de esas declaraciones al afirmar que en el país es tradición "la transferencia pacífica del poder".

El gobernador de Indiana, no obstante, aseguró que "las elecciones siempre son bastante rudas" y que prevé que así será hasta el día mismo de la votación, indicó el sitio Politico.

Pese a que el candidato republicano no ha presentado ninguna prueba sobre las afirmaciones de que las elecciones puedan estar amañadas, una parte considerable del electorado estadounidense está creyendo sus palabras.


A juzgar por estos datos, las revelaciones de varias mujeres que supuestamente fueron víctimas de acoso sexual por parte de Trump no han hecho mella en el apoyo de sus simpatizantes.

Trump ha acusado a la campaña de Clinton, en componenda con los grandes medios de comunicación, de estar detrás de una supuesta campaña para desacreditarlo.

Pence admitió en el programa televisivo que en las últimas semanas de la campaña "vamos a esforzarnos al máximo contra todas las dificultades".

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En su rol de traductor político de las expresiones polémicas de Trump, el candidato republicano a vicepresidente también acusó a la prensa de ser "evidentemente parcial" y es por eso, dice, que Trump habla de "una elección amañada".


Paul Ryan también recibe la ira de Trump

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, fue uno de los que expresó el sábado su discrepancia con el cuestionamiento de Trump a la transparencia del sistema electoral.

"Nuestra democracia depende de la confianza en los resultados electorales, y (Paul Ryan) está completamente seguro de que los estados van a celebrar la elecciones con integridad", señaló su portavoz, AshLee Strong.

Este domingo por la tarde, Trump no dudó en arremeter contra el dirigente republicano. "Los demócratas tienen una maquinaria política corrupta que promociona a la sinvergüenza de Clinton. Nosotros tenemos a Paul Ryan, ¡siempre combatiendo al candidato republicano!".

"Paul Ryan, un hombre que no sabe cómo ganar (incluso fracasó hace cuatro años), debe empezar a concentrarse en el presupuesto, en los militares, en los veteranos, etc.".


La afirmación de amaño hecho por Trump —planteada sin evidencia— socava la esencia de la democracia estadounidense, la idea de que las elecciones del país son tanto libres como justas, con el derrotado pacíficamente abriéndole el paso al vencedor. Sus repetidas aseveraciones están generando sospechas entre sus más apasionados seguidores, lo que aumenta la posibilidad de que millones de personas no acepten los resultados del 8 de noviembre en caso que Trump no gane.

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Las responsabilidades del magnate de Nueva York en tal situación son mínimas. Trump no tiene un cargo público y ha dicho que él simplemente regresará a su "muy buen estilo de vida" si pierde.

En vez de eso, sería la demócrata Hillary Clinton y los congresistas republicanos —en caso de que ganen— quienes tendrían que tratar de gobernar un país dividido no sólo por la ideología, sino además por la legitimidad de la presidencia.

Mientras la campaña de Trump transita de crisis en crisis, el candidato republicano sigue propagando sus acusaciones sin fundamentos de que Clinton, sus partidarios y los medios están conspirando para robarse la elección.

Ha acusado a Clinton de reunirse con potencias financieras mundiales para "tramar la destrucción de la soberanía de Estados Unidos" y argumenta que a su contrincante ni siquiera se le debería haber permitido buscar la presidencia.

"Hillary Clinton debió ser enjuiciada y debería estar en prisión", escribió Trump el sábado por la mañana en su cuenta de Twitter. "En vez de eso, ella contiende por la presidencia en lo que parece ser una elección amañada".

Trump se refiere al uso de Clinton de un sistema de correo electrónico privado mientras fungía como secretaria de Estado. Los republicanos (y algunos demócratas) han criticado duramente su decisión, pero el FBI no recomendó que alguien enfrente cargos penales por su uso de una cuenta personal de correo electrónico en un servidor personal.

Trump sólo ha ofrecido afirmaciones muy generales sobre un posible fraude electoral y en su queja de que las mujeres que recientemente han sostenido que él las abordó sexualmente son parte de un esfuerzo para manchar su campaña.


"Es una gran mentira, es un gran amaño", afirmó Trump en un acto de campaña el viernes en North Carolina. "Y lo único que digo es que ojalá, ojalá que nuestro movimiento patriota supere esta terrible decepción".

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¿Cala la denuncia en su electorado?

El 41% del electorado comparte que le "robarán" a Donald Trump las elecciones de noviembre, según una encuesta de Politico. La idea está particularmente implantada entre los electores republicanos: un 73% considera que efectivamente un fraude electoral podría ser posible en contra del mangante, una posibilidad que entre los demócratas solo tiene el apoyo del 17%.

Las más recientes encuestas muestran que Clinton sigue a la cabeza de las preferencias electorales, pero todavía a poca distancia. Un sondeo del diario The Washington Post y ABC indican que la candidata demócrata tiene una ventaja sobre su contendor republicano de 47% a 43% entre los votantes potenciales.

Durante un acto de campaña el martes con el compañero de fórmula de Trump, Mike Pence, una electora se dijo profundamente preocupada sobre el fraude electoral y prometió estar "lista para una revolución" si Clinton gana.

"No diga eso", respondió Pence, rechazando el lamento de la mujer.

No existe evidencia de que un fraude electoral sea un problema generalizado en Estados Unidos. Un estudio de un profesor de la Facultad de Derecho Loyola reveló que de 1,000 millones de votos emitidos en todas las elecciones estadounidenses entre 2000 y 2014, sólo hubo 31 casos conocidos de fraude por suplantación de personalidad.

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