La CIA lleva años recopilando información de estadounidenses en programas secretos de vigilancia masiva, según dos senadores

En una carta del pasado abril a la CIA y la Inteligencia Nacional, dos senadores demócratas muestran preocupación por lo que califican como "serios problemas asociados a investigaciones secretas y sin órdenes judiciales de estadounidenses" por parte de la agencia.

Por:
Univision
La entidad afirma que la información, obtenida cuando el aparato está prendido o apagado, se envía a un servidor encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
Video La CIA espía y graba conversaciones a través de televisores Samsung con internet, según WikiLeaks

Durante años, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha llevado a cabo en secreto y sin reportar al Congreso programas de vigilancia masiva que incluyen la recopilación de datos sobre ciudadanos estadounidenses.

Eso afirman en una carta enviada a la propia agencia los senadores demócratas y miembros del Comité de Inteligencia del Senado Martin Heinrich y Ron Wyden, de Nuevo México y Oregón.

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La CIA "condujo en secreto su propio programa masivo (...) completamente fuera del marco legal que el Congreso y el público creen que rigen este tipo de búsquedas", alegan los senadores en la carta, enviada el 13 de abril de 2021 pero desclasificada este jueves.

En la comunicación, dirigida a la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, y al director de la CIA, William Burns, los senadores muestran preocupación por lo que califican como "serios problemas asociados a investigaciones secretas y sin órdenes judiciales a estadounidenses".

Se trata sobre todo de información sobre ciudadanos estadounidenses recopilada incidentalmente a partir de programas de vigilancia de inteligencia extranjera.

Los programas de la CIA y la privacidad de los estadounidenses

La Junta de Supervisión de Privacidad y Libertades Civiles entregó al Congreso en 2021 dos informes sobre el impacto de dos programas de la CIA en la privacidad y las libertades civiles de los estadounidenses, y si estos violaron alguna ley o política existente, reportó CNN.

En su carta, los senadores denunciaron que "la naturaleza y el alcance total de la colección de la CIA se ocultaron" al Comité de Inteligencia, y pidieron más transparencia y que los materiales se hicieran públicos.

La CIA finalmente publicó uno de ellos, sobre el manejo de la recopilación de datos por financiamiento del terrorismo, pero se negó a publicar el segundo, alegando que "debe permanecer clasificado en su totalidad para proteger los métodos comerciales confidenciales y las fuentes operativas".


A pesar de ello, la CIA publicó las recomendaciones que hizo la junta de supervisión de ese segundo informe confidencial, pero la naturaleza del programa, el tipo de datos que recogen o el número de registros de estadounidenses siguen estando clasificados.

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"Esta vigilancia se lleva a cabo sin ninguna aprobación judicial y con pocas, si es que alguna, garantías impuestas por el Congreso para proteger nuestras libertades civiles", dijo en un comunicado en Twitter la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).

"Estos informes plantean serias dudas sobre qué información nuestra la CIA está extrayendo a gran escala y cómo la agencia explota esa información para espiar a los estadounidenses. Esta invasión de nuestra privacidad debe detenerse", añadió la organización.


Por su parte, Kristi Scott, oficial de privacidad y libertades civiles de la CIA, dijo en un comunicado que la agencia "reconoce y se toma muy en serio la obligación de respetar la privacidad y las libertades civiles de los estadounidenses".

Scott aseguró que la agencia lleva a cabo sus actividades, incluida la recolección de información, de acuerdo con la normativa legal vigente. “La CIA está comprometida con la transparencia de acuerdo con nuestra obligación de proteger las fuentes y los métodos de inteligencia”, añadió Scott.

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Un operativo de cuatro días en el que colaboraron agencias policiacas de Estados Unidos y México concluyó a mediados de mayo de 2019 con el arresto de 19 personas y el desmantelamiento de un campamento clandestino supuestamente usado para espiar los movimientos de la Patrulla Fronteriza en el oeste de Nogales, en el estado de Arizona.
Agentes de la Policía Federal de México realizaron una redada en ese sitio, instalado en lo alto de una montaña en Sonora, al cual llegaron a bordo de un helicóptero. Mientras que oficiales estadounidenses colaboraron al otro lado de la frontera con patrullas, una aeronave y equipo de vigilancia.
En medio de esa operación, los agentes fronterizos detuvieron a 19 presuntos traficantes de personas, incluyendo a seis hondureños que estaban “ligados a organizaciones criminales”, informó la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP).
Al tiempo, la Policía Federal mexicana destruyó un sembradío de amapola cerca de la frontera. Se cree que el mismo grupo delictivo lo utilizaba para la producción de opioides, con el fin de transportarlo de contrabando hacia EEUU.
Elementos de la CBP detectaron a principios de abril a presuntos espías de un cartel de la droga que opera en la zona limítrofe entre México y Arizona. Se trata de nueve mexicanos que tenían avanzados dispositivos de vigilancia: paneles solares, radios, telescopios y binoculares de alto alcance. Se colocaron en un lugar estratégico cerca de Camp Grip para observar los movimientos de los oficiales y enviar información a los transportistas del cartel.
Estos vigilantes a los que también llaman ‘punteros’, suelen colocarse en las cimas de montañas, se esconden entre piedras y matorrales, y llegan hasta lugares donde los agentes solo pueden atraparlos descendiendo en cuerdas desde helicópteros.
Las autoridades alegan que estos delincuentes están en estrecha comunicación con pistoleros del cartel, como los que aparecen en esta imagen tomada por una cámara de vigilancia cerca del poblado de Ajo, en Arizona. En un video se observa cómo cinco hombres, de los cuales dos portaban rifles de asalto, acompañan a una mujer centroamericana y a su hijo hasta ese sector de la frontera.
Entre abril y octubre de 2014, un operativo de la Patrulla Fronteriza en el sector Tucson, Arizona, concluyó con el arresto de 24 vigilantes y el decomiso de 6,500 libras de narcóticos. Usaron aeronaves para verlos en los cerros.
En sus campamentos clandestinos, las autoridades han encontrado suministros de alimentos que les permitieron quedarse allí durante varias semanas, así como artículos para acampar y armas de fuego. Por eso, la agencia los considera “uno de los elementos más peligrosos” en su labor.
En esta imagen se observan un par de binoculares, un radio de comunicación y objetos religiosos que agentes fronterizos en el sector Tucson les han decomisado a los ‘punteros’ y transportistas de droga a lo largo de los años.
Estos vigías también suelen usar ropa de tipo militar, artículos para camuflarse en el desierto y hasta falsos uniformes de la Patrulla Fronteriza, como el que se observa en esta fotografía.
Las actividades de estos vigías de los carteles fueron mencionadas en diciembre por la jefa de la Patrulla Fronteriza, Carol L. Provost, en su testimonio ante un comité del Senado. Dijo que tales acciones son útiles para lograr los movimientos de sustancias ilícitas y de indocumentados.
“Los vigilantes se ocultan tanto en terrenos remotos y accidentados, como en comunidades urbanas, observando e informando sobre las actividades de las agencias del orden”, advirtió Provost, quien señaló que estos grupos han logrado interceptar las comunicaciones de esa dependencia.
“Las organizaciones transnacionales de droga despliegan a estos vigías, utilizan métodos de comunicación resistentes y de alta tecnología”, agregó la funcionaria.
Los métodos para el tráfico de drogas y de personas también se han sofisticado: los narcos están usando drones, como el que se observa en esta imagen capturada por una cámara de vigilancia en El Paso, Texas, a mediados de abril de 2019. El aparato se internó a EEUU y regresó a México cuatro veces. Luego, un grupo de 10 indocumentados cruzó la frontera por el mismo camino que siguió la aeronave.
A la par de las detenciones de migrantes cada vez más numerosas, la droga y el dinero de los carteles no deja de fluir por áreas desérticas, de acuerdo con las autoridades.
En el año fiscal 2018, los oficiales migratorios incautaron más de 7 millones de dólares en efectivo que trataban de llegar a México; así como más de 7,000 libras de cocaína y de heroína, y más de 450,000 libras de marihuana.
En la imagen el agente fronterizo Eduardo Olmos observa hacia la colonia Libertad de Tijuana, un punto desde el cual coyotes y narcos vigilan a menudo a los oficiales de esa dependencia federal.
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Un operativo de cuatro días en el que colaboraron agencias policiacas de Estados Unidos y México concluyó a mediados de mayo de 2019 con el arresto de 19 personas y el desmantelamiento de un campamento clandestino supuestamente usado para espiar los movimientos de la Patrulla Fronteriza en el oeste de Nogales, en el estado de Arizona.
Imagen Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP)
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