De regreso al sur: el retorno de los migrantes de la caravana que no aguantan y se ven obligados a volver a su país

Las pésimas condiciones del campamento donde se instaló la caravana migrante en Tijuana, el uso de gases lacrimógenos en la frontera, la época de Navidad que se avecina y una larga espera pidiendo asilo ha provocado que cada vez más centroamericanos acepten volver a sus países.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
Casi 200 migrantes decidieron regresar a sus países tras los disturbios del pasado fin de semana en la frontera entre Tijuana y San Diego. Ellos creían que iba a ser mas fácil solicitar asilo en EEUU y ahora lo ven como algo imposible. También hay quienes están optando por solicitar refugio para quedarse en México.
Video "No nos van a dejar pasar": migrante de la caravana que decidió regresar a su país

TIJUANA, Baja California.– Un duro viaje de 42 días en el lomo de 'El Diablo', la nueva ruta de tren que toman los migrantes en su camino hacia Estados Unidos, padeciendo hambre y frío en albergues de la frontera, finalmente terminó para el hondureño Melvin Villanueva. Su 'sueño americano' se acabó al subirse la mañana de este miércoles a una furgoneta que se estacionó frente al improvisado campamento que ya alberga a más de 6,000 inmigrantes de la caravana de centroamericanos en un centro deportivo de Tijuana.

La época de Navidad que se avecina doblegó a Melvin. Dice que soportó las pésimas condiciones en las que ahora se encuentra la unidad deportiva Benito Juárez, que alcanzó su máxima capacidad entre enfermedades, sanitarios portátiles desbordados y un enorme charco de agua sucia que crece cada vez que alguien se ducha. Pero lo que lo hizo decidir regresar fue el deseo de pasar con los suyos las fiestas de fin de año.

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"Me voy derrotado porque no hay nada de ayuda. Hay que esperar seis meses para que te den asilo. Tienes que aguantar hambre y frío aquí", dice con tristeza este hombre de 30 años antes de abordar un vehículo con tres filas de asientos del Instituto Nacional de Inmigración (INM), la agencia mexicana equivalente al Servicio estadounidense de Inmigración y Aduanas (ICE).

"Toda esta gente no aguantará y regresará a su país", pronostica con un poco de pesimismo este centroamericano viendo por última vez el lugar que le dio cobijo durante dos semanas. Deja atrás recuerdos no tan buenos y sufrimiento. Cuando salió de su país no pensaba que la pasaría tan mal en México, ni que EEUU le cerraría la puerta colocando alambres de púas y militares. "Yo quería trabajar y salir adelante", cuenta.

"No se pudo, pero cuando salga otra oportunidad volvemos", prometió.


A las 9:57 am cerraron las puertas del vehículo del INM que se llevó a Melvin y a ocho hombres más. Se fueron bromeando sobre el final de su periplo. "¡Vaaaamonoosss!", gritó un funcionario migratorio para ordenarle al chofer del auto iniciar su marcha.

No hay cifras precisas sobre la cantidad de personas que han decidido retornar a sus comunidades de origen, pero se sabe que aún son más los que siguen llegando a Tijuana. Este lunes, las autoridades reportaron el regreso de 105 centroamericanos, quienes fueron transportados en un avión de la Policía Federal hasta el aeropuerto de la Ciudad de México, para desde ahí continuar su viaje en autobuses. Al mismo tiempo, unos 150 migrantes arribaron a la unidad deportiva Benito Juárez provenientes de Mexicali, la última estación del tren apodado 'El Diablo'.

"No se pudo", lamentan

Luis Pavón también decidió ponerle fin a un recorrido que inició en San Pedro Sula hace más de un mes. Él se unió a la caravana migrante pensando en que "iba a tener otra vida para mí y para mi familia en Estados Unidos". Pero este miércoles ese anhelo se acabó con la frase "no se pudo" que repiten los que ya se van. "Yo no pensaba que iba a estar tan duro", dice este hombre de 30 años que viste una gorra que dice 'Tamaulipas' y una sudadera percudida que ya tiene varios rotos.

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Recostado en una ambulancia, Luis cuenta que en su país dejó a su esposa y dos hijos de 3 y 2 años. Quería traérselos una vez que lograra establecerse en Virginia, donde lo esperaban sus amigos. Pero ese plan fracasó. Hace dos días en su cabeza comenzó a hacer ruido el "ya vente" que le decían todos sus familiares cada vez que hablaba con ellos por teléfono.

Se austaron aún más cuando vieron en las noticias las imágenes de madres y niños en pañales escapando de las bombas de gases lacrimógenos en la frontera este domingo. "Me decían que me regresara, que aquí andan secuestrando y golpeando", mencionó.

"Están bien feas las cosas, está bien cabrón. El presidente Donald Trump no resuelve nada. Y en el albergue casi no hay agua, la comida se está agotando. También está brotando un virus. Me voy para no complicarme la vida", justifica su partida.

Luis, quien en su país se ganaba la vida vendiendo mariscos en la calle, asegura que no puede regresar a su comunidad por las amenazas que recibió de pandilleros. No da detalles. Solo comparte que es un asunto "delicado" y por eso implora que no se le tomen fotos en las que salga su rostro. Quienes lo sentenciaron a muerte lo pueden reconocer y cumplir su venganza, advierte. "Voy a otro lugar de Honduras, porque me pueden matar", afirma.

Un miembro de la pandilla MS-13 observa a una patrulla de la policía que pasa frente a su casa en San Pedro Sula, el 29 de septiembre de 2018.
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/en-fotos-asi-nacieron-y-echaron-raices-las-pandillas-centroamericanas-en-estados-unidos-fotos"> Las pandillas centroamericanas se formaron a mediados de los años 80 principalmente en Los Ángeles</a>. Fueron fundadas por inmigrantes centroamericanos, la mayoría salvadoreños, que huyeron de su país en guerra y se instalaron en barrios californianos llenos de pobreza, crimen y tráfico de drogas.
Estas fotografías pueden herir su sensibilidad.
La escena de un asesinato de dos hombres por pandillas en San Pedro Sula, Honduras, el 21 de noviembre de 2018. Impulsados por la violencia y las malas condiciones económicas, en esta ciudad se reunieron los migrantes que salieron en caravana el 13 de octubre de 2018 hacia EEUU. Ahora más de 5,000 personas esperan en refugios su oportunidad de pedir asilo en el puerto de entrada estadounidense entre Tijuana y San Diego.
Catherine Ramos, de 15 años, fue herida en un tiroteo entre las pandillas MS-13 y Barrio-18 en San Pedro Sula, y desde entonces está en una silla de ruedas. Hasta hace poco esta ciudad era la más violenta del mundo. Según un informe publicado por la 
<a href="https://es.insightcrime.org/noticias/analisis/balance-de-insight-crime-sobre-homicidios-en-latinoamerica-en-2017/">organización InSight Crime</a> el saldo anual de muertes violentas en Honduras bajó 26%, de 5,150 en 2016 a 3,791 en 2017. La fotografía fue tomada el 21 de noviembre de 2018
Honduras tiene el costo más alto por canasta básica de alimentos de toda América Latina, mayor al salario mínimo, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/melvin-gomez-murio-en-la-caravana-esta-es-la-historia-que-hizo-que-el-y-miles-de-migrantes-huyan-de-honduras">que equivale a unos 300 o 400 dólares mensuales (según el sector), pero al que solo tiene acceso alrededor del 20% de la población.</a> En la fotografía del 2 de octubre de 2018, un miembro de la pandilla Barrio-18 muestra el dinero recaudado de la extorsión en su vecindario en San Pedro Sula.
Para muchos de los que han decidido irse caminando hasta la frontera entre México y EEUU no fue la amenaza constante de violencia lo que los impulsó a migrar, sino la falta de oportunidades económicas. En la fotografía un miembro de la pandilla MS-13 armado muestra varios paquetes de marihuana en San Pedro Sula. 21 de noviembre de 2018.
El Consejo Nacional Anticorrupción de Honduras estima que alrededor de 1,000 millones de dólares, casi 10% del gasto público, se pierden anualmente a causa de la corrupción. En la fotografía un miembro de la pandilla Barrio-18 armado en su casa de San Pedro Sula, el 20 de septiembre de 2018.
Los costos de la vivienda y la energía se han disparado durante el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández, quien hace tres años tomó medidas para privatizar el sistema energético nacional. En la fotografía, tomada el 21 de noviembre de 2018, un miembro de la pandilla MS-13 muestra varios paquetes de cocaína que trafica en San Pedro Sula.
Un policía arresta a un sospechoso de pertenecer a una pandilla frente a una estación de policía de San Pedro Sula, el 21 de noviembre de 2018. En Honduras aproximadamente el 54% de la población tiene 24 años o menos.
El gobierno de George W. Bush comenzó una política de deportaciones masivas como consecuencia del incremento de la violencia en el estado de California y más de 20,000 criminales regresaron a Centroamérica entre 2000 y 2004. En la fotografía los restos de un hombre asesinado por una pandilla en San Pedro Sula. 27 de septiembre de 2018.
Un joven miembro de la pandilla Barrio-18 armado en San Pedro Sula, el 21 de noviembre de 2018. En noviembre de 2017, Orlando Hernández ganó su segundo mandato como presidente en medio de acusaciones de fraude y pese a una estricta prohibición constitucional contra la reelección.
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Un miembro de la pandilla MS-13 observa a una patrulla de la policía que pasa frente a su casa en San Pedro Sula, el 29 de septiembre de 2018. Las pandillas centroamericanas se formaron a mediados de los años 80 principalmente en Los Ángeles. Fueron fundadas por inmigrantes centroamericanos, la mayoría salvadoreños, que huyeron de su país en guerra y se instalaron en barrios californianos llenos de pobreza, crimen y tráfico de drogas.
Imagen GORAN TOMASEVIC/Reuters

Un albergue a punto de colapsar

Decir que el campamento al que sigue llegando la caravana migrante está en pésimas condiciones suena como un eufemismo. Desde hace varios días se volvió un foco de infección y la Secretaría de Salud de Baja California ya lo confirmó esta semana: el hacinamiento al aire libre ha provocado enfermedades respiratorias, piojos y alergias en la piel a varias personas que están ahí. Para no contagiarse, la mayoría de los empleados municipales y policías usan cubrebocas.

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La dependencia señala que ha brindado más de 2,200 consultas médicas en el sitio, incluyendo la atención a 34 mujeres embarazadas.

"Imagínate tener a más de 6,000 personas en un solo lugar. Es imposible. Se hace lo humanamente posible", dijo a Univision Noticias, César Palencia Chávez, director de Atención al Migrante del ayuntamiento de Tijuana.

La situación se ha vuelto tan crítica, que los trabajadores del municipio han aceptado donar jornadas laborales para que la situación no se salga de control en este enorme refugio, dijo el funcionario.

"Ninguna ciudad del mundo está preparada para esto", mencionó Palencia Chávez, quien fue entrevistado entre cientos de carpas que instalaron los migrantes para protegerse de las frías noches tijuanenses. El ayuntamiento calcula que cada día debe desembolsar unos 25,000 dólares para mantener en pie este sitio que está a punto de colapsar.

"No se podría sostener esto quizás durante tres o seis meses más. Es muy incierto", advierte el director.

Los que se quedan en Tijuana

A pesar de estas duras condiciones, la gran mayoría prefiere aguantar lo más que pueda, incluso cuando han dejado de pensar en pedir asilo a EEUU. Uno de ellos es Cristopher Zepeda, un hondureño de 22 años que este miércoles comenzó a tramitar un permiso para trabajar legalmente en México.

"Me gustaría trabajar de jardinero o de albañil, eso hacía yo en mi país", contó. Según él, quienes se quedan esperando lo que les dan militares y organizaciones civiles, terminan "aguantando hambre".

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Cristopher lleva seis días sin bañarse, solo tiene el pantalón vaquero y el suéter que trae puestos. Las suelas de los tenis que lo acompañan desde que se unió a la caravana hace más de un mes han cedido. "Ya no sirven", dice mientras levanta su calzado para mostrar las amplias aberturas y los agujeros.

Este hondureño relata que huyó de su país un tanto por la violencia, pero también por la falta de oportunidades. Tijuana, dice él, se ha vuelto su nuevo lugar ideal. Ahora sueña con ganar un sueldo y alquilar un apartamento para alejarse de su dura realidad. "Hay muchas personas que están pidiendo asilo y eso es esperar mucho tiempo. Yo no quiero estancarme", advierte.

El mismo plan tiene José García, un salvadoreño de 44 años, quien ya comenzó el trámite para obtener un documento que le permita trabajar en México. El problema es que le falta entregar unas fotografías y no tiene los 150 pesos para obtenerlas. "Me gusta Tijuana porque hay trabajo, aquí es donde pienso hacer algo", dice.

Los conocimientos que obtuvo cocinando en un restaurante de comida mexicana en Los Ángeles, California, los piensa aplicar en este lado de la frontera. "No me muero de hambre. Yo vine a trabajar", insiste.

"Este lugar no es para pasar Navidad"

El guatemalteco Alexander Orellana, de 24 años, aguantó 15 días en el campamento y asegura que se habría quedado más tiempo ahí, pero no pudo con la soledad. "Me voy por mi familia. Prefiero pasar con ellos este fin de año. De mi parte hubiera seguido, pero ellos me pidieron que regrese", señala.

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Cuando se le pregunta cómo habría sido pasar una Navidad en la unidad deportiva Benito Juárez, el joven de inmediato hace una mueca: "Este lugar no es para pasar Navidad".

Alexander menciona que se va "feliz" y que su viaje hasta la frontera fue ligero: no tuvo que caminar porque usó autobuses, taxis y pidió aventones en las carreteras. "Todo perfecto", asegura sobre el trayecto. "Pero mi familia a diario me pide que me vaya, yo he sido el terco que no se quiere ir".

Él tiene cinco hijos, de entre 2 meses y 8 años. Su plan es pasar la cena navideña en casa de su madre en Honduras y después irse a Chiapas, donde ha vivido los últimos años. Por ellos se vino al norte. "Quería llegar a Estados Unidos, tener un empleo, mandarle dinero a mi familia, pero no se pudo".

Promete volver a buscar el 'sueño americano' a partir del 5 de enero. Ya hizo trato con un coyote. No quiere unirse a otra caravana, para no volver a quedar varado con una multitud en la frontera. "Estoy anotado en todas las listas, también en la que pide asilo, pero no hay nada", lamenta.

Antes de salir por última vez del campamento de migrantes, Alexander entregó la colchoneta y la cobija que le dieron en el camino a la primera persona que vio. "Se las regalé a una niña", dice.

El migrante Luis Acosta lleva al pequeño Ángel Jesús, de 5 años, por las aguas del río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y el sur de México. Muchos de los migrantes centroamericanos de la caravana que salió desde San Pedro Sula, Honduras, el 13 de octubre, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/imagenes-del-caos-durante-el-paso-de-la-caravana-de-migrantes-de-guatemala-a-mexico-fotos">decidieron entrar a México cruzando el río</a>. 8 de noviembre de 2018.
Los pequeños López, de 4 años; Nicole, de 3 y Estelle, de 4, en una carretera cerca de Matías Romero, Oaxaca, México.
<a href="https://www.univision.com/noticias/indocumentados/diario-de-la-caravana-migrantes-presionan-por-el-asilo-mientras-trump-amenaza-con-cerrar-la-frontera-con-mexico"> La caravana que salió de Honduras a principios de octubre es solo una de varias oleadas</a> de migrantes que han decidido viajar en caravana para no depender de los coyotes. 1 de noviembre de 2018.
Los gemelos migrantes Justin Mauricio y Justin Duan, de 7 años, descansan en la carretera cerca de Tapanatepec, México. Según los números oficiales de EEUU, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/la-nueva-cara-de-la-ola-migratoria-menos-personas-solas-mas-ninos-no-acompanados-y-mas-familias-aisladas-o-en-caravana">solo en octubre de 2018 fueron aprehendidos en la frontera sur más de 23,000 centroamericanos que venían en grupos familiares</a>. Esto sería el triple de la estimación más alta que se ha hecho del tamaño de la caravana que salió de honduras el 13 de octubre. 28 de octubre de 2018.
Jonathan Rodríguez, de 7 años, en un campamento improvisado por los migrantes en Matías Romero, en México. 9 de noviembre de 2018. En el año fiscal 2018 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/la-nueva-cara-de-la-ola-migratoria-menos-personas-solas-mas-ninos-no-acompanados-y-mas-familias-aisladas-o-en-caravana">el número de aprehensiones realizadas por la Patrulla Fronteriza</a> en la frontera entre México y Estados Unidos llegó a 396,579 personas.
El hondureño Elías López, de 3 años, juega entre los escudos de la policía antidisturbios de México, en el puente fronterizo sobre el río Suchiate, entre Guatemala y México.
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/imagenes-del-caos-durante-el-paso-de-la-caravana-de-migrantes-de-guatemala-a-mexico-fotos"> En este punto las autoridades mexicanas y los migrantes han protagonizado intensos y violentos enfrentamientos</a>. 22 de noviembre de 2018.
Cuando la caravana que salió de Honduras el 13 de octubre llegó al puente del río Suchiate 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/imagenes-del-caos-durante-el-paso-de-la-caravana-de-migrantes-de-guatemala-a-mexico-fotos">fueron repelidos con gases lacrimógenos</a>. En esta fotografía uno de los viajantes centroamericanos protege entre sus brazos a uno de los niños migrantes. 8 de noviembre de 2018.
Los hondureños Alejandra Solórzano y Kevin Novoa caminan con su hija Alejandra, de 4 años, cerca de Juchitán, Oaxaca, México. Alejandra se ató a su hija con un trozo de tela para evitar que se pierda entre la multitud. 1 de noviembre de 2018.
La hondureña Glenda Escobar y su pequeño hijo Adonai descansan en la carretera mientras otros siguen caminando entre Pijijiapan y Mapastepec, México. Los casi 400,000 migrantes aprehendidos en 2018 por autoridades de EEUU en la frontera representan un aumento cercano al 30% respecto a 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/la-nueva-cara-de-la-ola-migratoria-menos-personas-solas-mas-ninos-no-acompanados-y-mas-familias-aisladas-o-en-caravana">las aprehensiones realizadas en el año 2017</a>. 25 de octubre de 2018.
Varios niños centroamericanos a su paso por la Ciudad de México. 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/exhaustos-pero-esperanzados-la-caravana-migrante-llega-a-la-ciudad-de-mexico-fotos-fotos">En este punto los viajantes se reagrupan y deciden el camino a seguir según el punto de la frontera con EEUU que quieran alcanzar</a>. 8 de noviembre de 2018.
El hondureño de 37 años Óscar Martínez lleva en hombros a su hijo Dilan, de 3 años, por una carretera cerca de Tapachula, México. "Estoy viajando con toda mi familia, mis tres hijos y mi esposa. Vamos a Estados Unidos en busca de un futuro mejor para nuestros hijos", expresó Martínez. 31 de octubre de 2018.
Los hermanos hondureños Jenni, de 5 años; Irvin, de 6 y Alexander, de 3, en el área de carga de un camión entre cerca de Pijijiapan, México. 26 de octubre de 2018.
La pequeña Belinda Izabel en los hombros de su padre, Rosendo Noviega, de Guatemala, cerca de Santiago Niltepec, México. 30 de octubre de 2018.
Una niña carga una muñeca y sus otras pertenencias en el camino a Mapastepec desde Huixtla, México, al amanecer del 24 de octubre de 2018.
Dos niños migrantes en un campamento improvisado en Juchitán, México. Jeh johnsons, ex secretario del Departamento de Seguridad Nacional, afirmó en 2016 que el número de adultos mexicanos intentando cruzar la frontera sin autorización había caído radicalmente, “pero más familias y menores no acompañados están huyendo de la pobreza y la violencia en Centroamérica”. En 2014, por primera vez, el número de centroamericanos aprehendidos en la frontera sur superó al de mexicanos. 31 de octubre de 2018.
Un grupo de niños migrantes fueron entretenidos por un mago en un refugio donde se resguardaron junto a sus familiares en Guadalajara, México.12 de noviembre de 2018.
Chelsy Montserrat Maldonado, hondureña de 4 años, llevaba un vestido con los colores de la bandera de EEUU cuando se refugió con su familia en un campamento improvisado de Tapanatepec, México. 28 de octubre de 2018.
Eddie, de un año de edad, descansa con su padre, Julio García Márquez, en Tapanatepec, México. Provenientes de Guatemala, García contó que su esposa fue asesinada hace cinco meses y por eso viajó a buscar una vida mejor en los Estados Unidos. 27 de octubre de 2018.
Una niña migrante duerme en el suelo mientras sus familiares y otros viajantes preparan un campamento para pasar la noche en un motel abandonado en Matías Romero. 1 de noviembre de 2018 .
Decenas de niños migrantes permanecen en un albergue instalado en la Unidad Deportiva Benito Juárez al norte de Tijuana. 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/sin-espacio-y-en-condiciones-precarias-asi-estan-los-migrantes-en-los-refugios-de-tijuana-fotos-fotos">Las autoridades han advertido que ese refugio está sobrepasado y las condiciones sanitarias están comprometidas</a>. 19 de noviembre de 2018.
El albergue instalado en la Unidad Deportiva Benito Juárez al norte de Tijuana colinda con la valla fronteriza. 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/aumenta-la-presion-sobre-tijuana-y-mexicali-con-la-llegada-de-migrantes-centroamericanos-fotos-fotos">Las autoridades calculan que alrededor de 10,000 migrantes de las últimas oleadas</a> pasarán semanas antes de lograr una entrevista con las autoridades de EEUU para solicitar asilo. 20 de noviembre de 2018.
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El migrante Luis Acosta lleva al pequeño Ángel Jesús, de 5 años, por las aguas del río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y el sur de México. Muchos de los migrantes centroamericanos de la caravana que salió desde San Pedro Sula, Honduras, el 13 de octubre, decidieron entrar a México cruzando el río. 8 de noviembre de 2018.
Imagen ADREES LATIF/Reuters
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