¿Es cierto que al gobierno de Trump se le perdieron 1,500 niños de la frontera?

El proceso de asilo de los menores no acompañados detenidos en la frontera con México a partir de 2014 se encuentra bajo la lupa de Trump. El presidente quiere que el Congreso cambie la ley para acelerar sus deportaciones.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Justin Tullius, director ejecutivo de la organización Raíces, responsabilizó al gobierno por la situación de 1,475 menores que supuestamente fueron entregados a familias cuidadoras tras presentarse solos en la frontera con México.
Video "¿Dónde están mis niños?", la pregunta que se hacen padres de menores indocumentados perdidos

La denuncia de la desaparición de unos 1,500 menores no acompañados que llegaron a Estados Unidos en busca de asilo creó más confusión respecto a cómo el gobierno de Donald Trump maneja estos casos que generaron una crisis en 2014. Univision Noticias salió en busca de respuestas para esclarecer qué sucedió con ellos.

¿Es cierto que al gobierno de Trump se le perdieron casi 1,500 niños migrantes que llegaron indocumentados a Estados Unidos y fueron entregados en custodia a algún familiar o responsable?

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No se perdieron, sino que el gobierno perdió el rastro de ellos.

¿Por qué el gobierno de Trump perdió la pista de estos menores?

Eric Hargan, subsecretario del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS), dependencia encargada de cuidar a estos menores mientras son procesados por las cortes de inmigración, aclaró que los menores no están “desaparecidos”.

Según el funcionario, tras ser aprehendidos en la frontera los menores fueron entregados a esa dependencia y posteriormente a sus padres, familiares o personas responsables de su atención, quienes se comprometieron cuando los recibieron a continuar sus casos de deportación y/o asilo.

En todos los casos, a las personas que recibieron a estos menores les fue investigado su récord criminal. Pero cuando el gobierno trató de contactar a los responsables de esos menores a través de la Oficina de Refugiados y Reasentamiento (ORR) “simplemente no respondieron (el teléfono) o no pudieron ser contactados”.


¿Para qué los llamaron?

El gobierno dice que la ORR, que es parte del Departamento de Salud, comenzó en 2016 a realizar llamadas voluntarias 30 días después de liberar a los menores para asegurarse de que ellos y sus patrocinadores no requirieran servicios adicionales.

Este paso no es obligatorio ni se hizo anteriormente, dice el comunicado de Hargan, pero “ahora se utiliza para confundir y difundir información errónea” respecto al paradero de estos niños.

¿Cuántos menores han sido entregados en custodia a padres o familiares en los últimos meses?

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En el primer semestre del año fiscal 2018 (octubre 1 de 2017 a marzo 31 de 2018) el ORR entregó en custodia 16,220 menores. Durante el año fiscal 2017 el número ascendió a 42,497 y en 2016 a 52,147.

¿Dónde están los menores?

No se sabe. El gobierno dice que la razón principal para explicar la “desaparición” de estos menores es el hecho de que algunos de los adultos que se responsabilizaron de ellos son indocumentados y no quieren que las autoridades federales los contacten.


¿Hay alguna diferencia entre lo que hizo Obama y lo que hace Trump respecto a quién le entrega a un menor no acompañado?

Sí. Bajo el gobierno de Obama, el Departamento de Seguridad Nacional(DHS)garantizó a los padres de estos menores (conocidos en la jerga migratoria como UAC, por sus siglas en inglés) que podían reclamarlos sin riesgo a ser detenidos por su estatus legal.

Bajo Trump, el criterio es otro. Desde que se instaló en la Casa Blanca, el presidente decretó que la presencia indocumentada es una falta a la seguridad pública y nacional. Hargan señala que “este es el núcleo del problema”. “En muchos casos, el Departamento de Salud ha entregado los menores que llegaron al país a padres o familiares indocumentados que ayudaron a organizar su ingreso ilegal a Estados Unidos”. Esto, según él, empeora la crisis inmediata y crea un incentivo perverso para una mayor violación de la ley federal de inmigración.

¿Por qué entonces siguen entregando a los menores?

El gobierno de Trump no tiene los recursos suficientes para mantenerlos en custodia (dado que el Congreso no le ha aprobado los fondos para poner en vigor su política fronteriza), y según el acuerdo judicial Flores versus Meese, de 1997, no puede privar de libertad a menores de edad.

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A su vez, la ley protección a las víctimas de tráfico humano de 2008, conocida como TVPRA, estipula que los menores no acompañados que proceden de países no fronterizos con Estados Unidos deben ser procesados y un juez de inmigración debe resolver su futuro en el país.

Debido al atasco en las cortes de inmigración y los 484 días en promedio de espera para la primera cita en el tribunal, el gobierno busca alternativas al manejo del elevado número de menores que llegan al país, y una de ellas es entregar a los menores a familiares con el compromiso de que continúen sus casos de inmigración.


¿Cómo pretende el gobierno garantizar que ningún menor desaparezca dentro del sistema?

El Departamento de Salud pide más espacios para retener y procesar a los menores detenidos en la frontera. Actualmente hay 100 refugios en 14 estados.

También busca aumentar las “evaluaciones rutinarias” para asegurar que los menores continuarán con sus procesos migratorios. Y que la liberación a cargo de una persona responsable o vivienda temporal, “solo se buscará como último recurso cuando los centros actuales estén a su máxima capacidad”.

¿Qué propone el gobierno de Trump para “arreglar” definitivamente el problema?

Trump ha pedido al Congreso que anule leyes y acuerdos judiciales que facilitan y en ocasiones incentivan la llegada de los menores a la frontera.

El 25 de enero de 2017 Trump anunció que eliminaría la práctica del “catch and release” (detener y liberar). El 13 de abril de este año publicó en el Registro Federal un memorando suspendiendo las liberaciones, pero ahora quiere que el Congreso legisle al respecto para que se aplique a todo indocumentado detenido en la frontera o dentro del territorio nacional, incluyendo a los menores protegidos por la ley del 2008. De esa manera podría deportar de inmediato a todos los menores que lleguen a la frontera, independientemente de su procedencia.

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Mientras tanto pide anular el acuerdo judicial Flores vs Meese para poder mantener detenidos a los menores de edad mientras los procesa para deportarlos.


¿Tiene esto alguna relación con la separación de las familias detenidas en la frontera?

Sí. Hacen parte de la misma política. Según el gobierno, debido a la inacción del Congreso respecto a la seguridad fronteriza, se han creado incentivos “peligrosos” para los cruces fronterizos ilegales y el contrabando de niños.

La política de Trump es que “cualquier extranjero que cruce la frontera ilegalmente (no un paso fronterizo), está sujeto a enjuiciamiento criminal federal”.

Esto significa que toda persona procesada “será transferida a la custodia penal federal por infringir la ley de Estados Unidos. Por lo tanto, las familias con hijos que ingresen ilegalmente a Estados Unidos serán separadas cuando el padre sea transferido a la custodia federal por infringir la ley estadounidense”, según el comunicado de Hargan.

De acuerdo con el abogado Matt Adams, director del departamento legal del Proyecto para los Derechos de los Inmigrantes del Noroeste, en Seattle, Washington, la separación de niños es una nueva practica del gobierno de Trump. “Ahora imponen cargos criminales a los padres que ingresan por fuera de un puerto fronterizo. Los niños no pueden estar encarcelados con los padres mientras ellos enfrentan este proceso criminal y por eso los separan”.

¿Cómo se puede evitar la separación?

El gobierno de Trump dice que “si los padres no desean separarse de sus hijos, no deben violar las leyes de Estados Unidos, ni poner en peligro a los menores a través del tráfico ilícito de drogas”.

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El gobierno de Obama no relacionó la crisis migratoria de la frontera con el tráfico de drogas proveniente de México. Ambas crisis las manejó separadamente para proteger el derecho al asilo, sobre todo de los menores de edad.

¿Alguna de las recomendaciones del gobierno de Trump está dirigida a mejorar las condiciones de asilo para los menores?

No.

La caravana de migrantes cruzó la frontera con Guatemala y se agrupó en los estados sureños de México. El periodista de Univision, Pedro Ultreras, acompañó a los hombres, mujeres y niños que al juntarse fueron 1,500 personas. En un punto del trayecto el grupo se dividió entre los que pudieron viajar en autobús y los que tuvieron que tomar
<a href="https://www.univision.com/noticias/a-bordo-de-la-bestia-asi-es-el-peligroso-viaje-de-la-caravana-de-migrantes-que-trump-tanto-critica-video"> <u>los peligrosos trenes de La Bestia</u></a>, un sistema de transporte de carga donde las personas corren el riesgo de caer, perder una extremidad o la vida.
Génesis Martínez, una joven hondureña de 18 años, viaja en la caravana con César, su hijo de apenas dos meses. "Conocí a Génesis en Matías Romero (Oaxaca). Ella y su bebé han sido de los más vistos en los medios durante esta caravana”, cuenta Pedro Utreras. Génesis ya está en la frontera con Estados Unidos junto con aproximadamente otras 200 madres y niños más. En los próximos días se entregarán a las autoridades de inmigración para pedir asilo en Estados Unidos.
Éricka Ruiz tiene 26 años de edad y su hijo Bryan tiene tres. Pasaron dos días y tres noches sobre La Bestia sin parar. Son de Honduras y su meta es llegar a Tijuana (México) para pedir asilo en San Diego (EEUU).
En un punto del trayecto el pequeño Bryan se chupaba el dedo mientras su mamá dormía sobre La Bestia. “Mi camarógrafo Andrés Juárez vio que tenía buen rato con el dedo en la boca y de una bolsa con cajas de leche le dio una. De inmediato se quitó el dedo de la boca y se tomó la leche (...) hacía mucho frío esa mañana, ni Andrés ni yo pudimos dormir y veníamos viendo el panorama a nuestro alrededor”, escribió Utreras en su cuenta de Instagram.
El grupo que viajó en autobuses no la tuvo menos difícil. A veces iban tan llenos que varios niños tuvieron que compartir un mismo asiento. En un punto los buses viajaron en paralelo al muro fronterizo, en una zona del estado de Sonora, México, colindante con Arizona, EEUU. "Fue un viaje largo pero parte de la caravana migrante finamente llegó esta madrugada en autobús y no en La Bestia, de Guadalajara a Mazatlán", explicó el reportero.
Hombres mujeres y niños agotados por la dura travesía se dividen entre los que solicitarán asilo en Estados Unidos, los que optarán por quedarse en México y los que cruzarán por el desierto de manera ilegal. Desde el momento en que Donald Trump supo de la caravana no dejó de mostrar su mano dura contra los viajantes. Presionó al gobierno mexicano para que los detuviera y ordenó el envío de tropas de la Guardia Nacional estadounidense a la frontera.
“Doña Blanca Valles, de 65 años, es una bisabuela que conocí arriba de La Bestia y me robó el corazón. Me dijo que tenía terror de subirse pero la ayudaron varios hombres y venía con miedo pero feliz disfrutando los paisajes de México”, explicó el periodista. Valles viaja con su familia desde El Salvador.
"Tres generaciones arriba de La Bestia. Abuela, Madre y Nieto. Todos huyen de la violencia y amenazas de muerte en Centroamérica. Quieren llegar a la frontera norte en busca de asilo. La falta de dinero para viajar en autobuses los obliga a subirse a La Bestia. Esta gente no va tras el famoso sueño americano, dicen que ellos solo quieren vivir en paz en algún lugar donde respeten sus derechos humanos".
Bryan, hondureño de 16 años, se cepilla los dientes sobre La Bestia en una estación de Sonora.
La guatemalteca Aidé Hernández con Clesner, su hijo de cinco meses de edad. Junto a otros 500 migrantes esperan la salida de La Bestia que los llevará de Guanajuato a Guadalajara. Hernández intentará llegar a Sacramento, California, con dos hijos más y dos sobrinos, todos menores de edad.
“Mi camarógrafo y yo somos los únicos que vamos de pie. El resto consiguió un pequeño espacio donde recostarse. El piso es frío como un ataúd. El viento sopla tan helado que cala los huesos, y el rechinar y crujir de los vagones estremecen la piel. Aquí donde vengo parado solo veo el brillar de las estrellas, pero su brillo contrasta con el oscuro presente de las más de 500 personas que vienen aquí intentando dormir para escapar de la realidad que viven. Pareciera que el sueño les robará la pesadilla que viven. La bestia ha acelerado la velocidad. El ruido es ensordecedor y el viento es tan frío que se siente insostenible".
La mayoría de los migrantes son hondureños y varios de ellos viajan ondeando la bandera de su país. El fiscal general de EEUU, Jeff Sessions, ordenó 
<a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/sessions-ordena-el-envio-de-fiscales-y-jueces-a-la-frontera-para-hacer-frente-a-la-caravana-de-migrantes-centroamericanos"><u>el envío de fiscales y jueces a la frontera con México para que procesen rápidamente los casos</u></a> de los migrantes de la caravana que lleguen solicitando asilo político.
"La gran caravana de gente de Honduras, que ahora viene a través de México y se dirige a nuestra frontera de las ‘leyes débiles’, es mejor que se detenga antes de que llegue allí”, escribió Donald Trump en su Twitter. El viaje se trata de un 'viacrucis' anual que organiza el grupo Pueblo Sin Fronteras, con el fin de visibilizar la crisis de violencia y corrupción en Honduras, El Salvador y Guatemala. Este es el quinto año que organizan la travesía. En la fotografía los viajantes reciben ayuda de organizaciones humanitarias en Hermosillo (México), en su camino a la frontera con EEUU.
Otro pequeño de un año, también de nombre Bryan, espera en los brazos de su madre la salida de La Bestia en el norte de Sinaloa. Las ruedas del tren pasan detrás de Clarissa, como se llama la joven madre, mientras el tren engancha los vagones.
El periodista Pedro Ultreras ha hecho el recorrido de migrantes en La Bestia en varias ocasiones. Ha acompañado la caravana desde el comienzo, al sur de México, y ha publicado detalles. Ahora los acompaña en Tijuana, desde donde continúa publicando 
<a href="https://www.univision.com/temas/pedro-ultreras">historias e imágenes de la caravana para</a> 
<a href="https://www.univision.com/temas/pedro-ultreras">Univison Noticias</a>, otras se pueden ver en su 
<a href="https://www.instagram.com/pedroultrerastv/?hl=es">cuenta de Instagram (@pedroultrerastv).</a>
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La caravana de migrantes cruzó la frontera con Guatemala y se agrupó en los estados sureños de México. El periodista de Univision, Pedro Ultreras, acompañó a los hombres, mujeres y niños que al juntarse fueron 1,500 personas. En un punto del trayecto el grupo se dividió entre los que pudieron viajar en autobús y los que tuvieron que tomar los peligrosos trenes de La Bestia, un sistema de transporte de carga donde las personas corren el riesgo de caer, perder una extremidad o la vida.
Imagen Pedro Utreras
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