Cubanos, nicaragüenses y venezolanos registran fuerte alza de casos acumulados en las cortes de inmigración

Como resultado de las duras políticas migratorias activadas por el gobierno de Donald Trump en la frontera en los últimos tres años, el número de casos acumulados en las cortes de inmigración siguen estableciendo marcas.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
A mediados de 2018, el gobierno admitió que entre el 5 de mayo y el 20 de junio de ese año había separado a 2,654 menores. Pero de acuerdo con informes posteriores emitidos por el Inspector General del Departamento de Seguir Nacional (IG-DHS), las separaciones comenzaron antes y el número de separaciones es mucho mayor que la cifra entregada a la justicia. Se habla de varios miles, un dato que ni siquiera el gobierno puede certificar.
Video El drama de las separaciones familiares de Trump contado a través de las cartas de los niños

Inmigrantes originarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela han visto como ha aumentado el número de casos acumulados en las cortes de inmigración entre finales de septiembre de 2018 y diciembre de 2019.

Un reporte del Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC) de la Universidad de Syracuse (Nueva York), reveló el martes que los cubanos atascados en los tribunales de inmigración aumentaron en un 374 por ciento, los venezolanos aumentaron en un 277 por ciento y los nicaragüenses aumentaron en un 190 por ciento.

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El año fiscal estadounidense arranca el 1 de octubre y finaliza el 30 de septiembre del año siguiente.

El reporte indica que estas tasas de crecimiento se destacan en comparación con el crecimiento general del 42 por ciento en todas las nacionalidades durante este mismo período de tiempo.

Sin freno

El reporte del TRAC señala además que “a pesar de las muchas acciones” puestas en vigor por el gobierno de Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca, el 20 de enero de 2017, “diseñadas para frenar el crecimiento, los casos acumulados continúan aumentando”.

Entre las políticas llevadas a cabo por la Administración se cuenta la separación forzada de familias en la frontera en el marco de la denominada política de ‘tolerancia cero’, implementada oficialmente entre el 5 de mayo y el 20 de junio de 2018.

Pero según documentos judiciales e informes del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (IG-DHS), el último fechado en noviembre del año pasado, las separaciones comenzaron después de un memorando firmado por el exfiscal general, Jeff Sessions, el 11 de abril de 2017.

A la fecha no se sabe el número total de menores afectados por esta medida. En primera instancia el gobierno dijo que habían sido 2,654, pero tanto el IG como organizaciones de derechos civiles y que defienden los derechos de los inmigrantes, hablan de varios miles, y que el gobierno durante meses no llevó registro, ni para separar a las familias ni tampoco después para reunificarlas una vez concluyeron los procesos causados por la formulación de cargos criminales a los padres por ingreso ilegal al país.

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Nuevos récords

El TRAC señala además que solo en el período de tres meses, de octubre a diciembre de 2019, el número de casos en las cortes de inmigración creció en 65,929 expedientes y que a finales del mes pasado, equivalente al primer trimestre del año fiscal 2020, los tribunales de inmigración registran 1,089,696 casos.

Al 20 de diciembre del año pasado las cortes de inmigración tenían 465 jueces, un 85 por ciento más que hace cinco años, de acuerdo con datos proporcionados por la Oficina de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR).

Cada juez, por un mandato del Departamento de Justicia, procesa un mínimo de 700 casos por año, orden que ha sido fuertemente criticada por la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ) porque acelera los procesos pero no toma en cuenta los méritos de cada caso y afecta el debido proceso migratorio.

El informe señala además que, “suponiendo que el ritmo de las nuevos casos continúe al ritmo existente” y cada juez cumple con su cuota anual impuesta por el gobierno, para evacuar la totalidad de procesos aún se requeriría de otros 400 nuevos jueces para evitar que la acumulación siga creciendo.

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El reporte advierte además que durante los primeros tres meses del año fiscal 2020 (de octubre a diciembre del año pasado), el ritmo de acumulación fue mayor que el registrado un año antes.

“La corte contrató a 92 nuevos jueces durante el año fiscal 2019 y, a diferencia del año pasado en este momento, la corte no se ve obstaculizada por el cierre parcial del gobierno. Pero el flujo de nuevos casos continúa aumentando”, agregó.

Cuando Trump llegó a la Casa Blanca los tribunales de inmigración tenían acumulados poco más de 530,000 casos para 240 jueces.

<b>Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años</b> en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Un grupo de migrantes bajo el programa de 'Retorno a México' 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/en-buses-o-en-vuelos-pagados-por-trump-la-angustia-lleva-a-los-centroamericanos-que-esperan-en-mexico-a-devolverse-a-sus-paises">espera para subirse al autobús que les llevará de regreso a su país</a></b>, Guatemala. Un número creciente de centroamericanos están regresando a sus lugares de origen exhaustos por las largas esperas en México como consecuencia de este plan implementado por la administración Trump desde enero. Para sus primeras cortes, 
<b>los últimos que retornaron a Tijuana contaron que tienen que quedarse en México entre seis y nueve meses más.</b>
Una migrante muestra los documentos de la política Protocolo de Protección de Migrantes recibidos de manos de las autoridades estadounidenses antes de ser devuelta a Tijuana. Más de 20,000 migrantes ya forman parte de este programa, por el cual tienen que 
<b>esperar el resto de su proceso migratorio en ciudades fronterizas en las que corren riesgos de seguridad,</b> como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. 
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Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda información a una migrante sobre el programa de Retorno Voluntario Asistido en el albergue Ágape en Tijuana, México. 
<b>La OIM está proporcionando billetes de avión pagados con fondos del gobierno de Estados Unidos </b>a los migrantes que quieran regresarse a Honduras, El Salvador y Guatemala. Un funcionario de la OIM explicó a Univision Noticias que, aunque son muchos los que sí se regresan, al menos 50% de los que se anotan en las listas pueden cambiar de opinión en el lapso de una semana.
Iván Vargas, coordinador de la línea de autobuses privada Transporte Turístico Ejecutivo, revisa la lista de pasajeros de una unidad que tiene como destino Tapachula, Chiapas. La imagen fue tomada a las afueras del albergue Ágape en Tijuana, México.
Diana Cruz, de 16 años, dice adiós a sus amigos del albergue Ágape antes de subirse al autobús que llevará a su familia de Tijuana a Tapachula. Esta familia decidió emprender el viaje de regreso a su país de origen, Guatemala, después de ver que el proceso de petición de asilo estaba muy demorado y les obligaba a esperar en México. La hermana pequeña, Atziry, de 7 años, empezó a decirle a la mamá que echaba de menos a su abuela y quería regresarse y 
<b>la madre tomó la decisión de volver para no someter a sus niñas a más sufrimiento.</b>
La frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral, el cruce fronterizo en Tijuana. Decenas de inmigrantes llegan a este punto cada mañana para esperar su turno para entrar y ser entrevistados por la Patrulla Fronteriza. La espera promedio para que llamen un número ahora está en al menos cuatro meses. La mayoría de los migrantes son retornados a México con una fecha para su primera corte con un juez de inmigración. Pero, al final, el caso puede tomarles hasta un año, entre otras cosas, porque sin un abogado el juez los devuelve a México —o a los centros de detención si tienen la suerte de ser admitidos en Estados Unidos— hasta que vuelvan con alguien que los represente.
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Una adolescente guatemalteca que prefirió no ser identificada sale del albergue Embajadores de Jesús, antes de subirse a un autobús cuyo destino es Tapachula. Se regresa porque teme que en su corte el juez de inmigración la devuelva a la hielera de la Patrulla Fronteriza y tenga que vivir de nuevo el frío que caracteriza a estos lugares, la mala alimentaci´on y los maltratos de funcionarios que les reiteran que no son bienvenidos en Estados Unidos, según denuncia.
El pastor Gustavo Banda, encargado del albergue Embajadores de Jesús, en el patio trasero de su casa donde organizan cada día donaciones que reciben para los migrantes. "Les están dando una esperanza muy pequeña para que se queden", dice Banda. "Los quieren desanimar porque su cita es hasta enero del año próximo", agrega. Él cree además que la falta de permisos de trabajo y la poca asistencia que les da el gobierno mexicano para regularizarse es lo que los desalienta a esperar hasta su primera fecha de corte.
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Francisco, de 34 años, quiere regresar a su país por su hijo Andy Javier, de 9 años. “Está sufriendo, mejor le regreso para Guatemala”, explica minutos antes de que parta el autobús del albergue Ágape en Tijuana.
Dos hermanos guatemaltecos de 6 años y 8 años juegan antes de subirse al autobús que les llevará de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala.
<b>Ileidy Díaz, de Guatemala, es la madre de esos niños.</b> Ella explica que su plan era que su esposo en Estados Unidos los pidiera, entre otras cosas porque ella y su hijo están enfermos: ella quería recibir tratamiento para su vitiligo y esperaba que su hijo pudiera ser tratado por una enfermedad en sus ojos. Por ahora, nada de eso ocurrirá. Díaz asegura que ya no quiere que sus hijos sufran más mientras esperan hasta el 14 de enero, cuando le tocará su fecha de corte. Cuenta que en la hielera les maltrataron, que a ella los funcionarios de la Patrulla Fronteriza la obligaron a la fuerza a firmar su regreso a México mientras sus hijos lloraban. "El miedo que eso me generó me hace devolverme a mi país", dice.
José Mario Sarmiento, de Honduras, en un autobús que viaja de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala. “La vi muy difícil,” dice José Mario sobre la razón por la que ha decidido regresarse a su país. Llegó a Tijuana hace mes y medio. Quería cruzar ilegalmente ya que tiene una deportación previa, pero le dio mucho miedo la situación en la frontera y la posibilidad de ser arrestado y tener que pasar mucho tiempo en la cárcel.
Bolsas de basura cargadas de pertenencias de migrantes que se regresan a sus países de origen en un autobús privado con trayecto Tijuana-Tapachula.
<b>José María García, conocido como 'Chema', </b>encargado del albergue para migrantes Juventud 2000, parado frente a la casa ubicada en la zona norte de Tijuana, México, una de las áreas más inseguras de la ciudad. Según él, una parte de los centroamericanos que llegan al recinto deciden cruzar de forma ilegal a Estados Unidos "ya que ven que las posibilidades son cada vez más cerradas para poderse quedar o recibir el asilo", cuenta. Lo hacen, explica "porque cada vez ven más lejano (el fin de sus procesos) o cada vez ven menos las posibilidades de quedarse en los Estados Unidos". En sus estimaciones, 30% de los que llegan a su albergue se marchan o a su país o a la frontera para cruzar sin ser vistos.
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Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Imagen Almudena Toral/Univision
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