Desde huellas hasta escaneo del iris: la Patrulla Fronteriza aumenta los procedimientos para identificar a niños migrantes

La agencia federal dice que aunque no lo han implementado aún, evalúan incluso que se puedan tomar muestras de ADN a los menores para determinar si son hijos de los padres con los que se presentan en la frontera buscando un alivio migratorio.

Patricia.jpg
Por:
Patricia Clarembaux.
Una madre camina por la frontera en El Paso, Texas, con su bebé en brazos.
Una madre camina por la frontera en El Paso, Texas, con su bebé en brazos.
Imagen John Moore/Getty Images

La Patrulla Fronteriza (CBP) decidió aumentar las medidas para identificar a niños menores de 14 años que llegan a la frontera para asegurarse de que vienen con sus familiares y no con traficantes, dijo la agencia en un comunicado compartido con Univision Noticias.

PUBLICIDAD

Esto incluye la toma de las huellas de los 10 dedos de las manos de los niños en custodia — hasta ahora se hacía solo con el dedo índice— cuando las autoridades sospechen que son víctimas de tráfico humano, que el adulto con el que llegan no es su padre o que el menor pueda estar involucrado en crímenes graves.

"La Patrulla Fronteriza tomará los datos biométricos tras un análisis caso por caso", se lee en la respuesta de CBP. Los agentes podrían también tomar fotografías y escanear el iris del ojo del menor para poder identificarlo en el futuro.

En el segundo sector más activo de la frontera de EEUU y México, decenas de familias se entregan diariamente a las autoridades migratorias en una zona cruzada por el muro fronterizo.
Video Así recibe la patrulla fronteriza a migrantes que se entregan en la frontera de El Paso

La agencia justifica la medida al asegurar que en lo que va de este año fiscal (de octubre de 2018 a marzo de 2019) sus funcionarios han identificado a más de 2,700 personas en la frontera que dicen ser parte de una familia y luego se comprueba que no. "Esto incluye a individuos que aseguran ser niños viajando con un padre, pero que luego se determina que tienen 18 años o más, o a individuos que no tienen ninguna relación con la unidad familiar".

La cifra es mínima si se pone en perspectiva con las 189,584 unidades familiares que fueron arrestadas en la frontera sur en ese periodo.

Antes, no se tomaban las huellas dactilares de niños menores de 14 años, pues es hasta esa edad cuando se forman completamente. Lo que sí se hacía ocasionalmente eran fotografías y se recababan datos de los menores. En todos los casos, los padres debían —y deben— presentar documentos para demostrar la paternidad (incluidas partidas de nacimiento y pasaporte), que son cotejados con protocolos del Departamento de Estado.

PUBLICIDAD

Y aunque aún no ha sido implementado, CBP asegura que están evaluando otras herramientas para la protección de los menores, como las pruebas de ADN. Dicen que hasta ahora no se ha realizado la primera.

"Los errores son un problema"

El abogado de inmigración Ezequiel Hernández está a favor de que se demuestre la paternidad de una persona que entra a Estados Unidos para evitar el tráfico de menores, algo que reconoce pasa en la frontera. Pero duda cuando CBP anuncia políticas de este tipo, como de toma de huellas o la posibilidad de que se obtengan muestras de ADN.

"Los errores que puedan cometerse son un problema. Podrían terminar familias separadas. El sistema (migratorio) no está preparado para resolver esos errores", dice el abogado, al entender que los mecanismos de verificación de identidad del gobierno no han sido 100% efectivos.

Un estudio publicado por la organización Texas Civil Rights Project en febrero contabilizó 272 familias separadas solo en McAllen desde junio, cuando ya la política de 'tolerancia cero' implementada por el presidente Donald Trump en 2018 había cesado por órdenes del mismo mandatario. En esas separaciones había uno o más niños menores de 18 años —el más joven con ocho meses y medio— que fueron apartados de sus padres o guardianes legales (38), de sus hermanos (107), de sus tíos o tías (62), de sus primos (28) y de sus abuelos (22).

PUBLICIDAD

La frontera sur de Estados Unidos está saturada por la llegada masiva de inmigrantes indocumentados que huyen de la violencia en sus países. En marzo, las cifras de arrestos alcanzaron niveles récord tanto en familias (que aumentaron en 374% en relación con marzo de 2018) como en niños no acompañados (que aumentaron 66%).

Llegar de la mano de un niño se ha convertido en una especie de pasaporte para ingresar a Estados Unidos, pues no pueden ser deportados de manera inmediata porque las leyes del país protegen al infante.

Dada la legislación de 2008 para la prevenci´on del tráfico humano y el Acuerdo Flores de 1997, los padres o tutores del menor —y el menor— son liberados hasta que se celebre la audiencia en la que un juez decida qué pasará con ellos.

El gobierno asegura que los migrantes se valen de esta posibilidad para usar a los menores como una carta de entrada segura a Estados Unidos.

Ve también:

A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
La montaña del Cristo Redentor en Sunland Park, Nuevo México, forma un muro fronterizo natural entre México y Estados Unidos. A pesar de su difícil geografía y el frío de la primavera, muchos inmigrantes usan sus senderos para cruzar.
Más de 40 personas se entregaron a la Patrulla Fronteriza en dos horas. Eran en su mayoría padres y madres con sus hijos en brazos, incluso bebés, que vinieron a Estados Unidos buscando mejores oportunidades de empleo.
Al no haber muros en la montaña del Cristo Redentor, la zona es vigilada permanentemente por la Patrulla Fronteriza y por sensores de movimiento. No es este el punto por el que ocurre el grueso de los cruces de indocumentados en el sector El Paso.
El arresto de un grupo de inmigrantes indocumentados en Texas, visto desde una vía.
"No habla inglés, solo español", se lee en el sobre que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) entregó a la familia hondureña Vindel una vez que fueron liberados. Eran un padre y una madre con sus dos hijos. Los adultos fueron dejados en libertad, pero con un grillete en sus tobillos y deben presentarse en los próximos días con un oficial de ICE en su nueva dirección.
Aunque la Patrulla Fronteriza no tiene cifras exactas de cuántos coyotes han sido detenidos en los últimos años, aseguran que continuamente comparten información de inteligencia con las autoridades mexicanas. Explican que los traficantes de personas no cruzan a Estados Unidos pero sí guían a los migrantes hasta el río, por lo que debe ser el gobierno vecino quien efectúe las detenciones.
De un lado, el izquierdo, Ciudad Juárez, México; del otro, Sunland Park, Nuevo México.
Un niño guatemalteco ve al oficial de la Patrulla Fronteriza mientras él le hace preguntas a su padre.
Un agente de la Patrulla Fronteriza acompaña a un grupo de inmigrantes indocumentados hasta una de las puertas de acceso a Estados Unidos, donde los espera otro equipo para trasladarlos al centro donde le hacen las primeras entrevistas para luego remitirlos a ICE.
La frontera del sector El Paso está resguardada en buena parte por una verja metálica doble. Y no toda tiene muros construidos por el hombre, solo 83 millas. Otra parte tiene barreras naturales, como montañas.
A través de los sensores y las cámaras a lo largo de la frontera, la Patrulla Fronteriza detectó que un grupo de seis inmigrantes indocumentados intentaban cruzar a Estados Unidos con una escalera improvisada para escalar el muro fronterizo en el sector El Paso. La vigilancia del lugar se activó incluso con un helicóptero.
Una vez que los migrantes centroamericanos se entregan a la Patrulla Fronteriza son interrogados sobre su identidad. Este lunes, uno de los agentes aseguró que un joven había falsificado un acta de nacimiento para disminuir su edad a 17 años y ser tratado como menor.
Los oficiales de la Patrulla Fronteriza en El Paso aseguran que nunca habían visto cifras tan altas de inmigrantes arrestados en este sector. Enero y febrero de 2019 fueron dos meses en los que repuntó el dato, con más de 1,000% de variación en relación con los mismos meses de 2018.
Un tramo del muro fronterizo en el sector El Paso es levantado para sustituir el anterior, que se ve justo enfrente, y que fue instalado hace más de 10 años.
En la verja de El Paso es común ver zonas en las que los inmigrantes cortaron la estructura para poder entrar a Estados Unidos sin entregarse a la Patrulla Fronteriza. Los agentes aseguran que quienes se encargan de hacer los cortes son los coyotes.
El agente Frank Pino asegura que durante sus patrullajes de este año ha sido común encontrar grupos numerosos de inmigrantes indocumentados que quieren entregarse para pedir asilo. El grueso de las personas se rinde en el tramo que va de Ysletas a El Paso, ambos en Texas.
En un tramo de la zona de Santa Teresa, en Nuevo México, el muro de acero se acaba y el camino queda abierto y es aprovechado por los inmigrantes indocumentados para cruzar. En la imagen, una patrulla fronteriza vigila el área.
Un oficial de la Patrulla Fronteriza abre la puerta para salir del cinturón que vigiló.
1 / 19
A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
Imagen Almudena Toral/Univision
En alianza con
civicScienceLogo