Guía con las nuevas reglas en EEUU para la deportación masiva de indocumentados

Para entender de manera simple cuál es la reforma migratoria de Trump, elaboramos un índice de términos basado en las órdenes ejecutivas del presidente y los memorandos del secretario Kelly. Cada uno de ellos explica los conceptos de una política que, según ha dicho el mandatario, pondrá fin a la inmigración ilegal y en los que finalmente menciona que no serán prioritarios en las deportaciones los beneficiarios de DACA, conocidos como 'dreamers', jóvenes que fueron traídos de niños por sus padres indocumentados.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Las primeras órdenes ejecutivas sobre inmigración del gobierno de Trump, incluyen la construcción del muro en la frontera sur del país y recortar los fondos federales a las llamadas ciudades santuario que no colaboran con las autoridades.
Video Lo que se sabe de las órdenes ejecutivas migratorias firmadas por Trump

La reforma migratoria de Donald Trump no pasa por el Congreso, tampoco es integral como la que propuso Barack Obama en sus dos gobiernos. Su propuesta la está llevando a cabo a golpe de decretos, y se fundamenta en la interpretación literal de la Ley de Inmigración, sobre todo en cuanto a inspección, verificación y deportación.

Para conseguir los objetivos de campaña, que se resumen en la deportación (o verificación) de los 11 millones de indocumentados, Trump ha aprobado hasta ahora tres órdenes ejecutivas: una sobre las ciudades santuario, otra sobre el muro en la frontera con México y una tercera que suspende el programa de refugiados y veta la entrada al país de ciudadanos de siete países: Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen. Pero esta última orden fue detenida el 3 de febrero por una corte federal.

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Los tres ejes de la política inmigratoria de Trump se fundamentan en el uso de la fuerza para ejecutar con severidad cada una de las secciones de la Ley de Inmigración. Y a diferencia del proyecto de ley de reforma migratoria bipartidista que aprobó el senado el 27 de junio de 2013, no hay camino a la legalización. Trump ordena detenciones, arrestos, encarcelamientos, y que sean los jueces de inmigración quienes decidan el futuro de cada indocumentado según sus propios méritos.

Tampoco hay respaldo del Congreso, no existen propuestas alternas ni enmiendas. Trump dibujó durante la campaña un escenario “terrible”, y el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, general John Kelly, presentó el fin de semana –a través de memos filtrados a la prensa- los escenarios de una guerra anunciada.

Dos documentos publicados el martes señalan los planes que maneja el nuevo gobierno estadounidense para enfrentar a los migrantes indocumentados. Independientemente de si son viables o no, las medidas representan un giro brusco de las políticas y prácticas migratorias del país.
Video Estas serían algunas de las medidas migratorias que quiere implementar Trump


"Estos memos proveen guías explícitas a los agentes de DHS sobre cómo implementar las órdenes ejecutivas firmadas por el presidente el 25 de enero: una relacionada a la seguridad interna y la otra con la seguridad en la frontera", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, en su rueda de prensa diaria, confirmando la información contenida en los documentos. "El presidente está empoderando a DHS para que pueda hacer cumplir las actuales leyes migratorias", agregó.

Para entender de manera simple cuál es la reforma migratoria de Trump, elaboramos un índice de términos basado en las órdenes ejecutivas del presidente y los memorandos del secretario Kelly. Cada uno de ellos explica los conceptos de una política que, según ha dicho el mandatario, pondrá fin a la inmigración ilegal, algo que también prometió Obama pero a través de una reforma migratoria comprensiva e incluyente, sobre todo para aquellos que llevan años en el país, pagan impuestos y carecen de antecedentes criminales.

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Búsqueda y captura

La propuesta de Trump cita la aplicación de la Sección 235 de la Ley de Inmigración (INA). Esto significa que los 11 millones de indocumentados que viven en el país deben ser inspeccionados, revisados y verificados. Para hacerlo, deberán ser ubicados, detenidos y encarcelados. Una vez fichados, será un juez de inmigración quien decidirá sus futuros en Estados Unidos, dependiendo de la revisión de cada caso individualmente.

Arresto

Una vez identificado y detenido un indocumentado, será arrestado y privado de libertad. La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), junto con las demás agencias que ejecutan la Ley de Inmigración, participarán en este proceso.

Expansión de la Sección 287(g)

La Sección 287(g) de la Ley de Inmigración (INA) le permite al secretario del DHS hacer acuerdos con las policías locales (estatal y municipal) para que actúen como agentes federales de inmigración y ayuden a ubicar, detener, arrestar y deportar indocumentados. Además de los agentes, algunos empleados estatales y municipales calificados también recibirán poderes extraordinarios para detener, arrestar, encarcelar y deportar a inmigrantes indocumentados. Se trata de una gigantesca fuerza nacional de deportaciones, como lo prometió durante la campaña.

El gobierno asegura que, desde enero de 2006 hasta septiembre de 2015 el Programa 287(g) identificó a más de 402,000 indocumentados criminales, principalmente a través de las bases de datos en centros carcelarios.

Desde Immokalee, una ciudad agrícola de Florida con muchos indocumentados, explicamos qué es el 287(g). Cuatro decenas de agencias locales aplican este programa federal que cede a los agentes de la zona funciones propias de oficiales de inmigración.
Video Viajamos a un condado con 287(g), el programa que atemoriza a los indocumentados y Trump lo revivió

Cárceles para inmigrantes

Al 25 de enero ICE tenía una capacidad de 39,000 camas diarias. Después de esa fecha, la agencia ha ido aumentando los cupos en los centros de detención alrededor del país. El DHS “trabaja para expandir las capacidades de detención”, se lee en un memorando del 17 de febrero. “La detención de todas estas personas puede no ser posible de inmediato”, añade.

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Centros de procesamiento

El DHS creará nuevos centros de procesamiento de inmigrantes detenidos en la frontera y en el resto del territorio para acelerar los procesos y hacer más expeditas las deportaciones.

Prioridad de arrestos

La prioridad de arrestos se enfoca en dos grupos:


  1. Ilegales capturados cuando intentan cruzar indocumentados las fronteras; o
  2. Ilegales que fueron hallados después en cualquier parte del territorio estadounidense.

Prioridades de deportación

Trump eliminó las prioridades de deportación establecidas por Obama el 20 de noviembre del 2014 y ahora puso en la mira del DHS a:


  • Aquellos que han cometido crímenes graves.
  • Los indocumentados que fueron deportados y regresaron sin autorización.
  • Los indocumentados con orden de deportación final, aunque no hayan cometido delitos.
  • Los indocumentados con orden de deportación final en ausencia o no aparecen en las cortes cuando son citados.
  • Los procesamientos penales por delitos de inmigración cometidos en la frontera (cruce indocumentado, tráfico de personas, tráfico de drogas, etc.)

Catch and release

La práctica o política de capturar y liberar ( catch and release) a indocumentados para que se presenten ante las autoridades o tribunales de inmigración, ya no existe. Todo inmigrante que haya sido detenido a partir del 25 de enero permanecerá arrestado hasta que un juez o una autoridad del DHS decida su futuro en Estados Unidos.

Sección 235

La Sección 235 de la Ley de Inmigración exige que todos los extranjeros deben ser inspeccionados y revisados cuando entran al país, o de lo contrario podrán ser deportados.

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Fichar a los 11 millones

El gobierno de Trump tiene como meta fichar a los 11 millones de indocumentados e ingresar sus nombres a una gigantesca base de datos. Una vez arrestados, fichados y presentados ante un juez, será ésta instancia la que, por los méritos de cada caso, permitirá quién se queda y quien es deportado. “Es el medio más eficaz para hacer cumplir las leyes de inmigración en nuestras fronteras”, se lee en un borrador de memorando del secretario Kelly.

Liberar a indocumentados detenidos

El DHS liberará a indocumentados sólo por razones humanitarias urgentes y tras una revisión a fondo del expediente de un indocumentado.

Contratación y despliegue de jueces

Los departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Justicia (DOJ), aumentarán la cantidad de jueces en las cortes de inmigración y los enviarán a los lugares donde se encuentren detenidos los indocumentados para acelerar sus procesos de deportación. Actualmente en los tribunales de inmigración hay 540,000 casos acumulados y las primeras audiencias las están programando para mediados de 2020. Trump quiere acelerar los procesos y descongestionar las cortes.

Orden de alivio o protección contra la deportación

Se otorgarán cuando el DHS determine que el individuo detenido y arrestado se trate de un ciudadano estadounidense, un extranjero con residencia legal permanente, refugiado, asilado, Estatus de Protección Temporal (TPS), o cualquier otro tipo de estatus válido en Estados Unidos. Es decir, que al momento de ser detenido no llevaba consigo identificación.

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También califican aquellos extranjeros que reciben libertad condicional por razones humanitarias o circunstancias extremas, tal como por ejemplo causas médicas, y las autoridades de inmigración determinen que la persona no representa una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

La lista la agregan aquellos extranjeros que, después de pedir asilo, establecen un “temor creíble” de persecución o tortura, y siempre que acepten las condiciones impuestas por ICE en cuanto a presentarse ante las autoridades o las cortes de inmigración.

Riesgo de fuga

Si un extranjero es detenido y arrestado, aunque haya solicitado asilo representa un riesgo de fuga, no será liberado. Esto es, por razones de seguridad pública.

Contratación de nuevos agentes

El DHS contratará nuevos agentes para:


  1. Aumentar la capacidad de detención.
  2. Aumentar la capacidad de procesar detenidos.
  3. Aumentar el número de efectivos en los centros de detención.
  4. Acelerar las deportaciones.
  5. Aumentar la vigilancia en las fronteras.
  6. Aumentar el número de agentes de asilo.

Fuerzas de ayuda

El presidente autorizó al secretario del DHS identificar y cuantificar todas las fuentes de ayuda o asistencia federal para identificar, detener, arrestar y procesar a los inmigrantes indocumentados. Incluye las labores de inteligencia.

Mejorar la seguridad fronteriza

El secretario del DHS en consulta con otras agencias encargadas de la seguridad de la frontera, identificarán las zonas vulnerables en la frontera e implementarán estrategias para corregir los problemas. Destinarán recursos adicionales y desarrollarán nuevas estrategias.

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Ley del Muro de 2006

El gobierno de Trump utilizará la autorización contenida en la denominada Ley del Muro de 2006 (Secure Fence Act 2006) para expandir los trabajos de una valla física en la frontera con México, incluyendo tecnología, iluminación y vías de patrullaje.

Niños de la frontera

Detener y acelerar las deportaciones de menores indocumentados solos detenidos en la frontera, y también unidades familiares, que tengan orden de deportación. Sus casos no serán revisados y no tendrán nuevas audiencias en las cortes de inmigración. Los extranjeros considerados inadmisibles también serán deportados de manera expedita.

La única salvedad serán aquellos casos donde pidieron asilo y demostraron temor creíble de persecución tortura si son regresados a sus países, o aquellos que demuestren presencia física de al menos dos años en el país y sus casos se encuentren en proceso en las cortes de inmigración.

Amparos por la Ley para Víctimas de Tráfico

En cumplimiento con la Ley de Reautorización de Protección de Víctimas de Tráfico William Wilberforce de 2008, los niños de la frontera no acompañados recibirán protecciones especiales para asegurar que sean procesados adecuadamente, y reciban el cuidado y la colaboración apropiadas cuando son encontrados por un agente de inmigración.

Menor no acompañado

El DHS define como menor no acompañado a un extranjero que no tiene estatus migratorio legal en Estados Unidos, no ha cumplido 18 años, no tiene padre o tutor legal en Estados Unidos, o no tiene ningún padre o tutor legal en Estados Unidos que esté disponible para proveer cuidado y custodia física. Solo los menores no acompañados recibirán protecciones especiales.

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Nuevo reglamento de deportaciones aceleradas

El DHS publicará en el Registro Federal un nuevo aviso o reglamento que normará los procesos de deportaciones aceleradas.

Devueltos a México

Los extranjeros que sean detenidos en la frontera, cuando intenten ingresar indocumentados a Estados Unidos y no representen una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, serán deportados al territorio contiguo extranjero, es decir México o Canadá y no a su país de origen. La medida también aplicaría a los menores indocumentados siempre y cuando la deportación no contravenga leyes o obligaciones contraídas por Estados Unidos.

Audiencias de deportación por videoconferencia

Las cortes de inmigración establecerán un sistema de videoconferencia para acelerar los procesos de deportación.

Pedido de asilo

Cualquier extranjero que llegue a un puerto de entrada a Estados Unidos (aéreo, marítimo o terrestre) podrá pedir asilo, y será un agente de asilo quien determinará si existe temor creíble de persecución o tortura, y el extranjero demostrar “posibilidad significativa” de que puede establecer una causa de asilo.

El agente de asilo tomará una decisión solo después que haya considerado todas las pruebas pertinentes que entregue el extranjero.

Detección de fraude

El DHS, junto con la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) y demás agencias que participan en el proceso inmigratorio, entregaran en un plazo de 90 días un plan para prevenir el fraude en el proceso de asilo.

A partir de la nueva presidencia todos los indocumentados son vistos como amenaza. Los beneficios y los procesos que hasta ahora se aplicaban pueden verse afectados con las nuevas medidas.
Video Claves para entender la política migratoria de Donald Trump

Libertad condicional

El secretario del DHS aconseja limitar el uso de la autoridad para conceder libertad condicional. Y conceder este beneficio con moderación solo por razones humanitarias después de una cuidadosa consideración, siempre y cuando no esté en juego la seguridad pública.

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Reglamento de libertad condicional

El DHS y las agencias involucradas en el proceso inmigratorio redactarán un nuevo reglamento que aclare en qué casos puede ser otorgado este beneficio.

Listas de detenidos en la frontera

El gobierno publicará periódicamente listas de extranjeros ilegales detenidos en la frontera y cargos imputados.

Ciudades santuario

El gobierno quitará fondos federales a las ciudades o jurisdicciones que protejan a los indocumentados. Y publicará una lista semanal de los crímenes cometidos por estos inmigrantes y que no han sido detenidos por el DHS. Será el secretario del DHS quien defina qué es una jurisdicción santuario.

Ley de privacidad

Trump ordenó abrir el acceso a los datos de indocumentados guardados por las distintas agencias del país para que puedan ser compartidos con los agentes de deportación. Dispara las alertas en lo que respecta a los derechos de privacidad de inmigrantes no residentes, turistas o extranjeros con visado. Los unicos protegidos seríaín los ciudadanos estadounidenses.

Vía de legalización

A diferencia del proyecto de ley bipartidista S. 744 aprobado por el Senado el 27 de junio de 2013, el plan inmigratorio de Trump no incluye ninguna vía de legalización para los 11 millones de indocumentados que actualmente viven en Estados Unidos. Tampoco un camino a la ciudadanía para aquellos que llevan tiempo, pagan impuestos y carecen de antecedentes criminales.

Victoriano, 46, de El Salvador, lleva 17 años en Estados Unidos recogiendo aguacates, mameys y frutas grandes. “Cuando nadie está trabajando nosotros estamos trabajando”, dice de la labor de los campesinos. "Nosotros no hemos hecho nada mal”. Desde noviembre, cuando Donald Trump fue elegido presidente, “ni tengo ganas de ir a trabajar, tengo miedo”. “Mis hijos van a la escuela en el bus. Si me pasa algo, ¿quién les va a recoger?”, se pregunta.
Blanca, 25, de El Salvador, vino a Estados Unidos a los 14 años y desde entonces trabaja en un invernadero de plantas. Hoy decidió no ir a trabajar, a pesar de perder un día de sueldo “para hacernos valer". "Nosotros tenemos derechos, sin nosotros este país no es nada”, afirma. Su madre lleva un año peleando un caso de asilo en un centro de detención de inmigrantes en Texas. Blanca paga los gastos de toda una familia en Florida y manda dinero a su madre en Texas.
Rebeca, 35, de Guatemala, trabaja plantando y abonando especies diversas en un invernadero. “No creo que los gringos quieran estar arrancando hierba. Sin nosotros ellos no van a poder hacer estos trabajos”, dice Rebeca, quien vino hace 13 años por necesidad económica. La mujer tiene dos hijos ciudadanos estadounidenses de 4 (en la foto) y 11 años. “Cuando Trump ganó, mi hijo lloró. Es un miedo que tiene la gente”, asegura.
Samuel, 39, de México, planta frijoles, tomates y legumbres en Florida desde hace 15 años. “Hoy decidí no trabajar por apoyo a mí y a mis hermanos. Ya basta de tanto atropello. Aportamos más de lo que les costamos. Estamos trabajando sin documentos y pagando impuestos. Ese dinero, ¿a dónde va?”. Su esperanza es que en este país “todos seamos iguales, que sea un país libre”.
Sofía, 43, de El Salvador, lleva 21 años en Estados Unidos y aún sigue indocumentada. “Vine aquí hoy porque sí necesitamos que nos den los papeles. Somos los que trabajamos más. Estados Unidos sin inmigrantes no es nada”. La parte más difícil de su trabajo, dice Sofía, es andar agachada todo el día bajo el sol sin desmayarse.
Edgar, 34, de Guatemala, pisca tomates desde hace 11 años. “Hoy no he ido a trabajar para levantar la voz, que el gobierno nos tome en cuenta, somos la mano de obra. Sin agricultura, este país no es nada”. El miércoles por la noche decidió que no iría a trabajar este jueves sin preguntar a su jefe: “Mañana ya veremos”. Dice que su vida ha cambiado drásticamente desde que Trump salió presidente. “Uno no puede salir tanto porque es peligroso. Pienso en los niños, ¿con quién se van a quedar?”
José, 40, de El Salvador, trabaja en un invernadero de plantas varias. “Estamos tratando que no nos traten así, como nos trata el presidente. Las personas que levantamos este país somos los que vamos a hacer trabajos que otros no quieren, por eso tomé la decisión de no trabajar y venir aquí”.
Andrea, 35, de Guatemala, lleva 9 años en Estados Unidos y trabaja en un campo de tomates, frijoles y lo que haya, según temporada. “Siempre estamos trabajando, siempre”, dice. “Ellos no pueden hacer el trabajo que hacemos, no aguantan el sol”. Andrea dice tener mucho más miedo desde que hay nuevo presidente. “Hay mucha necesidad en nuestro país y violencia. Si yo regreso van a pensar que vengo con dinero y me van a matar o secuestrar a mis hijos”.
Miguel, 40, de El Salvador, lleva trabajando en el campo 22 años. “Quise no trabajar y venir aquí para ver si dan papeles”. Su jefe respetó la decisión.
Verónica, 23, llegó de El Salvador hace dos años. Ya trabajaba en el campo en su país, pero ve grandes diferencias entre los dos países. “Aquí es todo el día, en El Salvador es medio día”, dice. “Se aprovechan de uno cuando no tiene papeles”. A Donald Trump le diría: “Que nos eche a ver cómo se le queda su país, a ver si el resto quieren trabajar a $8/hora”.
Juana, 19, de Guatemala, lleva un año apenas en Estados Unidos. “Cuando escuché que ganó Trump lloré bastante porque hace apenas un año que vine, gasté mucho dinero, tengo una gran deuda en Guatemala”.
Juan Carlos, 25, de México, trabaja el maíz y el frijol. Intenta usar guantes para cuidarse las manos. “Quieren nuestro trabajo, pero no nos quieren a nosotros”, afirma.
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Victoriano, 46, de El Salvador, lleva 17 años en Estados Unidos recogiendo aguacates, mameys y frutas grandes. “Cuando nadie está trabajando nosotros estamos trabajando”, dice de la labor de los campesinos. "Nosotros no hemos hecho nada mal”. Desde noviembre, cuando Donald Trump fue elegido presidente, “ni tengo ganas de ir a trabajar, tengo miedo”. “Mis hijos van a la escuela en el bus. Si me pasa algo, ¿quién les va a recoger?”, se pregunta.
Imagen Almudena Toral/Univision
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