Inmigrantes presos en espera de petición de asilo reanudan su huelga de hambre en el centro de Adelanto

El movimiento comenzó el pasado 13 de junio cuando los internos presentaron un pliego de peticiones y fueron reprimidos con gas pimienta después que les obligaron a suspender la protesta.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
Indocumentados detenidos tras pedir asilo en EEUU aseguran que fueron rociados con gas pimienta cuando protestaban por no poder esperar libres la resolución de sus casos y por la alta cuantía de las fianzas, que están cercanas a los 35,000 dólares.
Video Inmigrantes denuncian violenta represión en huelga de hambre en centro de detención de Adelanto

Ocho inmigrantes detenidos en el centro de ICE de Adelanto en espera de una petición de asilo volvieron este jueves a ponerse en huelga de hambre.

“Este día estamos reiniciando la huelga de hambre”, dijo Isaac López, quien fue arrestado en mayo en la frontera entre Tijuana y San Diego tras pedir asilo político y enviado al centro de detención de ICE en Adelanto, California.

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López, quien se comunicó vía telefónica con la redacción de Univision Noticias, explicó que el grupo decidió reanudar la huelga de hambre “porque nos están reprimiendo, bloqueando los números de teléfono para que no podamos hablar con nuestros abogados y organizaciones de ayuda, y no nos están resolviendo nuestras peticiones”.

El 13 de junio el grupo inició una huelga de hambre para pedirle al gobierno que les rebaje las fianzas, fijadas en $35,000 dólares, optar por un permiso de empleo y esperar junto a familiares a que un juez de inmigración resuelva sus futuros en Estados Unidos.

“También estamos exigiendo que se cumplan todas las negociaciones que se habían hecho”, dijo López, entre ellas permitir que un abogado los represente y participe en las conversaciones entre el grupo y las autoridades.

“El detalle es que ahora, como nos han bloqueado todos los números, nos tienen incomunicados”, apuntó.

La postura de ICE

ICE no hizo comentarios sobre las exigencias del grupo de huelguistas. En un comunicado dijo que sólo después de que sus agentes observan que un individuo no ha comido absolutamente nada en 72 horas, en ese momento la agencia implementará el protocolo para manejar una huelga de hambre”.

La agencia agregó que el protocolo incluye “una supervisión médica”, y que a todos los participantes en el movimiento “se les continuará ofreciendo tres comidas diarias, y se les proporcionará un adecuado suministro de agua potable y otros líquidos”.

En el inicio de la primera huelga de hambre agentes de ICE utilizaron gas pimienta para reprimir el movimiento.

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“Nos rociaron de pies a cabeza. Algunos incluso les cayó gas en sus genitales”, dijo López. “Nos empujaron, nos golpearon, nos rasguñaron detrás de las orejas y entre cuatro agentes nos fueron sacando uno a uno”.

A partir de entonces el grupo fue disuelto, y uno de los nueve manifestantes, “uno de origen salvadoreño, fue deportado, pero no recuerdo su nombre en estos momentos”, dijo López.

ICE no ha revelado hasta el momento la identidad del expulsado, ni las causas de su deportación de Estados Unidos.

Temen represalias

López dice que durante el aislamiento al que fueron objeto “no nos han tratado mal”, pero el grupo teme represalia por parte de las autoridades.

“Nos han mantenido castigados desde el 13 de junio por un abuso que nosotros no cometimos. Ahora estamos exigiendo el despido inmediato de los agentes que nos rociaron gas pimienta, y después nos golpearon. Nosotros ya recibimos un castigo por algo que no hicimos (cometer un delito), ahora viene el turno de ellos de recibir el castigo que se merecen”, apuntó el dirigente del movimiento.

También explicó que el día en que fueron reprimidos, “no nos hablaron en español, solo en inglés, siendo que había agentes que hablan nuestro idioma. Nadie de nosotros habla inglés, por ende, no entendimos lo que nos dijeron en ese momento”.

ICE señala que "la afirmación de que estos hombres fueron golpeados, es una exageración grosera y lamentable".

“Nosotros vamos a seguir en pie de guerra. No estamos agraviando a nadie, solo estamos exigiendo nuestros derechos. Si no tenemos una respuesta en 72 horas, esto va a seguir hasta que logremos una negociación donde se encuentre un abogado. Si no, no queremos hablar con nadie de ICE”, concluyó.

Un detenido descansa sus manos en la ventana de su celda, ubicada en el 'área de segregación' del centro de detención de ICE en Adelanto, a unas 80 al noroeste de Los Ángeles en California.
Roberto Galán, un inmigrante salvadoreño de 33 años, detenido en Adelanto, posa para una fotografía.
Los internos llevan diferentes colores en sus trajes según sus características. Si viste de rojo significa que es un detenido de ‘alto riesgo’, que ha cometido un delito grave y pasó tiempo en una prisión estatal o federal. Si viste de naranja, indica que cometió un delito menor. Un traje azul muestra que el interno no tiene condenas penales o delitos menores en su registro.
Una mujer descansa en su celda. El centro de detención para inmigrantes es administrado por Geo Group Inc, una empresa privada multinacional, la segunda compañía de prisiones más grande del país.
Los detenidos pueden ejercitarse en el área de recreación del centro de detención, en dónde más de 1,800 inmigrantes esperan audiencias o deportación después de ser arrestados por agentes de ICE.
Un detenido lee acostado en la cama de su celda y junto a él hay una silla de ruedas. El centro de detención cumple con las regulaciones de ley para estadounidenses con discapacidades.
David Marin, un oficial senior de ICE basado en los Ángeles, fotografiado en la entrada del centro de detención de inmigrantes de Adelanto. Explicó a Reuters que poco había cambiado en las operaciones diarias de este centro de detención desde que Trump asumió el cargo. "No ha habido cambios importantes desde el cambio en la administración", agregó. "Todavía nos estamos enfocando en detener a extranjeros criminales, ese es nuestro compromiso con la seguridad pública".
Una mujer descansa en la cama de su celda. Alrededor de 240 de los detenidos en Adelanto son mujeres.
Los internos tiene derecho a hacer llamadas telefónicas desde el centro de detención, pero no pueden recibirlas. La página informativa sobre este centro de detención, en el sitio oficial de ICE, explica los pasos a seguir para que un detenido reciba un mensaje y regrese la llamada.
Varios internos juegan dominó. Los detenidos en Adelanto tienen acceso a una biblioteca de derecho, una clínica médica, servicios religiosos y una zona de recreación donde se puede jugar al fútbol y al baloncesto.
Un detenido de traje azul lleva los alimentos que le corresponden.
Dos inmigrantes detenidos en Adelanto comparten los audífonos para escuchar la televisión. El centro de detención tiene seis salas de juicio donde los jueces federales de inmigración llevan a cabo audiencias de remoción en persona o por video conferencia.
Inmigrantes detenidos de ICE hacen fila en el área de comidas, para obtener sus alimentos.
La comida consta básicamente de arroz, frijoles refritos y vegetales.
Los objetos personales de los detenidos son identificados, protegidos en bolsas de plástico y se guardan en el área de admisión del centro de detención.
Un grupo de mujeres comparte en un dormitorio compartido del centro de detención
Esposas y otros implementos de los custodios cuelgan de la pared en la entrada del centro de detención de Adelanto.
La puerta de entrada al cuarto médico para mujeres en Adelanto.
Una de las áreas comunes donde los detenidos pueden estar fuera de las celdas.
Un detenido dibuja flores con un marcador en una tarjeta de cumpleaños.
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Un detenido descansa sus manos en la ventana de su celda, ubicada en el 'área de segregación' del centro de detención de ICE en Adelanto, a unas 80 al noroeste de Los Ángeles en California.
Imagen LUCY NICHOLSON/Reuters
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