¿Qué va a pasar con el programa de Trump que envía a los solicitantes de asilo a México?

Una corte federal suspendió el pasado viernes el programa de Protección del Migrante (MPP), para unas horas después volver a activarlo. Desde entonces, la confusión es enorme, pero esta semana puede que el futuro de dicho programa quede definitivamente establecido.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de California revirtió, tan solo unas horas después, su decisión luego de que la administración Trump pidiera que se mantenga la política mientras se realiza una “audiencia de emergencia” el próximo 2 de marzo. Los demandantes, por su parte, insisten en que la medida en cuestión es “ilegal e inhumana”.
Video Suspenden orden que le prohibía al gobierno de EEUU devolver solicitantes de asilo a México

Los inmigrantes que llegan a la frontera y se entregan a la Patrulla Fronteriza en busca de asilo siguen siendo regresados a México bajo el programa de Protección del Migrante (MPP), que el viernes fue suspendido por unas horas y luego restituido en su totalidad.

“Desgraciadamente la política vigente ha creado un caos y estamos en estos momentos a la defensiva a la defensiva esperando recibir lo peor”, dice Jaime Barrón, un abogado de inmigración que ejerce en Dallas, Texas. “Hay mucha incertidumbre”, agregó.

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El viernes, un panel integrado por tres jueces de la Corte de Apelaciones del 9º Circuito, suspendió (con una votación 2-1) el programa creado por el gobierno de Donald Trump en diciembre del 2018 y activado a finales de enero del año pasado.

Pero un par de horas más tarde y tras la presentación de un recurso de emergencia por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el panel, de forma unánime, anuló el fallo anterior y restituyó el programa en su totalidad.

Qué pasa ahora

Los jueces indicaron al gobierno que p resente argumentos escritos a más tardar este lunes, y a los demandantes que respondan a más tardar el martes, reportó The Associated Press.

En los alegatos iniciales, los demandantes del MPP, entre ellos el Innovation Law Center, el Central American Resource Center of Northern California y la Escuela de Leyes de la Universidad de San Francisco, señalaron que el programa es “inconsistente con la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA)”, además de “arbitrario y caprichoso porque carece de suficientes protecciones” cuando regresa a México a los solicitantes de asilo.

Los demandantes también argumentan que el MPP daña el debido proceso migratorio, porque deja a los migrantes con mínimas posibilidades de encontrar asistencia legal que les ayude a defender sus permanencias en Estados Unidos. Agregan que la asesoría de un abogado es vital para evitar ser regresados a los países de los cuales huyeron para salvar sus vidas.

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"Por ahora esperamos que el gobierno responda a esos nuevos acontecimientos, siendo que se les ha dado tiempo para hacerlo", dijo Félix Villaboros, abogado gerente de la organización RAICES.

Reglas inciertas

Barrón advierte que el cambio de las reglas de juego, así como el cambio de opiniones de las cortes para dirimir el futuro inmediato del MPP, causa estragos entre los inmigrantes que buscan asilo en la frontera.

“Crea un clima de incertidumbre no solo para las personas que buscan protección, sino también para los abogados y al propio gobierno. Es como un partido de béisbol donde de pronto, en mitad del juego, cambian las reglas. Es obvio que se provocará un caos, porque nadie sabe dónde terminará la pelota”.

“El gobierno ha sido poco profesional, se ve poco profesional”, agrega Barrón. Y señala que en esta disputa jurídica sobre el futuro del MPP “lamentablemente, como ha ocurrido con otros programas, son los tribunales de justicia los que tienen que corregir lo más que puedan para enderezar las políticas migratorias”.

A la pregunta respecto a qué esperar en el curso de los próximos días, Barrón dijo que “hay que estar atento para conocer qué decidirá la Corte y cómo quedarán las reglas”. Y para los inmigrantes que aguardan en México como aquellos que no han tenido la oportunidad de pedir asilo, “traten de hablar con un abogado y tengan la esperanza que esto será resuelto de la mejor manera posible”.

Qué dice el gobierno

Tras el primer fallo del viernes, que dejó en suspenso el MPP, Mark Morgan, director de la Patrulla Fronteriza, dijo en su cuenta de Twitter que el fallo de la Corte de Apelaciones del 9º Circuito “sobrepasa y vuelve a abrir la puerta a la explotación de inmigrantes por parte de organizaciones criminales transnacionales”.

Morgan agregó que el dictamen del panel envió “un mensaje equivocado de que cualquiera que llegue a la frontera será liberado en Estados Unidos”, una política que el gobierno eliminó en el marco de la denominada 'tolerancia cero'.

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A su vez, la Casa Blanca dijo el viernes que la cancelación del MPP se trató de un “mandato imprudente” que “impide que el Poder Ejecutivo ejecute fielmente las leyes de inmigración aprobadas por el Congreso y proteja a los ciudadanos estadounidenses e inmigrantes legales”.

Dijo además que, de conformidad con la ley, cuando un extranjero llega desde un territorio extranjero contiguo a Estados Unidos el DHS puede devolverlo al territorio contiguo a la espera de un proceso de deportación.

En los últimos 13 meses el MPP ha regresado a México a más de 60,000 extranjeros que han pedido asilo en la frontera. “El MPP ha tenido un gran éxito, incluso al reducir las cargas sobre las comunidades y aliviar la crisis humanitaria en la frontera sur”, dijo la Casa Blanca.

Agregó que si se revierte el programa “el sistema de inmigración colapsaría” y aumentaría el riesgo, asegura, de propagación del coronavirus, además de “dañar profundamente nuestra relación positiva con el gobierno de México y otros socios regionales”, advierte.

Temor en México

En el lado mexicano las preocupaciones son mayores que las registradas en Estados Unidos. “Aquí hay mucha represión para los inmigrantes”, dice Irineo Mujica, director ejecutivo de la organización Pueblo Sin Fronteras. “A la persecución por parte de las autoridades mexicanas, se agrega la incertidumbre que causan los fallos de la corte”, agrega.

El activista añade que en los últimos meses el gobierno de México militarizó la frontera “y los soldados persiguen a los migrantes para frenarlos y que no lleguen hasta el borde para que pidan asilo”.

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“Cuando los detienen los entregan a la migra y luego los deportan a sus países”, dice Mujica. “Todo el norte tiene retenes para que no avancen. Todo esto ha empeorado en el último año, desde que pusieron en marcha el MPP", dijo.

Mujica dijo además que “lamentablemente toda esta situación, tanto el regreso a México de los solicitantes de asilo como la militarización de la frontera en el lado mexicano, forzó la clandestinidad y el trafico de personas”.

El activista indicó además que las organizaciones que ayudan a los migrantes “estamos tratando de que no nos usen en las elecciones de Estados Unidos. No queremos ser un factor que decida quién ganará en noviembre. Eso hace más difícil nuestro trabajo. No queremos que nos utilicen”, precisó.

La Unión Americana de Libert5ades Civiles (ACLU) dijo en su cuenta de la red social Twitter que “negar protección a las personas que huyen del peligro es una violación de la ley y de los derechos humanos básicos”.

<b>Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años</b> en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Un grupo de migrantes bajo el programa de 'Retorno a México' 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/en-buses-o-en-vuelos-pagados-por-trump-la-angustia-lleva-a-los-centroamericanos-que-esperan-en-mexico-a-devolverse-a-sus-paises">espera para subirse al autobús que les llevará de regreso a su país</a></b>, Guatemala. Un número creciente de centroamericanos están regresando a sus lugares de origen exhaustos por las largas esperas en México como consecuencia de este plan implementado por la administración Trump desde enero. Para sus primeras cortes, 
<b>los últimos que retornaron a Tijuana contaron que tienen que quedarse en México entre seis y nueve meses más.</b>
Una migrante muestra los documentos de la política Protocolo de Protección de Migrantes recibidos de manos de las autoridades estadounidenses antes de ser devuelta a Tijuana. Más de 20,000 migrantes ya forman parte de este programa, por el cual tienen que 
<b>esperar el resto de su proceso migratorio en ciudades fronterizas en las que corren riesgos de seguridad,</b> como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. 
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Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda información a una migrante sobre el programa de Retorno Voluntario Asistido en el albergue Ágape en Tijuana, México. 
<b>La OIM está proporcionando billetes de avión pagados con fondos del gobierno de Estados Unidos </b>a los migrantes que quieran regresarse a Honduras, El Salvador y Guatemala. Un funcionario de la OIM explicó a Univision Noticias que, aunque son muchos los que sí se regresan, al menos 50% de los que se anotan en las listas pueden cambiar de opinión en el lapso de una semana.
Iván Vargas, coordinador de la línea de autobuses privada Transporte Turístico Ejecutivo, revisa la lista de pasajeros de una unidad que tiene como destino Tapachula, Chiapas. La imagen fue tomada a las afueras del albergue Ágape en Tijuana, México.
Diana Cruz, de 16 años, dice adiós a sus amigos del albergue Ágape antes de subirse al autobús que llevará a su familia de Tijuana a Tapachula. Esta familia decidió emprender el viaje de regreso a su país de origen, Guatemala, después de ver que el proceso de petición de asilo estaba muy demorado y les obligaba a esperar en México. La hermana pequeña, Atziry, de 7 años, empezó a decirle a la mamá que echaba de menos a su abuela y quería regresarse y 
<b>la madre tomó la decisión de volver para no someter a sus niñas a más sufrimiento.</b>
La frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral, el cruce fronterizo en Tijuana. Decenas de inmigrantes llegan a este punto cada mañana para esperar su turno para entrar y ser entrevistados por la Patrulla Fronteriza. La espera promedio para que llamen un número ahora está en al menos cuatro meses. La mayoría de los migrantes son retornados a México con una fecha para su primera corte con un juez de inmigración. Pero, al final, el caso puede tomarles hasta un año, entre otras cosas, porque sin un abogado el juez los devuelve a México —o a los centros de detención si tienen la suerte de ser admitidos en Estados Unidos— hasta que vuelvan con alguien que los represente.
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Una adolescente guatemalteca que prefirió no ser identificada sale del albergue Embajadores de Jesús, antes de subirse a un autobús cuyo destino es Tapachula. Se regresa porque teme que en su corte el juez de inmigración la devuelva a la hielera de la Patrulla Fronteriza y tenga que vivir de nuevo el frío que caracteriza a estos lugares, la mala alimentaci´on y los maltratos de funcionarios que les reiteran que no son bienvenidos en Estados Unidos, según denuncia.
El pastor Gustavo Banda, encargado del albergue Embajadores de Jesús, en el patio trasero de su casa donde organizan cada día donaciones que reciben para los migrantes. "Les están dando una esperanza muy pequeña para que se queden", dice Banda. "Los quieren desanimar porque su cita es hasta enero del año próximo", agrega. Él cree además que la falta de permisos de trabajo y la poca asistencia que les da el gobierno mexicano para regularizarse es lo que los desalienta a esperar hasta su primera fecha de corte.
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Francisco, de 34 años, quiere regresar a su país por su hijo Andy Javier, de 9 años. “Está sufriendo, mejor le regreso para Guatemala”, explica minutos antes de que parta el autobús del albergue Ágape en Tijuana.
Dos hermanos guatemaltecos de 6 años y 8 años juegan antes de subirse al autobús que les llevará de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala.
<b>Ileidy Díaz, de Guatemala, es la madre de esos niños.</b> Ella explica que su plan era que su esposo en Estados Unidos los pidiera, entre otras cosas porque ella y su hijo están enfermos: ella quería recibir tratamiento para su vitiligo y esperaba que su hijo pudiera ser tratado por una enfermedad en sus ojos. Por ahora, nada de eso ocurrirá. Díaz asegura que ya no quiere que sus hijos sufran más mientras esperan hasta el 14 de enero, cuando le tocará su fecha de corte. Cuenta que en la hielera les maltrataron, que a ella los funcionarios de la Patrulla Fronteriza la obligaron a la fuerza a firmar su regreso a México mientras sus hijos lloraban. "El miedo que eso me generó me hace devolverme a mi país", dice.
José Mario Sarmiento, de Honduras, en un autobús que viaja de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala. “La vi muy difícil,” dice José Mario sobre la razón por la que ha decidido regresarse a su país. Llegó a Tijuana hace mes y medio. Quería cruzar ilegalmente ya que tiene una deportación previa, pero le dio mucho miedo la situación en la frontera y la posibilidad de ser arrestado y tener que pasar mucho tiempo en la cárcel.
Bolsas de basura cargadas de pertenencias de migrantes que se regresan a sus países de origen en un autobús privado con trayecto Tijuana-Tapachula.
<b>José María García, conocido como 'Chema', </b>encargado del albergue para migrantes Juventud 2000, parado frente a la casa ubicada en la zona norte de Tijuana, México, una de las áreas más inseguras de la ciudad. Según él, una parte de los centroamericanos que llegan al recinto deciden cruzar de forma ilegal a Estados Unidos "ya que ven que las posibilidades son cada vez más cerradas para poderse quedar o recibir el asilo", cuenta. Lo hacen, explica "porque cada vez ven más lejano (el fin de sus procesos) o cada vez ven menos las posibilidades de quedarse en los Estados Unidos". En sus estimaciones, 30% de los que llegan a su albergue se marchan o a su país o a la frontera para cruzar sin ser vistos.
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Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Imagen Almudena Toral/Univision
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